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Tema: Nicholas Ray: revisando sus películas

  1. #176
    Senior Member Avatar de Alcaudón
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    Predeterminado Re: Nicholas Ray: revisando sus películas

    Un raro caso de cantante reciclado en excelente actor.

    Y no vale Frank Sinatra.

    Esto de estar sin ordenador es lo más parecido a pasar el mono.


  2. #177
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    Predeterminado Re: Nicholas Ray: revisando sus películas

    Cita Iniciado por Alcaudón Ver mensaje
    Un raro caso de cantante reciclado en excelente actor.

    Y no vale Frank Sinatra.

    Esto de estar sin ordenador es lo más parecido a pasar el mono.

    Pues imagínate cómo estuve yo 50 días casi tirando de un ordenador anterior lento como una tortuga para lo que se estila hoy y con internet bajo mínimos hhasta que conseguí el que tengo ahora Ya no es solo internet, es que era un pequeño cúmulo de cosas habituales que o bien no podía hacer o a trancas y barrancas.

  3. #178
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    Predeterminado Re: Nicholas Ray: revisando sus películas

    Cita Iniciado por Otto+ Ver mensaje
    Pues imagínate cómo estuve yo 50 días casi tirando de un ordenador anterior lento como una tortuga para lo que se estila hoy y con internet bajo mínimos hhasta que conseguí el que tengo ahora Ya no es solo internet, es que era un pequeño cúmulo de cosas habituales que o bien no podía hacer o a trancas y barrancas.

    ¿Tienes ordenador nuevo?. Pensé que te lo habían reparado. Enhorabuena. Supongo que ahora irá todo muy fluido.

    ¿Has perdido música que tuvieses en el anterior ordenador?. Espero que no, que hicieses copia de seguridad.
    (...)


    I read to live in other people's lives.
    I read about the joys, the world
    Dispenses to the fortunate,
    And listen for the echoes.

    I read to live, to get away from life!

    There is a flower which offers nectar at the top,
    Delicious nectar at the top and bitter poison underneath.
    The butterfly that stays too long and drinks too deep

    Is doomed to die.

    I read to fly, to skim!
    I do not read to swim!

    (...)

    -Stephen Sondheim, Passion-

  4. #179
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    Predeterminado Re: Nicholas Ray: revisando sus películas

    Cita Iniciado por cinefilototal Ver mensaje
    Ese parque tiene unos paisajes maravillosos.
    Y además, localizaciones perfectas para cine y televisión. Veo que entre 1961 y 1962 se emitió en EEUU la serie de televisión Everglades, en la que un policía que vigilaba los humedales en uno de esos botes que hemos visto en reportajes de televisión, hacía frente a los criminales y cazadores furtivos, y otros delincuentes que atentaban contra el medio ambiente.
    Esto va en la linea que comentaba Alcaudón de la conciencia medioambiental, que comenzaba a despertar y reflejarse en cine y televisión.
    El actor protagonista era Ron Hayes, un clásico de las series televisivas en Estados Unidos durante décadas.


  5. #180
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    Predeterminado Re: Nicholas Ray: revisando sus películas

    Por cierto, excelente actor, desde luego, Burl Ives y cantante, como dice Alcaudón, de notable carrera artística.
    Incluso, con la nueva metodología del Hot 100 (que permite a las canciones navideñas aparecer en dicha lista), desde hace unos años, su interpretación de A Holly Jolly Christmas! se ha vuelto habitual en los puestos altos de la lista americana.

    En la primera semana de enero del 2020 (antes de la pandemia), alcanzó el número 4 del Hot 100


  6. #181
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    Predeterminado Re: Nicholas Ray: revisando sus películas

    Hay una película musical de Disney titulada "Verano mágico", en donde Burl Ives tiene alguna que otra canción irresistible. Aunque eso sí, la banda sonora hasta donde yo sé, solo ha salido en vinilo en la época, y es muy difícil de conseguir...

    tomaszapa, mad dog earle, Alcaudón y 3 usuarios han agradecido esto.

  7. #182
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    Predeterminado Re: Nicholas Ray: revisando sus películas

    17. Chicago, año 30 (Party Girl, 1958)

    Cita Iniciado por Alcaudón Ver mensaje
    EL ÚLTIMO GRAN ROMÁNTICO DEL CINE CLÁSICO NORTEAMERICANO

    O

    REVISANDO LA FILMOGRAFÍA DE NICHOLAS RAY / PARTE XVII:

    PARTY GIRL (1958, CHICAGO, AÑO 30)



    Estudio: Euterpe, Inc. / Metro-Goldwyn-Mayer Corp. / Loew’s Inc.

    Productor: Joe Pasternak.

    Guión: George Wells, a partir de una historia de Leo Katcher.

    Dirección artística: William A. Horning y Randall Duell.

    Fotografía: Robert Bronner (en Metrocolor y CinemaScope).

    Asesor de color: Charles K. Hagedon.

    Música: Jeff Alexander.

    Reparto: Robert Taylor (Thomas Farrell), Cyd Charisse (Vicki Gaye), Lee J. Cobb (Rico Angelo), John Ireland (Louis Canetto), Ken Smith (Jeffrey Stewart), Claire Kelly (Genevieve Farrell), Corey Allen (Cookie Lamont).

    Duración: 95 minutos.

    Inicio de rodaje: marzo de 1958.

    Estreno: 28 de octubre de 1958.

    Aunque las décadas de oro del cine negro fueron los años ‘30 y ‘40, todavía en los ‘50 se rodaron algunas excelentes películas potenciadas además, en algunos casos, por el uso del color y la aparición de los grandes formatos de exhibición.

    El declive del sistema de estudios no impidió la elaboración de piezas tan atractivas como (por orden riguroso de estreno) NIAGARA (1953, NIÁGARA) de Henry Hathaway, ANGEL FACE (1953, CARA DE ÁNGEL) de Otto Preminger, PICKUP ON SOUTH STREET (1953, MANOS PELIGROSAS) de Samuel Fuller, THE BIG HEAT (1953, LOS SOBORNADOS) de Fritz Lang, THE BIG COMBO (1955, AGENTE ESPECIAL) de Joseph H. Lewis, THE PHENIX CITY STORY (1955, EL IMPERIO DEL TERROR) de Phil Karlson, SLIGHTLY SCARLET (1956, LIGERAMENTE ESCARLATA) de Allan Dwan, WHILE THE CITY SLEEPS (1956, MIENTRAS NUEVA YORK DUERME) de Fritz Lang, THE KILLING (1956, ATRACO PERFECTO de Stanley Kubrick, BEYOND A REASONABLE DOUBT (1956, MÁS ALLÁ DE LA DUDA) de Fritz Lang, TOUCH OF EVIL (1958, SED DE MAL) de Orson Welles y…

    … PARTY GIRL (1958, CHICAGO, AÑO 30) de Nicholas Ray.

    PARTY GIRL (un título no especialmente bien escogido dado el mayor protagonismo del personaje encarnado por el galán Robert Taylor frente a la “chica de compañía” que interpreta la hermosa Cyd Charisse – por cierto que el título que se le otorgó en nuestro país tampoco es correcto puesto que la acción no transcurre en 1930 sino “a principios de los años 30” como reza el cartel inicial de la película - ) está considerada con toda justicia una de las grandes obras de Nicholas Ray, una más que notable mezcla de géneros (cine negro, melodrama, musical) y donde la paleta cromática del director (ese “rojo Ray”, a imitación del tan alabado “rojo Minnelli”) juega una importancia decisiva tanto en el diseño de los interiores donde transcurre la acción como, especialmente, en el vestuario de los personajes, notablemente su protagonista femenina y su vestuario que alterna entre el rojo, el rosa y el naranja, a tono con los momentos más dramáticos (o emotivos) de la cinta.



    Los protagonistas de la misma, Robert Taylor y Cyd Charisse finiquitaron aquí su prolongada estancia en la casa del león rugiente.

    Robert Taylor estrenó ese mismo año tres excelentes películas que serían su canto de cisne en la productora: SADDLE THE WIND (1958, MÁS RÁPIDO QUE EL VIENTO), THE LAW AND JAKE WADE (1958, DESAFÍO EN LA CIUDAD MUERTA) y la hoy comentada. Sin lugar a dudas, los ‘50 fueron los mejores años en la carrera del actor.

    Por su parte, Cyd Charisse había protagonizado alguno de los mejores musicales de la MGM junto a Gene Kelly o Fred Astaire como SINGIN’ IN THE RAIN (1952, CANTANDO BAJO LA LLUVIA), THE BAND WAGON (1953, MELODÍAS DE BROADWAY 1955), BRIGADOON (1954, ídem), IT’S ALWAYS FAIR WEATHER (1955, SIEMPRE HACE BUEN TIEMPO) o SILK STOCKINGS (1957, LA BELLA DE MOSCÚ).

    Como decíamos la acción transcurre a principios de los años ‘30 (luego podremos precisar más la fecha exacta del inicio de la misma).

    Estamos en un “night club” de Chicago, el “Golden Rooster”.

    Mientras salen en pantalla los títulos de crédito y suena la canción “Party Girl” (interpretada por Tony Martin, el marido de Cyd Charisse) un ramillete de hermosas mujeres desfilan delante de un nutrido público (vestidos dorados frente a un fondo rojo) donde podemos observar al dueño del local y al mafioso Louis Canetto (John Ireland) y sus adláteres que apuntan los nombres de las mismas. Canetto parece tener un especial interés en Vicki Gaye (Cyd Charisse).



    Al finalizar el número el dueño invita a sus coristas a una fiesta del capo Angelo Rico (Lee J. Cobb, una más que evidente traslación a la gran pantalla del mítico Al Capone – curiosamente, en la fundacional LITTLE CAESAR (1930, HAMPA DORADA), el personaje encarnado por Edward G. Robinson se llamaba Rico Bandello...) con el incentivo de ganar 100 dólares sólo por dejarse caer en la misma.

    En el camerino Vicki comparte confidencias con su compañera de piso Joy (Myrna Hansen). Esta última lleva semanas sin saber nada de su novio mientras que la primera le cuenta cual es su filosofía de la vida con respecto a los hombres (algo que cambiará drásticamente bien pronto…).



    A la entrada de la fiesta de Rico las chicas son agasajadas con pitilleras doradas.

    Por fin vemos al anfitrión, encarnado por el gran Lee J. Cobb, una actor siempre excesivo pero igualmente convincente. Rico mira tristemente el retrato de alguien que no vemos en un principio. Un desconsolado Rico (como el personaje encarnado por Walter Brennan en THE WESTERNER (1940, EL FORASTERO) que idolatraba hasta la locura a la famosa Lilly Langtry) apenas hace caso a nadie.



    Vicki, que ha accedido a venir a la fiesta, viste de un rojo profundo.

    Al acceder al tocador las chicas desechan las pitilleras y sacan el contenido de las mismas: los 100 dólares prometidos (toda una suma en aquellos años). Ahí nos enteramos de que la mujer del retrato es la famosa (y malograda) Jean Harlow que ese mismo día se casaba [aquí podemos precisar más el año en que se inicia la acción, 1932 o 1933, cuando la estrella se casó por segunda y tercera vez, respectivamente]. Rico da la fiesta para olvidarla.



    La mano derecha de Rico, Louis (el siempre desaprovechado John Ireland), encaprichado de Vicki y convencido de que ésta le da suerte la tiene a su lado mientras juega a los dados.



    Es en ese momento cuando Vicki se gira y percibe la presencia de Thomas Farrell (un impecable Robert Taylor, el galán por autonomasia de la MGM) quien permanece medio oculto por el sillón en que se sienta y que está rodeado de “peces gordos”. Un primer momento mágico.

    Louis sigue ganando al juego y recompensa a Vicki con 400 dólares por la suerte que le está dando.

    En ese momento suenan unos disparos. Un atribulado Rico ha vaciado su revólver sobre el retrato de la actriz en un fútil gesto (aquí veremos por fin el rostro de la Harlow).

    Farrell le recrimina la acción.

    Vicki se acerca insinuante hacia Farrell. Y, por fin, establecen “contacto visual”. Vicki le pregunta si quiere llevarla a casa, a lo que el interrogado responde negativamente. Ella, en realidad, lo quiere es quitarse de encima a Louis. Pese a las reticencias iniciales, Farrell accede finalmente a acompañarla. Es en ese segundo momento mágico cuando ella se percibe de su cojera.



    Aunque Louis trata de interponerse cede rápidamente el sitio a Farrell con un gesto de temor.



    Ella le invitará a subir a su piso y tomarse un “cacao” (algo que sorprende al suspicaz Farrell). Es allí donde empezará a fraguarse esa historia de amor “bigger than life” tan típica del mejor cine de Ray cuando ambos se sinceran sobre sus vidas privadas. Y también sabremos que Canetto le tiene miedo a Farrell porque éste es su abogado defensor y está acusado de asesinato.

    Pero todo acabará bruscamente al encontrar el cadáver de Joy, su compañera, que se ha cortado las venas en la bañera (de nuevo el rojo como elemento transgresor).



    Farrell llevará a Vicki a su apartamento. Cuando ella agotada se queda dormida en el sofá veremos un tercer momento mágico: en el momento que Farrell la arropa con el abrigo de pieles vemos como su rostro se emociona al contemplar el hermoso cuerpo de la mujer, una visión negada para él durante demasiado tiempo…



    A la mañana siguiente Farrell le pide (o mejor, le exige) a Rico que le proporcione un buen trabajo en el “night club” y que no mencione su nombre para nada. Un Farrell que pese a llevar los asuntos de Rico y defender a sus hombres le desprecia profundamente.

    Si hablábamos de películas con juicios sin lugar a dudas el que se celebra en esa película es uno de los mejores. Y es que la defensa tan bien calculada de Farrell que sabe pulsar la tecla sensible de los jurados logrará la exculpación de Canetto pese a las evidencias más que claras de su culpabilidad. La habilidad de Farrell acentuando su cojera, ofreciendo su bastón al miembro más veterano del jurado y la narración sobre el reloj dan idea no sólo de la inteligencia del abogado sino también de la maestría de Ray en la puesta en escena y del impecable trabajo de Robert Taylor, en uno de sus mejores papeles en el ocaso de su carrera. Toda una lección de sabiduría.





    Como el comentario está ya alcanzando proporciones bíblicas intentaré hacer como Alejandro Magno y el famoso nudo gordiano.

    Los números musicales (bailados, no cantados – a Cyd Charisse siempre la doblaron en sus películas musicales - ) permiten el lucimiento de la protagonista, “las piernas más bellas de Hollywood”. En el primero el rosa profundo, tanto en el decorado como en el vestido (cada vez más escueto) de Vicki, imprega toda la pantalla y es un símbolo de la atracción más evidente que uno siente por el otro y que pronto se convertirá en un apasionado romance.



    Será entonces cuando Farrell le cuente a Vicki la causa de su cojera y los motivos que le llevaron a ser el abogado personal de Rico. Una manera rápida de ganar dinero y posición aunque para ello haya tenido que tirar por la borda sus principios. También le comenta que se casó con una corista como ella (bueno, no como ella) pero que tan pronto como consiguió lo que quería le abandonó pues no soportaba tener a su lado a un “tullido”.

    [La escena de la visita de la mujer de Farrell al camerino de Vicki fue eliminada de las copias estrenadas en nuestro país]



    La historia de amor no hace más que afianzarse con el tiempo y, al contrario que en otras ocasiones en el caso de Ray, tendrá un final feliz.



    Un Farrell al que se le ofrece la posibilidad de que le curen la pierna en Estocolmo, aunque ello suponga la separación de su amada durante más de un año.

    Felizmente el tratamiento es eficaz y Farrell vuelve al continente casi completamente restablecido y es entonces cuando toma la decisión de abandonar a Rico y la vida que ello llevaba aparejada.

    Sin embargo, Rico no está por la labor. Quiere que defienda a un “colega” suyo, Cookie (un Corey Allen que ya había trabajo con Ray en la mítica REBELDE SIN CAUSA). Un psicópata asesino con ínfulas de mafioso de alto “standing”. Vamos, un niñato de mierda. Farrell se niega en un principio porque ya tiene tomada su decisión pero Rico amenaza con hacerle daño a él (lo cual acepta sin pestañear) y más tarde a Vicki, lo cual hace finalmente que cambie de decisión.



    El soborno del jurado permite la excarcelación de Cookie quien amenaza con matar al fiscal del distrito (el siempre eficaz Ken Smith). Siendo ahora más una molestia que un aliado, Rico elimina a Cookie y a su banda (y casi, de paso, a Farrell que intentaba razonar con él).

    Farrell es detenido como testigo directo de la matanza pero se niega a testificar contra Rico. Piensa que el silencio puede salvar la vida de su amada.

    Aquí se intercala un número musical – exigencias del productor y para dar el gusto a la co-protagonista – donde Vicki aparece vestida con una piel de leopardo (y el fondo dorado). En el camerino es visitada por el insistente Louis que trata de propasarse con ella.



    Ese incidente acabará por inclinar la balanza a favor de la “delación” de Farrell al fiscal para garantizar la seguridad de Vicki, la única persona que le importa en el mundo.

    Pese a todo los hombres de Rico logran capturar a Vicki antes de que ésta se encuentre a salvo en un lugar protegido y a partir de entonces Farrell se dedicará a buscar al primero aún a cuesta de su vida.

    Finalmente el encuentro cara a cara entre el abogado y el mafioso se celebrará en un almacén abandonado. Rico coge un farolillo de papel (rojo brillante) y vierte sobre él una pequeña cantidad de ácido. Un ejemplo de lo que va a hacer sobre el rostro de Vicki.



    La traen ante la presencia de Farrell con el rostro tapado y éste observa angustiado mientras le van quitando lentamente los vendajes y finalmente vemos que sigue siendo tan hermosa como siempre. El rostro aliaviado de Farrell nos cuenta toda la angustia de la incertidumbre.



    En otra espléndida escena (por cierto, con el doblaje en castellano se tergiversa totalmente la misma) Farrell, usando la misma estrategia que ante el jurado en el caso Canetto, casi acaba por convencer a Rico de que cambie de actitud. Todo un prodigio tanto en los diálogos como en la actuación de Taylor y Cobb y, por supuesto, del que se sienta en la silla del director.

    Pero en ese momento llueven los disparos de la policía y ese momento mágico desaparece, como lágrimas en la lluvia…

    La muerte de Rico, primero por el ácido con el que había amenazado a Vicki y luego acribillado a balazos es el final de algo…



    … pero también el principio de una historia de amor que viene a llamar una vez más la atención sobre el rótulo que encabeza estos modestos comentarios...

    … Nicholas Ray, el último gran romántico del cine clásico norteamericano.

    P. D.

    Edición de la que ha partido el visionado:



    Versus Entertainment (2010).

    P. P. D.

    Debido a problemas operacionales (vamos que tengo que pasar por el quirófano – nada grave, tranquilos - ) estaré un tiempo ausente de los foros). Por ello las siguientes entregas de la revisión de Nicholas Ray deberán esperar su momento. Me hubiera gustado comentar, al menos, LOS DIENTES DEL DIABLO que Ray consideraba su película favorita pero…

    Y perdonad por el rollazo. No quería que sonara como el canto del cisne pero quería dejar el pabellón bien alto...

    De cualquier forma os seguiré leyendo y aunque no pueda hacer contribuciones prolongadas debido al postoperatorio espero seguir disfrutando de vuestras reseñas.

    Feliz tarde a tod@s.

    Cita Iniciado por mad dog earle Ver mensaje
    Chicago, año 30 (Party Girl) (1958), de Nicholas Ray.

    Poco me cabe añadir al amplio y magnífico comentario de Alcaudón. En todo caso, además de reiterar que a mi gusto se trata de uno de los mejores films de Ray, apunto algunas cuestiones:
    - Reparto: Robert Taylor lleva a cabo una de sus mejores interpretaciones. Ese rostro cansado, arrugado, ese caminar vacilante, fruto de la cojera que arrastra desde la infancia, parecen signos externos de su moral torcida: un brillante abogado dedicado a defender mafiosos (en particular a Rico Angelo), porque esa es la manera más rápida de conseguir ascender en la sociedad, sin preocuparse de utilizar los recursos melodramáticos más bajos (la referencia al reloj de “su padre”). Él, como esos mafiosos con los que se codea, ha salido de las clases bajas, pero ahora tiene un lujoso apartamento, asiste a fiestas con jueces y políticos, y sobre todo tiene poder, y no parece estar dispuesto a renunciar a ello. Que sea el amor de una bailarina de poca monta, una “party girl”, el que lo redima hay que acceptar que es una concesión al melodrama romántico. Esa bailarina, Vicki Gaye, está interpretada por una Cyd Charisse que también parece una mujer ajada por el tiempo (tenía unos 36 años, pero en mi opinión aparenta algunos más). Reconozco que nunca ha sido una actriz de mi gusto, más allá de sus habilidades para la danza.


    En cambio, los secundarios dan el tipo: John Ireland, Kent Smith, David Opatoshu o Corey Allen, y por supuesto Lee J. Cobb, todo un histrión, que aquí da cuerpo a un personaje excesivo, como tantos otros dentro del cine negro (Edward G.Robinson, Paul Muni, James Cagney, etc.).


    - Relación amorosa: no parece que Tommy Farrell haya tenido una vida amorosa demasiado lucida, tanto por su cojera, que le dificultaba las relaciones de joven, como por ese matrimonio frustrado (también con una corista). Uno se imagina que ha sido el dinero el que le ha proporcionado las relaciones con las mujeres (también con su esposa). Tampoco Vicki tiene un pasado sentimental demasiado agradable. Dice solo haberse dejado “acorralar por un hombre” cuando tenía 15 años en un granero de Oklahoma (¿abuso sexual, violación?). ¿Quiere decir que no ha tenido más relaciones desde entonces? Difícil de creer. Y si las ha tenido, ¿ha sido por dinero? Una pareja, en definitiva, a su manera, tan frágil, tan castigada, como Vienna y Johnny. ¿Podrán construir unidos un futuro mejor? El film se cierra con ellos dos abrazados alejándose de espaldas a la cámara.


    - Violencia: como hemos ido resaltando a lo largo de estas revisiones, ese es un elemento esencial en la filmografía de Ray. Aquí la hay en abundancia: el arrebato de Rico disparando sobre la foto de Jean Harlow en medio de una fiesta; el suicidio de la compañera de piso de Vicki (Ray no nos ahorra la visión del cuerpo y la sangre en la bañera); la escalofriante narración de Farrell sobre el accidente que le ocasionó la cojera; los desenfrenados golpes de un Rico enloquecido a uno de sus jefecillos porque se ha permitido engañarlo; el asesinato de Cookie (Corey Allen) a balazos y la posterior guerra de bandas; y por supuesto la secuencia final, con el ácido que amenaza desfigurar el rostro de Vicki. Hay que decir que esa secuencia, impactante sin duda, me parece un tanto forzada, sobre todo el encadenamiento de la caída del ácido sobre Rico y luego, inmediatamente, el traspié y la caída por la ventana.
    - Secuencia musicales: hay dos para lucimiento de Charisse. A mí me parecen metidas con calzador, y no porque no sea justificable algún número musical cuando la protagonista es bailarina, y el Golden Rooster es escenario de varias secuencias, sino por cómo están filmadas, como si fueran parte de un musical (movimientos de cámara sobre la bailarina; escenario enorme, irreal; fantasía de colores, etc.), rompiendo el tono del film. En otros momentos, en cambio, vemos las dimensiones del escenario, más creíbles, mucho más reducidas.


    - El juicio: aunque Farrell es el abogado en el juicio contra Louis Canetto (Ireland), Ray no se entretiene con los detalles, apoyándose en un dibujo de Canetto que le está haciendo un periodista gráfico, que pasa del “Guilty” al “Not Guilty” mediante una elipsis. Tampoco se detiene demasiado en el juicio a Cookie (aquí Rico pasa directamente a sobornar al jurado, quizá receloso del comportamiento de Farrell).

    - Tratamiento visual: Alcaudón ya ha destacado la belleza de la fotografía de Robert Bronner, en especial el uso del color y el aprovechamiento del formato en scope. Esos rojos de Ray, que ya hemos visto en otros films (como Rebel Without a Cause o Bigger Than Life) rivalizan, sin duda, con los de Minnelli. También merece mención especial la sequedad, la contundencia, sin adornos, con que Ray filma los momentos más violentos (por ejemplo, la guerra de bandas).
    No me alargo más. Un excelente film que nos mantendrá fresco en la memoria el cine de Ray hasta que regrese Alcaudón y entremos en la recta final de su filmografía con The Savage Innocents, King of Kings y 55 Days at Peking (y, como coda final, Lightning Over Water).
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  8. #183
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    Predeterminado Re: Nicholas Ray: revisando sus películas

    Cómo debía estar Nicholas Ray a esas alturas (1958) que el Estudio le obligó a firmar un contrato por el que Ray se comprometía a no beber ni tomar drogas durante la producción.
    Por cierto, se habló en su momento que Robert Wise sería el que dirigiera esta película. En cambio, dirigió finalmente Quiero vivir!, el dramón por el que Susan Hayward se llevó el Globo de Oro en categoría dramática y el Oscar a mejor actriz principal. Estaba muy bien.

  9. #184
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    Predeterminado Re: Nicholas Ray: revisando sus películas

    "Chicago, años 30", otra obra maestra de Nicholas Ray en mi opinión. Mas de acuerdo con la crítica de Alcaudón que con la de mad dog earle en esta ocasión; además tengo que reconocer mi debilidad por Taylor y Charisse, ambos están espléndidos... aunque el resto de actores también, y ese lujo, color, cinemascope me flipa en un género como este.

    ¡Ah!, los dos números musicales me encantan... ¿acaso lo dudabais?

    Fuera coñas, los veo muy bien enfocados, montados y escenificados, a la altura de cualquier otro de esos grandes musicales de la MGM, ninguno como este estudio para mostrarnos como se debe filmar un numero de baile.
    tomaszapa, mad dog earle, Alcaudón y 1 usuarios han agradecido esto.

  10. #185
    Senior Member Avatar de tomaszapa
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    Predeterminado Re: Nicholas Ray: revisando sus películas

    Ahí sí que se nota el buen hacer de toda la plantilla MGM. Le tenían tomada la medida a los musicales.

  11. #186
    gurú Avatar de Otto+
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    Predeterminado Re: Nicholas Ray: revisando sus películas

    Cita Iniciado por mad dog earle Ver mensaje
    17. Chicago, año 30 (Party Girl, 1958)
    Desde la primera vez que vi el film siempre me ha impactado su uso del color. Como decís, ese rojo o ese rosa en el número musical en un decorado que parece un coliseo romano. Para mí también es de lo más grande que hizo Ray.
    Y curiosamente establezco un paralelismo curioso entre este film y otro de Robert Taylor también con bigote, esta vez capo de gángsters absoluto él, Johnny Eager ("Senda prohibida"). Si en el film de ray el capo es Lee J. Cobb (actor del método) y Taylor su mano derecha y jurista, en el film de Mervyn LeRoy el padrino taimado y astuto es Taylor siendo su mano derecha un Van Heflin que parece anticiparse a "los actores del método" en cuanto a su afectada forma de interpretar y que le otorgó el Oscar a mejor secundario en su año.



    Lo mejor de todo es que el desgarbado peinado de Heflin en el film parece estar detrás de la inspiración del más exagerado de Sean Penn en Carlito's Way (Atrapado por su pasado), donde también hace de jurista del capo Al Pacino.

    Este film de Ray supuso la última entrada de cierta enjundia en las filmos tanto de Charysse como, especialmente, de Taylor, pese a que este estuvo bajo contrato, creo recordar aunque no sé si exclusivo, con el estudio Disney.

    por si no me hubiera referido ya al Método, Ray destaca lo siguiente sobre su actor principal, un Taylor que nunca llegó a considerarse en serio un actor en el sentido de brillante pero que a mí me suele gustar: "Director Nicholas Ray was certainly impressed with Robert Taylor's commitment. "He worked for me like a true Method actor," said Ray, who remembered Taylor going to an osteologist, poring over X-rays and asking probing questions so that he would have an understanding of where in his body the pain would be from his character's crippled leg."

  12. #187
    gurú Avatar de Otto+
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    Predeterminado Re: Nicholas Ray: revisando sus películas

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    Cómo debía estar Nicholas Ray a esas alturas (1958) que el Estudio le obligó a firmar un contrato por el que Ray se comprometía a no beber ni tomar drogas durante la producción.
    Por cierto, se habló en su momento que Robert Wise sería el que dirigiera esta película. En cambio, dirigió finalmente Quiero vivir!, el dramón por el que Susan Hayward se llevó el Globo de Oro en categoría dramática y el Oscar a mejor actriz principal. Estaba muy bien.
    No te quiero contar también hacia 1958 cómo iba de alcoholizado Dana Andrews a los rodajes. En los dos films que hizo con Lang y en "Night of the demon" tocó uno de sus picos más bajos. Según Susan Andrews, hija del actor, el hecho de que se evadiera de sus dudas existenciales y del panorama hollywoodiense mediante la bebida hizo que no trabajara en más ocasiones con William Wyler aparte de "The best years of our lives", una de las cumbres del actor. La cumbre. Había muchos Dana Andrews en Dana Andrews, eso sí, muy raramente violento. Era un hombre muy llevadero en la vida normal pese a que no entrara a congeniar habitualmente demasiado con compañeros de reparto en un film. Y le preocupaba caer en el esnobismo y la hipocresía de Hollywood.
    Última edición por Otto+; 06/07/2021 a las 22:13

  13. #188
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    Predeterminado Re: Nicholas Ray: revisando sus películas

    18. Los dientes del diablo (The Savage Innocents, 1960)

    [Atención a la última frase del comentario de Alcaudón... ¡Quién te ha visto y quién te ve, compañero! ]

    Cita Iniciado por Alcaudón Ver mensaje
    EL ÚLTIMO GRAN ROMÁNTICO DEL CINE CLÁSICO NORTEAMERICANO

    O

    REVISANDO LA FILMOGRAFÍA DE NICHOLAS RAY / PARTE XVII:

    OMBRE BIANCHE / THE SAVAGE INNOCENTS / LES DENTS DU DIABLE (1960, LOS DIENTES DEL DIABLO)



    Co-producción entre Italia, Reino Unido y Francia.

    Estudio: Magic Film (Roma), Gray Film – Pathé (París), Joseph Janni – Appia Film (Londres) / Paramount Pictures Corp.

    Productor: Maleno Malenotti.

    Guión: Nicholas Ray, basado en la adaptación de Hans Ruesch y Franco Solinas de la novela “Top of the World” (Nueva York, 1950) de Hans Ruesch.

    Dirección artística: Don Ashton.

    Fotografía: Aldo Tonti (en Technicolor y Technirama (exhibida en Super Technirama 70)).

    Música: Franco Lavagnino.

    Reparto: Anthony Quinn (Inuk), Yoko Tani (Asiak), Marie Yang (Powtee), Peter O’Toole (Policía).

    Duración: 110 minutos.

    Inicio de rodaje: 8 de junio de 1959.

    Estreno: 15 de marzo de 1960 (Roma).

    Segunda co-producción en la carrera de Nicholas Ray (tras la fallida BITTER VICTORY), LOS DIENTES DEL DIABLO fue el primer libreto que el director elaboró en solitario y tal vez por ello y por la libertad de la que gozó durante el rodaje (en exteriores naturales), la consideraba su mejor obra.

    Una película que podemos hermanarla a la recientemente comentada WIND ACROSS THE EVERGLADES, cantos a la Naturaleza, al paisaje agreste y virgen, a lo que se aúna en esta ocasión el respeto a las costumbres y el modo de vida de los aborígenes del norte del Canadá: los esquimales.

    Lejos quedan los tiempos de NANOOK OF THE NORTH (1922, NANUK, EL ESQUIMAL) de Robert Flaherty, un semi-documental que marcó un antes y un después en la Historia del Cine.

    LOS DIENTES… le sirve a Ray de un lado para elaborar otra de esas historias de amor que configuran el espinazo de sus mejores películas (en este caso, el amor entre Inuk (un entonado Anthony Quinn) y Asiak (Yoko Tani, todo un descubrimiento)) y de otro hablar sobre el choque de culturas que se da entre pueblos que no comparten nexos de unión.



    La película comienza con un voz en “off” que se oirá varias veces a lo largo de la misma, lo que le aporta un cierto grado de documentalismo afín a la mítica obra de Flaherty.

    Nos habla sucintamente de los pobladores originales de las tierras cercanas al Polo Norte.

    Un pueblo de nómadas que se llaman a sí mismos los “Hombres”. Nosotros los llamamos esquimales, o sea, “Hombres que comen carne cruda”.

    Un pueblo que en plena era atómica se sirven de arcos y flechas y arpones para ganarse el sustento. Un pueblo que comparte todo lo que posee. Un pueblo que desconoce lo que es la mentira. Una tierra donde la caza abunda pero las mujeres escasean.

    Esta es la historia de Inuk. Un hombre que no tiene todavía una mujer “con la que reír” (bonita expresión donde la haya).

    Inuk se acerca al iglú de su amigo Anarwick y de su esposa Lulik donde inquiere por la tan ansiada llegada de las hijas de su hermano, ambas casaderas.

    Anarwick ofrece a su esposa para que “ría” con Inuk pero el ofrecimiento es rechazado lo que provoca la pelea entre ambos. Pelea que acaba, como es costumbre entre ellos, golpeando la cabeza del contrario contra la pared del iglú, hasta dejarlo inconsciente. Los esquimales tienen la cabeza dura. Los hombres blancos no. Un detalle a tener en cuenta…

    Inuk pide perdón a su amigo por su ingratitud pero él se justifica en que quiere una mujer para él sólo.

    Finalmente la llegada de la viuda del hermano de Anarwick, Powtee (una estupenda Marie Yang) y sus dos hijas, Imina (Kaida Horiuchi) y Asiak (Yoko Tani, el gran hallazgo de la película), provocará la duda en Inuk ante la decisión de decantarse por una o por otra. Además vienen acompañadas de un hombre, Kiddok (Anthony Chinn (no Quinn)) que también opta a la mano de la mayor de ellas, Imina. Que casualmente es la que, en un principio, gusta a Inuk.

    Mientras Inuk y Anarwick salen de caza, Kiddok se lleva a Imina lo que provocará la persecución por parte del primero.

    Pero finalmente será la actitud de Asiak, en una de esas escenas mágicas tan típicas del mejor Ray, cuando Inuk se dé cuenta de que ella es el gran amor de su vida.

    Mientras se refugian de la tormenta Inuk se queja de tener los pies fríos y Asiak, ni corta ni perezosa, se los mete debajo de su abrigo y entre sus senos para darle calor. Una escena tan hermosa como definitoria del genio del director de Wisconsin cuando establece el primer vínculo amoroso entre los protagonistas (ya sea de ésta o de cualquier otra de sus películas más personales, o sea, las más románticas).

    Como mi estado de salud no es el mejor trataré de abreviar para que la estancia delante del ordenador no se me haga más dolorosa de lo debido.

    Lógicamente, Inuk se quedará definitivamente con Asiak y su anciana madre, una mujer a la que le queda ya poco tiempo para reunirse con sus antepasados.

    La belleza de los paisajes árticos, potenciados por el uso del Technirama, un formato que proporcionaba una gran nitidez de imagen (y que en este caso fue potenciada aún más por el tiraje de copias en 70mm), nos narra la vida cotidiana de Inuk y su nueva familia.

    En otra escena de enorme belleza, la madre de Asiak, decide que ha llegado ya su última hora. Pero antes de morir le transmite sus conocimientos sobre el parto del niño o niña que ya está en camino. Unos consejos terribles pero necesarios en un mundo tan hostil como en el que viven. Su cuerpo servirá de alimento al oso polar, el cual a su vez será tal vez presa de un cazador y el círculo quedará cerrado.

    Las dos escenas mencionadas, el primer “contacto” entre Inuk y Asiak, y la muerte de la madre de esta última, son suficientes para considerar esta película una de las grandes de la filmografía de su director.

    El contacto con los usos de la civilización, en este caso, un compatriota que usa un fusil (algo desconocido hasta entonces), hará desear a Inuk tener uno. Pero para ello tendrá que matar muchos zorros plateados.

    La llegada al puesto donde comercian los blancos y los esquimales será el detonante de la parte final de la trama.

    En el puesto, un misionero, les seguirá hasta su iglú y allí tratará de convertir a Inuk y a su esposa al cristianismo. Incapaz de hacerse entender (los esquimales no comprenden el concepto de Dios (y quién…)), despreciando su comida y, lo que es peor, yacer con la mujer de Inuk provoca la ira de éste y al igual que como hizo antes con su amigo, golpeará su cabeza contra las paredes del iglú. Pero ya lo decía antes, los hombres blancos no tienen la cabeza tan dura como los esquimales…

    La búsqueda por parte de dos policías (uno de ellos el pronto famoso Peter O’Toole – que aquí, además, aparece incomprensiblemente doblado - ) del paradero de Inuk para llevarle ante la justicia nos llevará a ese choque entre civilizaciones que no comparten casi nada en común.

    Un Peter O’Toole que finalmente dejará libre a Inuk cuando se de cuenta de que es completamente inocente. Un ser noble que no se rige por los mismos parámetros de la cada vez más sofocante civilización.

    En otra hermosa escena (y van…) O’Toole insulta a Inuk gravemente pues ve que es la única forma de que su (ahora) amigo vuelva allí donde pertenece. Donde la gente no miente. Donde nadie codicia los bienes ajenos. Donde se vive en armonía con la naturaleza.

    Fin de la historia. El dolor me reclama.

    Feliz tarde a todos.

    Ah, y por si no ha quedado claro, una de las grandes películas de su director. No la mejor, pero sí una hermosa obra.



    P. D. Me hubiera gustado haber embellecido la crónica con algunas bonitas imágenes pero estoy exhausto y además cada vez es más difícil encontrar las que uno desea en concreto.


    Cita Iniciado por mad dog earle Ver mensaje
    Los dientes del diablo (The Savage Innocents) (1960), de Nicholas Ray.

    The Savage Innocents (no acabo de entender de dónde sale el título español, también utilizado en otras lenguas, que me parece un tanto tontorrón: ¿a qué dientes del diablo se refiere?) es un film de lo más peculiar. Coproducción franco-italo-británica narra una historia de esquimales, rodada en Canadá y Groenlandia (y en los estudios Pinewood de Londres). La película parte de un guion firmado por Nicholas Ray que adapta la novela “Top of the World”, escrita en Estados Unidos en inglés por el novelista suizo Hans Ruesch, el cual confesaba que no había tenido en su vida ningún contacto con los esquimales, y que partía de... ¡una película de W.S. van Dyke, Eskimo, a su vez basada en unos libros de un autor danés! Para hacer más extraña todavía la mezcla, Inuk, el esquimal protagonista, está interpretado por un mexicano, Anthony Quinn (que tiene de esquimal lo mismo que yo de hotentote), y habla exclusivamente un inglés macarrónico a pesar de no haber tenido nunca contacto con el “hombre blanco”. Pero es que además su esposa, Asiak, es la actriz franco-nipona Yâko Tani, y el resto de supuestos esquimales un ramillete de actores de origen o de aspecto más o menos asiático, como su rival, Kiddok, Anthony Chinn (tiene guasa que el rival de Anthony Quinn sea Anthony Chinn... ni hecho exprofeso), de origen chino-brasileño, hablando todos ellos por supuesto el mismo inglés macarrónico que Inuk, algunos de ellos doblados.



    Pero aún hay más: uno de los policías que perseguirá a Inuk, acusado de la muerte, accidental, de un sacerdote cristiano, es Peter O’Toole, doblado para la ocasión, lo cual llevó al actor a negarse a aparecer en los títulos de crédito.



    A eso hay que añadir la mezcla no siempre bien resulta de imágenes de estudio con unos fabulosos paisajes naturales (solo por ellos vale la pena ver la película): firma la fotografía Aldo Tonti y también según imdb y otras fuentes Peter Hennessy (quizá uno rodó en estudio y en otro en exteriores, lo ignoro).

    Lo más curioso es que a pesar de todo ese poti-poti, que decimos en catalán, de ese conjunto de incongruencias, algunas francamente ridículas, como el apartado lingüístico, o de esa insistencia en presentar a los esquimales riéndose de forma un tanto infantil, la película siempre ha conseguido atraparme, fascinarme incluso, aunque reconozco que esta vez, quizá influido por la edición no anamórfica del DVD de Sueva, que convierte el fantástico formato (el film está rodado en Super Technirama 70: dejo la aclaración técnica a Alcaudón) original en un sello en la pantalla, me ha gustado menos que otras veces, o me ha parecido encontrarle más puntos débiles.





    El film empieza mal para estómagos sensibles: un oso polar es arponeado y empieza a sangrar tiñendo las aguas de rojo (¿imagen de archivo; trucaje? Quiero pensar que no es una imagen real para la película...). A partir de ese momento, como si de un relato de Jack London se tratara, vamos a ver como una pequeña comunidad de esquimales se enfrenta con las duras condiciones de vida del Ártico: la caza, las relaciones familiares, la lucha por la supervivencia, etc. No sé hasta que punto lo que se muestra es fiel a la realidad de esas comunidades (me permito dudarlo), pero para ver una película documental sobre el tema ya tenemos Nanook of the North, de Robert J. Flaherty. Aquí estamos más en el terreno del cine de aventuras, bien intencionado, con un ligerísimo acento ecologista: la civilización “blanca”, con su comercio, su religión intolerante, sus jukebox, su alcohol, su comida enlatada, sus armas, sus aviones y sus reglas, “más fuertes que los que las hicieron” (como dirá al final el policía interpretado por O’Toole) parecen el origen de todos los males de esos “salvajes inocentes” del título.



    Así, comprenderá el policía que lo mejor para Inuk, Asiak y su hijo pequeño, es que se alejen para siempre de la civilización occidental y vivan los peligros de las tierras heladas, en comunión con la naturaleza. El mensaje parece una reedición del de Muerte en los pantanos, en que veíamos cómo Murdock (Plummer) y Cottonmouth (Burl Ives) acababan comprendiéndose uno al otro y compartiendo su rechazo a las convenciones burguesas de la sociedad “civilizada”. ¿Nos está expresando Ray cuál es su posición ante la sociedad, es un mensaje sociopolítico, ideológico, en forma de film de aventuras? Quizá sí. En todo caso, me sigue pareciendo un magnífico film de aventuras, de los que desgraciadamente ya no se suelen hacer hoy en día.

    Y cuando Alcaudón disponga, nos tocará revisar una película “divina”: Rey de reyes (que creo no haber visto desde mi más tierna infancia, durante esas inacabables y siniestras Semanas Santas).
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  14. #189
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    Predeterminado Re: Nicholas Ray: revisando sus películas

    Cita Iniciado por Otto+ Ver mensaje
    No te quiero contar también hacia 1958 cómo iba de alcoholizado Dana Andrews a los rodajes. En los dos films que hizo con Lang y en "Night of the demon" tocó uno de sus picos más bajos. Según Susan Andrews, hija del actor, el hecho de que se evadiera de sus dudas existenciales y del panorama hollywoodiense mediante la bebida hizo que no trabajara en más ocasiones con William Wyler aparte de "The best years of our lives", una de las cumbres del actor. La cumbre. Había muchos Dana Andrews en Dana Andrews, eso sí, muy raramente violento. Era un hombre muy llevadero en la vida normal pese a que no entrara a congeniar habitualmente demasiado con compañeros de reparto en un film. Y le preocupaba caer en el esnobismo y la hipocresía de Hollywood.
    No. No me cuentes Pues era la combinación perfecta. Ahí Ray y Andrews, cuántas botellas se beberían a dos manos Pero Ray, además, se pasaba de la raya

  15. #190
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    Predeterminado Re: Nicholas Ray: revisando sus películas

    Por cierto, Bob Dylan, jovencito, vio la película de Ray, y escribió The mighty Quinn, que la ha cantado medio mundo.
    La versión más exitosa fue la de Manfred Mann, que alcanzó el número 1 en la UK Singles y el 10 en el HOt 100.

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  16. #191
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    Predeterminado Re: Nicholas Ray: revisando sus películas

    Recordádme que tengo una curiosidad de lo más simpática referente a la espléndida LA NOCHE DEL DEMONIO (1957), de Jacques Tourneur, de la que tengo una sobresaliente edición en BD de la mano de la británica Power House.



    Dana Andrews, que bien podría ser el Buster Keaton del cine sonoro, es uno de los pocos actores que siempre estaba bien y además era de lo más ecléctico, aunque donde más brillo en mi modesta opinión fue en el cine negro y no sólo por sus colaboraciones (imprescindibles) con Otto Preminger.



    En cuanto a lo de las imágenes el culpable fue el querido (y añorado por estos foros) compañero muchogris.


  17. #192
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    Predeterminado Re: Nicholas Ray: revisando sus películas

    Cierto. Andrews, como comenté, es una de mis debilidades. Incluso confesé que me hubiera gustado reencarnarme en él. Y desde luego, el cine negro le sentaba de maravilla.
    DE La noche del demonio tengo un bootleg que editaron por aquí. Creo que se ve muy bien, a pesar de ser un Bd-r. Por lo que me costó, tampoco le hago ascos. A ver si en esta ola de clásicos, se deciden por edtarla.

  18. #193
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    Predeterminado Re: Nicholas Ray: revisando sus películas

    Cita Iniciado por tomaszapa Ver mensaje
    No. No me cuentes Pues era la combinación perfecta. Ahí Ray y Andrews, cuántas botellas se beberían a dos manos Pero Ray, además, se pasaba de la raya
    Empiezo a creer que Nicholas Ray era a director con adicciones lo que Sterling Hayden, intérprete, a las suyas. Y ambos demostraron un culto por la naturaleza y un modo de vida "rústico" vistas sus intenciones.

  19. #194
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    Predeterminado Re: Nicholas Ray: revisando sus películas

    Cita Iniciado por Alcaudón Ver mensaje
    Recordádme que tengo una curiosidad de lo más simpática referente a la espléndida LA NOCHE DEL DEMONIO (1957), de Jacques Tourneur, de la que tengo una sobresaliente edición en BD de la mano de la británica Power House.



    Dana Andrews, que bien podría ser el Buster Keaton del cine sonoro, es uno de los pocos actores que siempre estaba bien y además era de lo más ecléctico, aunque donde más brillo en mi modesta opinión fue en el cine negro y no sólo por sus colaboraciones (imprescindibles) con Otto Preminger.



    En cuanto a lo de las imágenes el culpable fue el querido (y añorado por estos foros) compañero muchogris.

    El director preferido de Dana fue Lewis Milestone, de los pocos que llegaron a visitarle en su casa. Con Renoir y Tourneur también congenió muy bien; con Preminger....ejem.... las películas que hizo con él, la mayoría no las tenía en gran estima. Era un intérprete ideal para films de gran trasfondo psicológico, un rostro rocoso pero vulnerable o inquieto más allá de la fachada, ya fueran westerns, noirs o thrillers.

  20. #195
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    Predeterminado Re: Nicholas Ray: revisando sus películas

    Esos beberían lo más grande, pero en Hollywood hubo dos personajes sin igual:

    - Por un lado, Bogart, que era un reconocido grandísimo bebedor. No lo escondía. Una vez llegó de vacaciones de Italia y dijo literal: "como no me gusta la pasta, me he alimentado de whisky y sopa". Tiene tantas anécdotas (como la del rodaje de La reina de Africa) que daría para un libro.

    - Por otro lado, Spencer Tracy. Este bebía más en privado. A veces, se encerraba en su habitación del hotel y bebía hasta perder la conciencia. Y a veces, la Hepburn (su pareja oficiosa) le seguía por los bares que solía frecuentar para disimuladamente controlar que no perdiera el sentido y traerlo de vuelta a casa.

  21. #196
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    Predeterminado Re: Nicholas Ray: revisando sus películas

    Pues la preproducción y el rodaje de JOHNNY GUITAR debió ser de lo más curioso.

    Por un lado Ray asegurándose de que era Philip Yordan y no uno de sus "negros" habituales (Ben Maddow u otros) el que elaboraba el libreto.

    Y por otro la Republic (la más pequeña de las Grandes o la más grande de las Pequeñas) controlando que el director se mantuviera sobrio durante la filmación.


  22. #197
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    Predeterminado Re: Nicholas Ray: revisando sus películas

    Cita Iniciado por tomaszapa Ver mensaje
    Esos beberían lo más grande, pero en Hollywood hubo dos personajes sin igual:

    - Por un lado, Bogart, que era un reconocido grandísimo bebedor. No lo escondía. Una vez llegó de vacaciones de Italia y dijo literal: "como no me gusta la pasta, me he alimentado de whisky y sopa". Tiene tantas anécdotas (como la del rodaje de La reina de Africa) que daría para un libro.

    - Por otro lado, Spencer Tracy. Este bebía más en privado. A veces, se encerraba en su habitación del hotel y bebía hasta perder la conciencia. Y a veces, la Hepburn (su pareja oficiosa) le seguía por los bares que solía frecuentar para disimuladamente controlar que no perdiera el sentido y traerlo de vuelta a casa.
    Veronica Lake machacó su hígado lo inmachacable.

  23. #198
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    Predeterminado Re: Nicholas Ray: revisando sus películas

    Y yo que en mi vida he probado el alcohol y ni siquiera he fumado un simple cigarillo.

    Por cierto, dado que los que me traían la televisión me han hecho esperar toda la mañana no he podido ir a casa de mi madre a comer (y de paso traerme algunas cosas al nuevo piso) y por eso no he podido enseñaros todavía esa "curiosidad" que os comentaba sobre LA NOCHE DEL DEMONIO (o LA MALDICIÓN DEL DEMONIO, como la titularon en los EUA). A ver si mañana no se me olvida.


  24. #199
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    Predeterminado Re: Nicholas Ray: revisando sus películas

    19. Rey de reyes (King of Kings, 1961)

    Cita Iniciado por Alcaudón Ver mensaje
    LA HISTORIA (DE AMOR) MÁS GRANDE JAMÁS CONTADA

    O

    EL ÚLTIMO GRAN ROMÁNTICO DEL CINE CLÁSICO NORTEAMERICANO

    O

    REVISANDO LA FILMOGRAFÍA DE NICHOLAS RAY / PARTE XIX:

    KING OF KINGS (1961, REY DE REYES)



    Estudio: Samuel Bronston Productions, Inc. / Metro-Goldwyn-Mayer, Inc.

    Productor: Samuel Bronston.

    Guión: Philip Yordan (y Ray Bradbury).

    Fotografía: Franz F. Planer, Milton Krasner y Manuel Berenguer (en Technicolor y Technirama (exhibida en Super Technirama 70)).

    Música: Miklos Rozsa.

    Reparto: Jeffrey Hunter (Jesús), Siobhan McKenna (María), Hurd Hatfield (Poncio Pilato), Ron Randell (Lucius), Viveca Linfords (Claudia), Rita Gam (Herodías), Carmen Sevilla (María Magdalena), Brigid Bazlen (Salomé), Harry Guardino (Barrabás), Rip Torn (Judas), Frank Thring (Herodes Antipas), Guy Rolfe (Caifás), Royal Dano (Pedro) + Robert Ryan (Juan el Bautista) + Orson Welles (Narrador).

    Duración: 171 minutos.

    Inicio de rodaje: 6 de mayo de 1960.

    Estreno: 11 de octubre de 1961.

    A falta de ver THE KING OF KINGS (1927, EL REY DE REYES) de Cecil B. DeMille, película con la que estilísticamente parece compartir poco salvo, lógicamente, la figura (¿histórica?) de Jesús de Nazaret, lo cierto es que la película de Bronston y Ray tiene como antecedente más preclaro y directo el descomunal éxito de crítica y público que supuso el BEN-HUR (1959, ídem) de William Wyler, la película más galardonada de toda la historia del cine (11 Oscars de 12 nominaciones).

    Y lo cierto es que ambas producciones tienen elementos en común.

    De un lado el haber sido producidas al amparo de la todopoderosa MGM.

    De otro la presencia en la banda sonora del gran Miklos Rozsa, uno de los más grandes compositores de la historia del cine.

    Igualmente, en ambas producciones la tipografía de los títulos de crédito es similar.





    Y también ambas, dada su larga duración, incluyen Overture, Intermission y Entr’acte (REY DE REYES además Exit Music).

    Además ambas cuentan con un narrador (no acreditado) aunque bien es cierto que mientras que en BEN-HUR su presencia es testimonial (el actor Finlay Currie que encarna a Baltasar) en REY DE REYES la narración transcurre a lo largo de toda la película (con la impecable dicción del gran Orson Welles).

    También hay una más que notable similitud entre los carteles de las películas. Véase al respecto:





    Y, lógicamente, el comienzo es similar, con el nacimiento de Jesús y la llegada de los Tres Reyes Magos.

    Sin embargo, ahí acaban las semejanzas.

    Mientras que en BEN-HUR a Jesús nunca le vemos el rostro y su presencia en la película es breve pero determinante, en REY DE REYES el Mesías encarnado con notable convicción por el prematuramente desaparecido Jeffrey Hunter (1926-1969) es alguien más cercano, más humano. De hecho probablemente era la primera vez que la figura de Jesús era vista en la gran pantalla de una forma más naturista, menos manierista de lo que era habitual en el cine (dentro y fuera de Hollywood) de la época.



    Antes de entrar en detalles (espero ser breve y conciso, que ya me conozco) lo cierto es que aunque me daba una pereza tremenda revisar estas obras postreras de la filmografía de Ray (incluyo 55 DÍAS EN PEKÍN) lo cierto es que he de admitir que he pasado un rato la mar de agradable y los 171 minutos de proyección no se me han hecho para nada pesados.

    Si como ya he dicho en repetidas ocasiones las mejores películas de Ray son aquellas en las desarrolla apasionantes (y apasionadas) historias de amor (tengan o no un trágico final) qué decir de la figura de Jesús, una persona que se sacrificó por amor a toda la humanidad.

    Rápidamente he de decir que no soy una persona creyente. Más bien todo lo contrario.

    Sigamos.

    El acierto de Ray y de su guionista Yordan (o de alguno de los “negros” que escribían habitualmente para él) consiste no sólo en humanizar la figura de Cristo sino también en dotar de suficiente entidad a los demás personajes que comparten su historia para que podamos entender mejor todos los puntos de vista de la narración.

    Tal vez la actriz que encarna a la Vírgen María (Siobhan McKenna) sea un tanto mayor para encarnar a un personaje tan importante en la vida de Jesús pero lo cierto es que ese grado de madurez le da justamente un punto de credibilidad del que solía carecer en producciones más tempranas.



    Tenemos el Poncio Pilato encarnado por Hurd Hatfield (el Dorian Gray de la famosa adaptación de Albert Lewin) alguien a quien el emperador Tiberio le encarga pacificar Judea y que él ve como su camino para llegar a suceder al citado en la capital del Imperio.



    Y el centurión romano Lucius (Ron Randell) personaje que logra equilibrar su deber hacia el Imperio con la defensa ante Poncio Pilato del propio Jesús.



    El elenco femenino bascula entre la mujer de Poncio, Claudia (Viveca Linfords), hija de Tiberio, alguien al que el sermón de la montaña (del que hablaremos a continuación) hace cambiar por completo sus convicciones más íntimas y las menos “virtuosas” Herodías (Rita Gam) y su hija Salomé (Brigid Bazlen), esta última la que pedirá la cabeza del Bautista (el siempre excelente Robert Ryan) como premio por su danza ante los ojos ávidos de Herodes (un excesivamente teatral Frank Thring). Y qué decir de la bellísima Carmen Sevilla como María Magdalena. Lástima que su papel en la película sea tan breve.













    [Off topic:

    Me gustaría recomendar al respecto la reciente película MARY MAGDALENE (2018, MARÍA MAGDALENA) de Garth Davis, un excelente (y moderno) acercamiento a dicha figura, superlativamente interpretada por la exquisita Rooney Mara y en la que aparece un igualmente espléndido Joaquín Phoenix como Jesús.

    Fin del off topic]

    Por el contrario los apóstoles que acompañan a Jesús están escasamente desarrollados y donde destaca especialmente Judas (Rip Torn), primero lugarteniente de Barrabás (Harry Guardino) y luego el más ferviente seguidor de Jesús (y, ciertamente, el más próximo a él – ese beso con el que acusa a su maestro tiene más de un significado - ).



    Antes mencionaba la justamente celebre escena del sermón de la montaña. Sin lugar a dudas el instante más inspirado de toda la película.



    La forma en la que Ray planifica el parlamento de Jesús, moviéndose entre la masa, contestando a las preguntas de los oyentes e inquiriendo a su vez a sus interlocutores es modélica. El excelente uso del Technirama (que aporta una notable nitidez a la imagen), magnificado en este caso por su ampliación a los 70mm, junto al cromatismo que el director aporta (Jesús, de rojo; los que acuden a oírle, policromados) hacen de esta escena el nudo gordiano de la historia.



    Igualmente es excelente la idea de usar la profundidad de campo en las escenas más dramáticas disponiendo Ray siempre la figura principal en primerísimo plano y al fondo, perfectamente nítida, el personaje con el que interacciona (ya sea la orden de decapitar a Juan el Bautista o los elocuentes diálogos entre Jesús y su madre).





    También es justo comentar la excelente idea de colocar la cámara en lo alto de la cruz donde yace Jesús y hacer una toma espléndida mientras ésta es situada en posición vertical.



    Y se me olvidaba comentar la excelente escena inicial rodada sin que se oiga una sola palabra cuando Pompeyo penetra en el Templo, las cabezas de los sacerdotes se giran todas a la vez, se acerca a los altos mandatarios y los hace matar para luego penetrar en el lugar más sagrado en busca del oro presuntamente guardado, encontrándose en cambio un sencillo rollo de papel. Un papel que significa todo para ellos pues fue entregado al propio Moisés. Un sacerdote implora a Pompeyo que no lo destruya y éste, en contra de toda lógica, se lo entrega al anciano.

    Decía que no me iba a enrollar pero ya veo que vuelvo a las andadas.

    Como decía, pese a ser un agnóstico recalcitrante, la película de Ray es un excelente ejemplo de cine histórico/religioso que sabe aunar el colosalismo de una gran producción (y lo que ello conlleva) y el intimismo que desprende otra de esas historias “bigger than life” (en este caso más que nunca) tan características del mejor Ray.

    Feliz mediodía a tod@s.



    P. D. La edición en BD de Divisa (2016) tiene una espléndida calidad tanto de imagen como de sonido. Incluye tanto la Overture como el Intermission, el Entr'acte y la Exit Music. Eso sí, los subtítulos están ligeramente desincronizados, lo cual es ciertamente fastidioso.

    Cita Iniciado por mad dog earle Ver mensaje
    Rey de reyes (King of Kings), de Nicholas Ray.

    Primero de todo debo reconocer que el visionado de este film de Ray me ha sorprendido gratamente. Nunca he tenido demasiada afición por los films sobre Cristo, pero en esta ocasión la película tiene numerosos puntos de interés.
    Hay que decir que pese a lo agitado de la producción, que inicialmente era un proyecto impulsado por John Farrow (el padre de Mia), titulado “The Sword and the Cross”, la película resulta notablemente armónica, a pesar de que Ray no controló el montaje, de que se rodaron planos adicionales (al parecer por parte de Charles Walters), o que el guion tuvo participación de diferentes escritores (entre ellos Ray Bradbury), aunque solo aparece acreditado Philip Yordan.

    Precisamente es el guion, sea quien sea el responsable último, uno de los puntos fuertes. La película plantea una interesantísima dualidad entre el Mesías de la paz, Jesús (Jeffrey Hunter, de resplandecientes ojos azules),


    y el Mesías de la guerra, Barrabás (un convincente Harry Guardino). Aquí el bandido de la película de Richard Fleischer es un patriota judío, un guerrillero, un luchador por la libertad de Judea contra los romanos invasores, que no predica la paz sino el uso de las armas. Esa dualidad se refuerza con otros dos personajes: Lucio (Ron Randell), el centurión romano, mano derecha de Pilatos, escéptico y ateo (aunque al final se postrará ante la divinidad de Cristo), hombre de principios que acabará simpatizando con Jesús, al que tendrá que defender ante Pilatos. El otro es Judas (Rip Torn), un idealista, inicialmente lugarteniente de Barrabás, pero que se unirá a Cristo, al que traicionará pero para forzarlo a utilizar su poder contra los romanos (un planteamiento muy original, muy político, que no sé si se ha tratado tal cual en otras ocasiones).

    Estas tensiones internas de lo narrado dan densidad a la película más allá de las servitudes a ciertos elementos inevitables a la hora de tratar la figura de Jesús. Ray y sus guionistas no pueden esquivar (o no quieren) el elemento “mágico”: la adoración de los Reyes Magos, las tentaciones de Satanás en el desierto (con la voz de... ¿Charlton Heston o Ray Milland?, porque a ambos se les atribuye la voz en imdb: a uno, Milland, en el reparto, y al otro, Heston, en el Trivia); los milagros (muy bien resueltos con el uso de la sombra de la mano de Jesús); o la resurrección final, cuando Jesús se aparece a María Magdalena (Carmen Sevilla) y a los apóstoles. Elementos mágicos, reforzados por la música un tanto tópica de Miklos Rózsa, que me da la impresión que son en cierto modo un peaje inevitable, pero que no nos priva de numerosas secuencias que tienen un contenido poco o nada religioso, más bien político: la espléndida secuencia de la entrada de Pompeyo a caballo en el templo de Jerusalén; la muerte de Herodes a pies de su hijo, Antipas (un siniestro Frank Thring, que se mueve como levitando, sacando un magnífico partido del vestuario);



    el ataque de Barrabás a los romanos, con aires casi de western; o el asalto también de Barrabás a Jerusalén, que acabará en masacre, en paralelo a la entrada de Jesús, el pacifista, etc.


    Mención especial también para el episodio de Juan Bautista (sobrio y eficaz, como siempre Robert Ryan), donde toma un protagonismo especial la sensual Salomé (Brigid Bazlen, jovencísima actriz norteamericana de corta carrera).


    En cambio, Ray pasa de puntillas sobre muchos episodios evangélicos, incluidos los latigazos (en parte elididos y en parte fuera de campo) o incluso todo el episodio del Calvario, notablemente reducido en comparación con otros films. Sorprende también la iconografía de la Última Cena, huyendo del cliché devinciano para situar a los apósteles en una mesa en forma de Y.


    Además del guion, el otro punto fuerte del film es el tratamiento visual. No solo se aprovecha al máximo el formato de Super Technirama 70, sino que, como ya destacó Alcaudón, se filman muchos planos con un trabajo óptico novedoso que sitúa igualmente enfocados un personaje en primer plano y otro al fondo. Al parecer, este tipo de planos de consiguieron gracias al trabajo de uno de los tres directores de fotografía acreditados, el alicantino Manuel Berenguer.




    Otro de los efectos visuales reiterados a lo largo del film es el uso de los planos en picado, no solo el de la cruz, que destacó Alcaudón, sino muchos más, como por ejemplo el de la muerte de Herodes o durante el camino del Calvario. No pueden faltar tampoco esos rojos intensos, habituales en Ray, y que aquí aparecen en numerosos planos casi en forma de puras manchas de color. Por último, el trabajo fotográfico parte, sin duda, de numerosos referentes pictóricos, tanto en la iluminación como en la composición del plano, con mención especial al uso de las rejas, que me ha recordado algunas pinturas de Rafael que hay en el Vaticano.

    En resumen, un film que es mucho más que la típica y tópica historia sobre la vida y pasión de Cristo, de gran belleza formal, y de gran soltura a pesar de sus 171 minutos (164 en el DVD).
    tomaszapa, cinefilototal, Otto+ y 1 usuarios han agradecido esto.

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    Predeterminado Re: Nicholas Ray: revisando sus películas

    Seguramente, Nicholas Ray también fuera ateo. Por eso, su interés en esta Rey de Reyes viene de la consideración personal de Cristo como uno de esos rebeldes que él tanto admiraba y no por lo que dijera la Biblia.

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