A ver cómo os lo cuento.
Hoy he tenido sesión de fisio y entre a los que nos estaban machacando había un joven (33 años) que teníais que haber visto: estaba lleno de cicatrices y le faltaba parte de un gemelo. Como nos ha tocado juntos pues lo de siempre, entre los masajistas y nosotros de coña marinera casi 2 horas.
No hacía ademán de que le doliera nada (y eso que estaba con el mejor, el que te cruje vivo, el segundo gallo del corral). Bueno, pues en ningún momento ha hecho ademán de que le doliera ni una pestaña y siempre solícito a las perrerías del suyo. Él llevaba una hora más que yo y salió 5 minutos antes. Al terminar yo me he ido a la ducha y me le he encontrado destrozado sentado en ella.
Obviamente me he interesado por cómo estaba y os puedo decir que estaba destrozado físicamente. Hasta el punto que he tenido que ayudarle a salir de la misma e incluso echarle una mano con la ropa y las zapatillas. Mientras me duchaba yo estabamos charlando y él descansando un poco más el cuerpo.
Luego, al salir, estaba como una puta rosa (o eso creía yo), hemos hecho las bromas típicas a las recepcionistas, patatín, patatán a tomar algo. Fue alejarnos del edificio y cambiar totalmente su estado físico (andares pesados, espalda encorvada y necesidad de descansar)
Mientras tomábamos un zumo él y yo una light me ha contado lo que pasó (accidente de tráfico, en resumidas cuentas). Al poco tiempo ha pasado a recogerle un amigo (hermano de uno de los accidentados) y vuelta a empezar, no dirías que estaba sufriendo lo indecible el chaval. Se ofrecieron a dejarme en el centro y acepté. Conversación, que qué tal, que por qué vienes, etc., pero al preguntarle el amigo a él que cómo lo llevaba le dijo que genial, que casi no tenía dolores, que en pocos meses como nuevo, etc.
Vamos, imaginaos la papeleta y cómo me he quedado yo. No sabía si darle un abrazo por noble o un puñetazo por gilipollas. Por ocultar a quien no debe, en principio, su estado y que un "completo desconocido" sepa más sobre el mismo que un propio amigo.
Pensaba en que no sabía lo que le había pasado al hermano del conductor y que puede que echara pa'lante por evitar la culpa propia o del hermano o vé tú a saber qué. Al llegar despedida típica y coña marinera suya de que no me preocupe, que algún día fijo que le tendré que echar yo una mano a él (en vez de él a mí) y que ya nos encontraremos en las instalaciones.
Espero volver a encontrármele porque es un buen tío y además un cachondo mental (como pone de manifiesto la última broma).
Pero bueno, lo que quería decir, que me ha impresionado como persona y que me sorprende encontrarme con gente tan noble con el sentimiento ajeno.
Que un 10 y bravo sus narices.
Hala, leñe, que quería contarlo.