Me uno a los que les ha gustado.
No es ni la mejor ni la más entretenida película de Guy Ritchie, pero eso no fue impedimento para que me lo pasase pipa en el cine gracias a los continuos piques de ambos protagonistas, el humor negro, las escenas de acción (pocas pero intensas), la grandísima banda sonora y la elegancia que destila todo en general.
Otro punto a favor de la película serían las perlitas visuales que nos regala Ritchie, jugando con el montaje y la cámara de una forma muy suya.
Dos momentos que me encantaron:
Spoiler:
Ojalá haya secuela.