Sí, lo sé. Digo dialecto porque hago la traducción directa de dialetto, (que es como lo decimos en Italia, no decimos "lingua veneta" coloquialmente) y porque actualmente no es lengua oficial (es básicamente oral, no es muy frecuente verlo escrito). Pero no quiero entrar mucho en esto porque ya nos iríamos del todo del tema del hilo (hay una rama nacionalista justamente en el Veneto que reclama la independencia, y este no es el foro para tocar el tema).
Pero más allá del acento está la gramática. Que sí es verdad que se parece, pero un español de entrada no sabe que "dimenticare" es "olvidar", por poner el primer ejemplo tonto que me viene.
En casos como este, que también existen en España como indicas, es complicado porque a cualquier versión probablemente se le pueden sacar pegas. En este caso, me pareció interesantísimo el documental que ya comenté hace unos días, Voces en imágenes, en el que diversos actores de doblaje trataban este tema en concreto. En muchos casos se vieron en la obligación de doblar a actores españoles con el fin de mejorar su actuación (porque más que actores eran físicos recitando palabras, sin más) y en otros a actores extranjeros usados como reclamo comercial.
Habría que preguntarse también si a pesar de ser Novecento una obra maestra no hubiera podido ser igual de grande con actores italianos. Pero no seré yo quien critique a Bertolucci ni sus intenciones (siendo, en mi opinión, el genio que es) ni a los grandísimos actores sin los que, pese a no ser italianos, no sería capaz de imaginarme la misma película.
También tenemos ejemplos actuales como, por ejemplo, películas rodadas en catalán que se doblan (bastante mal, además) al castellano. Hace un par de años vi un debate muy interesante en Versión española en el que Eduard Fernández, hablando del doblaje de 3 días con la familia, justamente comentaba lo difícil de acertar con esto y lo muy en contra que estaba de doblarse a sí mismo, pero a lo que básicamente se veía obligado. Él decía (y estoy bastante de acuerdo con su opinión) que ya había dado la actuación que él y en este caso la directora querían, pero doblarse lo hacía artificial porque ni con mil intentos saldría igual (no mejor ni peor) a la obra original, y en ese caso es falsear su propio trabajo y la intención con la que fue creada.