No hay ningún supositorio para pasar el dolor, no queda más remedio que sufrirlo, y sí, yo también estuve en una situación demasiado parecida (excepto por lo de la pasta), y pasas de tener una vida a no tener nada.
Según el caso que plantea Barker King, él ha pasado de NO tener una vida (o al menos no una propia, tenía la que la interfecta le había permitido tener) a tenerla toda por delante.