No nos engañemos. El grueso de votantes es prácticamente el mismo desde hace años, con una edad media bastante alta. La Academia ha hecho bien en abrir la puerta a mucha gente de fuera, y de toda condición e ideología, pero a toda esa gente no les vas a dar un tiro (metafóricamente hablando, claro). Tienen un gusto determinado y se ve en las elecciones a mejor película sobre todo.

Con las nuevas reglas, vamos viendo nuevas propuestas más pequeñas e interesantes y más diversidad, pero más que nada en las nominaciones. Aún no se ha dado el paso definitivo para arriesgar en cierto modo, y premiar cosas innovadoras o más valientes.