No soy un experto ni nada que se le parezca pero te voy a dar mi punto de vista en base a mis experiencias.
Si tú cojes cuatro papeles blancos de distintos fabricantes y distintas texturas, lo más probable es que tengas cuatro tonalidades blancas distintas. No hay un blanco perfecto en el mundo real. Ése blanco que es 255-255-255 no existe sino en representaciones gráficas.
Las pantallas grises si es cierto que "apagan" el blanco, pero las ventajas son enormes en ambientes no dedicados cómo el salón de casa de paredes (usualmente claras) y techos reflectantes.
Justamente ésos reflejos son los que dan por culo con el contraste y es lo que hay que tratar de controlar.
La memoria visual es muy, pero que muy corta. Tú pones una pantalla gris al lado de una blanca y, sí. Los blancos se verán más grisáceos y el negro será más negro (mayor suelo, ¿O es menor?). Ésto afectará al contraste que es lo que verdaderamente nos interesa. Si tenemos un contraste de 2000:1 la imagen se va a ver mejor que en un contraste de 900:1. En la primera opción los negros serán más profundos y los blancos quizás se vean "apagados" (qué no es tal, recordad la memoria visual). En la segunda, los blancos serán luminosos y los negros grisáceos.
Por éso no vale demasiado ver dos pantallas al mismo tiempo. Aunque cada una ocupe la mitad de la proyección. El contraste de una se verá muy exagerado en comparación de la otra y visceversa.
Mención aparte de que la calibración mínima (brillo y contraste) debe de hacerse para cada superficie.
Lo ideal es ver una imagen en una pantalla blanca con el equipo ajustado a ella y luego mirar la misma escena con la pantalla del color que quieras y el ajuste correspondiente. Si las dos pantallas están montadas al mismo tiempo, mejor aún. Y para cada visualizacioón es preferible dejar pasar unos minutos (beberse una cerveza es una buena unidad de medida) y mirar la nueva imagen unos minutos antes de emitir un juicio. Hay que dejar que el conjunto ojos-cerebro se adapte.
Hay algo que está claro y es que la pantalla gris en ambiente no dedicado, por sí sola, no hará milagros. Subirá un poco el contraste, mejorará un poco los negros y hará percibir los colores un poco más profundos. Pero los reflejos espurios están ahí. Minimizados porque el gris "absorberá" la luz mejor que el blanco, pero no los eliminará.
Ya, después, entran a jugar otras tareas a realizar para mejorar. Un acondicionamiento de unos 2m desde la pantalla hacia el frente en paredes, techo y suelo hará cambiar dramáticamente la imagen, por ejemplo.
Una cantidad de luz adecuada en el proyector (iris más cerrado, modulación del laser, lámpara en baja o un filtro ND) en el proyector hará también lo suyo. Cada cosa que se trabaje con fundamento mejorará la imagen y el disfrute, hasta llegar a la sala dedicada (auscencia de reflejos) dónde ya no es necesario una pantalla gris y es recomendable una blanca.
Y por supuesto que tu sala debe ser no "bastante oscura" (si te refieres a contaminación lumínica) sino completamente oscura. Sin luces naturales ni artificiales. ¿Acaso cuándo vas al cine llevas una linternilla para mantener encendida durante la proyección? ¿Has visto qué molesto es cuándo tu vecino de asiento (el de atrás o el de adelante) está con el puto telefonito mandando mensajes a los colegas relatando, supongo yo, la película?
En definitiva, la elección de la pantalla es un tema complicado y complejo. Hay que tomárselo con calma y hacer la elección adecuada.
Por éso dice un conocido gurú del foro que, en realidad, es más importante la pantalla que el proyector el qué siempre podrás cambiar/vender de forma mucho más sencilla que la pantalla.




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