El videoclub supuso una revolución, pero es que lo de poder grabar todo lo que veías en la tele fue otra revolución bien gorda que en su día hizo correr ríos de tinta. Citando a David Cronenberg "Te gusta William Burroughs, sale por la televisión,
lo grabas y lo tendrás en casa cuando quieras, siempre. Así pues, sin duda forma parte de tu sistema nervioso, está a tu alcance, puedes tocarlo".
Es un tema del que se escribió bastante desde el punto filosófico y sociológico, y de hecho muchas de esas tesis, como las de McLuhan, podemos verlas reflejadas (aunque sea en clave de ciencia ficción) en la estupenda Videodrome.
Todavía recuerdo grabarme episodios de Bioman, aquella serie nipona previa a los Power Rangers, o que, cuando hicieron el primer episodio donde se ve como se convierten en Bioman, yo tenía el vídeo roto y no pude grabarlo, ¡que frustración!
También recuerdo una cinta con un episodio de Bioman donde uno de los amigos del "Leon Amarillo" se convertía en un monstruo. Una escena muy de su estilo, larga y repugnante, donde se va viendo como le crecen las uñas, los dientes... con agonía y sufrimiento. Pues bien, la escena me fascinaba tanto como asqueaba, y la vi como veinte o treinta veces en un día, hasta que, efectivamente, jodí aquel trozo de la cinta
También recuerdo grabar programas de Jose Luis Moreno y sus muñecos, así como programas del Un Dos Tres, especialmente recuerdo un especial de Nochevieja que tenía un sketch donde salía Superman, y que también me empeñé en ver dos o tres veces la misma noche en que lo grabé, fascinado por la posibilidad de que aquello fuera mío; hasta que al final mis padres apagaron el vídeo y me dijeron "Ya podrás verlo mañana las veces que quieras, ahora a dormir"
También recuerdo grabarme pelis de videoclub para mi disfrute personal, aunque muy pocas. Yo no dispuse de dos vídeos hasta que ya viví solo, y era algo muy engorroso. La primera vez, fueron los propios dueños del videoclub Torres los que se ofrecieron, a cambio de unas 1000 pesetas, a grabarme dos películas que yo alquilaba compulsivamente: Superman IV y Mi amigo el orangután. Todavía conservo esa cinta, aunque alguien (no fui yo) grabó aproximadamente una hora encima de Superman IV. No hace mucho aproveché para pasar a DVD Mi amigo orangután.
Mi tío, que "controlaba de vídeos" me grabó, a finales de los 80, en una cinta de 240 minutos, Jóvenes ocultos y Rambo II. Esta la conservé hasta la llegada del DVD.
Por último, yo mismo, ya de adolescente, me grabé Tiburón 3. Una película casi imposible de ver durante algún tiempo, ya que no conoció más edición que la de videoclub hasta entrado ya este siglo, en que toda la saga fue editada tanto en DVD como en VHS. En los 90 la primera y segunda parte sí conocieron una reedición que de hecho, fue muy fácil de conseguir durante mucho tiempo, englobadas en la serie "El mejor cine de Universal" pero la tercera parte fue, durante mucho tiempo, casi imposible de encontrar.