- El hacha del final de la película. Sí, un hacha es utilísima. Pero cuando uno piensa en futuro, en tecnología... en el contexto de la escena, en donde parece que hemos cambiado a escena de terror, DE SLASHER, uno inconscientemente da por buena la aparicón del hacha. De hecho, la lástima es que la escena no sea más larga, tenebrosa, y se viera una sucesión de momentos tensos, hachazos seccionadores, sangachina ingieneril y sangachina ácida polperil. Pero si luego uno piensa que la aparición de una flauta le llamó la atención, más llama la atención la aparición de algo tan visceral, tan atávico, de ese hacha, más con ese mango tan largo, y con ese aspecto tan amenazante.
Un hacha como esa, parece haber salido de los albores de la humanidad, de la lucha denodada y sanguinaria por la supervivencia, y uno no puede sino darle la bienvenida a lo que se antoja un frenesí gore que no llega a tener lugar.
- En Terminator 2, James Cameron nos enseñaba batallas del futuro con rayos láser. En cambio, tanto en Aliens como en Ávatar, el director pone en acción armas, que aunque evolucionadas algunas, dejan un regusto de que no han evolucionado al mismo ritmo que las naves y tecnología que muestra el resto de la película.
En Prometheus, las armas humanas, lo poco que se ven, denotan, si uno lo medita, el mismo arraigo temporal por tiempos pretéritos del armamento.
- El pulpo-facehugger es gigante; el Ingeniero es grande; el pseudo-Alien que sale del ingeniero es grande. Si uno piensa que en Alien el facehugger era más pequeño, el humano era más pequeño, y el Alien que salió era diminuto (al principio)... ¿el pseudo-Alien de Prometheus iba a seguir creciendo hasta ser un gigante?