No sé si es salirse del tema, pero nunca he entendido por qué se puede programar por televisión películas de esta índole (o series de psicópatas sádicos a cualquier hora) y en cambio el porno está completamente desterrado de la pequeña pantalla, de la misma manera que tampoco he llegado nunca a entender por qué se pasó por lo que al porno respecta de una permisividad quizá excesiva (o sin el quizá) durante los últimos años de televisión analógica a una prohibición total, digna de un convento de ursulinas, a partir de la televisión digital. Porque en materia de sexo también hay muchos efectos especiales, maquillaje y ficción, y en definitiva lo que se muestra en un porno, en general (no siempre, está claro), es algo lícito y tan natural como que sin ello no estaríamos aquí debatiendo, mientras que lo de hacer picadillo del personal es algo delictivo y no recomendable (especialmente, si a uno le toca el papel de ingrediente de la chacina).




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