Es quizás de los más redondo que ha hecho Nolan, en ello ayuda su condensado y ajustado metraje. Me recuerda a películas como El Acorazado Potemkin, imágenes y montaje. Las pegas que le pondría son que en su desenlace se echa en falta más conflicto, un climax más marcado, y que el discurso final implorando la salvación a los Estados Unidos sobra.