Mis series favoritas, es decir, aquellas a las que en algún momento de mi vida estuve enganchado, son:
- Aquellos maravillosos años (la mejor voz en off de todos los tiempos y nostálgica como ninguna)
- Las chicas de oro (cuatro actrices como la copa de un pino revolucionaron el panorama televisivo de los 80 y gustaban a jóvenes y mayores)
- La hora de Bill Cosby (cuando yo era niño, creía que todas las familias eran o debían ser tan felices como lo eran los Huxtable)
- Mash (el humor, la ironía y la socarronería como arma contra la Guerra y un Alan Alda estupendo)
- Cheers (la felicidad de entrar a un bar y te conozca todo el mundo ¡NORRRRRRRRM¡)
- Los Soprano (cuando la televisión se pone seria y hace buen cine. Tony era estupendo, pero Carmela, su mujer era un portento de actuación)
- Los Simpsons (cuando los americanos aprendieron a reirse de sí mismos e imbatibles, a prueba de repeticiones en A3)
- Los Roper (cuando lo feo era bonito: magníficos actores)
- Little Britain (el descaro y el talento, unidos para reirse de ellos mismos)
- Arriba y abajo (hicieron que lo clásico no fuera sinónimo de aburrido, las actuaciones sentaban cátedra)