Tema: Revisando la filmografía de la Hammer Film Productions (1948-1978)

Al final me he metido entre pecho y espalda 13 horas de trabajos continuadas, de 8:00 a 21:00, o sea, una hora más de la que tenía prevista.

Como tengo que recuperar 28 horas me he quitado 6 de una tacada.

Ahorita mismo me voy a la cama que me he despertado a las 6:45.

Y sigo con las rodillas muy doloridas.

Largometraje n.º 101 (de 150) de la Hammer Film Productions Ltd.:

THE PLAGUE OF THE ZOMBIES (1966)



Director: John Gilling.

Producción: Hammer Film Productions Ltd. / Associated British-Pathé Ltd. / Seven Arts Productions, Inc.

Distribución: Warner-Pathé Distributors Ltd. (Reino Unido) / Twentieth Century-Fox Film Corp. (EUA).

Productor: Anthony Nelson Keys.

Guion: Peter Bryan [y John Gilling (no acreditado)].

Fotografía: Arthur Grant, en Technicolor y formato panorámico (1.66:1).

Diseño de producción: Bernard Robinson.

Música: James Bernard, supervisada por Philip Martell.

Montaje: Chris Barnes, supervisado por James Needs.

Reparto: André Morell (Sir James Forbes), Diane Clare (Sylvia [Forbes]), John Carson (Clive Hamilton/El Amo), Alex Davion (Denver), Jacqueline Pearce (Alice [Tompson]), Brook Williams (Dr. Peter Tompson), Michael Ripper (Sargento Swift) y Marcus Hammond (Martinus).

Rodaje: del 28 de julio al 6 de septiembre de 1965.

Duración: 1 h 29 m 54 s. (Copia en BD editada por StudioCanal en Reino Unido en 2012).

Estreno (Reino Unido): 9 de enero de 1966 (en programa doble junto a DRÁCULA, PRÍNCIPE DE LAS TINIEBLAS (1966), de Terence Fisher), con preestreno el 17 de diciembre de 1965.

Estreno (EUA): 12 de enero de 1966 (en programa doble junto a DRÁCULA, PRÍNCIPE DE LAS TINIEBLAS (1966), de Terence Fisher).



La modesta THE PLAGUE OF THE ZOMBIES antecedió en tan sólo dos años a la fundacional (aunque igualmente modesta) LA NOCHE DE LOS MUERTOS VIVIENTES (1968), de George A. Romero y cuya fértil descendencia ha llegado hasta nuestros días (léase la excelente serie de televisión THE WALKING DEAD (2010-2022) o su derivación, FEAR THE WALKING DEAD (2015-…)).



Curiosamente sería un director español quien firmase la que seguramente sea la mejor secuela de la primera entrega de las seis que Romero dedicó al más irracional de los Monstruos que pobló nuestras pesadillas cuando no éramos más que tiernos infantes.

Lógicamente me estoy refiriendo a NO PROFANAR EL SUEÑO DE LOS MUERTOS (1974), de Jorge Grau (1930-2018) y con la que la nacional Ediciones 79 ha dado el pistoletazo de salida a su colección Fantaterror (FT-01, 2021) con una excelente calidad de imagen y un jugoso surtido de extras a su altura.



Por cierto, tengo en mente dedicar un programa doble a esos dos primeros títulos tanto pronto como tenga un hueco en mi (cada vez más) apretada agenda de revisiones…

Pero nos estamos yendo por la tangente.

THE PLAGUE OF THE ZOMBIES no tiene aparentemente nada que ver con LA NOCHE DE LOS MUERTOS VIVIENTES.

Al menos en la forma, dado que una está rodada en color y formato panorámico y la otra en blanco y negro y formato cuadrado.

Sin embargo, la cosa no está tan clara si hablamos del fondo, como espero comentar a continuación...

Si hablásemos en términos discográficos THE PLAGUE OF THE ZOMBIES vendría a ser la cara B del single DRÁCULA, PRÍNCIPE DE LAS TINIEBLAS dado que ambas se estrenaron a la vez, en programa doble, a uno y otro lado del Atlántico.



Claro que a veces la susodicha cara B resultaba igual de buena o incluso mejor que la mucho más publicitada cara A.

Y no es que la segunda entrega (real) del Conde más famoso de todos los tiempos sea una mala película, todo lo contrario, sino que ya va siendo hora de que una joya tan poco conocida (y apreciada) como la cinta hoy comentada tenga un mayor reconocimiento.

Como ya dije en el comentario anterior la Hammer, a instancias del (excelente) productor Anthony Nelson Keys, rodó cuatro películas back-to-back, o sea, usando los mismos equipos técnicos y repartos con el fin de sacar la máxima rentabilidad con el mínimo coste.

De esta forma tendríamos los emparejamientos DRÁCULA, PRÍNCIPE DE LAS TINIEBAS / RASPUTÍN, más caras, rodadas en Scope y que conformarían esa cara A de la que antes hablaba y THE PLAGUE OF THE ZOMBIES / THE REPTILE, más pobretonas, sin ninguno de los actores iconos de la compañía, o sea, la susodicha cara B del sencillo.

El temperamental guionista/director John Gilling (1912-1984) – y que, por cierto, murió en la capital de nuestro país – ...



... ya había trabajado en una fecha tan temprana como 1951 con la Hammer, pero a raíz de un encontronazo con uno de los mandamases de la compañía, James Carreras, por la negativa de este a acreditarle como el guionista original, fue castigado con el exilio de por vida…

… hasta su regreso en 1960, gracias al formidable éxito comercial que supuso una película de la competencia, la espléndida LA CARNE Y EL DEMONIO y que, para más inri, contaba con la estrella máxima de la compañía, el gran Peter Cushing…



- Por cierto, rodada en Dyaliscope y no en Dylascope, como indica erróneamente el cartel original... -

Su primera película para la Hammer sería la simpática THE SHADOW OF THE CAT (1961), con un André Morell que se convertiría en uno de los actores fetiches del director y la imperial (y bellísima) Barbara Shelley.



Gracias a un trio de cintas de aventuras (THE PIRATES OF BLOOD RIVER (1962), THE SCARLET BLADE (1963) y REBELIÓN EN LA INDIA (1965)) forjó una estrecha relación profesional y personal con el productor Anthony Nelson Keys.



- Peter Cushing y Anthony Nelson Keys en el set de rodaje -

A raíz de la misma Gilling fue elegido para dirigir consecutivamente THE PLAGUE OF THE ZOMBIES y THE REPTILE, dos cintas que se desmarcaban claramente de las Criaturas heredadas de la Universal siguiendo la senda abierta por la espléndida LA GORGONA (1964), de Terence Fisher.

Si el mencionado André Morell (1909-1978) sería el protagonista de THE PLAGUE, la joven y bella Jacqueline Pearce (1943-2018) se convertiría en el nexo de unión entre ambas propuestas.





Y si Terence Fisher formó un tándem creativo imbatible con el gran Jack Asher (1916-1991) algo similar hizo Gilling con el prematuramente desaparecido Arthur Grant (1915-1972) con quien colaboró en sus mejores titulos.

La venganza es un plato que se sirve frío.

Gilling, cuyo (excelente) libreto para LA GORGONA había sido severamente alterado por el productor (y también guionista) Anthony Hinds, accedió a encargarse de las dos películas con la condición de que tuviese carta blanca para reescribir los guiones de las mismas a su modo y manera.

En el caso de la cinta hoy comentada la excelencia del mismo, así como la amistad que mantenía con Peter Bryan (1919-1972) – quien, curiosamente, fue primero operador de cámara – la reelaboración del libreto fue mínima.

No sucedió lo mismo con el de THE REPTILE firmado por John Elder, pseudónimo habitual de Anthony Hinds…

Como decía, la venganza es un plato que se sirve frío...

Pero esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión…

La importancia de Bryan fue determinante para aunar esta propuesta con una previa dirigida por el maestro Terence Fisher y de la que el primero fue el guionista como es EL PERRO DE BASKERVILLE (1959) y en la que Morell encarnaría al infatigable compañero de aventuras, el doctor Watson.

Y es que el inicio de ambas películas es muy similar.

Un grupo de nobles libertinos (vestidos con chaquetas rojas…), acólitos de un discípulo aventajado del mismísimo Diablo (allí Sir Hugo Baskerville (David Oxley), aquí el esquire Clive Hamilton (John Carson)) que hacen y deshacen a su antojo y que lo mismo se dedican a la caza del zorro que a la de jóvenes (y virginales) doncellas…



Aunque ciertamente Hamilton derroche mucho más encanto que Baskerville...



Se me olvidó mencionar que la historia tiene lugar en 1860 en Cornualles, en la punta suroccidental de Inglaterra, los mismos parajes que exploró a conciencia la (bellísima) escritora Daphne du Maurier (1907-1989) en sus populares novelas (desde “La posada Jamaica” (1936) hasta “Mi prima Rachel” (1951), pasando por “Rebeca” (1938) o “El río del Francés” (1941)).



He aquí por tanto un posible nexo de unión entre las cintas de Gilling y Romero dado que ambas acaban por transmutarse de perturbadoras cintas de terror en inteligentes parábolas sociales.

Y es que bajo su apariencia truculenta (en ese sentido es una de las cintas más terroríficas de la Hammer)…







… THE PLAGUE OF THE ZOMBIES esconde en el fondo una mirada nada compasiva acerca de las abismales diferencias entre las clases sociales que existían en la Inglaterra victoriana, en sintonía con la senda abierta por el maestro Terence Fisher desde la fundacional LA MALDICIÓN DE FRANKENSTEIN (1957).

¿O acaso no es ciertamente siniestro que los que han sido (cuasi)esclavos en vida lo sigan siendo cuando mueren?



En ese sentido y cómo muy bien afirmaba el compañero Alex Fletcher, THE PLAGUE OF THE ZOMBIES viene a ser heredera de la espléndida LA LEGIÓN DE LOS HOMBRES SIN ALMA (1932) de los Hermanos Halperin.





Si allí “Murder” Legendre (un formidable Bela Lugosi) usaba de la brujería y de sus poderes hipnóticos para comandar una legión de zombis con el fin de trabajar en los campos de caña de azúcar de los que era dueño, aquí el citado esquire Clive Hamilton (al que sus acólitos llaman respetuosamente “El Amo”) utilizará igualmente las artes aprendidas en Haití para convertir a los ciudadanos que están a su cargo en auténticos muertos vivientes a los que obliga a trabajar en las minas de estaño de sus antepasados.

Lo más curioso es que la película tiene, al menos, otra posible lectura como es ser una traslación notablemente fiel de la novela “Drácula” (1897), de Bram Stoker.

De hecho, casi más fiel que la versión que Terence Fisher rodó en 1957…

De esta forma podríamos establecer los siguientes emparejamientos:

Conde Drácula > Esquire Hamilton

Ambos usan la sangre como vínculo de unión con sus víctimas y que protegen de las miradas indiscretas las heridas inflingidas por sus Amos, ya sean en el cuello o en las muñecas, con vendajes...



Van Helsing > Sir James

Un erudito que viene del exterior (allí Países Bajos, aquí Londres) para acabar con la amenaza que se cierne sobre una atemorizada (y supersticiosa) población…



Mina > Sylvia

Una figura femenina convertida en obsesión…



Lucy > Alice

La amiga de la (co)protagonista y que se convierte en la primera víctima (femenina) del noble…



Dr. Seward > Dr. Tompson

La carta que el pupilo le escriba a su maestro en busca de ayuda...



La película atesora, como decía, alguna de las imágenes más perturbadoras vistas hasta ahora en una cinta Hammer, como la espléndida escena de la vuelta a la (no) vida de la pobre Alice convertida en un zombi y que nos recuerda poderosamente a una de esas novias del citado Conde…









o la más recordada (e imitada hasta la saciedad) de los muertos vivientes saliendo de sus tumbas…



… y que, en realidad, corresponde a un sueño que sufre el Dr. Tompson después de haber asistido al decapitamiento de su esposa…



… una práctica, por cierto, muy ligada a la figura del vampiro…

Destacar finalmente no sólo la excelente puesta en escena de Gilling y la espléndida fotografía de Grant sino también la (como siempre) envolvente música del gran James Bernard y, por supuesto, la impagable labor del diseñador de producción Bernard Robinson capaz de reutilizar una y otra vez los mismos decorados sin que apenas nos demos cuenta.



Y, por supuesto, esos toques sádicos...



... y fálicos...



... que impregan la historia aquí y allá, en la mejor tradición Hammer...

Como decía al principio de la crónica, a veces las caras B de los singles eran mejores que las A.

Quizás por ello y como un guiño al querido amigo tomaszapa el cuarteto de Liverpool publicó tres de sus mejores sencillos con dos caras A:

“Day Tripper” / “We Can Work it Out” (3 de diciembre de 1965)

“Eleanor Rigby” / “Yellow Submarine” (5 de agosto de 1966)

“Penny Lane” / “Strawberry Fields Forever” (17 de febrero de 1967)

Para algo eran los mejores…



Feliz tarde/noche o lo que se tercie.

Y felices pesadillas…



…

Filmografía de John Gilling (como director) para la Hammer (según fecha de rodaje):

1960 / THE SHADOW OF THE CAT

1961 / THE PIRATES OF BLOOD RIVER

1963 / THE SCARLET BLADE

1964 / THE BRIGAND OF KANDAHAR / REBELIÓN EN LA INDIA

1965 / THE PLAGUE OF THE ZOMBIES

1965 / THE REPTILE

1966 / THE MUMMY’S SHROUD



P.D. Ningún zombi ha sido dañado durante la escritura de esta reseña.

La revisé ayer. Si me animo mañana o el lunes publicaré un breve comentario. Ya avanzo que, aunque me parece un film "simpático" (si esto se puede decir de un film de zombis), y atractivo en su modestia, en mi opinión queda muy lejos de ser una "joya". Eso sí, seguro que quedaba la mar de bien en un programa doble, a poder ser de cine de barrio. Y André Morell domina la pantalla. Ahora bien, en la comparación con la extraordinaria White Zombie, una de esas extrañas flores que crecían en el "cinema bis", sale claramente perdedora.

Por cierto, ¿tienes intención de comentar The Reptile y The Mummy's Shroud?

A ver cómo se van desarrollando los acontecimientos...

Muy buena review de "La plaga de los zombies" (1966).

Soy también de la opinión que se trata de un muy buen filme, con la calidad típica de la productora inglesa Hammer; aquí se dan todas sus constantes habituales; para mí uno de los mejores, y eso que a priori no me suelen gustar los muertos andantes...

Aquí tiene un guión que va siempre al grano, aunque a veces demasiado rápido pasa todo, el uso del color, vestuario, maquillaje y decorados es perfecto, tiene sus partes de horror y de intriga, además mezcla zombies y vudú, para que sea un cóctel movidito...

La escena onírica del protagonista es sencillamente lo mejor del filme, por lo bien realizado que está (a pesar del poco presupuesto, una constante en la Hammer) y por lo terrorífico que es.

A mi me gustó también esas escenas iniciales en donde la chica es asaltada y rodeadas por esos acolitos vestidos de rojo (por la cacería del zorro), me parecen muy sensuales y a la vez agobiantes secuencias en donde se lo hacen pasar muy mal a la protagonista, aunque no sólo al principio, sino durante toda la trama.



En definitiva, una muy buena película, y eso que no tiene estrellas ni actores demasiado conocidos salvo el entrañable Andre Morell, y mi actor fetiche de la Hammer Michael Ripper, que me hace gracia verlo siempre en todas las producciones de este tipo...

A ver si me animo y la próxima entrega es el otro programa doble, RASPUTÍN / THE REPTILE.

Iniciado por cinefilototal

Aquí tiene un guión que va siempre al grano, aunque a veces demasiado rápido pasa todo, el uso del color, vestuario, maquillajey decorados es perfecto, tiene sus partes de horror y de intriga, además mezcla zombies y vudú, para que sea un cóctel movidito...

Hombre, maquillaje... Precisamente, el maquillaje de los zombis canta por soleares. La secuencia final en la mina roza el ridículo... Y en algún momento cae en él de pleno.

Iniciado por mad dog earle

Hombre, maquillaje... Precisamente, el maquillaje de los zombis canta por soleares. La secuencia final en la mina roza el ridículo... Y en algún momento cae en él de pleno.

Son los años 60, UK, serie "B", Hammer... para mi gusto está muy bien, es lo que había en la época... ahora se hace todo mejor, hay mas medios y también los retoques digitales y tal, pero yo prefiero siempre lo artesanal, ya sabes que estoy chapado a la antigua.

No, si yo también prefiero lo artesanal al empacho actual de CGI, pero eso no quita que lo de los zombis sea de lo más chapucero. Hay uno o dos que lucen una máscara digna de Michael Myers.

Como siempre, excelente reviews del compañero Alcaudón. Al parecer la calidad de las mismas nunca se ven afectadas ,independientemente del estado de salud del compañero, que espero que se encuentre mejor.

La peli de "La plaga de los zombies" a mi de siempre me ha gustado, es una gran desconocida, pero pese a lo cual, la prefiero antes que algunas pelis que forman parte de sagas Hammer más conocidas (La Momia, Drácula, Frankenstein).

A mi el maquillaje de los zombies me gusta, es verdad que en algunos figurantes canta, pero en otros está bastante mejor. Me resulta bastante resultón, dado el escaso presupuesto. Ese toque cutrecillo le da un aire especial, que me encanta, y que muchas pelis de hoy en día, con la tecnología digital, no consiguen imprimir.

Y de las pelis de zombies vudú, (que de siempre me han gustado menos que los zombies carnivoros creados por Romero) es una de mis preferidas. Porque en la mayoria de este tipo, a mi me parecen tipos sonámbulos que no dan ningún miedo, y desde la primera vez que vi esta peli, me sorprendió por eso precisamente, porque en este caso, el aspecto no es de sonámbulos.

La plaga de los zombis (The Plague of the Zombies, 1966), de John Gilling



Las virtudes de The Plague of the Zombies son, en cierto modo, también sus defectos. Por un lado, su modestia nos genera simpatía, nos hace recordar, al menos a los más veteranos, esos programas dobles disfrutados durante la infancia en los cines de barrio, donde el film de Gilling hubiera sido (o fue, aunque no tengo memoria de haberla visto entonces) un perfecto complemento. Argumento sencillo, personajes de una pieza y una buena dosis de misterio: ¿cuál es el motivo de tantas muertes entre los hombres jóvenes de una pequeña población de Cornualles? ¿qué pasa en esa mina “abandonada”? ¿cuál es el objetivo de la extraña secta que lidera Clive Hamilton, el terrateniente (cuyos sicarios se comportan de manera parecida al Sir Hugo Baskerville y sus compinches del film de Fisher)?



¿sufrirá también Sylvia el fatal destino de Alice? Todas las preguntas que se van generando durante el visionado se resuelven (bueno, no del todo) en un final trepidante (arropado por la música de James Bernard… que suena como muchas otras bandas sonoras de Bernard), un tanto atropellado, y, al menos para mí, bastante insatisfactorio, aunque la escena del fuego en el despacho de Hamilton tiene su qué.

Pero esas virtudes no pueden disimular las costuras de un film que hubiera necesitado de mejores soluciones narrativas y técnicas. Por un lado, la ambientación es pobretona, especialmente en el capítulo de la iluminación. ¡Pero si no hay noche ni sombras ni oscuridades inquietantes! Hamilton se dejaría, hoy en día, los beneficios de la mina zombificada en la factura de la luz. Este “problema” (al menos para mí) era algo habitual en algunos films de la Hammer (como también en los de Roger Corman): la obsesión por iluminar hasta el rincón más recóndito, no sé si para alejarse y diferenciarse de la tradición del cine clásico de terror de influencia expresionista. Además, el maquillaje y vestuario de los zombis acaba resultando hilarante, especialmente en la escena final en la mina, donde los sicarios de Hamilton se dedican mecánicamente a fustigar con el látigo a los pobres zombis. ¡Coño, déjalos trabajar, no los estés golpeando mientras recogen los pedruscos, que ya tienen bastante desgracia!



Lo siento, pero se me escapó la risa en más de una ocasión, como cuando uno de los zombis muestra a las claras que su rostro… es una máscara como la que lucía Myers en Halloween, una especie de careta retocada del capitán Kirk. Leo que era para proteger al actor del fuego, pero sea por lo que fuera me parece una chapuza, agravada por ponerle a todo luz y más luz. ¡Si Val Lewton levantara la cabeza!

Si a eso añadimos que, salvo André Morell, que está espléndido,



como Sir James, y John Carson como Hamilton, el reparto, en mi opinión, deja bastante que desear, y que hay que recurrir a una dosis extra de suspensión de la incredulidad para aceptar la trama, el resultado me parece disfrutable solo si uno está dispuesto a regresar a ese terreno de la infancia en que la sola mención de la palabra “zombi” o el sonido enloquecido de los tambores que abre la ficción o las máscaras inquietantes que lucen los integrantes de la secta eran suficientes para provocar una gozosa sensación de terror.



De adulto, eso sí, uno puede teorizar sobre el “mensaje” oculto del film, esa especie de alegoría de la explotación capitalista, que no duda en exprimir la mano de obra incluso más allá de la muerte. Con todo, da para una sesión de tarde apañada, especialmente si se puede complementar con un film de más fuste, como era, por ejemplo, Dracula: Prince of Darkness.

Ten en cuenta, caro amigo, que los presupuestos con los que se manejaba la Hammer en EUA no se rodaban ni siquiera las películas de serie B.

Recordemos, por ejemplo, que LA MALDICIÓN DE FRANKENSTEIN, la película que lo inició todo, tan sólo costó 65.000 libras esterlinas. Y DRÁCULA poco más de 80.000.

A mí me parece una cinta magnífica y que además se desmarca de la (obligada) herencia Universal.

Esa escasez de presupuesto, que se nota, ayuda a simpatizar con ella (en general, me atraen las películas de serie B o "bis"), pero lo pobretón nunca es un motivo suficiente para valorar positivamente un film. Yo me lo pasé bien en esta revisión, pero tanto como para calificarla de "joya" o "magnífica", sinceramente, no, me parecen hipérboles.

Ya sabes que soy hiperbólico por naturaleza.

Y, costara lo que costara, la película me sigue pareciendo una excelente película.

Aquí es cuando tomaszapa tendría que recuperar el cartel de Don Erre que erre.

Iniciado por mad dog earle

Aquí es cuando tomaszapa tendría que recuperar el cartel de Don Erre que erre.

¡¡A mi también me gustó mucho!!...

Ayer me vi RASPUTÍN (1966), de Don Sharp.

A ver si las rodillas me dan una tregua y me pongo esta misma tarde/noche con el comentario.

La siguiente entrega será THE REPTILE (1966), de John Gilling, que se estrenó junto a la anterior en programa doble, como DRÁCULA, PRÍNCIPE DE LAS TINIEBLAS y THE PLAGUE OF THE ZOMBIES.

Esta de Rasputin, creo que no me suena de haberla visto nunca.

Fue la tercera de las tres cintas que el australiano Don Sharp rodó para la Hammer, tras THE KISS OF THE VAMPIRE (ya comentada en este mismo rincón) y THE DEVIL-SHIP PIRATES.

Iniciado por Nomenclatus

Esta de Rasputin, creo que no me suena de haberla visto nunca.

Salió en aquella colección de manga films sobre varios títulos de la Hammer en dvd hace la tira de años.

Yo tengo la edición británica de StudioCanal...

Tengo la reseña bastante bien encaminada pero he llegado a casa un poco mareado (desde luego no me acompaña la salud en los últimos tiempos...) y además tengo que madrugar (y mucho, al menos para mis estánderes habituales) puesto que voy a recuperar 5 de las 28 horas que (se supone) que debemos a la empresa (pública) y, por tanto, estaré como Charlton Heston en la escena de galera en BEN-HUR de 8:00 a 20:00.

Eso sí, si mañana me levanto bien...

En esta ocasión no voy a revisar la película de Sharp. En primer lugar, porque el cine de Sharp es, en general, más bien discreto, y tengo la agenda cinéfila a tope. Además, la vi hace un tiempo (compruebo que casi seis años) y la comenté en el "otro rincón".

RASPUTIN: THE MAD MONK (1966, RASPUTÍN)



Director: Don Sharp.

Producción: Hammer Film Productions Ltd. / Associated British-Pathé Ltd. / Seven Arts Productions, Inc.

Distribución: Warner-Pathé Distributors Ltd. (Reino Unido) / Twentieth Century-Fox Film Corp. (EUA).

Productor: Anthony Nelson Keys.

Guion: John Elder (Anthony Hinds).

Fotografía: Michael Reed, en Technicolor y CinemaScope (2.35:1). [En EUA las copias se exhibieron en Color by De Luxe].

Diseño de producción: Bernard Robinson.

Música: Don Banks, supervisada por Philip Martell.

Montaje: Roy Hyde, supervisado por James Needs.

Reparto: Christopher Lee (Rasputín), Barbara Shelley (Sonia), Richard Pasco (Dr. Boris Zargo), Francis Matthews (Ivan Kesnikoff), Suzan Farmer (Vanessa), Dinsdale Landen (Peter) y Renée Asherson (Alejandra, Emperatriz de Rusia).

Presupuesto: 111.617 libras esterlinas.

Rodaje: del 8 de junio al 20 de julio de 1965.

Duración: 1 h 32 m 22 s. (Copia en BD editada por StudioCanal en Reino Unido en 2015).

Estreno (Reino Unido): 6 de marzo de 1966 (en programa doble junto a THE REPTILE (1966), de John Gilling), con preestreno el 14 de febrero.

Estreno (EUA): 6 de abril de 1966 (en programa doble junto a THE REPTILE (1966), de John Gilling).



Tercera y última colaboración del director australiano Don Sharp (1921-2011) con la Hammer tras THE KISS OF THE VAMPIRE (1963) – la primera cinta de vampiros de la compañía sin la presencia de Drácula y/o Van Helsing ergo Christopher Lee y/o Peter Cushing – y la aventurera THE DEVIL-SHIP PIRATES (1964), donde coincidiría por primera vez con el protagonista de la película hoy comentada, el mencionado Lee y con el que más adelante establecería una fructífera colaboración en la serie dedicada al personaje de Fu Manchú (THE FACE OF FU MANCHU (1965) y THE BRIDES OF FU MANCHU (1966)).



- Richard Pasco y Don Sharp durante el rodaje de RASPUTÍN -

Como ya he comentado en las dos últimas reseñas fue idea del productor Anthony Nelson Keys el que DRÁCULA PRÍNCIPE DE LAS TINIEBLAS, RASPUTÍN, THE PLAGUE OF THE ZOMBIES y THE REPTILE se rodasen de forma consecutiva con el fin de ahorrar costes y de estrenarlas en formato de programa doble, reutilizando los decorados y compartiendo equipos técnicos y casting.



Por supuesto el reparto no fue equitativo.

Las dos cintas protagonizadas por Lee contaron con un presupuesto (algo) más holgado y además se rodaron en Scope (Techniscope y CinemaScope, respectivamente), mientras que a las dirigidas por John Gilling les correspondió bailar con la más fea, léase carencia de alguna de las grandes estrellas de la casa y uso del más económico formato panorámico para su exhibición.

RASPUTÍN ciertamente está lejos de la calidad alcanzada por la (auténtica) secuela de DRÁCULA (1958), aunque para Christopher Lee supuso una de las mayores satisfacciones de su carrera, al menos la que discurrió en el seno de la Hammer.



Y es que el actor tuvo la oportunidad de conocer cuando era niño no sólo a la hija de Rasputín, Maria Rasputina (1898-1977) sino también a los (supuestos) asesinos de su padre, Grigori Rasputín (1869-1916), Félix Yusúpov (1887-1967) y Demetrio Románov (1891-1942), lo que le permitió preparar con mucha más dedicación de la habitual su papel.



DRÁCULA, PRÍNCIPE DE LAS TINIEBLAS y RASPUTÍN parece una la imagen especular de la otra puesto que no sólo comparten el mismo operador (el excelente Michael Reed, un discípulo aventajado del gran Jack Asher), diseñador de producción (el incombustible Bernard Robinson, capaz de convertir el castillo de Drácula en la mansión de Ivan) y reparto (Lee, Shelley, Matthews y Farmer) sino también el hecho de que su protagonista posea una fuerza de voluntad – expresada además a través de su penetrante mirada – capaz de doblegar la voluntad de sus víctimas, habitualmente pertenecientes al sexo femenino.





Ese emparejamiento deja bien a las claras la importancia de quién se encuentre en la silla del director, el gran Terence Fisher en la primera y el mero artesano Don Sharp en la segunda.

Es por tanto la puesta en escena de uno y otro lo que las diferencia y lo que hace que una sea una espléndida secuela de la cinta original y la otra un vehículo para el lucimiento exclusivo de un Christopher Lee que ya había dejado de estar a la sombra de su colega (y gran amigo) Peter Cushing.



Ambas comparten además esa obsesión por la mirada y para muestra, un botón…





vs.





... o sea, Lee vs. Farmer...

... aunque la (auténtica) protagonista femenina sea la Sonia encarnada por Shelley...

Por ello la más dolorosa de todas las miradas sera aquella con la que Rasputín le ordene a Sonia que se suicide...





Pero al contrario que en DRÁCULA, PRÍNCIPE DE LAS TINIEBLAS, el resto de protagonistas apenas tiene importancia en la trama y sus personajes están escasamente trabajados, a excepción del encarnado por la imperial Barbara Shelley.





- En la edición británica de StudioCanal que me ha servido de base para la reseña se incluye un muy interesante audiocomentario en el que intervienen Lee, Shelley, Matthews y Farmer, aunque lógicamente no incluye subtítulos en castellano.

Y, por supuesto, hay uno mucho más atractivo en la superior DRÁCULA, PRÍNCIPE DE LAS TINIEBLAS y que no pude ver (o mejor dicho escuchar) en su momento por problemas de agenda (demasiadas revisiones… ).

Recordemos que Lee murió en 2015, Shelley en 2021, Matthews en 2014 y Farmer en 2017. Richard Pasco, que había coprotagonizado la espléndida LA GORGONA, lo hizo en 2014, pero no interviene (imagino que por problemas de salud) en el audiocomentario. -

Además si en DRÁCULA, PRÍNCIPE DE LAS TINIEBLAS teníamos dos matrimonios (Charles Tingwell / Barbara Shelley y Francis Matthews / Suzan Farmer) aquí lo que hay son parejas de hermanos (Dinsdale Landen / Shelley y (de nuevo) Matthews / Farmer), con lo que cual la carga erótico/sensual de la propuesta queda notablemente disminuida.



A pesar de contar con un sólido apoyo financiero debido a los sustanciosos acuerdos con los grandes estudios de Hollywood como decía al principio los decorados de una producción se reutilizaban en la siguiente y de esta forma no es sorprendente (aunque sí curioso) que si en DRÁCULA, PRÍNCIPE DE LAS TINIEBLAS el Conde perecía bajo las gélidas aguas que rodeaban su castillo, en RASPUTÍN lo hará sobre las que circundan el hogar de los Kesnikoff.





Destacar eso sí y como ya indicaba la excelente labor tras las cámaras de Michael Reed (quien ya había colaborado con Fisher en LA GORGONA) y que dota a las imágenes de ese cromatismo exacerbado heredado de su maestro, Jack Asher, con el característico uso de los colores azul, rojo y verde y que aprovecha el ancho formato para situar a los personajes en los extremos de la pantalla...



Un título menor pero simpático de la compañía que por primera vez se autodenominó “La Casa del Horror”, como podéis apreciar en el segundo de los pósteres que acompañan esta modesta reseña.

Antes de desearos a todos una feliz tarde y un próspero Año Nuevo, comentaros que en la edición británica se incluye igualmente la película en el formato alternativo 2.55:1.

Una puntualización al respecto.

Las tres primeras películas que se rodaron en CinemaScope (un procedimiento desarrollado por la 20th Century-Fox, que aquí ejerce de cofinanciadora y distribuidora) se exhibieron en formato 2.66:1 (LA TÚNICA SAGRADA, CÓMO CASARSE CON UN MILLONARIO y DUELO EN EL FONDO DEL MAR).

Sin embargo, en ese mismo año (1953) se tomó la decisión de recortar dicho formato a 2.55:1…



… y que se aplicaría por primera vez en DEMETRIUS Y LOS GLADIADORES, superior secuela de la mencionada LA TÚNICA SAGRADA.

No obstante habría todavía un cambio posterior, hacia 1956, que lo redujo al más conocido 2.35:1.

Pero esa es otra historia…

Ah, y se me olvidaba mencionar que la copia de StudioCanal no es la británica sino la norteamericana, como se puede apreciar en los créditos en el apartado del color...



Dulces pesadillas…

Próxima (y espero que inminente) entrega del coleccionable…

… THE REPTILE (1966), de John Gilling, la cara B del single hoy comentado…

… y una película ciertamente más atractiva…


…

Filmografía de Don Sharp (1921-2011) para Hammer (según fecha de rodaje):

1962 / THE KISS OF THE VAMPIRE (ya comentada en este mismo rincón)

1963 / THE DEVIL-SHIP PIRATES

1965 / RASPUTÍN