
Iniciado por
Jane Olsen
No hay una respuesta única, y ni siquiera fácil para ésto. Como persona que ha estudiado cosas relacionadas con la historia del arte y la conservación de bienes culturales durante bastante tiempo, estoy en posición de decirlo. Muchos dirán que el autor tiene el derecho a alterar su obra, y por supuesto, es un derecho totalmente legítimo. Pero otros dirán que la obra es la que es y la que salió y cómo la vio la gente, aunque no fuera la que el autor quisiera haber hecho. Hay que aceptarla con su limitación y sus imperfecciones, pues son producto y testimonio de unas circunstancias históricas o sociales, y son parte de la historia de la obra, de sus avatares y vicisitudes. Por otra parte ¿cuál es la obra que vio el mundo? Porque puede no ser ni la que el autor quiso hacer, ni la que vemos hoy, y a veces ni si quiera se sabe cómo era o como se quería hacer. Y por supuesto, no es lo mismo que la altere el autor o que la altere otro, o que se altere porque éste no quedó satisfecho con la obra (Miguel Ángel parece que nunca lo estaba) o porque quiera restituirla porque se hubiere dañado (y por supuesto, no todos los daños son iguales: no es lo mismo que se estropee por una catástrofe natural, como un terremoto, una inundación, o que sea dañada de manera más o menos intencional: atentados, guerras, vandalismo, incluso censura). Por poner un ejemplo de actualidad: ahora se discute qué hacer con Notre Dame. Hay quien dice que se tiene que reconstruír tal y como estaba, porque es parte de la idiosincrasia de París, y por extensión, de Europa. Es tal su fuerza y su prestigio que no se puede dejar esa imagen mutilada (y sin embargo ¡cuántas estatutas de la Antigüedad están sin cabeza, o sin brazos, no hay más que pensar en el Torso del Belvedere o la Venus de Milo..!). Otros dicen que hay que dejarla como está ahora, o poner algo diferente en el techo, que se vea que no es de la época: que se vean las cicatrices de Notre Dame, y se vea que ha sobrevivido. Pero es que lo que veíamos no era lo que estaba originariamente: en su mayoría, lo que se han quemado fueron las reconstrucciones que Viollet-Le-Duc hizo en el siglo XIX de manera bastante libre, para que la catedral pareciera más gótica y más medieval. ¿Lo ponemos cómo estaba o podría estar en el siglo XIII? ¿Lo ponemos cómo estaba en el siglo XIX? ¿O lo ponemos cómo debería estar en el siglo XXI? Probablemente hay razones buenas y malas para decantarse o para rechazar una opción u otra.