Sí, los referentes genéricos son esos. Quizá el tono en general es más oscuro (como en El ministerio del miedo, de Lang), pero la inclusión de elementos humorísticos, distanciadores de la acción, puede recordar a Hitchcock, aunque el maestro inglés era muchísimo más hábil que Bergman en ese terreno. Recoge también ese ambiente propio de la Segunda Guerra Mundial, de colectivos de refugiados en cuyo seno se mueven espías camuflados como pobres represaliados (eso pasa literalmente en una secuencia que no he descrito). Pero quizá 1950 ya era un poco tarde para ese argumento. No obstante, el problema no creo que sea tanto de argumento (que es un ejemplo típico y tópico del género) como de guion y dirección. Con materiales tan o más pobres Hitchcock hizo obras maestras. Lo que resulta evidente es que con films como este, el mercado internacional no se podía sentir demasiado interesado en la cinematografía sueca. Los norteamericanos e incluso los británicos estaban haciendo un cine muy superior.