Es que todo el tema ese de la venganza, el destino al que no se puede escapar...es muy germánico, y está presente en muchísimas obras de Lang, incluso en las aparentemente más triviales, como Los contrabandistas de Moonfleet o el díptico La tumba india/El tigre de Esnapur. En El ministerio del miedo y Clandestino y caballero (otra que se podría meter en el mismo saco), yo lo que noto es que se ven demasiado quizá las intenciones propagandísticas de las películas, que Lang no estaba del todo cómodo (a Lang se le ha acusado, en alguna ocasión, de ser un cripto-nazi), que se ve un poco el andamiaje (y yo creo que, en general, Lang nunca estuvo del todo cómodo en Hollywood, lo que no impidió que hiciera grandes películas), no se si me explico. Estaba haciendo un guiso con unos ingredientes que quizá no le gustaban mucho, o eran los que tenía disponibles, pese a lo cual salió un buen guiso. Quizá, como dices, el caso de Bergman se parece al de Lang, en el sentido de que ambos compartían esa vena típicamente germánica, ese gusto por el destino y por tratar ciertos temas metafísicos, si bien quizá el sueco va más lejos que el alemán, que quizá no profundice tanto y se quede un poco en la mera ilustración de libro de cuentos. También Lang tiraba de historias bastante pulp en ocasiones, si bien el resultado creo que es muy distinto que en Hitchcock.