Iniciado por
javialacarga
No esta mal para disfrutar de una historia de rivalidad tan caricaturizada que es casi una fabula, pero echo en falta una mínima mesura en la caracterización de los personajes. Ron Howard y Peter Morgan parecen rodar este biopic con la seriedad de cualquiera de sus películas anteriores, pero por momentos te preguntas si Rush no es en realidad una comedia de acción (y el efecto que esto cause depende de cómo quiera cada espectador entender la película, porque yo creo que si sólo se busca un entretenimiento pasajero, como es mi caso, esta ligereza incluso se agradece).
Ejemplos de esta simplificación casi humorística los hay a puñados: el piloto británico engreído y hedonista le pregunta a la chica que acaba de conocer que cómo ve ella lo de casarse; el siguiente plano es de la boda de ambos. El eficiente y aplicado piloto austriaco discute con su futura esposa acerca del estado del coche en el que van y ella replica que el coche está perfectamente; el siguiente plano nos muestra el vehículo parado, humeante, mientras ellos dos intentan hacer autostop en mitad de la campiña italiana. Etc.
Son auténticos gags cómicos que van en consonancia con la caricaturesca caracterización de los dos personajes antagonistas, uno de ellos un austríaco que no se desvía un pelo de los cliches sobre la tradicional seriedad y organización de los pueblos germánicos, y el otro, en puro contraste, un vividor y playboy que no desentonaria en algunos de los populares anuncios de Axe. ¿O es que acaso la escena inicial entre él y la enfermera, con la que se enrolla acto seguido de insinuarle que si quiere le puede enseñar lo que estaba haciendo con otra mujer, el todavía con el mono de pilotar puesto y ella con su uniforme de enfermera, no nos haría pensar que estamos ante una parodia si la viésemos en otro contexto?
Al margen de este ligerísimo tono que la película hibrida con la mucho más solemne mirada a los hechos reales (mirada que alcanza a ser tan seria como serios son sus personajes, es decir, más bien poco), hay otra cosa que es digna de mención en esta película, esto es, lo correcta y profesional que es la recreación de las carreras, que luce bien para el no excesivo presupuesto de la película, pero que está lejos de ser realmente adrenalínica o de experimentar con el significado de la palabra "cinético" como sí que podrían hacer quizas títulos como Dead Leaves o Speed Racer.
En conjunto creo que es una película simple, divertida, mucho más satisfactoria si se toma con ligereza, y a la que no se le puede pedir nada que vaya mucho más allá de la superficie (tratándose de Ron Howard, tampoco es que esto sea una sorpresa).