Por temas de espacio y de uso, sólo necesitaba dos sillones para mi sala. La verdad es que encontré muchísimos sillones muy interesantes en EEUU, pero prácticamente ninguna tienda envía a Europa. Buscando y buscando, encontré un sillón del que me enamoré y tuve la suerte de encontrar una tienda que sí lo enviaba a España. El modelo era el Veloce de la marca Seatcraft y la tienda, 4seating:
La tontería de las luces led en el perfil delantero me encantó, je, je, je. Pedí presupuesto para saber los gastos de envío y eran unos 400 y pico dólares. Y… llegó marzo de 2020 y el coronavirus y todo se fue al traste. Mi mujer dejó de trabajar (se dedicaba a la hostelería) y, además del golpe económico, para cuando volví a pedir presupuesto de gastos de envío (a finales de junio) habían subido a 2.000$.A eso hay que añadir el precio de los sillones más la posibilidad de que lo pare aduanas… Al final, muy a mi pesar, tuve que descartar ese sillón y buscar en tiendas europeas otro modelo. Es una pena porque los sillones que encontré por Europa eran para mi gusto mucho peor en cuando a diseño y funcionalidades, pero por más que busqué cómo conseguir ese sillón, no hubo manera.
Total, que al final acabé comprando en amazon.co.uk el sillón que más me gustó de los que encontré en Europa: el Azure de la marca Octane (pongo las marcas y los modelos no porque sea una persona que le dé importancia a las marcas -al contrario-, sino por si a alguien que lea le puede servir en el futuro).
https://www.octaneseating.com/azure-lhr
Este modelo tenía algunas combinaciones de colores como las dos que os muestro a continuación que la verdad es que me gustaron mucho, pero como los quería en negro por aquello de tener una batcueva, sacrifiqué un poco la estética.
Este sillón tiene las típicas pijaditas de apoyavasos iluminados, miniarcones en los reposabrazos, luz led en el inferior, etc. Pero lo que realmente veo más útil para estar cómodo es que se puede ajustar cuánto se reclina parándolo justo en el punto que quieras y que también puedes ajustar de manera independiente el reposacabezas y la zona lumbar.
El precio de los dos sillones con tres bandejas (se compran aparte) fue de 2.500€ (lo mismo que me hubiese costado el de EEUU sin gastos de envío ni aduanas).
Je, je, je, cuando llegaron los sillones a casa en julio de 2020, no cabían por la puerta de casa con las cajas y mi mujer y yo tuvimos que desembalarlos en el portal del edificio donde vivimos. ¡Menuda sudada nos pegamos!Así quedan en la sala (aunque parezcan color metalizado, en realidad son completamente negros):
Lo que se ve en la última foto son unos pads antivibración que coloqué cuando instalé los Buttkickers en los sillones. Para quien no lo sepa, los Buttkickers son unos aparatos que los fijas a la estructura del asiento y hacen que los sillones vibren cuando suenan los graves de la película que estás viendo. Los pads sirven para evitar que la vibración de los sillones se escape y moleste a los vecinos de abajo. Así quedan los Buttkickers una vez instalados:
Y unas cuantas fotos del proceso de montaje:
La instalación, aunque simple, nos mantuvo en tensión a mi mujer y a mí porque no estábamos seguros al 100% de que los Buttkickers cupiesen sin chocar con alguna de las barras interiores del sillón que se mueven hacia delante y hacia atrás cuando lo reclinas. JAJAJJA, de hecho, si no llega a ser por ella, me hubiese costado horrores instalarlos. Afortunadamente, a ella le encanta todo lo relacionado con el bricolaje, la mecánica y es justo lo contrario a una WAT… ¡Afortunado que es uno!
Como mi mujer fue quien realmente hizo la instalación (yo ahí hacía básicamente de peón de mi mujer: “pásame esto”, “dame luz aquí”, etc. Aunque ella dice que más bien siempre hago de capataz porque estoy ahí dando órdenes sin agachar el lomo, je, je, je), lo que más me costó realmente no fue instalarlos, sino enterarme de qué aparatos necesitaba además del Buttkicker (hace falta un amplificador y el oficial de Buttkicker lleva descatalogado algunos años) y sobre todo, cómo conectarlos entre sí. Así que mandé un mail consultándole mis dudas a la web oficial del producto y me contestó el dueño de la empresa y me atendió de fábula (y eso que no compré ninguno de los aparatos en su web): me dijo exactamente qué tipo de amplificador necesitaría para dos Buttkickers y me hizo un dibujo con el esquema de conexiones. Muy resumidamente, lo que hay que hacer es conectar el AV a un amplificador y éste a los Buttkickers.
El precio final fue de 980€:
- Buttkickers: 321€ x 2.
- Signal booster a conectar entre el AV y el ampli (https://www.amazon.es/gp/product/B00LPHUDY0/ref=ppx_yo_dt_b_asin_title_o02_s00?ie=UTF8&psc=1): 76€.
- Amplificador Behringer NX3000: 199€.
- Cableado: 65€.
Si alguien está interesado, que sepa que hay otros aparatos que hacen la misma función que unos Buttkickers. Yo, después de mucho leer en AVS Forums, llegué a la conclusión que éstos eran los que mejor se ajustaban a lo que quería, pero existen opciones más económicas como los Aura, también están los Earthquake y, para quien tenga un presupuesto más alto, los Crown (en AVS todo el mundo decía que son los mejores con diferencia, pero a mí se me iban de presupuesto por mucho).
Bien, una vez con todo el chiringuito montado, volví a pasar el ecualizador automático que lleva el AV (Audyssey) porque al meter los dos sillones, la acústica de la sala habría cambiado. Y cuál fue mi sorpresa cuando gracias a que volví a pasar el Audyssey, me di cuenta que el altavoz frontal izquierdo estaba roto (llevaba apenas 5 meses de uso): emitía algo de sonido, pero era como si sólo funcionase el tweeter del altavoz.
Contacté con Supersonido (donde había comprado los altavoces) y enseguida me dijeron dónde tenía que llevarlo para que lo arreglasen. El chico del SAT me dijo que Polk determinó que el daño que tenía el altavoz no entraba en garantía (qué sorpresa) y que me tocaba comprar otro. Ahí me tocaron un poco las narices, porque soy una persona que siempre lee las instrucciones de los aparatos y sigue las recomendaciones de uso: configuré en el AV los altavoces como Small para no forzarlos intentando reproducir frecuencias que no son capaces, no pongo el volumen constantemente a tope porque sé que es malo para la vida de los altavoces, etc. Total, que le comenté esto mismo a Supersonido y ellos se encargaron de enviarme un altavoz satélite nuevo sin coste. Polk, un 0; Supersonido, de 10.
Es curioso porque, si no llega a ser porque pasé el Audyssey, ni me hubiese dado cuenta de que tenía un altavoz averiado. De hecho, no tengo ni idea de cuánto tiempo estuve viendo pelis con el altavoz roto, lo cual me hizo pensar, por un lado, que tampoco será tan grave la cosa si ni me había dado cuenta y, por otro, que el audio de mi sala seguramente sea donde más margen de mejora haya para el futuro (pero venía de ver películas con unos auriculares estéreo, por lo que de momento, el salto de calidad es brutal).