“¿TE HAN HECHO UNA MEJOR PROPOSICIÓN EN TU VIDA? AHÍ VA TODO INCLUIDO...”
O
REVISANDO LA FILMOGRAFÍA DE SIR ALFRED HITCHCOCK (1899-1980) / PARTE XL:
41. TO CATCH A THIEF (1955, ATRAPA A UN LADRÓN)
Director: Alfred Hitchcock.
Producción y distribución: Paramount Pictures Corp.
Productor: Alfred Hitchcock.
Guión: John Michael Hayes, basado en la novela homónima de David Dodge (Nueva York, 1952).
Dirección artística: Hal Pereira y Joseph MacMillan Johnson.
Fotografía: Robert Burks (en Technicolor y VistaVision).
Asesor de color: Richard Mueller.
Música: Lyn Murray.
Montaje: George Tomasini.
Reparto: Cary Grant (John Robie, the Cat), Grace Kelly (Frances “Francie” Stevens), Jessie Royce Landis (La señora Jessie Stevens), John Williams (H. H. Hughson), Charles Vanel (Bertani), Brigitte Auber (Danielle Foussard), Jean Martinelli (Foussard), Georgette Anys (Germaine).
Duración: 1 h 46 m 30 s. (Copia en BD editada por Paramount en 2012).
Rodaje: del 31 de mayo al 4 de septiembre de 1954.
Estreno: 2 de agosto de 1955.
Después de una obra maestra como fue LA VENTANA INDISCRETA Hitchcock decidió bajar el pistón y entregó un par de títulos ciertamente menores comparados con la anterior (aunque el director tenía por una de sus películas favoritas a PERO… ¿QUIÉN MATÓ A HARRY?) pero que muestran el lado más amable del maestro y en los que además se lo pasó muy bien rodándolos.
Y si bien es cierto que ATRAPA A UN LADRÓN es básicamente una comedia romántica con un toque de suspense (aunque creo que la identidad del nuevo Gato es pronto descubierta por el cinéfilo menos avezado) tiene los suficientes elementos como para hacer de su visionado una experiencia altamente gratificante.
Primera película filmada en VistaVision por Hitchcock, el sistema propiedad de la Paramount para combatir al CinemaScope de la 20th Century-Fox y que el director usaría sucesivamente en PERO… ¿QUIÉN MATÓ A HARRY?, EL HOMBRE QUE SABÍA DEMASIADO y DE ENTRE LOS MUERTOS, además de CON LA MUERTE EN LOS TALONES que rodó para la MGM.
- La primera película rodada en VistaVision fue NAVIDADES BLANCAS (1954) de Michael Curtiz (Paramount, 2019). Y aunque suele indicarse que EL ROSTRO IMPENETRABLE (1961) de Marlon Brando (Arrow, 2017) fue la última en usarlo, lo cierto es que el mérito corresponde a MY SIX LOVES (1963) de Gower Champion. No obstante, el procedimiento no cayó en desuso dado que todavía se usa en muchas películas de corte fantástico a la hora de elaborar los efectos especiales (desde LA GUERRA DE LAS GALAXIAS (1977) hasta INTERSTELLAR (2014) y más allá del infinito…). -
Un sistema que permitía obtener una imagen más ancha sin tener que usar lentes anamórficas (y por tanto mucho más nítida al evitar las distorsiones que provocaban las lentes Bausch & Lomb – los famosos “michelines” -) haciendo pasar la película en el proyector en lugar de en vertical en horizontal y con un AR variable (entre 1.66:1 y 2.00, aunque el más habitual fue el 1.85:1).
- Incluso un cineasta tan poco amante de los grandes formatos como era John Ford lo usó para su gran obra maestra CENTAUROS DEL DESIERTO (1956) que tampoco era una película Paramount sino Warner. –
Desconozco la novela original de David Dodge que sirvió de base (aunque por lo que he leído Hitchcock apenas conservó el esqueleto argumental de la obra) para la película pero seguramente buena parte de los deliciosos diálogos que impregnan la misma se deba al guionista John Michael Hayes en la segunda de sus cuatro colaboraciones consecutivas con el director, por supuesto siempre con la colaboración anónima del propio Hitchcock (y seguramente de su esposa, Alma).
- Cubierta de la primera edición, Random House, Nueva York, 1952 -
Hitchcock usa el hermoso paisaje de la Costa Azul para desarrollar esta deliciosa historia de amor entre un ladrón de joyas (presuntamente) retirado y una rica, joven y hermosa heredera y a la que el director supo dotar de un excelente ritmo.
En ATRAPA A UN LADRÓN Hitchcock prolonga en buena medida el personaje que Grace Kelly encarnaba en LA VENTANA INDISCRETA, el de una mujer elegante, sensual y que toma la iniciativa en la relación amorosa que se establece con un hombre notablemente mayor.
En realidad ATRAPA UN LADRÓN invierte los términos de MARNIE, LA LADRONA, puesto que aquí es ella (y no él) la que tiene como obsesión acostarse con un auténtico ladrón de altos vuelos.
Por no hablar de la obra máxima del director, DE ENTRE LOS MUERTOS.
Si se pueden poner peros a una trama tan liviana (pero que es todo un bálsamo en estos tiempos tan inciertos) no creo que nadie discuta el excelente reparto que lo acompaña, desde el galán maduro renegrido (después de todo vive en la Costa Azul) encarnado por el simpar Cary Grant, pasando por una Grace Kelly más bella que nunca, una deliciosa Jessie Royce Landis (que volvería a hacer de madre de Cary Grant en CON LA MUERTE EN LOS TALONES a pesar de sólo tener ocho años más que él), el siempre simpático John Williams y la guapa y atlética Brigitte Auber.
Como no tengo el tiempo de explayarme en exceso dada la coyuntura me limitaré a comentar aquellos aspectos que más han llamado mi atención durante el visionado.
Lo primero que me gustaría destacar es el formidable aspecto visual de la película no sólo debido a la belleza de los escenarios en los que la cámara se recrea sino sobre todo por la labor conjunta del operador favorito de Hitchcock, Robert Burks y el asesor de color de la Paramount, Richard Mueller, especialmente por el cuidado uso del color (notablemente el verde) en el tramo final de la película.
- Burks se llevaría un merecido Oscar en 1956 por su brillante labor tras las cámaras. La película igualmente recibiría dos nominaciones más en los apartados de dirección artística y diseño de vestuario (en color). -
Igualmente los diseños de Edith Head para el vestuario de Grace Kelly y que seguían fielmente las directrices del director tanto en lo referente a los modelos como al color de los mismos y que es una exacerbación del estilismo que la actriz ya mostraba en LA VENTANA INDISCRETA y que tiene su máxima expresión en la escena del policromado baile de máscaras (todo un arco iris donde se hace un uso muy creativo del color), no es simplemente el hecho de que Hitchcock potencie la forma (la belleza de la imagen) sobre el fondo (la trama que sustenta la película) sino otro de esos experimentos a los que el director nos tiene últimamente acostumbrados pero que pasa mucho más desapercibido y más después del espectacular decorado que pudimos disfrutar en la película anteriormente citada.
Además y como antes refería, el uso de la VistaVision acentúa todavía más la irreal belleza tanto del paisaje como del reparto.
Hoy en día y con la HD esa diferencia no es tan evidente pero en la época las producciones Paramount lucían mucho mejor que las de la competencia rodadas en el más problemático CinemaScope. De hecho, la VistaVision es el más claro antecedente del uso de los 65mm en el cine a partir de los años ‘50.
Y ahora hablemos un poco de la película.
El director británico inicia la historia de una forma que ya había utilizado anteriormente como es pasar de ese escaparate donde se anuncian los viajes a Francia y más en concreto a Niza, al angustiado grito de la dama a la que acaban de robar sus preciadas joyas.
Hitchcock intenta engatusar (nunca mejor dicho) a los espectadores asociando la imagen del hermoso gato negro que se desliza por los tejados (donde ya usa el color verde como dominante) con los robos de joyas de distintos hoteles a lo largo de la Costa Azul y de ahí al gato igualmente negro que está cómodamente aposentado en un sofá sobre los periódicos donde se habla de que John Robie (Grant), más conocido como El Gato, ha vuelto a las andadas después de varios años de retiro en su hermosa villa.
En este caso no es sólo la policía y sus antiguos compañeros de la Resistencia los que están convencidos de la culpabilidad de Robie, sino que el propio director da pistas falsas ya desde el principio de forma que da vuelta al habitual esquema hitchcockiano del falso culpable.
O sea, no es sólo que los demás piensen que es culpable sino que el director nos está indicando que tal vez lo sea. Creo que es la primera vez que Hitchcock prueba esta táctica aunque como sucedía en el caso de SOSPECHA (casualmente también interpretada por Cary Grant) nadie puede dudar de la inocencia del personaje encarnado por el maduro galán.
Un Cary Grant que no había trabajado con el director desde los tiempos de ENCADENADOS y un personaje al que el actor dota de su elegancia innata así como de su siempre excelente bis cómica (y que tendrá una importancia capital en un título fundamental de la filmografía del británico como es CON LA MUERTE EN LOS TALONES, el auténtico remake norteamericano de 39 ESCALONES).
Hitchcock no deja de incluir apuntes aquí y allí, como en la escena de la motora en la que viajan Danielle (una guapa Brigitte Auber) y Robie y que atiende al nombre de “Maquis Mouse”, una triple alusión tanto al famoso ratón disneyniano, al sobrenombre por el que es conocido John y a su participación durante la Segunda Guerra Mundial en la Resistencia francesa.
O por supuesto y es uno de los leitmotiv de la cinta el doble juego del gato y del ratón que se practica entre la policía y Robie y, más claramente todavía, entre Francie y John.
De hecho, el final de LA VENTANA INDISCRETA con esa maravillosa escena en la que Lisa lee una revista de modas junto al convaleciente Jeff es todo un anticipo del acoso y derribo al que la pizpireta Francie somete al imperturbable John Robie.
En cuanto a Grace Kelly no sólo es mimada por la cámara de Sir Alfred sino que en cada uno de los tres títulos consecutivos en los que trabajó con él parece cada vez más joven y más bella.
Hitchcock además para presentar al personaje la muestra como si fuese una diosa griega, mostrando primero su perfil izquierdo y luego, cuando conoce a Robie, su perfil derecho. De esta forma el director juega al engaño al presentarnos a la joven como alguien aparentemente inalcanzable.
Además, sin duda, ese espectacular vestido azul que luce (a juego de sus ojos igualmente azules) es uno de los más bellos que han aparecido en la gran pantalla.
Esa idea de belleza perfecta e imperturbable que aparentemente nos ha mostrado el director se verá rápidamente resquebrajada por el repentino beso que la bella le estampa a su sorprendido galán.
A ello se refería Hitchcock en el libro de entrevistas de Truffaut cuando hablaba acerca de las mujeres británicas (y por extrapolación de las mujeres del norte de Europa) que por fuera parecían témpanos de hielo pero que por dentro eran auténticos volcanes en erupción (¡!).
En sus tres colaboraciones con el director Grace Kelly fue emparejada con galanes que le doblaban la edad (Milland, Stewart, Grant) y ello no es óbice para que la química entre ellos sea excelente.
Además Hitchcock encontró en Grace Kelly no sólo el epítome de la belleza y la elegancia sino alguien muy afín a su peculiar sentido del humor y con el que compartía gustosamente sus múltiples conquistas amorosas.
Por su parte el personaje encarnado por la encantadora Jessie Royce Landis, llamado igualmente Jessie, tiene la suficiente enjundia como para no quedar sepultada por el encanto que destila la por entonces deslumbrante Kelly.
Además está dotada de una extraordinaria comicidad y sus diálogos son para enmarcar.
Y como antes mencionaba, encarnaría a la madre de Cary Grant en la maravillosa CON LA MUERTE EN LOS TALONES, sin duda, otro de esos toques geniales que gustaba de incluir el director en sus obras.
Igualmente John Williams, uno de los actores favoritos del director, está impecable como el agente de seguros que tiene que fiarse del antiguo ladrón de joyas y aporta su distinción y su excelente talento para la comedia para contrarrestar al elegante y taimado John Robie encarnado por Cary Grant.
Y finalmente, la presencia de la francesa Brigitte Auber, fue no sólo un acierto desde el punto de vista interpretativo sino también por el hecho de que en la vida real la actriz había ejercido de acróbata entre película y película y por ello su cuerpo es recio pero muy bien proporcionado. Y además tiene una cara preciosa pero que contrasta con la belleza perfecta de la futura monarca monegasca.
Escenas como la de la persecución de la policía a la pareja por las peligrosas carreteras que bordean la costa le permiten al director hacer escenas tan simpáticas como el acompasado girar de los perseguidores a los perseguidos que parecen un preludio de una similar en la muy superior LOS PÁJAROS y que protagonizaban una pareja de inseparables.
O cuando mientras los brazos de ella están sueltos al volante y disfrutando como una niña de la persecución con la sonrisa en sus labios, los brazos de él de aferran a sus rodilas ante la temeridad de la joven en la sinuosa carretera.
Igualmente la divertida secuencia en el mercado de flores donde se encuentran por primera vez John Robie y H. H. Hughson está muy bien planificada, con los protagonistas empezando a correr seguidos por la pareja de policías y acabando en una jocosa contienda entre el protagonista y una anciana pero combativa florista y donde aflora el Grant de aquellas comedias locas de los años ’30 y ’40.
Como decía antes el juego de seducción al que somete la joven al presunto Gato es sin duda una parte central en la trama y llega a eclipsar en buena medida la otra trama centrada en determinar quién está detrás de los nuevos robos de joyas que se están cometiendo.
Si en LA VENTANA INDISCRETA Hitchcock equilibraba a la perfección ambas historias (y por algo es una de sus más grandes obras maestras) aquí en cambio prefiere divertirse (y divertirnos) con los requiebros con los que la juvenil Francie trata de llevarse al huerto al misterioso John Robie.
Un ejemplo magnífico y sin duda una de las escenas más bellas visualmente de la película es la de los fuegos artificiales no sólo por la nada soterrada carga erótica que encierra sino por la elegancia en la puesta en escena del director y el exquisito cuidado que pone en el cromatismo de la misma, contrastando ese verde que impregna las paredes de la estancia (y que es una de las señas de identidad de la película) con los múltiples colores de los fuegos artificiales.
Quizás hoy en día nos parezca un tanto ingenua la más que evidente metáfora sexual que implica toda la escena, desde los diálogos (aquí se supera Hayes con los parlamentos que pone en la boca de la hermosa Francie), ese beso apasionado (acompasado a lo que acontece fuera) y la evidencia de que ambos han pasado la noche juntos pero es todo un gol por la escuadra al férreo Código de Producción imperante en la época.
Aquí Hitchcock recicló una escena muy similar de CRIMEN PERFECTO...
Por el contrario, la escena del baile de máscaras aunque visualmente muy hermosa gracias tanto a los bellísimos diseños de Edith Heath y al extraordinario cromatismo de Robert Burks (y Richard Mueller, no lo olvidemos) quizás quede un tanto deslucida frente a ella.
No obstante durante la persecución de El (viejo) Gato hacia El (nuevo) Gato y donde de nuevo Hitchcock acentúo notablemente el color de forma que los tejados adquieran un irreal color verde esmeralda (y que en cierta medida es un antecedente al trabajo sobre los colores primarios de dos genios del cine como Terence Fisher y Mario Bava, aunque en ámbitos diferentes a los que se movía el director británico) es una forma de dar por finalizada la trama y descubrir la verdadera identidad que se esconde tras la máscara.
- Otra escena que reciclaría en el final de CON LA MUERTE EN LOS TALONES... -
Claro que Hitchcock no puede dejar de ser quien es y al igual que en el comentado final de LA VENTANA INDISCRETA vuelva a introducir una vuelta de tuerca y es de nuevo la fémina la que se llevará el gato al agua (nunca mejor dicho).
Como decía una película en la que el director y todo su equipo se lo pasaron estupendamente y que además fue un gran éxito de taquilla (4.500.000 dólares, según indicaba la revista Variety en su número del 4 de enero de 1956).
- Por cierto, en el indicado número de la revista y aprovechando el 50 aniversario de la misma, se indexaban los títulos más taquilleros de la historia del cine hasta la fecha (con más de 4.000.000 de dólares de recaudación). En lo que nos atañe, o sea, las películas de Sir Alfred, los puestos quedaban tal que así:
48. LA VENTANA INDISCRETA (1954) 5.300.000
71. RECUERDA (1945) 4.975.000
74. ENCADENADOS (1946) 4.800.000
84. ATRAPA A UN LADRÓN (1955) 4.500.000
Como curiosidad los tres primeros puestos los ocupaban los siguientes títulos:
01. LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ (1939) 33.500.000
02. LA TÚNICA SAGRADA (1953) 17.000.000
03. EL MAYOR ESPECTÁCULO DEL MUNDO (1952) 12.800.000
El único pero que se le puede poner a esta película que ciertamente es menor dentro de la fimografía de Hitchcock pero una delicia de principio a fin es que significó el final de la colaboración entre el director y su actriz predilecta.
Aunque para consuelo del Sir Alfred no fue otro director (como en el caso de su anterior musa, la igualmente inmarcesible Ingrid Bergman) sino un representante de la nobleza europea quien se la arrebató.
Y pese a todo y después de su obligado retiro Grace Kelly estuvo a punto de protagonizar la última obra maestra del director, la extraordinaria MARNIE, LA LADRONA.
Pero ésa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión.
Feliz tarde/noche y cuidaros mucho, por favor.
Ah, y un día menos.