Yo también tuve oportunidad de verla en los años '80 en aquel pequeño ciclo de cinco películas que eran propiedad de Hitchcock (LA SOGA, LA VENTANA INDISCRETA, PERO...¿QUIÉN MATÓ A HARRY?, EL HOMBRE QUE SABÍA DEMASIADO y DE ENTRE LOS MUERTOS) aunque las copias eran ciertamente deficientes. Pese a todo el poder verlas en la gran pantalla fue todo un puntazo.
Tengo la novela de Leon Uris en la que se basó TOPAZ y espero tener tiempo de leerla antes de ver la película.
De hecho, y aunque admiro en general el trabajo de Mackendrick, The Throuble with Harry me gusta más, dentro del mismo género, a El quinteto de la muerte. Precisamente, los films de Mackendrick que prefiero no son comedias: Chantaje en Broadway, Viento en las velas y Sammy, huida hacia el Sur.
Una pena que sea considerada menor... Acabo de ver The trouble with Harry y veo muy acertadas las comparaciones con El quinteto de la muerte de Mackendrick. Es una película que adoro, de un director que adoro y por eso debo decir que el tono que comparten me enamora.
Yo la veré esta noche o al menos lo intentaré.
Tengo otras dos revisiones pendientes de completar.
De todas formas la película de Mackendrick me parece muy superior e igualmente la de Hamer.
Si nos olvidamos del negro presente por un momento yo creo que después de acabar con Hitchcock (en el buen sentido de la palabra) creo que deberíamos tomarnos un pequeño impasse antes de afrontar una revisión tan cuantiosa como la de Fritz Lang.
Que se podría cubrir con una revisión de Mackendrick. Ciertamente, la situación actual deja poco margen para hacer grandes proyectos de futuro, al menos durante algunos meses, no solo por lo que respecta a la salud, que es lo más importante, sino también en lo económico-laboral. Mi hermano y mi cuñada ya me han comentado que van de cabeza a un ERTE. Esperemos que pronto todo quede como un mal sueño, aunque desgraciadamente hay quien ya no despertará de él.
La estoy viendo,de verdad hay pelis en las que te gustaría adentrarte y vivir entre el elenco.Esta es una de ellas,me da igual que la segunda mitad pierda fuelle o no...de momento estoy in love total.
Al final la he podido ver esta noche y me ha encantado. Para que veáis cómo el tiempo puede cambiar nuestras percepciones.
Mañana empezaré a comentarla aunque tengo otras dos revisiones casi a punto de caramelo.
Sí, esta es una sensación que yo también experimento con algunas películas. Creo que la luz que consigue captar Robert Burks es un elemento esencial. Es algo que siento aún con más intensidad en la película a la que pertenece tu avatar , ese deambular por la calles de San Francisco de Scottie es uno de los momentos más sublimes de la historia del cine... pero ya llegaremos.
Por ello es difícil de entender por qué Hitchcock a partir de MARNIE, LA LADRONA prescindió de dos de los tres pilares fundamentales que formaban parte de su stock company (a la manera de John Ford) como fueron Robert Burks (que murió en 1968 y no como indica erróneamente el libro de entrevistas de Truffaut) y Bernard Herrmann. El que completaba el terceto, George Tomasini, había fallecido en 1964.
Creo que por eso, aparte de la calidad intrínseca de la película (y que la emparenta en buena medida con DE ENTRE LOS MUERTOS) siempre he considerado MARNIE, LA LADRONA como la última obra maestra de Hitchcock.
Sus cuatro obras finales aunque atractivas (después de todo estamos hablando de uno de los mejores directores de la Historia del Cine) son francamente irregulares, aunque como ya he dicho en varias ocasiones FRENESÍ me parece una espléndida comedia negra.
Y entre esas dos películas "de propaganda" que Hitchcock realizó, CORTINA RASGADA y TOPAZ (en mi modesta opinión, muy superior ésta a la anterior), se encuentra el proyecto inacabado CALEIDOSCOPE (1967-...) que podría haber sido un punto de ruptura total en la filmografía del director y que luego fue reciclado en parte en la citada FRENESÍ.
LA TRAMA sería una simpática comedia de suspense que parece retrotraernos al Hitchcock de su etapa británica. Y ese guiño final de Barbara Harris quedará para la historia.
totalmente de acuerdo con Alcaudón. De las últimas películas, de largo, la que me parece mejor es Frenesí. Me encanta, además de la historia, y el tono (mucho más crudo que en toda su carrera), con imágenes fuertes, el maravilloso elenco de actores, muchos de ellos "desconocidos". Le aportan mucha más verosimilitud a todo.
Mi blog: www.criticodecine.es
La escena del camión de patatas es antológica.
A ver si me organizo y me centro un poco para poder llevar a cabo las revisiones pendientes especialmente la de este rincón.
Estoy empezando a acumular demasiado estrés tanto en el trabajo como en casa dado que últimamente los vecinos están más ruidosos que nunca.
Última edición por Alcaudón; 25/03/2020 a las 16:34
Alcaudón, no te pongas plazos, relájate. Este es un foro de intercambio de opiniones e ideas, para pasarlo bien, sin darte mala vida para cumplir unos compromisos que no existen. Haz tus aportaciones cuando te acomode, sin presión, y serán igualmente bienvenidas.
Ya lo sé, amigo Twist. No me refiero tanto a la presión de tener demasiados frentes abiertos (ahora mismo tres comentarios en distinto grado de elaboración) sino al hecho de estar en primera línea de fuego dado que trabajo en sanidad. Y aunque en el trabajo estoy relativamente (es un decir) tranquilo tampoco encuentro el relax suficiente en el hogar debido a algunos molestos vecinos.
Por lo demás, sin novedad en el frente.
Una excelente película, por cierto, la de Lewis Milestone...
Ya he pergeñado tres páginas del comentario y espero completarlo mañana en el trabajo (al igual que estoy haciendo ahora).
Tengo además otro comentario del que sólo (¿sólo?) me queda hacer la captura e inserción de las imágenes y completar otro de otra revisión que llevo (y que no es la de la Hammer, tranquilos ).
Yo estos días, entre teletrabajo y visionado de films, estoy revisando en paralelo las discografías de los Beatles y los Rolling Stones. En momentos de tribulaciones, merece la pena volver a los clásicos.
Y para relajarnos, un poco de Herrmann:
Yo la puse anoche y ya digo que me gustó mucho, pero porque es diferente. Un sentido del humor que baña toda la trama, supuestamente dramática, por lo del cadáver omnipresente. Ya haré una breve review tras Alcaudón. Preciosos paisajes, por cierto.
Mi blog: www.criticodecine.es
Aquí tenemos un ejemplo perfecto de la magia del cine.
Pese a todos los problemas que hubo durante el rodaje (que detallaré en mi modesta crónica) y que obligó a rodar la mitad de la película en interiores lo que nos queda en la retina es la extraordinaria belleza del lugar, con esos tonos rojizos de los árboles.
Y es un tipo de película, como ATRAPA A UN LADRÓN, que es un auténtico bálsamo para estos tiempos tan aciagos que vivimos.
Finiquitado en condiciones ciertamente difíciles el comentario. Espero dedicarme esta noche a las capturas de pantalla y así dejarlo a vuestra disposición.
No sé si me ha quedado un tanto raro pero ya digo que las circunstancias no son las mejores en este momento.
Miss Graveley: What seems to be the trouble, Captain?
o
REVISANDO LA FILMOGRAFÍA DE SIR ALFRED HITCHCOCK (1899-1980) / PARTE XLI:
42. THE TROUBLE WITH HARRY (1955, PERO… ¿QUIÉN MATÓ A HARRY?)
Director: Alfred Hitchcock.
Producción: Alfred J. Hitchcock Productions, Inc.
Distribución: Paramount Pictures Corp.
Productor: Alfred Hitchcock.
Productor asociado: Herbert Coleman.
Guión: John Michael Hayes, basado en la novela homónima de Jack Trevor Story (Londres, 1949).
Dirección artística: Hal Pereira y John Goodman.
Fotografía: Robert Burks (en Technicolor y VistaVision).
Asesor de color: Richard Mueller.
Música: Bernard Herrmann.
Montaje: Alma Macrorie.
Reparto: Edmund Gwenn (Capitán Albert Wiles), John Forsythe (Sam Marlowe), Shirley MacLaine (Jennifer Rogers), Mildred Natwick (Señorita Ivy Gravely), Mildred Dunnock (Señora Wiggs), Jerry Mathers (Arnie Rogers), Royal Dano (Ayudante del sheriff Calvin Wiggs), Parker Fennelly (Millonario), Barry Macollum (Vagabundo), Dwight Marfield (Dr. Greenbow) + Philip Truex (Harry Worp).
Duración: 1 h 39 m 23 s. (Copia en BD editada por Universal en 2013).
Rodaje: del 20 de septiembre al 27 de octubre de 1954.
Estreno: 3 de octubre de 1955, con preestreno el 30 de septiembre en Barre, Vermont.
Como ya había comentado recientemente PERO… ¿QUIÉN MATÓ A HARRY? (título estúpido donde lo haya dado que no es en absoluto una película de whodunit o sea de quién mató al susodicho sino que el personaje de Harry vendría a ser en realidad el MacGuffin de la misma) no era una película que tuviera en elevada estima, más bien todo lo contrario.
No acababa de conectar con ese humor un tanto absurdo, ciertamente más británico que norteamericano, que impregna la historia pero que el propio director siempre señalaba como una de sus películas favoritas tanto porque la rodó en completa libertad (y gracias, no lo olvidemos, al apoyo de la Paramount aun sabiendo de su previsible escasa rentabilidad en taquilla aunque adjudicándole, lógicamente, un presupuesto más reducido del habitual y, por supuesto, sin grandes estrellas en el reparto) como porque pudo realizar una de sus escasas comedias puras de toda su carrera, al menos en lo que atañe a su etapa en los EUA.
Sin embargo la revisión de la noche pasada supuso todo un descubrimiento para mí. Una delicia de principio a fin y al igual que en el caso de ATRAPA A UN LADRÓN, el tipo de películas que uno más necesita en estos tiempos tan inciertos que nos esperan. Una bocanada de aire fresco más necesaria que nunca.
- Esa imagen del pequeño Arnie y su pistola de rayos delante del cadáver de Harry con los pies por delante es todo un icono y una muestra de la pujanza del cine de ciencia ficción que en esos años estaba viviendo su auténtica Edad de Oro. De hecho, ese inicio tiene un cierto toque fantástico al que sólo el brillante colorido del paisaje parece llevar la contraria. -
Y con toda seguridad otro de los factores que indudablemente pesaron en la apreciación de Hitchcock sería sin duda su primera (y ya decisiva) colaboración con el gran Bernard Herrmann (1911-1975), sin discusión una de las más significativas dentro de la Historia del Cine.
Con Herrmann se cierra el triunvirato (Burks/Herrmann/Tomasini) en la que se sustenta el armazón del período más fértil del director (donde se incluyen alguna de sus más grandes obras maestras), el que va de 1954 a 1964 (de LA VENTANA INDISCRETA a MARNIE, LA LADRONA).
- Curiosamente aquí Tomasini no se encargó del montaje de la película dado que todavía estaba con el de la anterior cinta del director, ATRAPA A UN LADRÓN. Y es que hemos de tener en cuenta la extraordinaria prolijidad de Hitchcock con 6 películas en tan sólo 3 años (2 en 1954, 2 en 1955 y otras 2 en 1956) superior incluso a compañeros de profesión con una obra mucho más dilatada. Recordemos además que el estreno de la película hoy comentada coincidió con el inicio de la famosa serie de televisión “Alfred Hitchcock Presents” (7 temporadas, 1955-1962), de la que el director presentó todos los episodios y dirigió 17 de ellos. -
Curiosamente y pese a que la música de Herrmann encaja como un guante en esta excéntrica comedia romántica lo cierto es que buena parte de la misma no es original para la película sino que procede de la que el propio compositor había creado para un programa de radio de la CBS, “Crime Classics” (1953-1954). Nadie lo diría, ¿verdad?
Aquí además y al contrario de lo que solía ser norma en él adaptó bastante fielmente la novela de Jack Trevor Story (1917-1991), la primera que escribiera, que le sirvió de base salvo el lógico trasvase desde la vieja Inglaterra a Nueva Inglaterra.
- Primera edición, T. V. Boardman & Company Ltd. , Londres, 1949 -
Y desde luego la decisión inicial de Hitchcock de rodar la película en escenarios naturales, en este caso en la localidad de Craftsbury, en el estado de Vermont, fue todo un acierto aunque trajo consigo igualmente una serie de inesperados contratiempos.
Y es que aunque la intención del director era haber rodado completamente la película en exteriores, salvo lógicamente las escenas que acontecen en recintos cerrados (como en la tienda de la señora Wiggs, en la casa de la señorita Gravely o en el hogar de los Rogers) el adelanto del otoño unido a la inesperada llegada de un temporal de viento y frío hizo que buena parte del maravilloso follaje otoñal de los bosques circundantes fuera arrasado.
Por ello Hitchcock se vio obligado a rodar la película a medio camino entre Vermont (exteriores) y California (interiores) algo que se nota en la textura de la imagen y que se ve potenciado por la extraordinaria nitidez que proporcionaba el formato VistaVision como podemos apreciar hoy en día en la magnífica copia en HD editada por Universal en 2013.
- En realidad también se rodaron interiores en Vermont, en la localidad cercana de Morrisville, en el gimnasio de la escuela, pero al disponer éste de un tejado de zinc el sonido de la lluvia al caer impedía que los diálogos de los actores se captaran con la calidad necesaria por lo que los mismos tuvieron que ser doblados por los propios actores en California una vez finalizado el rodaje. -
Si por ATRAPA A UN LADRÓN Robert Burks ganó un merecido Oscar a la mejor fotografía (especialmente por el creativo uso del color verde que impregna las escenas más importantes de la película) con igual justicia podría haberlo ganado por la cinta hoy comentada no sólo por la extraordinaria belleza del paisaje (donde se conjuga toda la gama de colores que va desde el amarillo, pasando por el naranja y el rojo, hasta llegar al marrón) sino también por la exquisita disposición de los encuadres.
Como el tiempo es oro aunque ahora no lo valoremos así comencemos a hablar brevemente de la película, deteniéndome en aquellos detalles que más me han llamado la atención (por cierto, el habitual cameo del director se me pasó completamente desapercibido) y que seguro que serán complementados a la perfección por el resto de los compañeros que estamos llevando a cabo esta titánica labor que supone la revisión completa de la obra de uno de los directores más grandes de la Historia del Cine.
Ya desde los mismos títulos de crédito diseñados por el caricaturista e ilustrador de la prestigiosa revista The New Yorker (de la que era asiduo lector Hitchcock) Saul Steinberg (1913-1999) y apoyados en la espléndida columna sonora de Bernard Herrmann Hitchcock establece el tono que marcará toda la película. [Recordemos que un ejemplar de la citada revista, en concreto el n.º 1 (21 de febrero de 1925), aparecía flotando entre los restos del barco unido por los alemanes en la magnífica NÁUFRAGOS (1944)].
Un tono en el que se mezcla a la perfección la belleza del entorno que rodea la ficticia Highwater y las peculiaridades de sus excéntricos habitantes con el fondo de comedia romántica que impera en la historia, una doble historia de amor, la que se establece entre Sam y Jennifer y la que se da entre el veterano capitán de barco Albert y la señorita Ivy.
Y si estamos ante la penúltima película del gran Edmund Gwenn (la última sería nuestra CALABUCH de Luis García Berlanga) y cuarta y última colaboración con el director británico igualmente nos congratulamos por la presencia en su primer papel en la gran pantalla de la siempre encantadora Shirley MacLaine.
Una Shirley MacLaine de tan sólo 20 años y que no encaja aparentemente en esa galería de rubias elegantes y sofisticadas que parecían cumplir el ideario (o las fantasías) de Sir Alfred pero que está deslumbrante, lo que vuelve a demostrar el talento del director en la elección de sus repartos.
Igualmente John Forsythe (que, por cierto, protagonizaría el segundo capítulo de la primera temporada de la serie arriba mencionada) es una excelente elección y establece con Shirley una química estupenda a pesar de ser 16 años mayor que ella. Forsythe volvería a trabajar con Hitchcock en la controvertida (y minusvalorada) TOPAZ que espero pueda reivindicar dentro de unas semanas si el virus no se me lleva antes por delante.
Y por supuesto la formidable actriz fordiana Mildred Natwick y de quien he tomado su interpelación al pobre capitán Wiles para encabezar el comentario y que en palabras del propio director no sólo era una de las frases más divertidas de la película sino que vendría a suponer un resumen del espíritu de toda la historia.
El trabajo de iluminación de la película fue esencial a la hora de planificar la misma.
No deja de ser curioso que una cinta que transcurre en pleno otoño, una estación que solemos asociar a la melancolía por el acortamiento de la luz solar, tenga un tono tan festivo, algo que el trabajo conjunto de Burks y de Mueller (el consultor de Technicolor de la Paramount, un hombre de gusto exquisito) se encargan de potenciar no sólo por los tonos cálidos de las hojas de los árboles sino también por el colorido que impregna los cuadros del pintor encarnado por Forsythe (obra del artista expresionista John Ferren) e igualmente por el sencillo pero elegante vestido azul/violeta de MacLaine (y donde podemos apreciar el verdadero talento de Edith Head al trabajar sobre vestuarios menos glamurosos, más cotidianos) así como por el estrambótico atuendo que lleva el finado Harry, desde sus coloridos calcetines hasta la igualmente decorada corbata con unos dibujos que tienen cierto parecido al de los títulos de crédito de Steinberg.
Aunque en principio pueda parecer completamente absurdo podríamos relacionar el primer tramo de la película con la mítica RASHOMON (1950) de Akira Kurosawa dado que tenemos tres personajes y cada uno de ellos cuenta su propia versión acerca de la muerte del molesto Harry (de hecho se establece una cadena lógica de acontecimientos que empezaría con el golpe que le propicia su esposa, Jennifer, seguiría con el que recibe a manos de la señorita Gravely al verse atacada por un atontado Harry y finalizaría con la muerte fortuita de éste por un disparo en la cabeza a manos del anciano capitán Wiles) pero pronto veremos que la peripecia toma otro rumbo y Hitchcock casi se olvidará del finado para centrarse en las relaciones interpersonales de los personajes, especialmente en ese “cuarteto de la muerte" (Albert, Ivy, Jennifer y Sam) que se dedican a enterrar y desenterrar el cadáver con un empeño digno de encomio.
Ese vaivén del cadáver enlaza perfectamente como esa screwball comedy que imperaba en el cine norteamericano de los años ’30 (con autores señeros como Hawks, LaCava o McCarey) aunque más por el fondo que por la forma, dado que aquí el tono es notablemente pausado en contraposición con el ritmo frenético de aquellas.
Aquí Hitchcock prefiere el poder de los diálogos (algunos de los más surrealistas salen de la boca del hijo de Jennifer, el espabilado Arnie y su peculiar concepción del tiempo).
E incluso incluye un pequeño toque de suspense cuando nos intenta convencer que el muerto está detrás de la puerta del armario y no en el baño en compañía del ciertamente peculiar Arnie.
Y si en las recientemente comentadas LA VENTANA INDISCRETA y ATRAPA A UN LADRÓN Hayes (en estrecha colaboración con Hitchcock) se las arregló para elaborar algunos diálogos que ciertamente chocaban contra los preceptos del Código de Producción, en PERO… ¿QUIÉN MATÓ A HARRY? los divertidos y rocambolescos parlamentos, primero entre Sam y Albert y luego entre Sam y Jennifer, acerca de sus partenaires, cargados de doble (o triple) sentido, no se entiende que pudieran pasar la criba de la fuerte censura imperante dado que son notablemente explícitos.
Aunque tal vez no nos demos cuenta Hitchcock mantiene no sólo la unidad de espacio sino también la de tiempo dado que todos los acontecimientos acerca de Harry tienen lugar en un sólo día, desde la mañana de un día a la mañana del siguiente.
Y aunque ciertamente nos puedan parecer estrambóticos los lugareños y no sólo los que están más directamente relacionados con el cadáver sino también la estoica señora Wiggs (una estupenda Mildred Dunnock) o su poco espabilado hijo, el ayudante de sheriff Calvin (Royal Dano) – algo que ya es habitual en la obra del británico – y por supuesto el despistado médico (Dwight Marfield), Hitchcock establece de una forma magistral la relación entre todos ellos, algo tremendamente difícil de conseguir dado que no son los personajes “normales” con los que uno pueda empatizar fácilmente.
El personaje encarnado por el anciano millonario (Parker Fennelly) que podría solventar las estrecheces económicas del pintor, algo que tampoco parece importar demasiado a éste, servirá para crear un pequeño suspense acerca de qué es lo que ha pedido para sí después de rechazar la generosa oferta económica de aquel y trastocarla en regalos para sus amigos.
El único pero que le veo a la película y es ciertamente menor es que al final descubramos el pequeño secreto, esa “cama para dos” (lamento el spoiler).
No me alargo más porque las circunstancias no lo permiten y la paciencia de los queridos (más que nunca) compañeros tiene un límite.
No acabo de entender cómo mi yo de hace unos años no disfrutó como lo ha hecho mi yo del presente en el visionado de una película que al igual que ATRAPA A UN LADRÓN parecen simples divertimentos incrustados entre obras de más enjundia pero que reflejan tal vez con más precisión el carácter del director inglés que sus películas más apreciadas.
Feliz noche y cuidaros que acechan los lobos.
P. D. No deja de resultar curioso que Hitchcock nos muestre al pobre Harry en todas las posiciones posibles...
... y si vamos a la contra de las manecillas del reloj sería tal que así...
Y una canción con la que me acuesto estos días y que me llena de alegría y de esperanza en estos tiempos tan tristes...
https://www.youtube.com/watch?v=KQetemT1sWc
Última edición por Alcaudón; 27/03/2020 a las 00:59