Primero decir que pretenciosos lo son todos o al menos deberían serlo, lo que pasa es que luego esa etiqueta se la acabamos otorgando solamente al que creemos que no ha acabado de conseguir los resultados pretendidos, porque curiosamente, si bajo nuestro punto de vista sí que lo consigue, jamás se nos ocurre atribuirle dicho apelativo.
Una cosa es que un director pretenda contarnos algo en concreto; ya sea un pensamiento pequeño, humilde, personal, biográfico etc... o algo épico, grandilocuente, trascendental o profundo pero que trate de representarlo con mayor precisión en pantalla independientemente de que lo consiga o no; y otra cosa muy distinta un director con ínfulas vanidoso y arrogante que se cree tanto él como su cine por encima del de los demás (ética, moral o técnicamente). Un director de estas características lo puede ser tanto de películas comerciales con grandes presupuestos que pretendan contar historias épicas como de películas de autor independientes de corte costumbrista, realista o que supuestamente no pretenda sorprender, epatar o complacer de alguna manera al espectador. Eso va con la persona y puede que se vea reflejado en su cine o no, pero no con un tipo específico de película.
Ojo que yo estoy hablando únicamente de la utilización de la palabra en cuestión, no pretendo defender en ningún momento a Nolan de ese apelativo porque creo que su consideración es estrictamente personal. Cada uno sabrá si es un director con ínfulas o no. Yo personalmente no lo creo; y es más, me cuesta encontrar algún director que pensándolo bien reúna las suficientes características como para atribuirle dicha etiqueta con facilidad. Aunque no dudo que si buscase acabaría encontrando alguno. Por otra parte, tampoco es incompatible que un director tenga ínfulas y que sin embargo sea un magnífico realizador...
Respecto a la comparación que hace Bruce Timm entre Nolan y Spielberg, estoy de acuerdo. Ambos tienen una posición muy parecida y privilegiada en el ámbito cinematográfico fácil de relacionar.