Yo creo que la película apela a ese cine de antaño que ya creía extinto y que consistía en darlo todo y ganar por ko en todos los aspectos. Un cine de acción puede dar todo, sin recurrir a nada más que a ser fiel a un personaje, a una bibliografía casi didáctica, y a casi sentir su trazo en pantalla, como es lo que su director nos regala para deleite de un público objetivo que por primera vez está más cerca de tintar canas.
Es un homenaje a Batman, al cine de sala, al gusto por el extralargometraje sesudo, implicado en dar clases de cómo llevar a buen término un producto que muchos no verán por creerlo bajo de nivel para salir de sus casas. Me compadezco de ellos.
Hay cómics que uno lee en su vida que dice, ojalá lo llevaran al cine. Hoy puedo decir que los mejores de Batman acaban de ser llevados de nuevo y si algo tiene de bueno el cambio de rostro, es que cada uno ha dado un perfil diferente a un personaje mitico que comparte en todos ellos, unos valores que no traiciona, que son fácilmente apreciables y he de decir que no puedo preferir ese Wayne a otros ni desmerecerlo porque lo importante es que este Wayne, esté Batman, este Riddler....es sencillamente un regalo para mis ojos. No puedo evitar pensar como ha podido pasar tanta cosa junta, es una gozada.
No podía creer que con 40 años disfrutara más que esos pobres niños que han ido pensando en otro cine más jovial, más simple y sobre todo más adecuado a esas edades. Este cine es para mi generación. Y hoy el tiempo no existía. Solo era Batman.
Tengo que digerir tanto y la vez tengo que esperar un poco antes de ponerla en su sitio. Pero sin duda ha sentado una forma nueva de hacer cine de superhéroes.