No entiendo lo que quiso hacer James Gray en esta película. Después de Two Lovers, una de mis películas americanas favoritas de la última década, me esperaba algo muy grande. Pero The Immigrant, ambientación y ciertos detalles al margen, por momentos me parece un desastre. No veo en la pantalla el conflicto latente que desgarraba a los personajes en Two Lovers o We Own the Night, e intento analizar por qué y no termino de entenderlo.
Diría que los actores masculinos están mal pero no se puede saber hasta qué punto es responsabilidad suya y no de un guion perezoso o (¿quizás?) conscientemente indefinido. ¿Cómo se puede esperar que Jeremy Renner interprete convincentemente a una persona si él mismo no entiende quién es esta persona? Uno que no se sabe por qué está prendado de la inmigrante polaca y qué es lo que se trae con su primo, y el otro al que tampoco se le entiende cuándo se ha enamorado de la mujer y por qué a veces la utiliza y otras veces la protege...
Esta ambigüedad de los personajes (que en mi opinión alcanza el punto cumbre en el momento en que Renner apunta con una pistola a su primo, porque vemos destaparse una agresividad y una crueldad que en ningún momento habían aparecido en él) podría ser un punto a favor de la película, pero en este caso la consecuencia es que simplemente no entiendo a los personajes y sus pulsiones no generan el drama y la emoción que supuestamente deberían generar, especialmente cuando el propio director de la película la compara con una ópera.
Hay detalles de puesta en escena brillantes, como el plano final de la película o la confesión de Marion Cotillard en la que se queda a solas con Dios a través de un picado sobre su rostro y un oscurecimiento de lo que hay a su alrededor, así como el fantasmagórico escenario de Ellis Island es hermoso al final por la forma en que representa la desolación de los personajes. Y luego podría decir que si la ambientación es preciosista, que si las reminiscencias al cine mudo (la pelea en el bar en formato de slapstick), que si los colores ocres que recuerdan al Nueva York de Gordon Willis...pero francamente, me parece una chorrada empezar a describir aspectos como los actores o la fotografía o el guion como si estos se pudiesen valorar separadamente del todo. Y más cuando la película en conjunto no termina de funcionar porque su narración es torpe, como en la escena supuestamente clímax del film, en la que Joaquin Phoenix le tiene que gritar a Marion Cotillard lo que todos los espectadores saben y que el film no ha sabido expresar sin necesidad de utilizar el diálogo y los chillidos para que se sepa que es dramático e importante.
Quizás es una película que se tiene que ver más veces, pero mi primera impresión ha sido de decepción, sobre todo dadas las expectativas. No es una mala película, pero esta torpeza en la narración, este drama expresado a gritos...mucho menos de lo que esperaba del autor de Two Lovers.