La peli es una gozada. Si juntas Valhalla Rising, Drive, Bronson y esta, por ejemplo, ves en todas una historia parecida. Un protagonista extraño, en ocasiones misterioso, inmerso en un mundo que le es ajeno y muy deshumanizado, incluso brutal. Durante el proceso de la historia ves como el personaje demuestra poseer capacidades extraordinarias para adaptarse a ese mundo, en un proceso de interiorización más estético que dramático. Al final el personaje se convierte en una especie de avatar o metáfora viviente de ese mundo.
En lo visual la película es una continuación de las campañas de publicidad que Refn hizo para grandes firmas de moda y de bebidas. Ahí, a tope con los brillos, los contrastes entre luz y oscuridad y colores saturados full time, con los rojos chillando. Y esa síntesis entre música electrónica e imagen.
Ejemplos:
https://vimeo.com/48879679
https://vimeo.com/158348107
El delirio estético de la película es tal que incluso, en uno de los momentos más fascinantes y enigmáticos de la película, aparece el símbolo de la Trifuerza de Zelda. No, no me me preguntéis que significa.
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Lo gozo mucho con Refn. Es un flipado y un cinéfilo (casi todas sus películas tienen algo de homenaje a los directores que él admira, sobre todo a David Lynch y los Coen) que roza con lo trastornado, siempre buscando en lo estético una trascendencia que, o no existe, o solo la ve él. ¿Cómo no sentirse identificado?