Tema: The Neon Demon (Nicolas Winding Refn, 2016)

Iniciado por Screepers

Revisada recientemente, es uno de los trabajos más provocadores e hipnóticos de la década. El film no se queda en lo puramente ornamental, aunque el talento visual de Refn no tiene parangón (una maravilla ese anuncio titulado Odissey). Hace una evocación a los Sigil, el triángulo de la Trifuerza invertido (aquí relacionado con la divinidad y lo esotérico), al cine satánico de los 70, a los cortos de Kenneth Anger y muchos mitos del folklore europeo como la Condesa Bathory o La Lamia (recordemos que Refn es de Dinamarca).

La evolución de la protagonista resulta un misterio, parece que su inocencia es corrompida pero en un díalogo nos revela que en el pasado tampoco era tan virginal... Yo lo veo como una posesión por fuerzas sobrenaturales (eso parece indicar la escena del desfile), donde se convierte en alguien tan narcisista como el séquito de modelos que la acompaña. El casting me parece estupendo, sólo chirría la presencia de Keanu Reeves que no aporta nada a la historia.

Había utilizado el buscador para hablar de esta película porque no se me va de la cabeza. Veo que, como tantas veces, te habías adelantado, siempre para bien.


Lo primero que he de hacer es descubrir las cartas y hacer autocrítica: lo que achaco a otros cineastas lo dejo en pecado venial en el caso del danés. La brillantez formal por encima de la historia (con matices); el ornamento como principio, como bandera y como fin.

Esta película es increíble. Hay tanto simbolismo, tanto contexto soterrado, tanta fascinación por el concepto de la forma sobre el fondo, que a los que entramos en el juego de este director (entiendo que otros no lo hagan) nos parece apabullante.

Evidentemente, Refn sabe cómo funcionan las cosas en las altas esferas y, en base a ello, nos ofrece este delirio con acabado visual deslumbrante y colmillo afilado. Anger está ahí; Jodorowsky está ahí; Hardy está ahí; la impostura planea demasiado cerca del suelo...y aún así, el film acaba elevándose.


El guion es tan esquelético que Refn decide contarnos todo a través de imágenes y el resultado es un aquelarre (nunca mejor empleado) en el que todo funciona a través de subtextos, de referencias y del diablo, que siempre está en los detalles.

Magnífica película para unos (entre los que me incluyo). Chorrada que se prodiga en enanismos del ego para otros (están en su pleno derecho).


Un esteta del inframundo.