Realmente es un drama. La intérprete, de belleza natural e inocencia virginal, sube unas escaleras (nótese ahí la metáfora: su esfuerzo por ascender ante las adversidades) para enfrentarse a la horrible tragedia romántica dibujada en un plano de gran impacto: su amante, triste y desconsolado ante la pérdida de sus lazos de amistad con las entes robóticas. La bella y virginal dama trata, con su bondad casi infantil, dibujar una sonrisa mediante un simpático peluche.
Si me dicen que es de Pixar-Disney, me lo creo.
A veces he pasado días entero reflexionando con las propuestas de Michael Bay. Nosotros vemos una simple puesta de sol en una autopista. Él ve mucho más. Pero no podemos sino esperar a que nos lo cuente en alguna entrevista o reflexión en público.
Synch