Gracias, compañero. Ayer pude leer el hilo entero con calma, y me sorprendió mucho la enconada discusión respecto a la calidad de imagen de la película.

Si entendemos "calidad de imagen" en términos absolutos, Superman NO es un film que destaque en absoluto por su nitidez, colorimetría, definición, claridad o estabilidad, más bien al contrario (lo que no quiere decir que no sea un film bello visualmente, que a mi juicio lo es y mucho).

Su aspecto obedece a criterios artísticos, y el cine es un arte. Hay tantos looks visuales como películas existen, no debemos olvidarlo nunca.

Por otro lado, las comparaciones con Star Wars (director de fotografía diferente, emulsión distinta, aspecto visual completamente opuesto), no proceden, porque Superman NO se rodó como se rodó para ocultar las " entrañables cutreces de la época" o los artesanales efectos especiales, sino como resultado de la etapa creativa en la que se hallaba su director de fotografía. Pensad en ello como si estuviésemos hablando de un músico o de un escritor, que a lo largo de su obra y con el paso de los años pueden ir cambiando de estilo (y la evolución muchas veces puede ser enorme, tanto que a menudo pierden algunos seguidores y ganan otros por el camino).

Esa es la razón de que 2001 (además de que fuese rodada en Super Panavision 70 y de los deseos de Kubrick al respecto), sea la noche y el día visualmente hablando comparada con Superman. Se estrenó en 1968 y en ese entonces Unsworth se encontraba en una fase estilística completamente diferente. Así, nos encontramos con que en 2001 tenemos una nitidez extrema, colores ricos (especialmente los rojos por expresa voluntad de Kubrick), negros densísimos, un excelente contraste, y demás.

Pero oiga, es que a mi me encanta Superman y me gustaría que se viese igual que 2001.

Pues no va a poder ser, lo siento mucho. Es más, no debe ser así.

Pero es que especialmente en el segmento inicial de Krypton aquello es terrorífico: grano por doquier, bajísima definición, poco contraste... y además, como hay múltiples retroproyecciones, la inestabilidad campa a sus anchas.

Si, en el segmento inicial de Krypton (y el posterior de la fortaleza de la soledad) se aplicaron todas estas técnicas con la mayor intensidad posible, para transmitir una sensación onírica e irreal (¡esos blancos cegadores!). En el resto de film siguen presentes, pero de forma más moderada.