Madre de Dios, no la veía hace años y la he revisionado. Es impresionante, hipnótica a más no poder (hipnotismo de la carne, vaya), y el poderoso discurso de la manipulación pasa a un segundo plano con semejante todopoderoso monólogo audiovisual que es este film
NO puedo quitarme de la cabeza la muerte del estrado, con esa cabeza partida en dos.
Es una jodida obra mayor y Cronenberg es un maldito MAESTRACO. Max Renn, ahora le quiero más. Ya caigo