Así es, Mo. Qué bien vivía yo trapicheando con mi canal de televisión y programando porno. Luego, tras hacerme la picha un lío con el speech del tal Oblivion, me transformé en Nueva Carne, es decir, en un agente virtual condenado a vagar por internet. La Nueva Carne de nuestro tiempo es eso: internet. Yo no soy real.