Aunque no me consta que se trate de una película que haya estado nunca perdida, os comento brevemente el pase de ayer en la Filmoteca de Catalunya de "Das alte Gesetz" (“La antigua ley”, 1923), de E.A.Dupont. Se trata de la versión reconstruida durante la década de los 80 a partir de diferentes copias. La duración coincide con la indicada por imdb: 128 minutos (aunque el programa indicaba erróneamente 107). La calidad de la copia, visible, pero sin tratarse de una restauración a fondo (o sea, presencia de numerosos defectos de celuloide). Es una versión en blanco y negro sin virados ni tintados (no sé si se utilizaron en su día). Acompañamiento musical al piano en directo.
De entrada, vale la pena resaltar que Kracauer no dice nada de este film en su famoso libro, lo cual resulta sorprendente vista la materia argumental. La película narra la carrera teatral del hijo del rabino de un “shtetl” (poblado judío) de la Galitzia en una época indeterminada, pero que podríamos situar a finales del XIX. El joven, como es habitual en estos casos, expresa su deseo de dedicarse al teatro obteniendo una negativa radical por parte del padre. Ante la intolerancia paterna decida dejar el pueblo. Se une a una familia de actores ambulantes hasta que es descubierto por una aristócrata vienesa que lo protege, atraída por el muchacho, y le consigue un puesto en el Burgtheater de Viena. Allí, gracias a una treta de su protectora, consigue el papel principal en “Hamlet” y triunfa. Pasa el tiempo, la protectora debe dejar Viena por orden imperial, ya que su relación con el actor resulta incómoda para la corte. Al mismo tiempo, la llegada de un viejo conocido judío provoca en el actor la nostalgia de su familia y de su enamorada que sigue en el pueblo. Regresa al shtetl durante una celebración judía, pero es rechazado por su padre. Al final, no obstante, el rabino, enfermo, asistirá a una representación en Viena de “Don Carlos” (supongo que la obra de Schiller) y se reconciliarán padre e hijo.
Dupont dirige el film con pulso seguro, sin alardes visuales, pero con un dominio perfecto del ritmo narrativo. El argumento nos suena hoy en día a trillado, incluso son evidentes los puntos de contacto con “The Jazz Singer”, producida solo 4 años más tarde, pero eso no quita que se trate de un buen drama, con un retrato interesantísimo de una comunidad rural judía y de la incomodidad que un judío provocaba en la capital del Imperio. A destacar la presencia en el reparto de Ernst Deutsch, el joven actor judío, uno de los siniestros amigos vieneses de Harry Lime en “The Third Man”. También encontramos a Henny Porten, como la aristócrata protectora, la Anne Boleyn de la película de Lubitsch.
Como curiosidad, he visto que en la larga carrera de Dupont (aunque no demasiado prolija en títulos) hay una fase hollywoodiense (la última) que tiene un título para mí desconocido y sorprendente: “The Neanderthal Man”, de 1953. De “Varieté” a la ciencia ficción americana de serie B: vueltas da la vida.