En la Fnac de Sevilla me llevé la desagradable sorpresa de recibir una interpelación, acompañada de su correspondiente mirada "Qué me estás contando", por tener la osadía de querer comprarme los libros de Quim Monzó en su correspondiente lengua vernácula, el catalán, y quejarme, muy levemente, no soy persona de aspavientos ni mala educación, por esa situación.
Estoy muy lejos de ser nacionalista de ningún tipo, es más me asquean profundamente, pero a su vez me parece lamentable que en una ciudad importante de España no sólo no puedas comprar un libro en catalán (supongo que pasará lo mismo con autores Galegos, vascos ..) sino que además tengas que aguantar impertinencias y miraditas condescendientes.
(Modo Offtopic On)Pero claro, estamos en un país en en que cortan o directamente no se emiten las ruedas de prensa de Guardiola pq habla en catalán, mientras a su vez no parece haber inconveniente en emitir íntegras las del "genio táctico" de Setúbal aunque conteste a medios ingleses, portugueses y franceses en sus lenguas vernáculas (Modo Offtopic Off)
Sobre este particular recomiendo la lectura de este (aviso: largo, pero muy interesante) artículo. No aclarará las cosas del todo, pero te da una idea de como funciona el percal.
El peligro de traducir para vender
La peli espero verla pronto, e intentaré acordarme de responder a la cuestión del uso del catalán arcaico.
Saludos