Coincido en el apunte de Wise, amigo carpintero, pero por razones más musicales y científicas que terroríficas. Adoro su Ultimatum a la tierra y Andrómeda, y podría estar todo el día escuchando cierta historia del este... y, también, de tierras austríacas (no me mates, Jane jajaja).
EDITO: Se me olvidaba que, dirigió, una gran propuesta en los setenta, las dos vidas de Audrey Rose. Aunque no es perfecta, me parece todo un gustazo de película. E inquietante. Muy inquietante.