Cuando la inversión se convierte en una falacia 3
Nos ofrece el diccionario dos acepciones del término falacia:
1.- Engaño, mentira. 2.- Argumento falso pero aparentemente verdadero para inducir a error o engaño.
Es la segunda la que parece ajustarse a la forma de proceder de algunas empresas de inversión, no porque tengan una intención voluntaria de causar daño, sino porque, posiblemente de forma inconsciente, en la búsqueda de argumentos de venta para sus productos, incurren en graves errores de razonamiento, tan graves como para poder afirmar que sus conclusiones son falsas.
El otro día me contaba un comerciante filatélico de Barcelona que entró en su establecimiento un cliente preguntando si tenía a la venta, y a qué precio, un sello del tema Europa de Andorra de 1972. Le contestó que unos 100 €, concretamente 18.000 pts.
- No me ha entendido - le dice el cliente - el sello que le pido es un sello verde de 8 pesetas de valor facial emitido por Andorra Española en 1972-
- Ya, ya. Sí le he entendido y ese es el precio -
El cliente le insiste: - Lo que yo quiero es un sello original, auténtico, en perfecto estado. No quiero una reproducción -
- Eso es lo que le estoy ofreciendo, un sello original en perfecto estado, nuevo y sin charnela -
-¿Puedo verlo? - Pregunta el individuo con incredulidad.
El comerciante se lo enseña y el cliente, atónito y desconcertado le dice:
- No entiendo nada. Mire Ud.: aquí tengo la oferta de una empresa “seria” que lo oferta en 600.000 pesetas con una rentabilidad asegurada(1) .
El cliente se despidió “Volveré y le diré algo”. Lógicamente nunca más volvió.
En muchas ocasiones la inversión en Filatelia es una falacia. En puridad no es cierto que se esté realizando una inversión en valores filatélicos, sino utilizando signos filatélicos de un valor muy bajo respecto al precio de adjudicación, para captar unos capitales que son retribuidos con unas hipotéticas revalorizaciones del mercado. Revalorizaciones por supuesto irreales.
En la medida que esas empresas son solventes y siguen cumpliendo religiosamente todos sus compromisos, los inversores muestran su satisfacción porque perciben unos intereses superiores a los habituales en el mercado financiero. Pero ¿Hasta cuando?
Pese a quien pese, la verdadera garantía de la inversión efectuada en esas empresas no está en los sellos que adjudican a sus clientes, sino en la salud y solvencia de la propia empresa, que valora sus activos filatélicos al margen del mercado, ya sea con listas de precios elaboradas por ellas mismas, por catálogos editados por ellos mismos o trabajando con sellos que todo el que pertenece al mundillo de la filatelia sabe que están, por una u otra causa, sobrevalorados en los catálogos.
Es de desear que el camino iniciado por la Administración continúe y lleguemos a una completa normativa que regule el negocio de la inversión filatélica en nuestro país, para bien de los inversores y para el buen nombre y la salud de la filatelia en general.
(1)La oferta en cuestión es la lista nº 93 correspondiente al tercer trimestre de 2002 de Forum Filatélico. El precio exacto de venta del sello de Andorra 1972 era de 3.627,50€ ó 603.580 ptas. El folleto especifica: “Precios, incluido IVA exclusivamente para clientes de Forum Filatélico. Corresponden a sellos de lujo y con garantía de recompra”.
En otra lista posterior, la nº 98 correspondiente al cuarto trimestre de 2003, el sello seguía en alza y lo cotizan, ni más ni menos, que en la friolera de 4.064,39€ o sea 676.258 pesetas. Como referencia de comparación en la subasta de Galería Filatélica de Barcelona de julio 2003 se ofrecían 75 ejemplares de este sello en calidad lujo distribuidos en 15 lotes con un precio unitario de 60€. Diecisiete ejemplares no hallaron comprador y ninguno se adjudicó a más de 60€.
¿Cómo puede ser tan caro en 60€ como para que nadie quiera comprar un sello que se vende con garantía de recompra en 4.000€? Algo no funciona