Here we go again...
000. PYGMALION (1938, PIGMALIÓN)
Directores: Anthony Asquith y Leslie Howard + David Lean (no acreditado).
Productor: Gabriel Pascal.
Producción: Pascal Film Productions Ltd.
Distribución: General Film Distributors Ltd. (Reino Unido) / Loew’s Inc. (EUA).
Guion: George Bernard Shaw, W. P. Lipscomb y Cecil Lewis + Ian Dalrymple (no acreditado), basado en la obra teatral homónima del primero (Hofburg Theatre, Viena, 16 de octubre de 1913).
Fotografía: Harry Stradling, en blanco y negro (1.37:1).
Operador de cámara: Jack Hildyard.
Dirección artística: John Bryan.
Decorados: Laurence Irving.
Música: Arthur Honeger.
Montaje: David Lean.
Reparto: Leslie Howard (Profesor Henry Higgins), Wendy Hiller (Eliza Doolittle), Wilfrid Lawson (Alfred Doolittle) y Marie Lohr (Señora Higgins) + Scott Sunderland (Coronel Pickering), Jean Cadell (Señora Pearce) y David Tree (Freddy Eynsford-Hill).
Presupuesto: 87.000 libras esterlinas.
Duración: 1:35:35.
Inicio y lugar del rodaje: 11 de marzo de 1938 (Pinewood Studios, Inglaterra).
Estreno: 6 de octubre de 1938 (Leicester Square Theatre, Londres); 8 de diciembre de 1938 (Nueva York).
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4 nominaciones a los Oscar de 1939 (película, actor, actriz y guion adaptado *)
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La idea de llevar a la gran pantalla la obra de teatro de George Bernard Shaw (1856-1950) fue una apuesta personal del migrante austrohúngaro Gabriel Pascal (1894-1954) quien recientemente había arribado a las costas inglesas sin un penique en sus bolsillos.
Pascal, que había conocido al dramaturgo años atrás, logró convencerlo para que le vendiera los derechos cinematográficos de “Pigmalión”, la cual había sido estrenada por primera vez en Viena (y en alemán) el 16 de octubre de 1913, toda una hazaña dado el desdén más absoluto que el escritor irlandés sentía por el Séptimo Arte.
Shaw, engatusado por la labia de Pascal, accedió incluso a escribir el guion de la película y, de esta forma, garantizar que la misma llegara al gran público sin adulterar, tal y cómo fue concebida... algo que como veremos más adelante no se cumplió del todo...
Después de llamar infructuosamente a la puerta de buena parte de las compañías británicas finalmente consiguió atraer la atención de Richard Norton (1892-1954), jefe de producción de los estudios Pinewood, en Buckinghamsire, propiedad del todopoderoso J. Arthur Rank (1888-1972).
Pascal y Norton formaron una compañía propia, Pascal Film Productions Ltd., relativamente independiente puesto que el segundo, como acabo de decir, trabajaba para Rank y este no solo financiaría la película en buena medida sino que también se encargaría de su distribución a través de su filial, la General Film Distributors Ltd.
Para Rank, que estaba por entonces en plena expansión, PIGMALIÓN significaría un nuevo peldaño en la escalera que estaba construyendo para convencer al siempre reticente mercado norteamericano de la bondad de las producciones británicas.
Pascal contrató a David Lean para que se encargara del montaje de la película. Para ello fue decisivo el hecho de que recientemente hubiese trabajado para Norton en MI VIDA PARA TI (1935), de Paul Czinner, la cual había resultado ser un gran éxito tanto de público como de crítica y no solo en el Reino Unido sino también en los EUA puesto que llegó a estar nominada a los Oscar de 1936 en la categoría de mejor actriz (Elisabeth Bergner).
Si entonces Lean cobraba 50 libras esterlinas a la semana por su trabajo en su siguiente película, COMO GUSTÉIS (1936), también dirigida por Czinner y coprotagonizada por la mencionada Bergner y Laurence Olivier, exigió (y consiguió) 60, el mayor sueldo que jamás hubiese ganado un montador en territorio isleño.
Como vemos ya por entonces Lean era un profesional muy admirado y requerido por los estudios puesto que era capaz de arreglar en la sala de montaje lo que un director mediocre hubiera filmado de mala manera previamente.
Pascual igualmente se aseguró los servicios de Anthony Asquith (1902-1968), un cineasta de calidad contrastada, para codirigir la película junto a la estrella de la misma, el prematuramente desaparecido Leslie “Ashley Wilkes” Howard (1893-1943).
- De Asquith recuerdo un lejano pase televisivo en VOSE de una cinta que me cautivó por completo, LA VERSIÓN BROWNING (1951), con un excepcional Michael Redgrave. -
Para dar mayor empaque a la producción Pascal se trajo de los EUA al gran director de fotografía Harry Stradling Sr. (1901-1970) – posteriormente ganador de 2 Oscar (en 1946 por EL RETRATO DE DORIAN GRAY...
- Recibiendo su primer Oscar de las manos del mismísimo D. W. Griffith... -
... y en 1965 por… MY FAIR LADY… de la que hablaremos en breve…) -, quien tendría como operador de cámara al igualmente excelente Jack Hildyard (1908-1990), con quien Lean, ya convertido en director (en sentido estricto…), contaría hasta en 4 ocasiones y además de forma consecutiva: LA BARRERA DEL SONIDO (1952), EL DÉSPOTA (1954), LOCURAS DE VERANO (1955) y EL PUENTE SOBRE EL RÍO KWAI (1957).
- Por esta última ganaría en 1958 el Oscar. -
El productor contrataría igualmente los servicios del prestigioso compositor francés Arthur Honegger (1892-1959) para elaborar la (liviana) banda sonora de la película.
Aunque en un principio Shaw se opuso a la elección de Howard como el (quisquilloso) profesor Henry Higgins, al que no veía como la mejor plasmación del personaje meticulosamente diseñado por él (seguramente Shaw, que como decía, no era precisamente un gran aficionado al cine no había visto sus interpretaciones en cintas como DESEOS HUMANOS (1934), de John Cromwell o EL BOSQUE PETRIFICADO (1936), de Archie Mayo, en ambas con Bette Davis de coprotagonista…) al final accedió a los requerimientos de Pascal y más tarde admitiría su error.
Sí fue cosa del autor la elección de la novata * Wendy Hiller (1912-2003) para encarnar a la deliciosa Eliza Dolittle, a quien admiraba desde que la vio interpretar el papel en el Festival Theatre, de Malvern, Worcestershire, en 1936.
* A pesar de lo que se indica en los títulos de crédito de la película la actriz había hecho su debut en la gran pantalla en una cinta previa, la hoy completamente olvidada, LANCASHIRE LUCK (1937), de Henry Cass.
Un Henry Cass (1903-1989), por cierto, al que debemos uno de los grandes títulos del cine de terror gótico británico, LA SANGRE DEL VAMPIRO (1958)...
..., con libreto del guionista estrella de la Hammer, Jimmy Sangster. *
Aunque Shaw aparece acreditado como único guionista otras manos intervinieron en la elaboración (o más bien reelaboración) del libreto, como los acreditados (aunque como adaptadores) W. P. Lipscomb (1887-1958) y Cecil Lewis (1898-1997).
El libro “Beyond the Epic: The Life & Films of David Lean”, de Gene D. Phillips (The University Press of Kentucky, Kentucky, 2006) que me sirve de base para el presente comentario apunta además el nombre de Ian Dalrymple (1903-1989) – casualmente (el mundo es un pañuelo…) guionista de LA CIUDADELA (1938), de King Vidor, basada en la novela homónima de A. J. Cronin y que compré esta misma semana en una librería de segunda mano de la capital vizcaína… - y la IMDb añade el de la propia esposa de Lean en aquellos años, la hermosa Kay Walsh (1911-2005)...
..., a quien pronto veremos como coprotagonista en la primera incursión (oficial) de Lean en la dirección, SANGRE, SUDOR Y LÁGRIMAS (1942) y que comentaré más adelante… si antes no muero en el intento…
A pesar de que el guion original de Shaw seguía fielmente su propia obra teatral accedió de buen agrado a escribir y/o aprobar 14 nuevas escenas, incluido el final de la misma.
- Eso sí, el único Oscar que ganó la película se lo llevó Shaw en solitario, aunque dudo mucho que fuera a recogerlo dada su blablablá…-
Aunque el gran Leslie Howard aparece como codirector de la película junto a Anthony Asquith parece demostrado que este únicamente se encargó de las escenas que él mismo protagonizaba. De hecho, solo aparecía en el set de rodaje cuando su presencia era requerida. Algo no solo ratificado por el propio Lean sino también por su partenaire, Wendy Hiller, quien desconocía que el actor era también el codirector hasta que se rodó la escena de la presentación de Eliza en sociedad.
- De todas formas y teniendo además en frente al siempre combativo mad dog earle, justo es de reconocer que Howard ejerció igualmente las labores de dirección en otras 4 películas: PIMPINELA SMITH (1941) – continuación de la espléndida PIMPINELA ESCARLATA (1934), de Harold Young -, EL GRAN MITCHELL (1942), EL SEXO DÉBIL (1943) y VOCACIÓN SUBLIME (1943) – en este caso sin acreditar, al igual que le sucedió a Lean en la cinta hoy reseñada...
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Durante el rodaje Lean se pasaba las noches preparando un premontaje de cada una de las escenas y durante el día permanecía en el set observando cómo se rodaba, especialmente cuando lo hacía Asquith, a quien el cineasta objeto del presente estudio admiraba profundamente.
Un Asquith que consultaba frecuentemente con Lean acerca de la composición de los planos y de selección de los mejores ángulos para la cámara. O sea, que en cierta forma Lean hacía de “director del director”.
Además y lo que es todavía más importante para valorar la auténtica autoría de Lean como coautor, aunque fuese en grado inferior a los dos directores acreditados, es el hecho de que Asquith le pidió que rodara dos secuencias que serían clave en el desarrollo de la historia.
La primera acontece cuando Eliza (Wendy Hiller) visita por primera vez la residencia donde vive el profesor Higgins (Leslie Howard) y, circunstancialmente (en realidad a la manera en la que lo hacían Sherlock Holmes y John Watson), el coronel (retirado) Pickering (Scott Sunderland), ambos reconocidos lingüistas, aunque de carácter completamente antagónico… como los dos personajes anteriormente mencionados…
En dicha secuencia asistimos a las (extenuantes) lecciones de fonética a las que se ve sometida la joven por parte del (autoritario) Higgins y donde somos testigos del inicio, siquiera tenue, del enamoramiento que se produce entre ambos, o al menos, por parte de ella hacia él. En este caso, no tanto el rodaje como el montaje de la misma es digno de elogio.
Eso sí, la (genial) replica que hace Higgins cuando ella se traga una de las canicas que este usa para que vocalice mejor fue una improvisación de Howard y gustó a todo el mundo por lo que no se volvió a repetir la escena.
ELIZA: ¡Me he “tragao” una!
HIGGINS: No te preocupes. Tenemos más.
- Por cierto, Wendy Hiller está guapísima con corbata. Uno de esos fetichismos de lo más inocentes que tenemos algunos hombres… como el de otros por las uñas y no menciono nombres que es de mala “educancia”…
... y si encima lleva un lazo en el pelo...
Curiosamente, en la película que comentaré a continuación, MAYOR BÁRBARA, Hiller aparece de igual guisa y está igualmente irresistible…
Más adelante hablaré de las conexiones (que haberlas haylas, querido Roy Earle) entre ambas obras. -
La segunda secuencia tiene lugar cuando reciben la invitación al baile de la embajada de Transilvania.
Aquí Lean se encargó de la transformación definitiva de la inculta y escasamente atractiva florista en toda una princesa húngara...
..., gracias a la inestimable ayuda del inepto (pero aprovechado) conde Karpathy (Esme Percy)...
Quizás sea un tanto desproporcionado hablar de que Lean dirigió ambas secuencias en esos dos fragmentos pero lo que sí está claro es que el trepidante montaje que el futuro director imprimió a las mismas lo convierten en su auténtico autor.
En palabras del gran Michael Powell (1905-1990):
“Everyone was stunned by the marvelous editing he did on PIGMALION. Those escenes of Wendy Hiller learning phonetic were created by brilliant editing”.
O sea, que independientemente si Lean las rodó personalmente o no lo cierto es que el magnetismo que despiden se debe casi exclusivamente a su labor en la sala de montaje.
Ya estoy escuchando al bueno de mad dog earle decidir: “Estoy contigo pero una cosa es la labor del director y otra la del montador”. ¿A que sí?
Recuperando las migas de pan que he ido dejando en el camino para no perderme (aunque ya ande por los cerros de Úbeda, todo sea dicho) ya es hora de proclamar a los cuatro vientos (ya lo siento, me encantan las frases hiperbólicas) que la, por otra parte, deliciosa MY FAIR LADY es casi un calco – canciones aparte – de PIGMALIÓN y no precisamente porque ambas tomen como base el mismo texto dado que como ya he dicho el libreto sufrió significativos cambios por parte tanto del propio Shaw como del resto de los que intervinieron en el mismo… Lean incluido… y aquí sí que hay consenso entre los críticos…
Muchos de los diálogos de la oscarizada versión de George Cukor fueron copiados literalmente, lo que no impide, ni mucho menos, que la cinta sea uno de mis musicales favoritos. Pero… al César lo que es del César…
Aprovecho igualmente lo dicho sobre las conexiones entre PIGMALIÓN y MAYOR BÁRBARA y entre la primera y MY FAIR LADY y entre esta y la segunda.
En el primer caso estas no solo se refieren al reparto (repiten Wendy Hiller, David Tree [el atontado enamorado de la anterior] y Marie Lohr [la sufrida madre del insoportable – y pueril – profesor Higgins] sino también a la personalidad de los protagonistas, auténticas mujeres empoderadas antes de que dicho concepto existiese siquiera. E incluso el (¡qué casualidad!) profesor Cusins encarnado por el gran (aunque casi irreconociblemente joven) Rex Harrison tiene una fisonomía similar, incluido el hecho de fumar en pipa.
Eso sí, la personalidad de Higgins es mucho más arrolladora que la de Cusins, aunque en el fondo ambos quedarán prendados por el empuje y la belleza de dos mujeres de carácter pero con un corazón de oro.
En el segundo caso y como ya mencioné antes repite Harry Strandling como director de fotografía. Eso sí, aquí en blanco y negro y formato estándar y allí en color y Super Panavision 70.
De la conexión entre MAYOR BÁRBARA y MY FAIR LADY hablaré en el siguiente comentario si antes no me da un soponcio…
La verdad es que, independientemente de quién dirigiera qué, lo cierto es que PIGMALIÓN es una deliciosa comedia romántica (mis favoritas, como las que tan bien comenta el compañero dawson en el OR) con unos superlativos Leslie Howard y, especialmente, una celestial Wendy Hiller y más teniendo en cuenta que era una debutante en la gran pantalla, acotación anterior aparte…
- Howard, por cierto, ganó una Copa Volpi al mejor actor en el Festival Internacional del Cine de Venecia. Ahí es nada…-
La película fue un enorme éxito de taquilla a un lado y a otro del Atlántico (¿he mencionado que incluso ganó un Oscar?) lo que llevó a su productor a la disparatada idea de dirigir él personalmente su siguiente película, la que viene a continuación, aunque sabía menos del cine que la señora Ayuso de los migrantes a los que tanto parece detestar...
Los resultados los comentaré en breve pero coincido casi plenamente con lo reseñado por el maestro Earle.
Y ni siquiera la pericia de Lean, ya sea en el set de rodaje o en la mesa de montaje, fue capaz de convertir MAYOR BÁRBARA en el éxito que todos anunciaban sino más bien un fracaso y muy oneroso dado que su presupuesto triplicaba al de la modesta PIGMALIÓN.
Permanezcan atentos a sus receptores.
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