Vista dos veces en 48 horas, no porque sea una obra maestra, sino porque me di cuenta que el film estaba en filmin, y el primer visionado fue por iutuf, eso si, una excelente edición de Criterion (después el buscador me ha descubierto una sección de Criterion, donde actores, directores, se encuentran en un armario lleno de pelis de Criterion y donde eligen sus preferidas, me ha enganchado esto más que el film ). Pues su primer visionado lo disfruté más que el segundo, intendiendo mucho mejor los diálogos en dicho segundo visionado; quizá es un film de un sólo visionado, ya que los diálogos, sin ser malos, no me parecen muy ingeniosos, o mejor dicho, que no destacan, más o menos son previsibles y muchos aburridos, muy blancos sin mala leche. Ya lo decía la hija, país de jardineros . En su segundo visionado, sus personajes me han parecido menos interesantes, tampoco ayuda el encierro teatral con pocos exteriores, que cuando la mayoría de personajes no son muy interesantes, te dejan más frío que nada.



Y donde está el punto fuerte del film? Sospecho que el punto fuerte es David Lean, todo parece tan perfecto, todos los planos tiene sentido, no hay un mal encuadre, está claro, como el listado que ha dado Mad, que Lean, estaba rodeado de fantásticos profesionales, que son los que le dan chispa al film; porque la escena que comenta Mad, cuando se informa de la tragedia familiar, lo que hace la cámara es una maravilla, es sin duda el mejor momento del film, y supongo que a posteriori es fácil de decirlo, pero estaba claro que había calidad de sobras en las manos de David Lean.

Volvemos con la ineludible propaganda, donde, aquí, Lean, consigue hacerla algo más subtil que en su primer (o no) film ya comentado aquí, donde el desarrollo -no muy normal- de los personajes maquillaban el sempre Fidelis de turno. Aquí, quizá un embrión interesante de BOYHOOD pero con menos recursos, hace que el transcurso de los años y el devenir de la familia me tenga con cierto interés. Ayuda mucho los momentos de transición, algunos brillantes con toques cómicos, como el desafinar hecho arte en la sobremesa de la familia al piano. Otras escenas están menos acertadas, no por malas, sino porque me dan griman, como cantar cancioncillas patrióticas a ritmo de copazos mientras regresan a casa alcoholizados.

En resumen, un debut, o no, a tener en cuenta, no precisamente por lo que cuenta, sino por como lo hace, era irrefutable ver que el director tenía un talento inmenso.