No ha hecho esta película para explicar la historia, sino para hacer sentirla. Apenas hay contextualización ni explicación. Para mí 'Dunkerque' no es una película bélica, sino una historia de supervivencia. Basada sobre todo en situaciones de acción paradójicas que sucedieron realmente y sobre las que he leído. Quería hacer sentir, por ejemplo, la claustrofobia; qué significa estar a expensas del enemigo y no tener en qué dirección ir.
¿Por qué decidió no mostrar la cara de los nazis? Trato de ser fiel a la experiencia de los soldados británicos y franceses. Muy pocos se vieron cara a cara con los alemanes. Una gran parte del miedo y del suspense con el que vivían se debía a lo desconocido, a lo que no veían. Temblaban por el ruido de los disparos reverberando a través de la ciudad. O viendo caer las bombas de esos terribles Stukas. Todo resulta aún más terrorífico cuando no sabes realmente de dónde proviene la amenaza.
Ha pasado de hacer un cine cerebral a poner más énfasis en la emotividad y visceralidad. No sé cómo he llegado a eso. Cuando empiezas, haces las películas que te dejan hacer. Y luego, si tienes éxito, eres tú quien decides tus siguientes proyectos. Cada película parte de una motivación diferente. Lo que quieres evitar es la repetición. Hacer una película lleva mucho tiempo y requiere mucha energía, y hacer algo que ya has hecho resulta poco apetecible.
'Dunkerque' parece un giro de timón en su filmografía, pero en ella sigue explorando el tema de la percepción. Estoy muy interesado en la subjetividad y en explorar puntos de vista subjetivos, sobre todo a través de la manipulación del tiempo. Incluso en películas convencionales, el tiempo se manipula de forma sofisticada, pero no lo advertimos. Yo no empleo la manipulación del tiempo como una sutileza, como algo oculto, sino que trato de ponerla en primer plano e involucrar al público en esa estrategia.
La música tiene aún mayor protagonismo que en el resto de sus películas. No hay mucho diálogo, pero tampoco hay un segundo de silencio. En 'Dunkerque', probablemente por la falta de diálogo, hemos conseguido una síntesis de efectos de sonido, música e imagen a la que siempre habíamos aspirado, pero nunca habíamos logrado llegar. Otros directores usan pistas musicales temporales mientras montan. Para mí es mejor montar sin música antes que trabajar sobre una pieza que luego no podrás usar, o que obligarás a copiar a otro compositor. En esta ocasión tenía algunas ideas rítmicas en la cabeza que le había pasado a Hans [Zimmer; el compositor]. Conforme él iba acabando piezas, mi montador, Lee Smith, y yo las íbamos integrando en la película.
Fuente:
http://www.elperiodico.com/es/ocio-y...styles-6179386




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