El tal Michael Laudrup me parece un
gilipollas, hablando en plata. Es el típico nórdico que llega a estos lares con aire de superioridad y creyendo que los naturales del país somos una pandilla de garrulos.
Además, es un desagradecido: cuando llegó al Barcelona procedente de la Juve
era una ruina humana.
Eso sí, está hecho un buen negociante el vikingo intelectual, hace años que descubrió el tirón del Rioja.
Lo dicho: un espavilado que merece recalar algún día en la Casa Blanca: Orgullo Vikingo, muchachos.