Regístrate gratis¡Bienvenido a mundodvd! Regístrate ahora y accede a todos los contenidos de la web. El registro es totalmente gratuito y obtendrás muchas ventajas.
Blu-ray, DVD y cine en casa
Regístrate gratis!
Registro en mundodvd
+ Responder tema
Resultados 1 al 25 de 576

Tema: Federico Fellini: revisando sus películas

Vista híbrida

  1. #1
    sabio Avatar de hannaben
    Fecha de ingreso
    25 ene, 15
    Mensajes
    3,035
    Agradecido
    14099 veces

    Predeterminado Re: Federico Fellini: revisando sus películas

    Nos leemos...próxima parada

    Última edición por hannaben; 10/06/2020 a las 16:47

  2. #2
    Senior Member Avatar de mad dog earle
    Fecha de ingreso
    04 may, 06
    Ubicación
    Mount Whitney
    Mensajes
    12,380
    Agradecido
    55212 veces

    Predeterminado Re: Federico Fellini: revisando sus películas

    Roma (Roma, 1972)



    Un apunte personal: vi por primera vez Roma en diciembre de 1976, año en que, con un retraso considerable, por fin llegó a nuestras pantallas. Ya desde aquel primer visionado (a mis tiernos 17 años) la película me fascinó y con el tiempo se ha convertido sin duda en el film de Fellini que más veces he visto, que suelo revisar con más frecuencia y, en definitiva, mi preferido del de Rimini, aunque no quiero decir con ello que sea el mejor.

    En Roma Fellini depura al máximo el modelo de “ficción documental” o film ensayo que ya le hemos visto en Fellini: A Director’s Notebook o I clowns. En esta ocasión el objeto del estudio es, como el título indica, la llamada Ciudad Eterna, la capital del Imperio romano, la sede del Papa, pero por encima de todo la Roma felliniana, una mezcla de fantasía y realidad. Roma integra los diversos elementos habituales en este subgénero felliniano: recreaciones memorialísticas del pasado del propio director (que se integra él mismo en la ficción, sea como personaje recreado, o bien como director de la película, apareciendo delante de la cámara); fantasías evocadoras; representaciones de un presente ficticio; fragmentos documentales rodados en la Roma del momento, presentados con un tono más neutro (incluso recurriendo a la voz en off, a veces la de Fellini y en otras la de un narrador desconocido), etc.

    Roma tuvo, como casi todos los films de Fellini problemas para su financiación. Alberto Grimaldi no quiso saber nada del proyecto y Angelo Rizzoli falleció en 1970. Finalmente, Fellini pudo tirar adelante el film con la modesta productora Ultra Film, en un principio pensado como una película para la televisión, sin una estructura argumental precisa, aunque al parecer con un marcado carácter documental. Pero ese carácter documental pronto fue adaptándose a los intereses de Fellini, es decir, a poner en poner en primer plano sus propias experiencias, sean reales o imaginarias, en forma de collage, de miscelánea.

    La película arranca con una recreación del pasado: unos campesinos pasan por delante de una señal del camino, medio derruida, que indica la distancia a Roma: 340 km (aproximadamente la distancia entre la capital y Rimini). Le siguen una serie de breves secuencias, en que Fellini rememora la presencia en su infancia de “lo romano”: en forma de lecciones escolares (el paso del Rubicón, pequeño río cercano a Rimini), emanadas de una sórdida escuela imbuida de fascismo (cuyas aulas presidían las fotos de Mussolini y del rey Víctor Manuel III, colgadas a los lados de un Cristo, imaginería tristemente familiar para muchos de nosotros, solo que cambiando las caras de los fotografiados); la estatua de Julio Cesar en la plaza del pueblo;



    el pase de diapositivas de los monumentos romanos (boicoteado con la foto de una mujer de espaldas mostrando generosamente su trasero); la bendición papal radiofónica; las películas de romanos en el cine (una recreación del Fulgor, cine de la infancia de Fellini en Rimini), a donde acudía toda la familia (y la farmacéutica, presentada como una especie de Mesalina); el bar con los vitelloni; la estación de tren, puerta de salida hacia Roma…

    La película nos traslada a 1939, mostrándonos la llegada de un joven Fellini (encarnado por el actor americano Peter Gonzales), vestido de virginal color blanco, a la Stazione Termini de la capital (un personaje similar, trasunto de Fellini, se mostrará en Intervista). El joven se instala en una pensión laberíntica, poblada de personajes de lo más estrafalario (desde un chino que cocina en su habitación a un imitador de Mussolini o un actor envejecido), por la que se mueve como el periodista de Agenzia Matrimoniale, y en la que los niños tiene un gran protagonismo. Y por encima de todo, la figura monstruosa de la “mamma”, la patrona que lo domina todo desde la cama. Las secuencias se van desvaneciendo en ligeros fundidos en negro que dan paso a nuevas estampas romanas: del interior de la pensión a su proyección exterior, en forma de cena al aire libre, donde se da una mezcla de familias, vecinos, músicos callejeros, frailes limosneros, etc.



    Luego, cae la noche, perturbadora, inquietante, cerrándose el episodio con la imagen gigantesca de una prostituta romana en la Via Appia (imagen emblemática, que se utilizó para uno de los carteles del film).

    Del pasado al presente: Fellini y su equipo se plantean entrar en Roma utilizando el Raccordo Anulare, la autopista que circunda la capital. Fellini completa y mejora la entrada en la ciudad de Toby Dammit, consiguiendo uno de los fragmentos de cine más brillantes y representativos de toda su carrera, una amalgama de personajes diversos: el autocar de tifosi, el hombre que empuja a pie un carromato; el caballo blanco sin montura; el camión con un espejo sujetado por un hombre; el accidente del camión que transporta ganado; las ruinas romanas de los márgenes, iluminadas por bengalas; las cunetas con hippies, prostitutas, autoestopistas, fábricas de lámparas, la manifestación de izquierdas, antiburguesa; y finalmente un atasco monumental ante el Coliseo, todo ello recreado en Cinecittà.



    Un breve apunte casi documental, en que se nos muestra la llegada de un autocar de turistas a los jardines de la Villa Borghese (que nos puede recordar aquel que se paraba ante la casa de Marcello para admirar al latín lover en A Director’s Notebook), y el propio Fellini con su troupe, da paso a la rememoración de una sesión de varietés en el Barafonda. Volvemos a los tiempos de su debut en Luci del varietà, al gusto de Fellini por los espectáculos populares, que recrea prestando más atención al público que al escenario (por el que, entre otros, desfila nuevamente Alvaro Vitali en una imitación de Fred Astaire). El episodio, de lo más hilarante, acaba con las sirenas que anuncian un bombardeo y con una de las imágenes más angustiosas que recuerdo haber visto en una película sobre el horror de la guerra, y eso que se muestra de forma casi abstracta: una mujer, de la que vemos poco más que su sombra, que corre desesperada pidiendo ayuda a lo largo de un túnel.




    De la comedia de la Barafonda, súbitamente cortada de forma trágica, pasamos a la ciencia ficción, porque en definitiva eso parece el descenso de un equipo de la televisión alemana a las profundidades de las obras del metro romano. Como si hubieran llegado a un misterioso planeta (me recuerda, por ejemplo, Alien), el equipo y los técnicos que los guían, acceden al interior de una villa romana que se ha conservado casi intacta, con unas maravillosas pinturas al fresco. Pero la entrada del aire del exterior va a destruir rápidamente el testimonio del pasado, en un momento de gran belleza y a su vez de gran tristeza, de poética melancolía.



    Un breve vistazo a los grupos de jóvenes de estética hippie que se arraciman en las escaleras de la Piazza di Spagna, da pie a Fellini para trasladarnos al mundo de los prostíbulos (para lo que vuelve a recurrir a su trasunto juvenil). El retrato de la sordidez de los burdeles de su juventud es escalofriante, se nos presentan con el aspecto casi de un mercado de ganado. Ni siquiera el prostíbulo fino, “de lujo”, consigue eliminar la mirada sulfurosa del director.





    Y si la visita al mundo de las llamadas casi de tolleranza nos puede dejar mal cuerpo, el siguiente episodio coquetea con el cine de terror gótico: la princesa Domitilla organiza en su palacio un desfile de moda eclesiástica. La enorme sala se decora con cuadros que representan viejos representantes de la curia romana (cuadros que a mí me han recordado las películas de Roger Corman). La siniestra figura del cardenal preside una ceremonia entre grotesca, ridícula y terrorífica (que en parte Fellini esbozó en I clowns con el desfile de trajes de carablancas), que termina en pleno éxtasis cuando aparece la figura del Papa entronizado.







    Después de este segmento casi intemporal, una especie de fusión de pasado, presente y futuro de la Roma católica, Fellini vuelve a lo popular recorriendo las calles del Trastevere durante la fiesta de Noantri. Nuevamente, vivimos la mezcla, el caos típicamente felliniano; incluida una breve entrevista al escritor norteamericano Gore Vidal y la represión de un grupo de jóvenes sentados alrededor de la fuente situada enfrente de la iglesia de Santa Maria. La policía carga sin contemplaciones contra los jóvenes que solo cantan y se divierten inofensivamente. Según John Baxter se trata de una carga real que Fellini tuvo la suerte de poder filmar en vivo, pero sinceramente me permito dudarlo: ese es el resultado de la ficción documental felliniana, que uno al final ya no sabe qué es realidad y qué ficción.

    Cierra el film el paseo nocturno, por unas calles desiertas, de un grupo de motoristas, que con sus motos atronadoras y las luces de sus faros confieren un aspecto fantasmal a la ciudad dormida. Según comentó Fellini, simbolizan “la gente a la que no entiendo”, pero a mí simplemente me parece que es una forma de poner distancia con todo lo visto con anterioridad, una Roma recreada, fantasiosa, que se desvanece como lo hacen los motoristas en la noche al dejar atrás la ciudad. Un final extraordinario.

    Un apunte final sobre la edición que he visto, porque de Roma hay diversas versiones (con variaciones respecto a la voz en off, según sea la lengua de la versión). En esta ocasión he visionado la copia restaurada en 2010 por L’Immagine Ritrovata di Bologna, de 120 minutos, editada por Feel Films en BD. La edición se acompaña con los fragmentos que Fellini cortó del montaje inicial, y que representan pequeños cortes de algunas escenas (alrededor de 9 o 10 minutos, aunque el extra alcanza los 18 minutos porque incluye los cortes dentro de fragmentos más largos que sí aparecen en la versión final). Quizá los más destacados son: un número eliminado de las variedades de la Barafonda, en que un solista canta una triste canción; y la breve aparición en la fiesta de Noantri de Alberto Sordi y Marcello Mastroianni, que hubiesen así acompañado la fugaz presencia de Anna Magnani, presencia con la que cerró su carrera cinematográfica (murió en 1973), siendo sus últimas palabras en una pantalla: “Ma Federici, va a dormire, va. […] No, non mi fido. Ciao, buona notte”.



    Completo el comentario con una referencia al equipo de colaboradores habituales. A pesar de lo dificultoso de la producción del film, y de su aparente modestia, Fellini volvió a contar con su troupe oficial en aquellos años: Bernardino Zappponi en el guión; Danilo Donati en el diseño de producción y vestuario (aunque el propio Fellini participó activamente en los modelos eclesiásticos); Giuseppe Rotunno en la fotografia; Ruggero Mastroianni en el montaje; y, claro está, Nino Rota en la brillante banda sonora, con especial mención a la música que acompaña el pase de modelos.
    Última edición por mad dog earle; 14/06/2020 a las 13:57

  3. #3
    gurú Avatar de Alex Fletcher
    Fecha de ingreso
    07 dic, 11
    Mensajes
    6,344
    Agradecido
    29070 veces

    Predeterminado Re: Federico Fellini: revisando sus películas



    Empiezo por la edición, yo tengo un dvd de edición alemana de la colección United Artist celebreting 90 years of film, concretamente el número 3, de esta agradecida colección, agradecida porque me ha permitido obtener algunos títulos aquí en Basilea, y casi siempre con subtítulos y audio en castellano. Eso si la edición es de sólo 113 minutos y sólo con el trailer como extra, indudablemente el film pasa a la libreta freak para futuras adquisiciones en BD. Acabar que en esta edición, si que hay la voz en off de, supongo que del propio Fellini, avisándonos, que a mi me ha parecido casi que pedía perdón, que el film que van a ver es muy raro, por decirlo alto y claro. La pregunta es, era necesario? parece ser que si, no? ya Fellini tenía en aquella época, o eso creo, un aura de autor incomprendido, subversivo y diferente, que le vio obligado a hacer estas aclaraciones. Estos avisos tenían en muchos directores un fundamento comercial creo yo, véase William Castle, en Roma no hay lugar para eso, parece un sincero aviso sin buscar nada más que no sea lo que realmente es, Roma es una obra difícilmente catalogable, y a estas alturas, celebro el poder descubrir este tipo de films.



    Como he dicho el film me ha encantado, también ha sido una sorpresa, no sabía de que iba, incluso pensaba que sería una continuación de Satyricon, casi lo acierto , cada vez estoy más a favor el estar 100% desinformado al enfocar un visionado, nunca hago previa y creo que nunca lo voy ha hacer; algo parecido me va a pasar con Frenzy en el otro ciclo. Pues eso, iré directamente a las escenas que encuentro que sobresalen dentro de alto nivel global del film.

    Evidentemente el desfile de moda eclesiástico está en el top1, se respira vicio, se respira cine de género, terror puro, y eso que, quizá por primera vez, no están haciendo daño a nadie, estilo sacrificios de vírgenes o vicios sexuales parecidos, simplemente es un desfile moda, que lo veo absolutamente aterrorizado por el espectáculo visual que Fellini nos da, y con un montaje magistral en el momento que aparece el dios papal, otro momento de terror auténtico, alternando secuencias con los fieles llorando, asombrándose o lo que fuera, un festival visual que como he dicho y repito me transporta al cine de terror de sectas por ejemplo. Fellini no creo que se limitara el mostrar dicho segmento como algo sólo visual, seguro que hay más chicha ahí, tampoco se si Fellini era creyente, ateo o agnóstico, y ese mensaje es una interpretación mía a la mala imagen, por sus propios méritos, que goza la iglesia católica, y acotando más el Vaticano y sus riquezas. Como diría un amigo cuando pasábamos por al lado de la sala X del cine Palace de Reus, que en paz descanse (el cine me refiero), "huele a seme()", complete la letra usted mismo, pues eso dicha escena huele a vicio.



    Después esta la escena del espectáculo de variedades, donde como bien dice Mad, el protagonista es el público, donde los artistas le temían más que a olvidarse el texto o al fallo en el número. No es la primera vez que Fellini se recrea con el público, pero aquí hay un subrayado continuo de dichos animales salvajes viendo un show, de eso si, bajo nivel, pero el hecho de asistir, no se si de pagar, les daba licencia al insulto, vaya igualito que ahora, como por ejemplo en el futbol. Fellini se recrea en primeros planos de dicho público, que va a la contra del cine yanqui, o sea todos son feos y feas, e incluso desagradables, tanto físicamente como sobretodo de comportamiento. Entiendo que dicha situación era la realidad en esa época, y también supongo que era casi el único entretenimiento posible en esos tiempos difíciles, ya que en dichos rostros se refleja hastío, vagancia, aburrimiento, ira.....todos los adjetivos menos el disfrute del espectáculo. Continua Jaimito en el reparto, que si ya no gozaba de mi agrado, el parecido físico a un ex compañero mío, el cual era un auténtico hijo de pu..., hace acentuar este desagrado; ustedes me conocen y está fuera de discusión que soy un buenazo, pero este Schmucki cabroncete era el típico que en vez ayudar al compañero nuevo, que para más inri no domina el idioma alemán, pues no mejor pisotearlo......ay en fin sigo con Roma que me he vuelto a ir como suele ser habitual. Por cierto la mole del cine víctima de las bromas del gamberrete se parece un huevo a Tor Johnson.

    Otra escena memorable que me recuerda también al cine de género, es a la escena de los mineros, donde Mad hace una acertada comparación a lo Alien , yo no seré tan concreto, pero si que me ha causado cierta incomodidad, con una mezcla de géneros del terror y ciencia ficción, esta última por el tema del descubrimiento de los frescos, que evidentemente no pararían para nada las obras, y esa sensación incluso de cyberpunk con la maquinaria descomunal usada, contrastándose con los rostros de unos mineros derrotados que vuelven de sus turnos de diez horas, hacen de todo ello un extraño cuento de terror y scifi adaptado al realismo de la construcción del metro de Roma. Otra escena de terror es la rápida escena donde el piso de una familia se está viniendo abajo debido a los obras, o se supone que es por eso.

    Podría seguir destacando más escenas pero me aburro a mi mismo, así que se quedan allí otras fantásticos episodios como el del burdel (me recordó algo al burdel de La Piel de Liliana Cavani), la del aula escolar, la del comedor, ahí el lugar físico también me recuerda al Salo de Pasolini, per sin ser tan explícito pero respirándose también represión, pasando a la represión física aún vigente hostiando sin contemplaciones a una reunión hippies, y esos comentarios adornando los golpes a frase limpia de "son unos vagos", el cual tengo mis dudas también que fuera una tangana real, esas cenas de barrio tan agobiantes , y un largo etc. En resumen, para mi y por ahora, el mejor film de Fellini, por mostrarnos la ciudad de Roma a su manera, veo difícil superar esto.




  4. #4
    Senior Member Avatar de mad dog earle
    Fecha de ingreso
    04 may, 06
    Ubicación
    Mount Whitney
    Mensajes
    12,380
    Agradecido
    55212 veces

    Predeterminado Re: Federico Fellini: revisando sus películas

    Por cierto, has utilizado el cartel que ocasionó un considerable escándalo cuando se presentó el film en Cannes. Baxter cuenta que "feministas airadas echaron pintura roja sobre todos los carteles de Cannes que pudieron encontrar sin hacer caso de Fellini, que se defendió afirmando que a él tampoco le gustaba".

  5. #5
    Gentleman Loser Avatar de Abuelo Igor
    Fecha de ingreso
    26 may, 08
    Mensajes
    2,850
    Agradecido
    4111 veces

    Predeterminado Re: Federico Fellini: revisando sus películas

    Mi reciente revisión de esta peli en el ciclo filmotequero, en copia de 35 milímetros, la ha colocado decididamente entre mis favoritas. Me encanta la libertad de su forma, esa estructura en pequeños relatos que sin embargo se complementan y apoyan unos a otros con una cohesión temática sorprendente. Ese concepto de un cine ensayístico, sin una línea argumental definida, lo han intentado muchos, pero Fellini es de los pocos que han conseguido hacerlo entretenido, que no te importe la ruptura de las convenciones y te dejes arrastrar de una viñeta a otra.

    Ya el comienzo, con la frase del maestro “Questo è il Rubicone”, hablando de un riachuelo insignificante, ya me parece mítica, aunque he de decir que, aunque por supuesto disfruto del arte de la caricatura y del humor fellinianos, no tengo una enorme estima hacia los “recuerdos escolares” de “Roma” y “Amarcord”, por razón del mal recuerdo que guardo de años pasados en los que me dediqué a dar clase. Ahí siempre he creído que Federico peca de populista, de dar un poco al público lo que quiere (al fin y al cabo, todo el mundo odiaba ir al colegio, ¿no?), a no ser que en el fondo la película que nos ocupa escenifique primero el desprecio hacia la adquisición del saber, en la escuela, para pasar más adelante, en el cabaret, al desprecio hacia la cultura y los artistas, en el seno de un espectáculo pobre y casposo que hace la sátira más hiriente. A tanto una como otra parte se le podría aplicar la descripción, “es gracioso, pero, si te paras a pensarlo un poco, maldita la gracia que tiene”. Pero la diferencia es que tengo la impresión de que Fellini trata a los maestros y a los artistas con una cierta crueldad que no aplica tanto a los niños ni a los espectadores, que son seres espontáneos llenos de vitalidad y espíritu popular.

    Sobre el tema de la prostitución, recuerdo los comentarios a la salida de una joven espectadora hablando de lo “desagradables” que le habían resultado esas secuencias. Hombre, claro, sobre todo porque de hecho lo son, y a propósito. Pensar que Fellini ahí está celebrando cierto tipo de prácticas es no saber leer una obra artística y no sacar tus propias conclusiones, pero claro, viendo estas noticias recientes sobre la HBO no queriendo emitir “Lo que el viento se llevó” por el racismo que refleja, ya me lo creo todo. Supongo que Fellini tendría que haber puesto un rótulo llamativo en pantalla todo el tiempo que dijera “La prostitución está mal y degrada a las mujeres”, no vaya a ser que haya quienes infieran que el director italiano era un putero y su mirada hacia este tipo de burdeles es soñadora y nostálgica.

    “Roma” es una película donde parece caber de todo, y donde se encuentra mucho del cine anterior de Fellini. Esa llegada del joven periodista a la estación bien podría ser la de Moraldo en “Los inútiles”, la escena del teatro lleva al paroxismo la de “Luces de varietés”, la prostituta “milenaria” en medio de la fantasmagórica noche trae ecos de “Las noches de Cabiria”, e incluso hay momentos que parecen mirar hacia adelante, a “Amarcord” o “Casanova”. La densidad de personajes y situaciones es como siempre apabullante, de ahí que Fellini sea uno de los directores cuyas películas aguantan más revisiones, pues apuesta por un barroquismo que veo en las antípodas del minimalismo que tanto parecen admirar muchos entendidos de hoy en día, en un culto a la depuración de la forma y la contención expresiva que nunca han formado una parte esencial de la poética felliniana. Es más, creo que en la tendencia de Fellini al exceso podría rastrearse parte de su relativo, no diría olvido pero sí tal vez descuido por generaciones más jóvenes de aficionados, amén de que, como todos estos jóvenes fácilmente escandalizados y ofendidos, como nuestro estimado compañero del foro que abogaba por la prohibición de “El coleccionista”, se dediquen a ver estas películas desencadenadas donde el de Rimini no se corta ni un pelo, iba a haber unas cuantas pestañas chamuscadas.

    Lo de la escena del metro como ejemplo de una mirada fantástica ya lo decía en su momento José María Latorre, creo que en su libro “El cine fantástico” (recuerdo que Latorre afirmaba que el plano más fantástico de todos era el del taladro perforando la pared visto desde el interior), y desde luego se trata de una escena memorable, de gran belleza, y que siempre me trae a la memoria una historia que contaba mi difunta madre sobre una obra que realizaba mi abuelo en un palacio que iba a reconvertir en biblioteca, y en el que al parecer, al romper una pared los operarios, se descubrió una habitación oculta en la que se veía sobre el lecho a una bella mujer aparentemente dormida, hasta que entró el aire del exterior y la señora se deshizo y desvaneció en un momento, como si de una película de la Hammer se tratara. En el caso de la película que nos ocupa, el desvanecimiento de los frescos romanos enlaza directamente con el final de “Satyricon”, y en efecto es muy triste ver desaparecer esos vestigios de un mundo que nunca podremos entender del todo tal cual fue. La idea de Alex Fletcher de que estamos ante la continuación de “Satyricon” me parece de entrada sorprendente pero pensándolo bien tiene bastante razón.

    El tema principal de Rota, con esa simplicidad que evoca tiempos arcaicos, es lo opuesto a la fanfarria ruidosa que iniciaba "La dolce vita", y lo encuentro bello e inquietante de la misma manera que el tema de Rosalba en "Casanova". Es una melodía que me evoca soledad, distancia en el tiempo, la melancolía y tristeza de algo que permanece al margen del tiempo (creo recordar que en un momento de la película oímos a un cantante callejero de la época actual retomando la melodía, mezclada con los mil ruidos de la ciudad, y el efecto es extraño y fascinante). En otros momentos, como el desfile de moda eclesiástica, Rota vuelve a su modo circense y grotesco, que, ya lo he dicho en otros comentarios, Rota parecía reservar para sus colaboraciones con Fellini.

    La escena del desfile de moda eclesiástica, que surge casi de la nada, con ese personaje al que se sigue hacia una mansión que parece vacía pero que va revelándose como habitada poco a poco, como si los que están allí fuesen fantasmas, me parece del todo genial porque, partiendo de una ocurrencia que parece propia de un sketch de Monty Python (seria interesante saber si Fellini o el Buñuel de “El fantasma de la libertad” conocían la serie británica, que había comenzado a emitirse en octubre del 69) se va rizando tanto el rizo de la locura que la secuencia termina dando miedo, con un Papa como representante del Dios omnipotente cuya majestad parece intolerable y monstruosa, reduciendo a los creyentes a un servilismo idiota, sin dignidad. Es una de las visiones de la religión en el cine más perturbadoras que conozco, y sin uno solo de los lugares comunes demagógicos que se suelen emplear.

    Coincido con Mad Dog en mi aprecio por el final de la película, carente de música o de diálogos, que consiste en una pandilla de motoristas (entre los cuales puede verse a Eleonora Giorgi, actriz a quien luego se vio en “La tarántula del vientre negro”, en “Inferno” de Dario Argento o en películas semi-eróticas con títulos tan sugerentes como “Dispuesta a todo”) abandonando una Roma nocturna con todos los monumentos envueltos en una iluminación que nos hace verlos de otra manera, en una clara inversión de la llegada de los provincianos en autocar de “El jeque blanco”, y que me sugiere un abandono del pasado, la posibilidad de que esta juventud contracultural, aspirante a cambiar el mundo, deje atrás ese monstruo histórico de civilización que alberga tantas grandezas como miserias. Es curiosa la visión que Fellini da de todos estos movimientos juveniles, esos vagabundos libres y ligeros de equipaje a los que mostró “ocupando” los decorados de “Mastorna”, y que aquí vemos pululando por la Ciudad Eterna como si de una horda de bárbaros pacíficos se tratara (uno de ellos, Elliott Murphy, logró una cierta popularidad años después como cantautor rockero), siendo incluso atacados por el orden establecido en forma de cargas policiales. Esas esperanzas parecieron truncarse con el tiempo: la pandilla juvenil de “La ciudad de las mujeres” parece compuesta por adolescentes drogados que buscan la sensación y el peligro por sí mismos, pero aquí parecían tener todo el mundo a su disposición al final de su carrera nocturna.
    Hellsing - Kenshin, el guerrero samurái - K-ON! - Lost Universe - Neo Ranga

  6. #6
    sabio Avatar de hannaben
    Fecha de ingreso
    25 ene, 15
    Mensajes
    3,035
    Agradecido
    14099 veces

    Predeterminado Re: Federico Fellini: revisando sus películas

    Parca en palabritas voy con mi reseña




    ROMA es el homenaje a una ciudad en toda la extensión Felliniana.
    Desde escuchar por la radio la bendición del Papa a la rivalidad futbolera,las escuelas en la dictadura de Mussolini,la reivindicación de la izquierda política etc....

    Fellini y sus recuerdos,ilusiones,frustraciones,obsesiones...con el barroquismo marca de su cine.

    Alberto Grimaldi,productor de Satyricon, y más tarde Casanova y Ginger y Fred salió por patas cuando Fellini le habló de la peli como un pasatiempo a rodar conforme se presentara la ocasión.
    Precioso el segmento de los frescos y a destacar la escena del caballo blanco.

    El top de ROMA para mí es el retrato de los prostíbulos, desde los más bajos a los de lujo junto al desfile fashion eclesiástico (monjas, curas, cardenales y Papa incluidos) parodia anticlerical y jocosa, que escandalizó a los de siempre.

    Fellini,entre lo documental,natural y onírico...donde puedes esperar cualquier cosa."Roma,como una virgen vestal y como una loba; como una aristócrata y una prostituta; como un bufón melancólico".
    Brillante por momentos...no logra redondear como en otros trabajos.

    7.5/10

  7. #7
    Senior Member Avatar de mad dog earle
    Fecha de ingreso
    04 may, 06
    Ubicación
    Mount Whitney
    Mensajes
    12,380
    Agradecido
    55212 veces

    Predeterminado Re: Federico Fellini: revisando sus películas

    Cita Iniciado por Abuelo Igor Ver mensaje
    Ya el comienzo, con la frase del maestro “Questo è il Rubicone”, hablando de un riachuelo insignificante, ya me parece mítica, aunque he de decir que, aunque por supuesto disfruto del arte de la caricatura y del humor fellinianos, no tengo una enorme estima hacia los “recuerdos escolares” de “Roma” y “Amarcord”, por razón del mal recuerdo que guardo de años pasados en los que me dediqué a dar clase. Ahí siempre he creído que Federico peca de populista, de dar un poco al público lo que quiere (al fin y al cabo, todo el mundo odiaba ir al colegio, ¿no?), a no ser que en el fondo la película que nos ocupa escenifique primero el desprecio hacia la adquisición del saber, en la escuela, para pasar más adelante, en el cabaret, al desprecio hacia la cultura y los artistas, en el seno de un espectáculo pobre y casposo que hace la sátira más hiriente. A tanto una como otra parte se le podría aplicar la descripción, “es gracioso, pero, si te paras a pensarlo un poco, maldita la gracia que tiene”. Pero la diferencia es que tengo la impresión de que Fellini trata a los maestros y a los artistas con una cierta crueldad que no aplica tanto a los niños ni a los espectadores, que son seres espontáneos llenos de vitalidad y espíritu popular.
    Yo creo que no hay desprecio hacia la adquisición del saber o hacia la cultura, caricatura sí. Al contrario, creo que Fellini incluye ese mundillo popular de las variedades, los espectáculos callejeros, el circo, etc., dentro de la cultura, salvando las distancias que a veces, elitistamente, se establecen entre "gran cultura" y "cultura popular". Lo veremos también en Prova d'orchestra, respecto a la música clásica, y E la nave va, respecto a la opera.

    Respecto a la escuela, la pregunta es si en esas siniestras escuelas fascistas (o nacionalcatolicistas si nos aproximamos a nuestra realidad) se procuraba la adquisición de saber o, dicho de otra manera, qué tipo de saber procuraban que adquirieras. Supongo que aquí cada uno tendrá una visión u otra según su particular experiencia. Desde luego, la mía no difiere demasiado de la de Fellini (aunque la de este es, sin duda, caricaturesca), y eso que implica trasladarse del Rimini de los años 20 y 30 a la Barcelona de los 60 y primeros 70. También teníamos los ominosos retratos escoltando al Cristo, como si fuera un detenido; los castigos corporales y la humillación pública; la suciedad y la caspa; la mediocridad del profesorado, cuando no la incompetencia más clamorosa; etc., y eso que no se trataba de una escuela regida por furibundos adeptos al régimen, más bien eran unos directores contemporizadores, que estaban en el negocio por la pela. Eso sí, quizá por lo precario de las instalaciones (no había ni patio ni mucho menos gimnasio), nunca me hicieron subir o bajar bandera ni cantar el "Cara al sol" (sí ir a buscar agua a la fuente con el cántaro), algo que sí se hacía en muchas otras escuelas. Eso sí, a pesar de ser una escuela no religiosa (aunque con nombre de santo), el rezo era diario, mañana y tarde, compuesto por el programa siguiente: "Padrenuestro", "avemaría", el "credo" y un enérgico "Yo pecador" en que se tenía que acompañar los versos "por mi culpa, por mi culpa, por mi grandísima culpa" con decididos golpes de puño en el pecho. Todo era puro teatro, pura escenificación digna de la Barafonda, ni siquiera respondía a una fe religiosa, sino a un trámite poco más que administrativo. Por supuesto, en mi caso, el resultado fue una total insensibilidad por la religión, una irreligiosidad radical. Creo que ese ambiente lo retrató muy bien Ovidi Montllor en una de sus más célebres canciones: "L'escola de Ribera".


  8. #8
    maestro Avatar de fshtravis
    Fecha de ingreso
    04 jun, 13
    Ubicación
    Madrid
    Mensajes
    1,511
    Agradecido
    4266 veces

    Predeterminado Re: Federico Fellini: revisando sus películas

    Cita Iniciado por mad dog earle Ver mensaje
    Por cierto, has utilizado el cartel que ocasionó un considerable escándalo cuando se presentó el film en Cannes. Baxter cuenta que "feministas airadas echaron pintura roja sobre todos los carteles de Cannes que pudieron encontrar sin hacer caso de Fellini, que se defendió afirmando que a él tampoco le gustaba".
    Curiosamente ese carte lo subí a instagram y la red social me lo censuró. Tuve que poner unos puntos blancos encima de los pezones.

  9. #9
    Senior Member Avatar de mad dog earle
    Fecha de ingreso
    04 may, 06
    Ubicación
    Mount Whitney
    Mensajes
    12,380
    Agradecido
    55212 veces

    Predeterminado Re: Federico Fellini: revisando sus películas

    Cita Iniciado por fshtravis Ver mensaje
    Curiosamente ese carte lo subí a instagram y la red social me lo censuró. Tuve que poner unos puntos blancos encima de los pezones.
    Malos tiempos para lo políticamente incorrecto, lo irreverente, lo provocador.

  10. #10
    sabio Avatar de hannaben
    Fecha de ingreso
    25 ene, 15
    Mensajes
    3,035
    Agradecido
    14099 veces

    Predeterminado Re: Federico Fellini: revisando sus películas

    Cita Iniciado por mad dog earle Ver mensaje
    Malos tiempos para lo políticamente incorrecto, lo irreverente, lo provocador.
    Tremendo cómo está el panorama...qué rancio por favor!

    Por lo que me han contado mis mayores la combinación catolicismo-fascismo era demoledora en este país...imagino que en Italia igual...peor no creo porque vaya tela..

+ Responder tema

Permisos de publicación

  • No puedes crear nuevos temas
  • No puedes responder temas
  • No puedes subir archivos adjuntos
  • No puedes editar tus mensajes
  •  
Powered by vBulletin® Version 4.2.1
Copyright © 2024 vBulletin Solutions, Inc. All rights reserved.
SEO by vBSEO
Image resizer by SevenSkins