NO es que diga nada que no supiéramos ya, pero aquí reproduzco la noticia que se dio en la prensa ayer:
<blockquote>Quote:<hr>El Vaticano ha iniciado una nueva campaña en contra de la legalización de matrimonios homosexuales, alarmados por la aceptación que están teniendo las leyes a favor de bodas de miembros del mismo sexo en Europa y Norteamérica.
Para ello ha publicado el documento "Consideraciones sobre los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales", de 12 páginas y redactado en siete idiomas, en el que pide que el reconocimiento legal del matrimonio tradicional no sea extendido a parejas del mismo sexo.
Llamada a políticos católicos
El cardenal Joseph Ratzinger, presidente de la Congregación para la Doctrina de la Fe, ha explicado que "conceder el sufragio del propio voto a un texto legislativo tan nocivo para el bien común de la sociedad es un acto gravemente inmoral". El documento pide al político católico que "se oponga con todos los medios posibles a las leyes que equiparan las parejas homosexuales con el matrimonio y que dé a conocer su oposición: se trata de un acto de testimonio de la verdad".
El Papa Juan Pablo II siempre se ha manifestado en contra de los matrimonios homosexuales. En enero recordó a los políticos católicos la oposición de la iglesia al aborto, a la eutanasia y a los matrimonios del mismo sexo. De hecho este es el segundo documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe dirigido a los políticos y gobernantes católicos. En enero ya se publicó la "Nota doctrinal sobre algunas cuestiones relativas al compromiso y la conducta de los católicos en la vida política".
La Iglesia Católica no es la única cristiana envuelta en el debate. La Iglesia Episcopal de Estados Unidos decidirá a partir del miércoles si permite celebrar ceremonias de personas del mismo sexo. La enseñanza católica dice que los homosexuales no deben ser discriminados, pero también dice que deben guardar voto de castidad.
En las "Consideraciones sobre los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales" se sostiene que "la pretensión de equiparar las parejas de gays y lesbianas con el matrimonio es infundada dado el papel que éste último desempeña a nivel social y los distintos datos biológicos que configuran a hombres y mujeres". Además afirma que "los Estados no están capacitados para legislar sobre esta materia ya que va más allá de los límites de su actividad legítima".
El Vaticano y lo biológico
Uno de los puntos principales del documento se apoya en lo biológico, recordando que las uniones de parejas del mismo sexo no "aseguran adecuadamente la procreación o la supervivencia de la especie humana", además de crear obstáculos a la correcta educación de los niños, que "carecen de padre o de madre".
Violencia infantil en hogares homosexuales
La Santa Sede asegura que "la integración de los niños en las uniones homosexuales a través de la adopción significa someterlos a violencia de distintos órdenes, aprovechándose de la débil condición de los pequeños, para introducirlos en ambientes que no favorecen su pleno desarrollo humano". Añaden que "la legalización de esta situación entraría en contradicción con el derecho reconocido en la ONU sobre los Derechos del Niño".
El Vaticano considera justo que se dé la "relevancia jurídica" que corresponda a las relaciones personales "que cada uno establece libremente", siempre y cuando, como en el caso del matrimonio, se "desempeñe una función esencial y multiforme en pro del bien común" como por ejemplo la "supervivencia de la sociedad" o la "educación y socialización de los hijos". Algo que según el documento no garantizan las uniones homosexuales, a las que considera "nocivas" y "dañinas para la sociedad en su conjunto".<hr></blockquote>
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