Pues se pasa un buen rato, oigan. Como vuelta de tuerca cómica al género zombi aliñada con gotas de mala leche y humor negro, la película funciona más que bien. Divertida, simpática, bien rodada e interpretada y muy consciente de su condición de cachonda gamberrada, resulta de lo más entretenida. Y se agradece, claro.
No es nada del otro mundo ni pasará a la historia, pero vale la pena.