Me quito el sombrero y el peluquín, Campanilla. BRAVO, BRAVÍSIMOHas comentado hasta tu momento favorito como si del programa de Garci se tratara. Hoy no voy a añadir mucho, pero intentaré añadir un par de opiniones muy curiosas que he leído por ahí antes de irme a la cama. Una de ellas, del padre de una niña que vio como sufría su hija el devenir de los acontecimientos.
Todavía me falta por poner una escena eliminada, que sobrevive en story-board, ciertamente excitante y que hubiese cambiado el tono del film y metido de lleno en la trama a Anna (como habría sucedido si la idea del diario de la madre como motor aglutinador de decisiones y consecuencias derivadas se hubiese mantenido). Anna sufre de lo lindo durante todo el film ante la paulatina "posesión" de su hermana por el bosque, un hechizo en toda regla supuso esa llamada celestial; como para prestar atención a los intentos baldíos de Kristoff (dada la gravedad de la situación, con un par de ellos ya tendría que haberse dado cuenta de que no era ni el momento ni el lugar adecuados). Cosas de guionistas y de las 50 reescrituras del guión.