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CANAL ATHLETIC
Real Madrid - Athletic, un año después
El Bernabéu acogerá mañana uno de los clásicos más clásicos de la liga española, el Real Madrid-Athletic, un partido que siempre concita atención por su historia y las antagónicas filosofías de ambos clubes.
Mientras una mira hacia afuera, cuanto más lejos mejor, para encontrar en la universalidad el mejor acomodo a la grandeza de un palmarés inigualable, la otra profundiza hacia adentro, hacia lo propio, de donde saca y saca, año tras año, para competir de tú a tú en una competición que le es cada vez más esquiva.
Así se presenta mañana (22 horas, ETB-1) el partido en el coliseo madridista, marcado por una polémica arbitral alimentada por el club blanco, que quizás no esté en consonancia con la imagen y dimensión de un proyecto que pretende acaparar lo mejor de la galaxia. Qué diferente aparece este partido con respecto al de la temporada pasada, cuando el Madrid llegó a él con "la flor" de Luxemburgo sin asomo de marchitarse y el Athletic en su mejor momento de juego y resultados en años.
Por entonces, en la capital de España nadie llegaba a sospechar algo que no fuera la continuidad de la impoluta trayectoria mantenida desde la llegada de ‘Luxe"’ tras la cual los siete partidos jugados por su equipo se contaban por victorias. En Bilbao, por contra, nueve partidos ligueros seguidos sin perder y un juego que era objeto de deseo de todas las televisiones en condiciones de ofrecer fútbol de Primera División hacían pensar en esa visita al Bernabéu como otra oportunidad de reivindicar el presente de un club en el que lo que más se recuerda es su pasado.
Como suele ser habitual, al final se impone el que mejor juega y ese fue el Athletic. Los entonces dirigidos por Ernesto Valverde avisaron con un impresionante zapatazo al larguero de Orbaiz, que entró en la portería pero que no subió al marcador, y certificaron su inapelable triunfo con goles de Del Horno e Iraola.
Esos tres jugadores conformaban el núcleo de una generación de jóvenes en la que también se contaba a Yeste, Gurpegui, Aranzubia y Murillo -y a la que llamaba a la puerta Llorente-, que estaba ayudando a los ya más veteranos Etxeberria, Ezquerro y Urzaiz a construir un Athletic ganador. Al conjunto vasco, el Austria Viena le quitó la magia en un partido tan eterno como de infausto recuerdo para sus seguidores y ya nada volvió a ser como hasta entonces en la temporada pasada.
Lamikiz apretó las tuercas a Valverde, éste anunció su marcha a final de temporada y ya se empezó a pensar más en lo que se avecinaba que en lo que podía acabar dando de sí una temporada que apuntaba a histórica. Lo que va de un año a otro. Mañana el Athletic se presentará en el Bernabéu con el proyecto Mendilibar incipiente, pero ya renqueante.
Las ausencias de Del Horno -el habitual azote del Real Madrid en las últimas campañas- y Ezquerro se notan y el cambio de estilo propuesto por el nuevo técnico no acaba de ser digerido por un plantel que apenas si ha hecho un partido meritorio -el debut liguero, ante la Real- desde que comenzó al pretemporada.
Al Madrid y a Luxemburgo les pasa algo parecido. Se acabó el revulsivo que suele implicar todo cambio de entrenador y todo pasó a ser como era, como en unas últimas temporadas en las que los títulos se iban para otro lado. El final de temporada y el nada desdeñable acopio de músculo y talento para el nuevo curso -Diogo, Sergio Ramos, Pablo García, Baptista y Robinho- apenas si han dado resultados y el Madrid está donde se ha encontrado en demasiadas ocasiones en los últimos tiempos para un club de su entidad: preguntándose qué sucede para que todo el arsenal galáctico con el que se ha hecho no sirva para casi nada.
Tres derrotas en cuatro partidos oficiales le vuelven a demostrar al Madrid lo difícil que le va a ser encontrar el camino perdido desde que se acumuló en el firmamento del Bernabéu un número de estrellas quizás demasiado alto.
Buen artículo...