Iniciado por
BruceTimm
Acabáramos, que se está extrapolando -desde un criterio nostálgico (puto cáncer)- la particularísima especificidad del circuito mainstream norteamericano actual al GRUESO de la producción cinematográfica mundial. Un discurso crítico superficial siempre alienta intangibles: Espíritu, cariño, dedicación, amor, ilusión, MAGIA... y, por encima de TODO, EL AYER...
No falla.
El cine es un arte formal. Los intangibles son percepciones subjetivas alentadas por el espectador. No aportan NADA al discurso autoral, que es el único que ME interesa. Porque CLARO que hay técnica formal OBJETIVA, mesurable y cuantificable. Sólo faltaría. El cine es un arte FORMAL MULTIdisciplinar. Hay reglas, patrones, manuales, pautas, guías, normas, métodos...;OTRA cosa es la apreciación (y en su caso aceptación -o no-) subjetiva o incluso el conocimiento del espectador respecto a esos valores objetivos y la comprensión (y posterior reflexión) respecto a la intencionalidad autoral que subyace tras cada decisión formal. Hay MUCHO que queda fuera de la comprensión del espectador NO versado (en ocasiones, mal que nos pese, incluso del letrado), cuyo criterio no puede alcanzar a valorar tales extremos formales (en ocasiones siquiera el discurso autoral) y tiende a la simplificación más gratuita y a la apreciación más superficial (en LA RED y FUERA de ella), fundamentando todo su análisis en la mera APETENCIA subjetiva puntual o en su PROPIA percepción desde SU criterio SESGADO. Y tristemente, pontificando. Es un perfil analítico que, tristemente, abunda mucho. Quizás DEMASIADO. El cine SE ESTUDIA, y de cine SE SABE. Lleva MUCHO tiempo. Hay que dedicar MUCHAS horas. Hay que discriminar MUCHO. Y empaparse de MUCHAS disciplinas. El cine RESPIRA. Es un arte vivo. Un vehículo de expresión a veces. Una barraca de feria otras. Y los clásicos lo son porque el TIEMPO ha pasado por ellos. Ni todos los buenos son clásicos, ni todos los clásicos son buenos. Pretender objetivar el arte (sin más matices que la mera técnica formal) es quedarse a medio camino. Otra cosa es que considere, tal cual lo hago, que el espectador medio no está en absoluto capacitado para discernir esos extremos.
Por ello, todo aquello del "antes y ahora" NO se ME sostiene de forma alguna. Los títulos "clásicos" nos han llegado filtrados. Sólo recordamos las grandes proezas fílmicas porque las inmundicias, que se facturaban igualmente, han quedado sepultadas por el tiempo. La perspectiva contextual es crucial. Hoy día se factura MUCHO título reivindicable (y mucha basura inmisericorde, como SIEMPRE), en cinematografías de todo pelaje, no sólo en aquellas más sumisas a los circuitos mainstream y las plateas más superficiales. Sólo hay que detenerse en explorar OTRAS miradas. Pienso en Corea, por ejemplo, -lo de Hong Sang-soo NO es ni medio normal-, o en Finlandia -con mi ADORADO Kaurismäki dándolo TODO-, en NUESTRO Carlos Vermut, en Paul Thomas Anderson, David Fincher, Artour Aristakisian o los Coen, Haneke, Lanthimos, Shane Carruth, Malick, Kim Ki-Duk, Bela Tarr, Noé, Polanski, Jia Zhang-Ke, Pedro Costa, Hou Hsiao Hsien, Jarmusch, Apichatpong Weerasethakul, Wong Kar-Wai, Ozon, Shinkai... TODOS ELLOS, y tantos otros, EN ACTIVO. ¿Que se les ve POCO por según qué CARTELERAS? Acabáramos...