Sigo con el maratón Bresson, que con el comentario anterior de Mad, andaba yo espantado, ya que esperaba un despliegue cinematográfico en liturgias religiosas, pero no es así, y menos mal, no podría soportar un ametrallamiento como en su ópera prima, aquí estamos ante sí, otro ametrallamiento, pero intimista, interiorizado en el personaje principal en un pueblo de la Francia profunda, y parece poco creyente, y por lo tanto evitamos las exteriorizar ese éxtasis religioso con esas ceremonias de fe "multitudinarias".

Me interesa la parte inicial y su parte final. La parte inicial porque nos presenta al personaje y su mundo, me interesa ver el estilo de vida en esa época y las funciones de dicho oficio en dicha época y en ese ambiente, que parece de rechazo a la religión, cosa que no me molesta en absoluto. La voz en off, como bien dice Mad, al ser en primera persona y con la soledad de protagonista, es casi necesaria, aunque lo interesante que me resulta en su inicio y en su final, me resulta taladradora en su parte central. Interesante ese autoconvencimiento nutricional de que su dieta a seguir es correcta y lo más interesante, funcional.

Su parte final cuando afronta el diagnóstico y esa confrontación entre Fe y muerte, es sin duda el punto fuerte del film, y me sorprende la postura de Bresson que se podría haber posicionado haciendo apología a la fe, con fuegos artificiosos en ese momento culminante de todo ser vivo que es la confrontación y los momentos previos a la muerte, donde todo se pone en duda, ese momento donde afirma que no tiene ganas de rezar, donde todo lo vivido queda en segundo plano para afrontar una etapa que según los cánones, no es la fase final, sino una fase de entrada al reino de los cielos, en ese momento es cuando la fe puede flojear y flojea, ya que nadie (salvo excepciones) quiere dejar de existir y afrontar algo que no se sabe en ciencia cierta, ya sea el paso a la vida celestial el dejar de existir. Entiendo que Bresson lo resuelve de manera magistral, muy de mi agrado y evitando, como he dicho la apología religiosa.

Dichos elogios dan paso al vinagre, donde simplemente, son sensaciones reales de aburrimiento en su parte central, ya sea por abuso o uso de la voz en off, ya sea por lo que dice Mad, el potencial interesante que tiene el film en los personajes secundarios, que Bresson ignora (hay momentos que personajes que vienen y van y están cerca del personaje, están fuera de plano, o simplemente se les ve una parte del cuerpo no determinante) para centrarse únicamente en un objetivo. Y claro, un film cuando dura dos horas, su parte central, resulta cansina.

Por lo tanto, un film que me esperaba que me iba a aturdir, pero sin ser santo de mi devoción, hay cosas positivas y que valen la pena el visionado de este.