Sí, he oído historias de gente más mayor que yo y era penoso el sistema educativo en este país, que durante décadas se dejó en manos de la Iglesia. Los curas y monjas zurraban también. La de reglas (o regletas) que se partieron en manos aún jóvenes e inocentes.
Mi padre me contaba que en el colegio de monjas al que iba (en los años 40), como hablaba mucho, le ponían a él y a otros que hicieran lo mismo, una lengua colgada del cuello, en esa linea de humillación y penitencia que tanto gustaba al clero.