Tema: Humphrey Bogart: revisando sus películas (1941-1956)

«¡A mí el pelotón, Sabino, que los arrollo!»



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17. KEY LARGO (1948, CAYO LARGO)



Director: John Huston.

Producción y distribución: Warner Bros. Pictures, Inc.

Productor: Jerry Wald.

Guion: Richard Brooks y John Huston, a partir de la obra de teatro homónima de Maxwell Anderson (Ethel Barrymore Theatre, Nueva York, 27 de noviembre de 1939).

Fotografía: Karl Freund, en blanco y negro (1.37:1).

Dirección artística: Leo K. Kuter.

Decorados: Fred M. MacLean.

Música: Max Steiner.

Montaje: Rudi Fehr.

Reparto: Humphrey Bogart (Frank McCloud), Edward G. Robinson (Johnny Rocco), Lauren Bacall (Nora Temple), Lionel Barrymore (James Temple), Claire Trevor (Gaye Dawn), Thomas Gómez (Richard “Curly” Hoff), Harry Lewis (Edward “Toots” Bass), John Rodney (Ayudante del sheriff Clyde Sawyer) y Marc Lawrence (Ziggy).

Rodaje: de finales de diciembre de 1947 a mediados de marzo de 1948.

Duración: 1 h 40 m 24 s. (Copia en BD editada por Warner en 2016).

Estreno: 31 de julio de 1948.

Recaudación: 3.250.000 dólares (Variety, 5 de enero de 1949).





Las dos películas que John Huston estrenó en 1948 tuvieron suerte dispar en lo referente a los rendimientos en taquilla.

Mientras que EL TESORO DE SIERRA MADRE ocupó el puesto n.º 50 (2.300.000 dólares) CAYO LARGO se aupó al puesto n.º 18 (3.250.000 dólares) tal y como podemos comprobar si consultamos el número de enero de 1949 de la popular revista “Variety”.

Cuarta (y última) cinta de la pareja Bacall/Bogart CAYO LARGO me parece de todas ellas la menos interesante (iba a decir la menos buena pero no quedaría tan fino) aunque nadie infiera de ello que la misma me parezca una película menor, todo lo contrario.

Y es que no deja de ser curioso como a medida que la relación sentimental entre ambos se afianzaba e igualmente la laboral de cada uno de ellos se aprecia claramente una progresiva pérdida de protagonismo por parte de Lauren Bacall algo que se puede apreciar perfectamente si comparamos la “Slim” de TENER Y NO TENER y la Nora de CAYO LARGO.

Tampoco deja de tener su lógica el hecho de que si la obra de Maxwell Anderson (1888-1959) se estrenó en el Ethel Barrymore Theatre de Nueva York fuese el hermano mayor de esta, Lionel, quien encarnase al padre del amigo del protagonista en su traslación a la gran pantalla.



La obra teatral de Anderson alcanzó las 105 representaciones (del 27 de noviembre de 1939 al 24 de febrero de 1940) y estaba protagonizada por Paul Muni, aunque su personaje se llamase King y no Frank.



Al parecer y como bien dice el querido (y admirado) compañero mad dog earle la intervención de Brooks y de Huston fue decisiva a la hora de cambiar por completo el sentido último de la obra de Maxwell.

Brooks y Huston, guionistas reconvertidos en (excelentes, aunque irregulares, especialmente en el caso del segundo) directores, ya habían colaborado previamente en el guion de la espléndida FORAJIDOS (1946), de Robert Siodmak, aunque sus nombres no aparecieron en los títulos de crédito.

Si en la obra de teatro King (Muni) volvía decepcionado a los EUA tras haber combatido en el bando republicano en la Guerra Civil Española (1936-1939), en la película Frank (Bogart) retorna como un héroe después de haber combatido en la Segunda Guerra Mundial y, más concretamente, en la Campaña de Italia (1943-1945).

La mención a dicha campaña muy probablemente se deba a Huston puesto que 1943 rodó un famoso documental sobre la Batalla de San Pietro en la que un ejercito combinado de norteamericanos e italianos combatieron a los alemanes.

El documental, por cierto, se estrenó en 1945 y fue la obra que antecedió a EL TESORO DE SIERRA MADRE, la anterior entrega del coleccionable.

CAYO LARGO no oculta para nada sus orígenes teatrales puesto que prácticamente toda la acción acontece en el modesto hotel que regentan el señor Temple (Barrymore) y su nuera Nora (Bacart), algo además superlativamente potenciado por la extraordinaria fotografía en blanco y negro del gran Karl Freund (1890-1969) y esos primerísimos planos que son uno de los signos de identidad de la película.

Sin duda, otro de los grandes aciertos de la película es su excelente plantel de actores, aunque yo discrepo del entusiasmo de los compañeros por la labor interpretativa de Clare Trevor, a todas luces excesivamente recompensada con el Oscar a la mejor actriz de reparto.

- Recordemos que ese año tenía como competidoras a Barbara Bel Geddes y Ellen Corby por NUNCA LA OLVIDARÉ, Agnes Moorehead por BELINDA y una jovencísima Jean Simmons (futura esposa, por cierto, de Richard Brooks) por HAMLET). -

Por su parte, Bogart y Robinson están perfectos en sus respectivos papeles, aunque me resulta mucho más creíble el segundo que el primero, seguramente porque la “toma de conciencia” de Frank me resulta demasiado súbita, uno de los escasos peros que le pongo al, por lo demás, excelente guion del tándem Brooks/Huston.

Igualmente Barrymore demuestra su inmenso talento puesto que lo mismo puede encarnar al villano más redomado (el señor Potter (no Harry) en QUÉ BELLO ES VIVIR) o al orgulloso padre de un héroe caído en el campo de batalla, como es el caso.

Como antes decía y en esto creo que todos estamos de acuerdo, el rey de la función es el gran Edward G. Robinson (1893-1973) y su Johnny Rocco viene a ser la prolongación natural de su primer papel protagonista en la gran pantalla, el Caesar Enrico “Rico” Bandello de HAMPA DORADA (1931), de Mervyn LeRoy.

Uno de los grandes aciertos de la película y cuyo mérito cabría atribuir con toda justicia a los guionistas, es, por un lado, el desencanto que sufre el protagonista, Frank (Bogart), cuando se da cuenta de que aquello contra lo que había combatido en Europa (léase el fascismo) estaba ya firmemente asentado en su propio país (con la Caza de Brujas en pleno apogeo) y por otro lado, el anacronismo del personaje encarnado por Robinson quien está convencido de poder volver a los tiempos en los que era uno de los peces gordos de los bajos fondos.

...

Y hasta aquí pude llegar...

Buenas tardes y, buena suerte...

... que buena falta nos hace, al menos a algunos...