Tema: Humphrey Bogart: revisando sus películas (1941-1956)

Iniciado por tomaszapa

Maravilloso y lo podemos disfrutar en la magnífica edición de AC.

Yo tengo la edición en BD de Vértice, que intuyo que parte del mismo master. Incluso lleva el mismo extra, un muy interesante documental. La diferencia es que la de A Contracorriente incluye un audiocomentario del director de fotografía, Jack Cardiff, supongo que subtitulado en castellano.

Iniciado por mad dog earle

La "herejía" (siempre entendido como un comentario entre amigos cinéfilos, y para provocar un poco ) no vendría dada porque The Elephant Man fuera la primera película de Lynch que nos haya gustado. También fue la mía (vista en junio de 1981). De hecho, solo había estrenado Eraserhead con anterioridad, película que tardé aún unos cuantos años en verla. La pregunta aquí sería: ¿pero te han gustado las otras? Dicho sea sin ánimo de alargar el off topic.

Solo por alusiones. . Ese es el elemento clave. Que me gustó tanto El hombre elefante que aún gustándome mucho otros trabajo de este director como la serie Twin Peaks (hablo de la parte que emitió hace años T5) o Terciopelo azul o Una historia verdadera, no llegan en mi caso a los altos grados de satisfacción de aquella.
De todas formas, entiendo desde hace años que este como otros "autores" requieren de paladares "especiales"

Iniciado por mad dog earle

Yo tengo la edición en BD de Vértice, que intuyo que parte del mismo master. Incluso lleva el mismo extra, un muy interesante documental. La diferencia es que la de A Contracorriente incluye un audiocomentario del director de fotografía, Jack Cardiff, supongo que subtitulado en castellano.

Yo también la tengo y se ve también muy bien. Lo que pasa es que me pudo lo bien que edita AC y esa fundita preciosa.

26. El cuarto poder (Deadline - U.S.A., 1952), de Richard Brooks



Todavía con contrato en la Warner, Bogie fue cedido a la Twenty Century Fox para protagonizar este drama escrito y dirigido por Richard Brooks. Brooks había sido periodista, por lo que conocía de primera mano el funcionamiento de la redacción de un periódico. Así, de la defensa de un determinado modelo de periodismo trata la película, de la prensa que se mueve según un ideario liberal de compromiso social (“liberal” entendido tal como se concibe en Estados Unidos), en cierto modo coincidente con el que defendió Bogart en Hollywood, aun reciente su participación (de la que salió bastante escaldado) en el Committee for the First Amendment, organizado como respuesta a la “caza de brujas” en el ámbito cinematográfico capitaneada por el senador McCarthy.

Después de un film aventurero, abierto, luminoso y en color, como The African Queen, Bogart vuelve a su tradicional imagen en blanco y negro de un personaje más bien adusto y malcarado, Ed Hutcheson, que se ha de enfrentar a la venta del diario del que es redactor jefe (editor), “The Day”, cuando las herederas del que fuera su fundador (las dos hijas y la viuda) plantean desprenderse del negocio, tentadas por el propietario de un periódico sensacionalista, el “Standard”, que quiere eliminarlo para ganar cuota de mercado.

Hutcheson hace ver de forma apasionada a las propietarias su oposición a la desaparición del rotativo, pero su defensa de la cabecera solo parece remover la conciencia de la viuda (una Ethel Barrymore poco aprovechada).



A pesar de que se cierne sobre la plantilla la sombra de un despido inminente, el personal acepta echar el resto para finalizar, antes del cierre, la investigación sobe un caso que pone en evidencia la corrupción que se enseñorea de la ciudad: la aparición del cadáver de una joven, que pronto se sabrá que era la amante de Tomas Rienzi (bien interpretado por Martin Gabel), el típico mafioso de origen italiano (como el Lagana de la languiana The Big Heat que comentamos hace poco) que ha sobrevivido a la época de la Ley Seca como un próspero empresario que mueve los hilos de la política local.

Cuando uno de los jóvenes e idealistas periodistas, George Burrows (Warren Stevens), es salvajemente golpeado por meter las narices donde no debe, Hutcheson se va a tomar finalizar la investigación y publicarla como un acto de reparación, de justicia, como una demostración de que “The Day” es necesario, si no se quiere que la corrupción domine la sociedad.

En mi opinión a Brooks le solía perder el mensaje, expuesto a menudo de manera poco sutil, incluso en alguno de sus mejores films (como en In Cold Blood), notándose en muchas de sus películas más su faceta de guionista que la de director. Así, toda la trama es más que transparente y previsible, llena de subrayados y de tópicos sobre la figura del abnegado periodista, capaz de arruinar su vida privada y de poner en peligro el pescuezo por defender la verdad. Los discursos de Hutcheson ante las propietarias o, más tarde, ante el juez que ha de dirimir la venta, resultan retóricos, por mucho que Bogart se esfuerce en inyectarles algo de pasión.



Asimismo, se explota el típico peaje que paga en su vida privada por ser un periodista comprometido con su trabajo, algo común a tantos policías del cine negro. Hutchison ha perdido hace años a su mujer, la mucho más joven Nora (una Kim Hunter, que venía de rodar, A Streetcar Named Desire, que, como la Barrymore, está completamente desaprovechada), que para más inri planea ahora casarse de nuevo. La relación está muy mal explicada, con una coda final completamente inverosímil.



Solo algunos apuntes de puro cine negro salvan el interés del film, como, por ejemplo, cuando unos falsos policías (entre los que reconocemos la cara de Joe Sawyer, un habitual del género) se llevan de la redacción al hermano de la mujer muerta para evitar su testimonio, y provocan su caída sobre la rotativa, donde muere aplastado. Poca cosa para un film que prometía más. Junto a estos breves fogonazos, dan algo de empaque a la vida de la redacción un grupo de excelentes actores de carácter: Paul Stewart, Ed Beagley, Jim Backus…, así como la ambientación conseguida en las instalaciones de un diario auténtico, el “The New York Daily News”.



Como curiosidad cinéfila, hay una secuencia dentro de un automóvil, en que Hutchison conversa con Rienzi y que recuerda enormemente la famosa secuencia entre Marlon Brando y Rod Steiger de On the Waterfront: ¿inspiración para Kazan?



Pero, a pesar de mis críticas, Deadline – U.S.A. es la gloria comparada con la siguiente película del tándem Bogart/Brooks.

27. Campo de batalla (Battle Circus, 1953), de Richard Brooks



Seguimos con los préstamos de Bogart, esta vez a la M.G.M. (si no me equivoco, la única película que rodó para esta productora). Si el film anterior todavía encajaba en la línea de los films de Bogie para la Warner, Battle Circus es un producto tan descafeinado e insulso que parece apuntar a la tendencia a reblandecer los argumentos típica de la compañía del león. Desconozco cómo acabó Brooks dirigiendo este film para la M.G.M. después de hacerlo en la anterior para la Fox, y qué interés vio (si es que vio alguno, además de cobrar un sueldo) en la historia de Allen Rikvin y Laura Kerr que transformó en guion, ya que, a pesar de la fama como guionista de Brooks, en esta ocasión el resultado me parece malo de solemnidad.

Quizá una explicación a tanto despropósito se encuentra en un rótulo que aparece al final del film: “Made with the cooperation of the Department of Defense and the U.S. Army with particular appreciation to the Office of the Surgeon General and its medical personnel”. Si nos fijamos en la fecha del film, estrenado en marzo de 1953, lo acabamos de entender: estamos en plena guerra de Corea, cuyo armisticio no se firmó hasta unos meses después. Se trata, pues, como tantísimos films durante la II Guerra Mundial, de una contribución de Hollywood al esfuerzo militar, focalizado esta vez en un hospital de campaña, un MASH (Mobile Army Surgical Hospital). Pero, aunque se trate de un MASH en Corea, que nadie espere nada parecido a la película de Altman.



Y no lo digo porque el film se mueva exclusivamente en el terreno del drama bélico. Al contrario, la película más bien tiende a deslizarse hacia el género de la comedia romántica bobalicona (incluso se recurre a un recurso propio del slapstick: los resbalones en el barro bajo la lluvia), especialmente por medio de los mohines y caritas con vocación chispeante de su protagonista femenina, June Allyson, completamente insufrible. Si alguien se pregunta si hay química entre Bogie y Allyson la respuesta no puede ser más contundente: ni pizca. Quizá Allyson se limita a alimentar una determinada imagen como actriz, pero el esfuerzo de Bogart por ponerse a su altura me parece lamentable.



Además, para mayor inri, Bogart ha de apechugar con un personaje que, en lugar de su amigo Brooks, parece que se lo hubiera escrito el peor de sus enemigos. Bogie es el mayor Jeb Webbe, oficial médico en el MASH 66, bajo el mando del coronel Walters (Robert Keith, que junto a Keenan Wynn hace lo que puede).



Al MASH llega una enfermera novata, la teniente Ruth (Allyson), sobre la cual, casi sin darle tiempo a deshacer el petate, se lanza Jeb de la manera más burda, un puro acoso sexual que merecería un expediente disciplinario. Pero no eran entonces tiempos del “no es no”, y además se supone que la pareja tenía que funcionar para que hubiera fondo romántico en la historia, por lo cual, aunque el espectador se pregunté el porqué, Jeb y Ruth, como mandan los cánones más rancios de Hollywood, acabarán sucumbiendo al amor. Todo ello a pesar de la tendencia enfermiza al alcohol de Jeb (en esto Bogie se podía sentir cómodo) y el inevitable mal recuerdo que arrastra de un fallido matrimonio anterior (la sombra de Rick Blaine todavía era alargada).

En medio, algunos bombardeos de los coreanos, traslados de posición (son como un circo, se dice en un momento del film, montando y desmontando las tiendas), y un esforzado trayecto final que exige que los camiones y coches desciendan por una pendiente pronunciada (algo visto en muchas ocasiones en westerns), quizá la secuencia que podría haber dejado mejor recuerdo al espectador, pero que está filmada de manera tan sosa, que no me hizo más efecto que acelerarme el ritmo de los vistazos que estuve lanzando al reloj durante todo el metraje.

No sé si haré un ranquin final de los 35 títulos revisados, pero este Battle Circus tiene muchos números de cerrar la lista.

La próxima entrega, Beat the Devil, supondrá la última contribución de Bogart a su productora, la Santana Productions, bajo la dirección, una vez más, de su amigo John Huston. Curioso film, que con los años ha acabado convirtiéndose en una especie de cult movie: En todo caso, a pesar de sus carencias, se trata de un divertimento incomparablemente más atractivo que el pestiño que acabo de comentar.

Ya veo que tú también aprietas el acelerador, amigo mad dog earle.

Tres comentarios en cuatro días...

Ya dije que lo haría esta semana. Puede que lo vuelva a hacer en este final de ciclo Bogart. Quedan aún 8 películas, y empiezo a tener ganas de cerrar la revisión. Pero no sufras: la de Dreyer será a comentario semanal, no más. Y mañana, comento la de Lang.

... asi que, para no quedarme atrás, no me queda más remedio que dar un triple salto mortal al vacío...

Triple programa hustoniano

o

THE AFRICAN QUEEN (1951, LA REINA DE ÁFRICA)



Director: John Huston.

Productor: Sam Spiegel.

Producción: Horizon Entreprises, Inc. y Romulus Films Ltd.

Distribución: United Artists Corp. (EUA) / Independent Film Distributors Ltd. (Reino Unido).

Guion: James Agee, John Huston y Peter Viertel (no acreditado), basado en la novela homónima de C. S. Forester (Londres, 1935).



Fotografía: Jack Cardiff, en Technicolor (1.37:1).

Dirección artística: Wilfred Shingleton.

Música: Allan Gray.

Montaje: Ralph Kemplen.

Reparto: Humphrey Bogart (Charlie Allnut), Katharine Hepburn (Rose Sayer) y Robert Morley (Reverendo Samuel Sayer).

Duración: 1:45:14.

Estreno: 26 de diciembre de 1951.

Recaudación: 4.000.000 de dólares (Variety, 7 de enero de 1953).







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Coordenadas espacio/temporales:



- África Oriental Alemana (1885-1919) / 1914

…

4 nominaciones a los Oscar (director, guion, actor * y actriz)

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Como ya dije en un comentario anterior nunca he considerado a LA REINA DE ÁFRICA como una de mis películas favoritas, ni siquiera dentro del cine de aventuras, aunque reconozco que con cada nuevo visionado (y ya van…) me gusta más...



...

También comenté (erróneamente, como se verá más adelante ) que el final de la misma iba en contra de la máxima hustoniana acerca de la fatalidad del destino (algo que comparte con cierto director vienés de cuyo nombre no quiero acordarme… ).

Una película además que por momentos parece más británica que norteamericana seguramente por esa deriva hacia las deliciosas comedias contemporáneas de la Ealing, especialmente en su (catártico) final.

Dado que el protagonismo absoluto de la historia recae exclusivamente en la pareja protagonista (a excepción del tramo inicial) buena parte de los méritos de la película descansan sobre los hombros de dos actores de la talla de Bogart y Hepburn.



Y si el primero ganó un justo y merecido Oscar por su espléndida interpretación (aunque yo ya se lo hubiese dado antes por encarnar a Rick en sabéis que película…) la segunda podría haberse llevado otro sin que nadie se rasgase sus vestiduras.



Además LA REINA DE ÁFRICA fue la primera película en Technicolor tanto para Huston como para Bogart, aunque el primero ya lo había usado previamente en el documental bélico REPORT FROM THE ALEUTIANS (1944), disponible en Netflix, por si os interesa…), aunque ni esta ni las dos que comentaré a continuación contienen ninguno de los experimentos cromáticos que luego harían célebre a su director, como MOULIN ROUGE (1952), MOBY DICK (1956), REFLEJOS EN UN OJO DORADO (1967) o PASEO POR EL AMOR Y LA MUERTE (1969), la mayor parte de ellos en estrecha colaboración con el excelente camarógrafo Oswald Morris (1915-2014) quien se encarga igualmente de la fotografía en SOLO DIOS LO SABE y LAS RAÍCES DEL CIELO.

El cine de aventuras era uno de los géneros en los que mejor se desenvolvía John Huston y como muestra el siguiente listado que adjunto a continuación y que incluye alguna de sus mejores cintas… pero también alguna de sus peores…

Dejo a vuestra elección el incluir cada una de ellas en uno u otro grupo:

1948, The Treasure of the Sierra Madre / El tesoro de Sierra Madre

1951, The African Queen / La Reina de África

1956, Moby Dick / ídem

1957, Heaven Knows, Mr. Allison / Solo Dios lo sabe

1958, The Barbarian and the Geisha / El bárbaro y la geisha

1958, The Roots of Heaven / Las raíces del cielo

1969, Sinful Davey / La horca puede esperar

1969, A Walk with Love and Death / Paseo por el amor y la muerte

1975, The Man Who Would Be King / El hombre que pudo reinar

Aunque la filmografía como director de Huston es francamente irregular pocos peros se le pueden poner en cambio a su labor como guionista, ya sea en solitario o en comandita.

El admirado mad dog earle ya ha hablado en profundidad y con conocimiento de causa acerca de las (escasas) diferencias entre el libro de Forester y el guion de rodaje.

Y aunque me parece admirable el libreto firmado por James Agee (1909-1955) (guionista de una de las grandes obras maestras de la Historia del Cine como es LA NOCHE DEL CAZADOR (1955), la única película como realizador del gran actor Charles Laughton) y John Huston, igualmente determinante resultó la (anónima) colaboración de Peter Viertel (1920-2007), que fue quien ideó el antológico final…

… y que, curiosamente, se casó en 1960 con la protagonista de la película que viene a continuación…

…

HEAVEN KNOWS, MR. ALLISON (1957, SOLO DIOS LO SABE)



Director: John Huston.

Productores: Buddy Adler y Eugene Frenke.

Producción: Twentieth Century-Fox Group Productions.

Distribución: Twentieth Century-Fox Film Corp.

Guion: John Lee Mahin y John Huston, basado en la novela homónima de Charles Shaw (Londres, 1952).



Fotografía: Oswald Morris, en Color by De Luxe y CinemaScope.

Dirección artística: Stephen Grimes.

Música: Georges Auric.

Montaje: Russell Lloyd.

Reparto: Deborah Kerr (Novicia Angela) y Robert Mitchum (Señor Allison).

Duración: 1:41:47 (Copia en DVD editada por Fox en 2004).

Estreno: 13 de marzo de 1957.

Recaudación: 4.200.000 dólares (Variety, 8 de enero de 1958).





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Coordenadas espacio/temporales:



- En algún lugar en el Pacífico Sur / 1944

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2 nominaciones a los Oscar (guion y actriz)

…

… y que me sirve de perfecta excusa para hablar una cinta escasamente (re)conocida pero que para mí es una de las más atractivas de su director…

Además LA REINA DE ÁFRICA y SOLO DIOS LO SABE (un título ciertamente sirkiano…) mantienen una vinculación estrecha hasta el punto que la segunda bien podría ser la continuación (aunque no espacio/temporal) de la primera.

Si en la primera la desvencijada embarcación en la que viajaban Charlie y Rose se llamaba en realidad “Reina de África” y no “La Reina de África”, tal y como se indica (erróneamente) en el título tanto original como patrio, en la segunda la frase que nomina la cinta no se escucha en toda la proyección, aunque sí una bastante aproximada, en concreto en 1:28:38:





“Only He knows what’ll happen to us” (Y que al doblarse se tradujo como “Solo Él sabe lo que nos pasará”).

Aunque se tiende a alabar (y con justicia) la labor interpretativa de los protagonistas masculinos de las cintas comentadas habría que recordar que si LA REINA DE ÁFRICA supuso para Katharine Hepburn la 5ª de sus 12 nominaciones a los Oscar, SOLO DIOS LO SABE sería la 4ª de 6 para Deborah Kerr.

Eso sí, la primera conseguiría 4 a lo largo de su carrera y la segunda, incomprensiblemente, ninguno.

Además las parejas formadas por Charlie (Bogart)/Rose (Hepburn) y Allison (Mitchum)/Angela (Kerr) presentan claras concomitancias, desde el desastrado aspecto, rudas maneras pero tierno corazón del protagonista masculino, hasta la vocación religiosa del femenino, en la primera misionera y en la segunda novicia, que no monja como se indica muchas veces por error puesto que todavía no ha tomado los votos… y principal fuente de inspiración para el título de la película como veremos al final…

Igualmente los comienzos de ambas películas son muy similares.

Si en la primera, una vez sorteado el tramo en el que muere el hermano de Rose a raíz de la destrucción de la aldea en la que ambos ejercían de misioneros a manos de los alemanes, Charlie acude en auxilio de Rose, en la segunda Allison (aunque ella siempre le llame señor Allison) hará lo propio, después de que el submarino de cuya tripulación formaba parte fuese hundido por los japoneses.

Ambas son además cintas de supervivencia en un entorno hostil, ya sea por causas naturales y/o humanas.

Y aunque en la primera se nos narran las peripecias que les acontecen a los protagonistas en su largo viaje hasta el lago en el que se encuentra el poderoso acorazado Königin Luise y en cambio en la segunda el señor Allison y la novicia Angela no salen en ningún momento del islote en el que se han visto recluidos, ambas comparten un final feliz que rompe la habitual fatalidad del destino a la que hacía referencia al principio de mi crónica y que es uno de los signos de identidad de la obra de su director.

Y si en LA REINA DE ÁFRICA el amor entre Charlie y Rose llega a buen puerto (expresión de lo más adecuada, por cierto), el que se intuye entre Allison y Angela deja una puerta abierta a la esperanza, algo además acentuado por la ingeniosa vuelta de tuerca final del guion (o de la novela, vaya usted a saber) al incluir de nuevo el título de la película al final de la misma...



Y si la relación amorosa entre Charlie y Rose es de lo más atolondrada por el contrario en el caso de Allison y Angela es mucho más sutil y no sólo porque ella esté camino de tomar los votos.

De hecho, la interpretación de las dos parejas es antitética, seguramente porque la primera está más escorada hacia la comedia y en cambio la segunda tiende más al melodrama, aunque las dos tienen elementos de ambas.

Y si Huston siempre alabó la profesionalidad de Robert Mitchum este último tenía a SOLO DIOS LO SABE como una de sus películas favoritas.

Además, al igual que en el caso de Bogart/Hepburn, la química entre Mitchum y Kerr es absolutamente perfecta.



Seguramente por ello volverían a trabajar juntos en otras tres películas, destacando especialmente la hoy comentada y VIDAS ERRANTES (1960), de Fred Zinnemann, una de sus obras por las que siento más aprecio.

Y si antes me he valido de la figura del guionista Peter Viertel para enlazar LA REINA DE ÁFRICA y SOLO DIOS LO SABE, ¿qué conejo me saco de la chistera para hacer lo propio con la primera y LAS RAÍCES DEL CIELO?

¿Tal vez el hecho de que la primera fuese (aparentemente) una mera excusa para que su director cazase un espléndido ejemplar del género Loxodonta y que en LAS RAÍCES DEL CIELO el (auténtico) protagonista sea un (expeditivo) ecologista… amante de los elefantes…

…

THE ROOTS OF HEAVEN (1958, LAS RAÍCES DEL CIELO)



Director: John Huston.

Productor: Darryl F. Zanuck.

Producción: Darryl F. Zanuck Productions, Inc.

Distribución: Twentieth Century-Fox Film Corp,

Guion: Romain Gary y Patrick Leigh-Fermor, basado en la novela “Les Racines du ciel” de Romain Gary (París, 1956).



Fotografía: Oswald Morris, en Color by De Luxe y CinemaScope.

Dirección artística: Stephen Grimes.

Música: Malcolm Arnold.

Montaje: Russell Lloyd.

Reparto: Errol Flynn (Forsythe), Juliette Gréco (Minna), Trevor Howard (Morel), Eddie Albert (Abe Fields) y Orson Welles (Cy Sedgewick).

Duración: 2:06:24.

Estreno: 15 de octubre de 1958.

Recaudación: 3.000.000 de dólares (Variety, 7 de enero de 1959).







…

Coordenadas espacio/temporales:

- África Ecuatorial Francesa (1910-1958) / 1958

…

… cuyas dos especies africanas, el elefante de sabana y el elefante de bosque, están la primera amenazada y la segunda críticamente amenazada, según los datos proporcionados por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN)…?

Aunque no lo he mencionado antes mientras que LA REINA DE ÁFRICA sólo se rodó parcialmente en África tanto SOLO DIOS LO SABE como LAS RAÍCES DEL CIELO se filmaron casi por completo en exteriores, algo que aporta un plus de autenticidad a las mismas, especialmente en el caso de la aventura protagonizada por Robert Mitchum y Deborah Kerr.

Además ambas están (excelentemente) fotografiadas en CinemaScope y en (el perecedero) Color by De Luxe de la Fox por el mencionado Oswald Morris.

Y aunque sea Errol Flynn el cabeza de cartel (y con un pie o más bien dos en la tumba dado que murió al año siguiente del estreno de la película) los auténticos protagonistas de la historia son los personajes de Morel (el siempre excelente Trevor Howard) y Minna (la famosa cantante Juliette Gréco), el primero encarnando a un auténtico “ecologista en acción”, dados los métodos expeditivos de los que se vale para salvar de la extinción a los mamíferos terrestres más grandes del planeta y la segunda a su (tierna) amante.







No deja de ser curioso que esos años coincidieron una serie de títulos pertenecientes a géneros diversos, como THE LAST HUNT (1956), de Richard Brooks (ya lo siento, amigo mad dog earle), WIND ACROSS THE EVERGLADES (1958), de Nicholas Ray o la cinta hoy comentada, auténticas precursoras de un ecologismo que se encontraba todavía en estado embrionario.

Es una lástima que la película de Huston valga más por lo que cuenta que por cómo lo cuenta.

Además es una película notablemente desequilibrada y a la que además pesa como una losa sus más de dos horas de duración.

Seguramente uno de los motivos de ese desequilibrio - aparte de la injerencia de Zanuck dado que Grecó era por entonces su amante - se debe a que Huston no se encargó del guion o al menos su nombre no aparece en los títulos de crédito y como ya dije antes Huston era mejor guionista que director… y que nadie infiera de mis palabras que no lo considere como uno de los grandes…

Otro de los hándicaps de la película es un reparto de escasos vuelos, aunque al menos la presencia (episódica) de Orson Welles, gran amigo del director, siempre es un plus.



Aunque seguramente mi interpretación sea errónea no dejo de pensar que LAS RAÍCES DEL CIELO bien podría ser una especie de expiración de los pecados cinegéticos que su director cometió durante el rodaje de LA REINA DE ÁFRICA y que más tarde y como comenta el querido Roy Earle el gran Clint Eastwood llevaría a la gran pantalla.

A modo de resumen dado que hacer tres comentarios por el precio de uno, aunque sean más breves, es ciertamente agotador, con toda seguridad la mejor de las tres cintas es LA REINA DE ÁFRICA pero la que más me gusta es SOLO DIOS LO SABE (por cierto, siempre estoy a punto de escribir SOLO EL CIELO LO SABE, no sé por qué será…).

Por su parte los mayores (o tal vez únicos) méritos de LAS RAÍCES DEL CIELO se deben a su profundo mensaje ecologista, ciertamente atípico no sólo para la época sino incluso para el propio director al que siempre le gustó ejercer la caza mayor allí donde rodaba.

De cualquier forma, un programa de lo más atractivo y altamente recomendable, al menos si nos ceñimos a los dos primeros títulos.

Buenas noches y, buena suerte.

Iniciado por Alcaudón

El cine de aventuras era uno de los géneros en los que mejor se desenvolvía John Huston y como muestra el siguiente listado que adjunto a continuación y que incluye alguna de sus mejores cintas… pero también alguna de sus peores…

[...]
1958, The Barbarian and the Geisha / El bárbaro y la geisha

1958, The Roots of Heaven / Las raíces del cielo
[...]

Sin duda, estas son de las peores, aunque The Barbarian and the Geisha yo no la consideraría una película de aventuras.

Iniciado por Alcaudón

Si en la primera la desvencijada embarcación en la que viajaban Charlie y Rose se llamaba en realidad “Reina de África” y no “La Reina de África”, tal y como se indica (erróneamente) en el título tanto original como patrio, en la segunda la frase que nomina la cinta no se escucha en toda la proyección, aunque sí una bastante aproximada, en concreto en 1:28:38:

Tanto como erróneamente... El barco lleva inscrito el nombre "African Queen", por tanto es el "African Queen" (o el "Reina de África""). Siendo puristas quizá hubiera sido más correcto poner las comillas, The 'African Queen', aunque si te fijas en el cartel y en la portada de la novela ya hay una diferencia tipográfica, incluso en el rótulo de la película "the" tiene un cuerpo algo más pequeño. Otra opción hubiera sido la que se utilizó en la película de Alexander MacKendrick que comentamos en su día: The 'Maggie' (fíjate en el cuerpo de "the").

Iniciado por Alcaudón

Y aunque sea Errol Flynn el cabeza de cartel (y con un pie o más bien dos en la tumba dado que murió al año siguiente del estreno de la película) los auténticos protagonistas de la historia son los personajes de Morel (el siempre excelente Trevor Howard) y Minna (la famosa cantante Juliette Gréco), el primero encarnando a un auténtico “ecologista en acción”, dados los métodos expeditivos de los que se vale para salvar de la extinción a los mamíferos terrestres más grandes del planeta y la segunda a su (tierna) amante.

La Gréco era todo un mito en Francia, un símbolo de la época del existencialismo francés, pero como actriz, en mi opinión, dejaba mucho que desear, actuaba siempre como si pasara por allí, con un estilo que no encajaba con los usos habituales de la interpretación. Ya lo destacamos en el ciclo Renoir al hablar de Elena et les hommes. Va al debe de la película de Huston, film que hace mucho que no veo, pero que en su momento me pareció francamente floja.

Iniciado por Alcaudón

Ya veo que tú también aprietas el acelerador, amigo mad dog earle.

Tres comentarios en cuatro días...

Vais los dos en modo on-fire. Como yo con la Liga y la Champions

Por cierto, tengo por ahí la edición de Karma que sacaron de El cuarto poder. A ver si la veo un día.

Iniciado por tomaszapa

Por cierto, tengo por ahí la edición de Karma que sacaron de El cuarto poder. A ver si la veo un día.

La película (la edición no sé, yo tengo un DVD editado por Resen, que se puede ver, pero deja bastante que desear), a pesar de mis críticas, se puede disfrutar, pero tiene sus debilidades. La de Battle Circus creo que es preferible mantener a distancia, a no ser que se tenga uno de esos insanos impulsos completistas que a veces nos asaltan a los cinéfilos.

Creo que sólo tengo copia de la primera de las dos cintas de Brooks, aunque tendría que comprobarlo...

Madre mía como están los jefes de los ciclos, cuantos comentarios seguidos...

Yo estoy completamente de acuerdo con ellos:


"El cuarto poder", flojita, aunque se deja ver.

"Campo de batalla", mediocre, no me gustó cuando la vi.

"La reina de Africa", obra maestra.

"Sólo Dios lo sabe", muy buena película, y visualmente una maravilla.

"Las raíces del cielo", floja y algo rara, no es la típica de aventuras, tampoco me gustó demasiado en su época.

Iniciado por tomaszapa

Por cierto, tengo por ahí la edición de Karma que sacaron de El cuarto poder. A ver si la veo un día.

Antes tendrás que encontrarla...

Iniciado por cinefilototal

Antes tendrás que encontrarla...

28. La burla del diablo (Beat the Devil, 1953), de John Huston



Beat the Devil tuvo una mala acogida en su momento, de público y de crítica, pero como tantas otras veces ha ocurrido en la historia del cine, con los años se ha convertido en una película “de culto”. Probablemente la película no merecía en su día el menosprecio, pero tampoco me parece justificado oscilar, en un giro de 180º, y pasarnos con las alabanzas.

Se trata del último de los proyectos de la productora de Bogart, Santana Productions, unida para la ocasión con la británica Romulus (que ya participó en The African Queen) y la participación del italiano Roberto Haggiag (que sería poco después uno de los productores de The Barefoot Contessa, de Mankiewicz, con Bogart como actor principal), responsable en Italia de la distribuidora del film, United Artists. El propio John Huston, director y coguionista del film, aparece en los créditos como productor (con el también director Jack Clayton como productor asociado). Huston se encontraba inmerso en la postproducción de Moulin Rouge (dificultada por el tipo de fotografía en color empleada en el film) y con el rodaje de Moby Dick en mente, por lo que quizá no estuvo tan implicado en la filmación como en otras ocasiones. De hecho, se pensó en Nicholas Ray como posible director, un Ray que ya había participado en dos films de Santana Productions con Bogie como protagonista: Knock on Any Door y In a Lonely Place.

La elaboración del guion fue tan rocambolesca como la propia trama de la película. Basado en una novela de James Helvick, pseudónimo del periodista y escritor británico Claud Cockburn, se disponía de un primer tratamiento pergeñado por Peter Viertel (del que ya hemos hablado en el comentario de The African Queen) y Anthony Veiller, que Huston consideró insatisfactorio. Sobre la marcha, con el equipo ya en Italia, Huston trabajó en una nueva redacción con la colaboración inestimable (y muy valorada por él, según cuenta en sus memorias) de Truman Capote, que se encontraba en Italia por entonces porque trabajó en los diálogos de Stazione Termini, de Vittorio de Sica, film producido bajo la atenta mirada de David O. Selznick, siempre celoso de las actuaciones de su mujer, Jennifer Jones.



De hecho, como Jones también aparece en Beat the Devil, David O. no renunció a inmiscuirse contantemente en el rodaje enviando sus famosos memorandos, aunque esta vez su única “participación” era como consorte de la actriz principal.

Huston y Capote fueron concretando el guion ya con el rodaje en marcha, rodaje que se inició con “mal pie”, puesto que de camino a Ravello, al sur de Nápoles, donde se filmó buena parte de las escenas, Huston y Bogart sufrieron un accidente de coche (que quizá inspiró el accidente que aparece en el film, en el cual el chofer implicado es Juan de Landa, el actor vasco que vimos en su día en Ossessione cuando la revisamos en el hilo de Visconti), del cual Bogie salió mal parado, con un corte importante en la lengua y la pérdida de algunos dientes (cosa que obligó a que, en algunos momentos del film, Peter Sellers lo doblara imitando su voz, aunque personalmente confieso no ser capaz de detectar esa intervención de Sellers).

La mescolanza de productores, guionistas y actores de distintas nacionalidades probablemente alimenta la imagen de la película como un desmadrado divertimento, durante el cual, vistos los dramatis personae, seguro que corrió abundantemente el alcohol (Huston cuenta una anécdota, según la cual se cayó por un precipicio con una copa en la mano: volvió a subir los más de diez metros de caída y le sirvieron otro martini). Todo ello se traduce en la pantalla en un argumento disparatado en el que todos los personajes son estrafalarios y las interpretaciones parecen el resultado de un juego entre amigos. En algunos comentarios, Capote y Huston vinieron a decir que se trataba de filmar una especie de parodia de The Maltese Falcon, y algo hay de ello. En todo caso, hay diálogos ciertamente ingeniosos, como este del personaje de Peter Lorre, que me recuerda uno mucho más célebre de Orson Welles en The Third Man:

“Time. Time. What is time? Swiss manufacture it. French hoard it. Italians squander it. Americans say it is money. Hindus say it does not exist. Do you know what I say? I say time is a crook.”

A todo esto, ¿de qué va la película? Yo diría que la trama es lo de menos, quizá por ello la primera vez que se ve el film resulta decepcionante, porque uno espera encontrar una ilación en los acontecimientos, un sentido a las acciones de los personajes. Un grupo de lo más bizarro se encuentra “varado” en un encantador pueblecito costero italiano a la espera de poder embarcar, rumbo a África, en el buque “Nyanga”. Por un lado, tenemos un cuarteto de delincuentes de medio pelo, comandado por el orondo Peterson (Robert Morley), con el chileno de origen alemán Julius O’Hara (Peter Lorre, que está en su salsa), el italiano Ravello (Marco Tulli, bautizado con el nombre del pueblo donde se rodaba) y el mayor Jack Ross (Ivor Barnard), un tipo violento simpatizante de Hitler y Mussolini.



Con ellos, se encuentran como asociados los Dannreuther, Billy (Bogart) y su mujer Maria (Gina Lollobrigida, quizá el único error del reparto, no porque la italiana esté mal, sino porque no encaja haciendo pareja con Bogie).



Al grupo se les une el matrimonio británico de los Chelm, el estirado Harry (Edward Underdown) y la fantasiosa y coqueta Gwendolen (Jennifer Jones, excelente en clave de comedia).



El tiempo de espera se pasa entre intrigas, mentiras, copas y coqueteos, de Gwendolen con Billy, de Maria con Harry. El Macguffin es la compra de unos terrenos ricos en uranio en África, operación que Peterson y sus asociados intentan mantener en secreto. Los Chelm, por su parte, parece que se dirigen al continente africano para poner en marcha una plantación de café, aunque buena parte de lo que sabemos de ellos puede que no sea más que una de las habituales fantasías de Gwendolen.

Pero, al final, después de una accidentada travesía en barco, del falso naufragio del “Nyanga”, de caer en manos de un grupo de soldados árabes en un país inidentificado,



y de la vuelta a Italia, cambiarán las tornas: Peterson y sus colegas son detenidos por un inspector de Scotland Yard (Bernard Lee), llamado Jack Clayton en un guiño evidente al Clayton real, y Harry Chelm, que ha desaparecido en alta mar, se llevará el gato al agua, ante la hilaridad de Billy, que cierra el film con una risa descontrolada que nos recuerda la de Walter Huston al final de The Treasure of the Sierra Madre. Como allí pasaba con el oro, aquí ese otro “oro”, el uranio, también se esfuma de las manos de los que tanto lo perseguían.

Beat the Devil es una película que nunca me gustó con anterioridad (desde un primer visionado en la Filmoteca en julio de 2000), pero que ahora he disfrutado como lo que es, un divertimento sin más pretensiones que pasar un rato divertido y poder gozar de algunas excelentes interpretaciones. Eso sí, cuidado con las ediciones en DVD disponibles, porque suelen ser entre malas y pésimas. Afortunadamente, me he hecho con la edición del BFI, un BD magnífico, con abundantes extras, aunque, eso sí, solo con subtítulos en inglés en la película (en los extras, como suele ser habitual, cero patatero). Edición que permite gozar de la bella fotografía en blanco y negro de Oswald Morris (que fue también el responsable de la del anterior y del posterior film de Huston), que contó con Freddie Francis como operador.



Y de un film en tono distendido, pasaremos en la próxima entrega a uno dramático, con una de las interpretaciones más recordadas de Bogie: su capitán Queeg de The Caine Mutiny. Por en medio, Bogart rompió su contrato con la Warner, con la que, de hecho, no había rodado ningún film desde The Enforcer (1951).

No quiero adelantarme a la marcha del hilo, pero anoche enganché desde el principio, Más dura será la caída, de Mark Robson, y la que puso punto final a la carrera de Bogart. De hecho, se le diagnostica la enfermedad, ya avanzada, cuando está en pleno rodaje, algo que en mi opinión, le imprime más verdad a su interpretación magistral.
La vi hace ya mucho tiempo, pero es una obra maestra. Sin exagerar.

Iniciado por tomaszapa

No quiero adelantarme a la marcha del hilo, pero anoche enganché desde el principio, Más dura será la caída, de Mark Robson, y la que puso punto final a la carrera de Bogart. De hecho, se le diagnostica la enfermedad, ya avanzada, cuando está en pleno rodaje, algo que en mi opinión, le imprime más verdad a su interpretación magistral.
La vi hace ya mucho tiempo, pero es una obra maestra. Sin exagerar.

Todo llegará. La semana que viene The Caine Mutiny, y la siguiente, un nuevo programa doble, con Sabrina y The Barefoot Contessa, más que nada porque son films muy vistos, que todo el mundo conoce, por lo que las comentaré brevemente. Y porque tengo ganas de acabar esta revisión, para meterme en otra . A diferencia del amigo Alcaudón, me incomoda eternizar los ciclos , prefiero la inmersión y no alargarlos en exceso.

No. Si ya se de qué pie cojeamos cada uno de nosotros. Eso es lo bueno. igual que con las opiniones, aunque bastantes veces coincidamos.

Yo me he dado cuenta que con este ciclo no me gusta hacer ciclos de actores/actrices. Siempre ver la misma cara semana tras semana me ha quitado frescura y ganas de enfocar este ciclo, que al tener sólo el 50% de los films del ciclo, no me comprometí a seguirlo (o por lo menos eso recuerdo). Empecé bien, pero después de Cayo Largo, siendo un peliculón, sentí ese desgaste Bogartiano que he comentado, y preferí dejar los visionados para los ciclos de los directores: dígase Huston, Wilder....

Iniciado por mad dog earle

Todo llegará. La semana que viene The Caine Mutiny, y la siguiente, un nuevo programa doble, con Sabrina y The Barefoot Contessa, más que nada porque son films muy vistos, que todo el mundo conoce, por lo que las comentaré brevemente. Y porque tengo ganas de acabar esta revisión, [SIZE=4]para meterme en otra[/SIZE] . A diferencia del amigo Alcaudón, me incomoda eternizar los ciclos , prefiero la inmersión y no alargarlos en exceso.

Haznos un previously unreleased!!!!

Iniciado por Alex Fletcher

Haznos un previously unreleased!!!!

¿Qué tal si nos quedamos en el Báltico, como con Dreyer, pero con un director vivo?

Iniciado por Alex Fletcher

Yo me he dado cuenta que con este ciclo no me gusta hacer ciclos de actores/actrices. Siempre ver la misma cara semana tras semana me ha quitado frescura y ganas de enfocar este ciclo, que al tener sólo el 50% de los films del ciclo, no me comprometí a seguirlo (o por lo menos eso recuerdo).

Desde su inicio este ha sido un ciclo muy personal mío, que no compromete a nadie más, aunque se agradecen las participaciones. Estoy de acuerdo en que un ciclo dedicado a un actor no es lo ideal, porque las filmografías suelen ser largas y muy irregulares. Lo de Bogart ha sido un antojo cinéfilo, que no creo que tenga continuidad, a no ser que en algún momento me dé por dedicar alguna revisión a un actor/actriz con pocas películas.

Iniciado por mad dog earle

¿Qué tal si nos quedamos en el Báltico, como con Dreyer, pero con un director vivo?

Ah, un ciclo de Renny Harlin... Interesante...