Regístrate gratis¡Bienvenido a mundodvd! Regístrate ahora y accede a todos los contenidos de la web. El registro es totalmente gratuito y obtendrás muchas ventajas.
Blu-ray, DVD y cine en casa
Regístrate gratis!
Registro en mundodvd
+ Responder tema
Página 6 de 6 PrimerPrimer ... 456
Resultados 126 al 144 de 144

Tema: Jean-Pierre Melville: revisando sus películas

  1. #126
    gurú Avatar de Alex Fletcher
    Fecha de ingreso
    07 dic, 11
    Mensajes
    6,338
    Agradecido
    29051 veces

    Predeterminado Re: Jean-Pierre Melville: revisando sus películas

    Plantilla cuestionario final Melville:

    Mejor peli:
    Menos buena (peor) peli:
    Mejor primer visionado:
    Peor primer visionado:
    Mejora con el segundo visionado:
    Empeora con el segundo visionado:
    Una sorpresa:
    Una decepcion:
    Mejor chica Melville:
    Mejor chico Melville:
    Peor chica Melville:
    Peor chico Melville:
    A todo el mundo le gusta salvo a mi:
    A todo el mundo no le gusta excepto a mi:
    Mejor escena:
    Peor escena:
    Abuelo Igor ha agradecido esto.

  2. #127
    gurú Avatar de Alex Fletcher
    Fecha de ingreso
    07 dic, 11
    Mensajes
    6,338
    Agradecido
    29051 veces

    Predeterminado Re: Jean-Pierre Melville: revisando sus películas

    Mejor peli: Le Samurai
    Menos buena (peor) peli: los chicos terribles
    Mejor primer visionado: Le Samurai
    Peor primer visionado: los chicos terribles
    Mejora con el segundo visionado: todos fueron primeros visionados
    Empeora con el segundo visionado: idem
    Una sorpresa: al ser ópera prima no me esperaba el nivel ni la propuesta: el silencio del mar
    Una decepcion: de el ejército de las sombras me esperaba un pelín más.
    Mejor chica Melville: Difícil porque Melville no fue muy propenso a ellas, pero sin duda Catherine Deneuve.
    Mejor chico Melville: Alain Delon por LE Samourai
    Peor chica Melville: Cualquiera de las chicas de los chicos terribles
    Peor chico Melville: quizá también el chico de los chicos terribles
    A todo el mundo le gusta salvo a mi: quizá el ejército de las sombras, que si que me gustó pero sin endiosarla
    A todo el mundo no le gusta excepto a mi: Cuando leas esta carta, que está abajo en el top de pelis, pero los niños terribles tiene más nota que esta y no lo entiendo.
    Mejor escena: la larga escena de la rueda de reconocimiento de Le Samourai.
    Peor escena: la de las maquetas de un Flic



    1- Le Samourai
    2- Hasta el último aliento
    3- El confidente
    4- Bob el jugador
    5- Leon Morin, sacerdota
    6- El silencio del mar
    7- Círculo rojo
    8- Dos hombres en Mahnattan
    9- El ejército de las sombras
    10- Cuando leas esta carta
    11- El guardaespaldas
    12- Crónica negra
    13- los chicos terribles


    1- Obra total absoluta
    2-4 Excelentes películas
    5-7 Notables altos
    8-9 Notables
    10-12 más que interesantes
    13 Regular

    Director que tenía algunos dvds pero que desconocía, y ha sido de los descubrimientos más satisfactorios en estas fantásticas revisiones, junto con Antonioni y Fellini. Un director sin duda referencial para muchos directores contemporáneos, y ya no digo la influencia en el género. Director top, y sin duda con poco caché que tienen otros más injustamente.

    tomaszapa, mad dog earle y Abuelo Igor han agradecido esto.

  3. #128
    Senior Member Avatar de mad dog earle
    Fecha de ingreso
    04 may, 06
    Ubicación
    Mount Whitney
    Mensajes
    12,360
    Agradecido
    55125 veces

    Predeterminado Re: Jean-Pierre Melville: revisando sus películas

    Cuestionario final Melville:

    Mejor peli: Le samouraï
    Menos buena (peor) peli: Quand tu liras cette lettre...
    Mejor primer visionado: Le doulos
    Peor primer visionado: Quand tu liras cette lettre...
    Mejora con el segundo visionado: Le silence de la mer
    Empeora con el segundo visionado: Les enfants terribles
    Una sorpresa: Le doulos (no me esperaba un film tan “negro” en forma y fondo)
    Una decepción: Un flic (tenia mejor recuerdo de ella)
    Mejor chica Melville: Emmanuelle Riva (aunque sea, precisamente, en un film y un papel poco melvilliano)
    Mejor chico Melville: Alain Delon (aunque Lino Ventura le sigue de cerca)
    Peor chica Melville: ex aequo Nicole Stéphane (en Les enfants terribles) y Juliette Gréco
    Peor chico Melville: Edouard Dermithe
    A todo el mundo le gusta salvo a mi: no es que no me guste, incluso esta vez me ha gustado más que la primera vez, pero diría Léon Morin, prêtre, que tuvo mucho éxito en su momento)
    A todo el mundo no le gusta excepto a mi: no es que no guste, pero Le deuxième souffle me parece espléndida, más que otras puede que más alabadas de Melville
    Mejor escena: casi todas las que transcurren en el apartamento de Jef Costello en Le samouraï; también el largo interrogatorio en plano secuencia de Belmondo en Le doulos.
    Peor escena: el robo con “helicóptero” de Un flic, innecesariamente cutre y cochambroso.

    1. Le Samouraï
    2. Le deuxième souffle
    3. Le cercle rouge
    4. Le doulos
    5. L'armée des ombres
    6. Le silence de la mer
    7. Bob le flambeur
    8. Léon Morin, prêtre
    9. Un flic
    10. L'aîné des Ferchaux
    11. Deux hommes dans Manhattan
    12. Les enfants terribles
    13. Quand tu liras cette lettre...

    Sin duda, Le Samouraï es su gran obra maestra, seguida de cerca por 2 y 3. 4-7, notables películas (destacando 6 como un magnífico debut). 8 es un buen film, aunque poco melvilliano. 9-11, interesantes, pero solo atractivos en parte (por ejemplo, en Un flic conviven una espléndida secuencia, la inicial, con el engendro del robo en el tren... y no solo por las maquetas). 12 me parece más un film de Cocteau que de Melville, no me encaja en el conjunto. Finalmente, no encuentro casi nada a destacar de 13.

    En resumen, un magnífico director, a reivindicar y descubrir por parte de las nuevas generaciones de cinéfilos, que bebe claramente de la tradición del cine policíaco hollywoodiense, pero destilándolo al máximo, hasta dar forma a un tipo de cine negro, de polar, sumamente estilizado, en el que demuestra una gran maestría, y que ha influido notablemente en futuros directores, incluso en algunos que no se han dedicado específicamente al género (caso, por ejemplo, de Jarmusch o Kaurismäki).

    tomaszapa, Abuelo Igor y Alex Fletcher han agradecido esto.

  4. #129
    Gentleman Loser Avatar de Abuelo Igor
    Fecha de ingreso
    26 may, 08
    Mensajes
    2,850
    Agradecido
    4111 veces

    Predeterminado Re: Jean-Pierre Melville: revisando sus películas


    Tras el experimento accidentado de “L’aîné des Ferchaux”, Melville hace lo que Hitchcock llamaba “run for cover”, es decir, volver a territorios conocidos en los que tuvo éxito, y realiza una nueva película, “Le deuxième souffle”, que sigue bastante lo que fue “El confidente”, repitiendo varios de sus elementos e introduciendo otros que podrían ser objeto de debate.


    Muchas cosas del segundo film de Melville con Belmondo vuelven a estar aquí: criminales salidos de prisión (en este caso fugados, con una sobria y memorable escena de evasión que me hace pensar en “Un condenado a muerte se ha escapado”, el film de Bresson), rivalidades, traiciones y lealtades entre delincuentes, personajes enigmáticos que no se sabe muy bien con quién están (en este caso el tal “Orloff”, similar, aunque más secundario, al Silien de Belmondo, y a quien, por influencia de mis visionados de Jesús Franco, esperaba en vano ver aparecer con los rasgos de Howard Vernon), todo ello con un lenguaje expresivo económico y glacial.


    Tan glacial, que confieso haber experimentado cierta dificultad a la hora de entrar en la historia. Una de las novedades a las que aludía antes parece ser un uso del tiempo mucho más expansivo, que parece utilizarse con el fin de exponer la narración de un modo mucho más minucioso y de esa manera evitar la confusión del espectador en películas como “Le doulos”, reconocida incluso entre sus mayores admiradores y que cabe preguntarse si era intencionada o más bien fruto de un deseo por condensar en un tiempo manejable una historia complicada. Sea como fuere, a partir de ahora no va a ser raro que las películas de Melville sobrepasen ampliamente las dos horas, lo cual en cierta manera traiciona el espíritu de los concisos policiacos de serie B que de siempre parecen haber inspirado su cine. En el tiempo que dura “Le deuxième souffle” te cabe un programa doble de gente como Felix Feist, Phil Karlson o Joseph H. Lewis.


    La otra novedad es el recurso a una novela de José Giovanni, primero novelista y después guionista y director, que, tras cumplir condena en prisión y haber estado condenado a muerte por triple asesinato, se convirtió en uno de los pilares del “polar” francés desde que el gran Jacques Becker se despidió del cine adaptando su primera novela, “Le trou”, que fue redactada al poco de su excarcelación. El hecho de haber pertenecido él mismo al mundo del hampa dotaba de un realismo particular a las historias de Giovanni (Melville, siempre guionista adaptador, dejó el diálogo en manos del novelista), así como de una empatía con los malhechores y sus desventuras a manos de una policía expeditiva y maquiavélica que no cree en su posible reinserción, que también halló favor con Alain Delon, cuya juventud junto a personajes turbios del crimen organizado salió a la luz en 1968 cuando su amigo y guardaespaldas, Stevan Markovic, apareció muerto en un basurero cerca de París.


    En el contexto de la obra de Melville y su alternancia y dialéctica entre la vida del hampón y la del resistente, resulta interesante aprender que José Giovanni, como se supo hacia el final de su vida, había militado en una organización fascista y colaborado en la detención y chantaje a ciudadanos judíos durante la Ocupación, por lo cual se le aplicó la “Degradación nacional”, que conllevó la suspensión de sus derechos civiles hasta 1984. Todo esto, mantenido en secreto hasta que unos periodistas lo airearon en 1993, plantea la interesante cuestión de si algunos crímenes se pueden realmente perdonar, y de si existe derecho al olvido según de qué cuestiones se trate (recuerdo el revuelo cuando Bertrand Cantat, el músico condenado por el asesinato de Marie Trintignant, volvió a la escena pública) pero estas sombras adicionales hacen más interesante si cabe la figura del escritor-director, que logró la reinserción a base de contar todo lo que sabía sobre el lado malo de la vida, pero que nunca habría visto sus novelas adaptadas por ex miembros de la Resistencia como Melville si se hubiese conocido desde el principio toda la verdad sobre su biografía.


    Pero la película en sí me pareció un poco árida la primera vez que la vi hará un poco menos de 20 años y ahora me lo sigue pareciendo, a pesar de lo sólido de su historia y del protagonismo de Lino Ventura, que es uno de mis duros favoritos del cine. Me da la impresión de que Melville se esfuerza demasiado en aclarar una historia que no es tan compleja, y todo se me antoja bastante frío, cualidad a la que se añade la falta de los elementos amorosos o eróticos de películas anteriores (la relación entre “Manouche” y Gu Minda es bastante elíptica y poco clara, con lo cual se nos ahorran los escarceos y los planos en “deshabillé” que hasta ahora eran marca de fábrica, aunque los números de cabaret JAMÁS podrán faltar). Secuencias como la ya referida evasión inicial o el asalto al furgón me parecen muy bien resueltas, pero avanzando o retrocediendo al azar en la película me encuentro con una notable abundancia de largas escenas en las que los personajes hablan largo y tendido. Curioso cuando menos que el siguiente film del director, “Le samouraï”, haga de la escasez de diálogos uno de sus rasgos distintivos.


    Considero un tanto desconcertante el rótulo inicial (incluso para Melville, que es uno de los reyes de los rótulos iniciales desconcertantes), desentendiéndose de la “moral” de Gustave Minda, asegurando que esta no se puede asociar a la moral con mayúsculas y que, de todas maneras, como la película se basa en una historia imaginaria, no se puede sacar una conclusión sobre los métodos de investigación a partir de esta obra, que es ficticia y no tiene ninguna base real. Me falta contexto para saber por qué, en 1966, después de años y años de películas sobre honor entre ladrones y policías poco ortodoxos, de repente hace falta una distinción tan enfática entre realidad y ficción. ¿Es realmente pionero en el cine francés que el delincuente sea el que hace gala de un sentido moral, mientras que para el comisario, interpretado por Paul Meurisse, esencialmente vale todo?


    Confieso mi curiosidad ante el “remake” de esta película realizado en 2007 por Alain Corneau, que podría estar considerado uno de los sucesores de Melville de no haber abordado tantos géneros diferentes en su filmografía (ya se sabe que la crítica, salvo en los clásicos de Hollywood, y a veces ni eso, valora poco la versatilidad en favor de la repetición obsesiva de esquemas). El papel de Ventura lo retoma Daniel Auteuil, Manouche es Monica Bellucci, y hay un reparto de caras familiares del cine francés de las tres últimas décadas que llega a incluir al ex futbolista Éric Cantona. Mirándola por encima, me da la impresión de que sigue bastante fielmente la estructura en escenas de la película original (que posiblemente sea la de la novela), pero con unos tonos verdosos y anaranjados en la fotografía que me han hecho pensar un poco en el cine de Jean-Pierre Jeunet.


    Parece ser que la relación entre Melville y Ventura se estropeó para siempre a partir de que el segundo se molestó a raíz de unos comentarios del director sobre los problemas que tuvo el actor rodando la escena en la que tiene que subirse a un tren en marcha. Ventura era un astro a quien había que pedir audiencia en su casa para proponerle un proyecto (esto lo contaba Jacques Deray a propósito de “Una mariposa sobre la espalda”, la peli que ambos rodaron en Barcelona), y Melville no tenía fama de ser una de las personas con el trato más fácil. Con todo, prefiero la segunda colaboración entre ambos, “El ejército de las sombras”, que ya comentaré cuando toque.

    Última edición por Abuelo Igor; 25/03/2023 a las 13:45
    tomaszapa, mad dog earle y Alex Fletcher han agradecido esto.
    Hellsing - Kenshin, el guerrero samurái - K-ON! - Lost Universe - Neo Ranga

  5. #130
    Gentleman Loser Avatar de Abuelo Igor
    Fecha de ingreso
    26 may, 08
    Mensajes
    2,850
    Agradecido
    4111 veces

    Predeterminado Re: Jean-Pierre Melville: revisando sus películas

    Cita Iniciado por mad dog earle Ver mensaje
    errores en la información, como, por ejemplo, atribuir a Manouche el rol de hermana de Gu
    Confieso que se trata de un punto confuso para mí también, y que me ha hecho falta mirar la peli con lupa para dilucidar esto, pues no solamente muchas sinopsis dan por hecho esa relación fraternal, sino que además la película solo aporta como evidencia de su vínculo amoroso un fugaz plano de un besito que te puedes perder si te está entrando sueño, como era mi caso, y además más adelante, si no recuerdo mal, aunque no sé muy bien la justificación argumental, Manouche se hace pasar por hermana del protagonista, lo cual refuerza la confusión de Carlos Aguilar y de otras personas (alguna otra sinopsis argumental con que topé también da por hecho este dato).
    Última edición por Abuelo Igor; 25/03/2023 a las 14:06
    tomaszapa, mad dog earle y Alex Fletcher han agradecido esto.
    Hellsing - Kenshin, el guerrero samurái - K-ON! - Lost Universe - Neo Ranga

  6. #131
    Senior Member Avatar de mad dog earle
    Fecha de ingreso
    04 may, 06
    Ubicación
    Mount Whitney
    Mensajes
    12,360
    Agradecido
    55125 veces

    Predeterminado Re: Jean-Pierre Melville: revisando sus películas

    Yo creo que en el film queda claro que, de hermana, nada. De todas formas, reconozco que el último visionado lo hice después de leer la novela de Giovanni, y en ella no hay lugar para la duda: entre Gu y Manouche hay una relación amorosa, que parece venir de antaño.
    tomaszapa, Abuelo Igor y Alex Fletcher han agradecido esto.

  7. #132
    Gentleman Loser Avatar de Abuelo Igor
    Fecha de ingreso
    26 may, 08
    Mensajes
    2,850
    Agradecido
    4111 veces

    Predeterminado Re: Jean-Pierre Melville: revisando sus películas


    Una de las desventajas que encuentro más patentes en las retrospectivas de las filmotecas es que, por razones prácticas de organización y por razones privadas del espectador a la hora de elegir entre las distintas opciones de pases, raramente pueden ser cronológicas, lo cual disminuye el impacto de revelaciones como la que tuve al revisar “Le samouraï” después de haber visto en orden todas las precedentes, y que, horror, confirma un gran lugar común, a saber, que, al menos hasta 1967, se trata de la mejor obra de Jean-Pierre Melville.


    Una película que, además, ha tenido una influencia mayúscula en el género del “thriller”, inaugurando la modalidad del asesino a sueldo solitario y frío, sin apenas vida personal pero que quizá oculta un gran romanticismo bajo su pétrea fachada. Me atrevería incluso a decir que la inexpresividad de Delon, claramente en sintonía con la estética del director, marcaría el estilo interpretativo del astro francés para los restos (en los 80 costaría esfuerzo recordar los rictus de sufrimiento del personaje de Rocco Parondi) y habría venido a cumplir el rol de un bótox que aún no existía para frenar el avance de las arrugas sobre su bello rostro (curiosamente, el plan inicial de Melville era que Jef Costello afrontara su final con una sonrisa de oreja a oreja, pero la idea se abandonó porque al parecer Delon ya había rodado una escena de muerte muy similar. Soy incapaz de imaginar a un Jef Costello sonriente).


    El “nuevo Hollywood” tenía muy en mente los modelos franceses, de ahí que los “thrillers” de está época, pienso por ejemplo en “The driver” de Walter Hill, tuviesen como protagonistas a profesionales solitarios y poco comunicativos, arquetipo que luego mutaría a medida que las estrellas taquilleras de los géneros de suspense y acción fuesen siendo intérpretes muy físicos con paleta interpretativa muy limitada, desde los seminales Eastwood y Bronson hasta el ex culturista y futuro ex gobernador de California Arnold Schwarzenegger, pasando por toda una pléyade de karatekas belgas, hercúleos ex guardaespaldas suecos y gente similar que a buen seguro cuentan en su haber con alguna otra peli donde hacen de sicario monacal y bressoniano.


    También veo aquí el germen de otras temáticas, como la de la vigilancia del estado sobre el ciudadano, que retomaría Coppola no mucho después en “La conversación”, o la de las persecuciones urbanas, con el seguimiento en el metro de Jef Costello como antecedente inmediato de la mítica secuencia de “French Connection” de Friedkin en la que Fernando Rey pone en jaque a todo el equipo de Popeye Doyle, que busca rastrear sus movimientos por la ciudad para poder demostrar sus actividades como narcotraficante.


    Otro motivo por el que la peli es apasionante, a saber, que es una de las primeras veces que el “thriller” occidental tendió puentes temáticos con Oriente, me ha llevado a conocer un extraño misterio. La peli, iniciándose con un rótulo de texto supuestamente extraído del Bushido, o código samurái (y en realidad escrito por el propio Melville), llevaría a un plano ascético el motivo del “honor entre ladrones” muy típico hasta ahora de mucho cine negro en general y de la producción de Melville en particular. El sicario Jef Costello, al ser un lobo solitario del que no conocemos nada, no tiene amigos a los que ser fiel, pero sí se rige por un código moral, secreto pero estricto, como puede ser el Bushido o “camino del guerrero”, del que el verdadero combatiente puede desviarse solo al precio de morir. Ignoro si Melville era aficionado al cine de yakuzas, en su modalidad “ninkyo eiga”, o “cine de caballería”, cuya temática constante, el conflicto entre el honor personal y el deber, encaja como un guante en lo que cuenta aquí el cineasta.


    Pero más bien pienso lo contrario: de hecho, Ken Takakura, el gran astro del subgénero, apenas había comenzado su estrellato cuando Melville rodaba su película, y con el tiempo supimos que fue Oriente el que en este caso se inspiró en Occidente, con los “heroic bloodshed” de John Woo y Chow Yun-Fat tomando prestadas ideas de “Le samouraï”, y el hongkonés Johnnie To llamando en 2008 a Delon para interpretar a un personaje llamado “Costello” en su película “Vengeance” para cerrar el círculo en Asia, y recurriendo a Johnny Hallyday como reemplazo.


    El misterio al que aludía antes se centra en la supuesta novela que, según algunas fuentes como por ejemplo IMDB, inspiró el guion, “The ronin”, de Joan McLeod. Aparte de introducir en su título el concepto adicional del "ronin", que es un guerrero samurái sin señor y que vende sus armas al mejor postor (el término lo utilizó John Frankenheimer como título de su película de 1998 sobre espías que se alquilan a intereses privados después de la Guerra Fría), nadie más sabe nada sobre este libro. Nadie lo ha leído. No sale ninguna foto de su portada en una búsqueda de imágenes en Google. Las únicas referencias a él son como inspirador del libreto del film de Melville. La única Joan McLeod escritora que aparece en Internet es una dramaturga canadiense que tenía 11 años cuando Melville finalizó su guion de rodaje.


    Muy probablemente es una obra que no existe, una especie de broma del cineasta jugando con la convención de que el “noir” francés se basaba muy a menudo en novelas americanas de la “Série noire”, pero tampoco se hubiese tratado de la primera historia original del cineasta: tanto “Bob le flambeur” como “Dos hombres en Manhattan” se basaban en argumentos originales. Quizá fuesen argumentos mal recibidos por la crítica y Melville quisiera evitar que se lo criticara por ese ángulo. En todo caso, salvando “El ejército de las sombras”, sus películas restantes tienen un libreto filmado en solitario, sin necesidad de inventar una fuente literaria ficticia, algo que por ejemplo también hizo Jesús Franco cuando afirmaba que sus historias las sacaba de un desconocido novelista llamado “David Khune”. A alguien hace tiempo se le ocurrió la idea de hacer realidad esas inexistentes novelas, y llegó a proponerle a un servidor escribirlas y venderlas como auténticas, pero esa historia la dejo para otra ocasión.


    Por lo demás, otros aspectos que me llaman la atención de la película serían su ritmo, su cuidado en los efectos sonoros, el homenaje a una organista y el extraño y triste destino del canario. Me he dado cuenta de mi evolución como espectador al advertir que planos que se me hacían interminables hace años, como el de Jef tumbado en la habitación durante los créditos o el de la búsqueda de la llave correcta para el coche que se va a robar en un enorme manojo de llaves (muy parecido, por cierto, al que los “fontaneros” de la policía usan para abrir la habitación de Jef e instalar allí un micrófono: ¡los policías usan las mismas técnicas que los rateros!) ahora me parece que tienen la duración justa y mantienen admirablemente la tensión en el espectador aunque en ellos pase poco o nada. Después de que se me hiciera tan “bola” “Hasta el último aliento”, en la que se dialoga y explicita todo, la depuración casi muda del “samurai” (no se pronuncia ni una palabra hasta el minuto 10) me supo a gloria. Sé que no todos piensan como yo, pero agradezco que la película sea tan visual.


    A la vez que sonora. Puesto que el título español, acertadamente, subraya el silencio en que se desarrolla gran parte de la acción, el laconismo de un solitario que necesita poco la palabra, los efectos sonoros quedan especialmente acentuados. Los pasos, los disparos, los motores de coches, el piar del canario, son notas aisladas en una partitura vacía, haciendo los sonidos más efectivos por despojamiento, al contrario que en una banda sonora más tradicional, compuesta por innumerables capas de música y ruido cuya función principal es aportar verosimilitud pero no ser escuchadas aisladamente. Aquí Melville es también minimalista, en sonido y en imagen, lo cual me plantea cierto conflicto interno porque siempre he sido maximalista, y suelo hablar con cierto desdén de las que llamo “películas austeras”. Pero aquí lo veo todo muy bien diseñado, no creo que estemos en la misma tendencia de “diseñar para que no parezca algo diseñado”. Melville es “artificial por naturaleza”, como decía de sí mismo Maurice Ravel.


    Dos personajes de la película hacen música cada uno a su modo, si no contamos al malogrado, y después muy reivindicado compositor, François de Roubaix, que murió en un accidente de buceo solo 8 años después de que “Le samouraï” llegara a las pantallas. Uno de ellos es el personaje de Valérie, interpretado por Caty Rosier, que después de su actuación como instrumentista de jazz es la única testigo de uno de los asesinatos a sueldo de Jef Costello. Este personaje parece inspirado en la figura de Rhoda Scott, apodada “La dama descalza”, organista y cantante estadounidense que llegó a Francia para quedarse justo en 1967 y que aún reside en el país a sus 84 años.


    El otro, músico por naturaleza, es el pájaro enjaulado de Jef, que ameniza con su constante piar el increíble plano inicial de la película, con esa nube de humo de tabaco frente a la ventana y el protagonista tumbado inmóvil en su propia jaula que es la habitación. Ya me daba algo de pena pensar en cómo Melville y su equipo debieron de zarandear la jaula para conseguir el efecto del “pájaro nervioso” gracias al cual Jef comprende que los policías han microfoneado su apartamento, pero ahora siento el doble de pena al enterarme de que el volátil fue la única baja mortal del incendio que arrasó el estudio de la calle Jenner, marcando el final de la trayectoria de Melville como cineasta independiente dueño de su propia infraestructura de rodaje. Poniéndonos simbólicos y cursis, el pájaro era como un símbolo de esa libertad creativa a la que Melville se siguió aferrando con tesón, insistiendo en usar el edificio en ruinas como sede del montaje de su siguiente obra, “El ejército de las sombras”.

    Última edición por Abuelo Igor; 26/03/2023 a las 12:54
    tomaszapa, mad dog earle y Alex Fletcher han agradecido esto.
    Hellsing - Kenshin, el guerrero samurái - K-ON! - Lost Universe - Neo Ranga

  8. #133
    Gentleman Loser Avatar de Abuelo Igor
    Fecha de ingreso
    26 may, 08
    Mensajes
    2,850
    Agradecido
    4111 veces

    Predeterminado Re: Jean-Pierre Melville: revisando sus películas


    Una de mis tesis personales sobre Melville, expuesta o insinuada a menudo en mi serie de comentarios, es que sus años en la Resistencia lo marcaron profundamente y formaron en él una cosmovisión en la que los códigos expresivos de su juventud cinéfila se fusionaron con su experiencia vital para dotarla de sentido. Ya el rótulo inicial de la película habla de que los malos recuerdos, aun así, te retrotraen a la juventud, y uno siempre quiere volver a la juventud, aunque fuese compleja, turbulenta o peligrosa.


    El hecho de que Melville, tras alcanzar una cúspide artística con “Le samouraï”, vuelva a sus orígenes adaptando una novela sobre la Francia ocupada, refrenda que se trata de una temática central en su cine, que de alguna manera siempre está ahí. Incluso se vuelve a la voz en “off” narrativa, recurso que en los últimos “noir” del director se evitaba. Leí el libro de Joseph Kessel en su momento, pero, al no tener la película muy fresca en la memoria, no me daba cuenta de lo fielmente que la sigue, pese a omitir un par de episodios de la trama.


    Kessel, en el libro, unía su experiencia de resistente a sus oficios de novelista y reportero, lo que dota a la trama de una especial credibilidad que se adaptaba muy bien al estilo elegante y depurado de Melville, aunque se trataba de un escritor muy versátil de cuya pluma salieron tramas tan dispares como las de “Belle de jour”, adaptada por Buñuel, “Los jinetes”, adpatada por John Frankenheimer como “Orgullo de estirpe”, o la de esa novela muy frecuentemente asignada como lectura en escuelas de idiomas e institutos, “Le lion”, también llevada a la pantalla por Jack Cardiff con el protagonismo de William Holden, Capucine y la pequeña Pamela Franklin.


    La película de Melville, adelantándose décadas a la moda, iniciada por “Salvar al soldado Ryan” de Spielberg, de decolorar para aumentar el dramatismo, intenta asemejarse todo lo que puede, en tonalidades cromáticas e iluminación, al cine en blanco y negro. Pero sin embargo pierde un poco de elegancia en la realización al recurrir con frecuencia al zoom para reencuadrar los planos para acomodar en ellos nuevos elementos o acciones, en lugar de hacerlo moviendo la cámara como era su costumbre hasta ahora. Querría pensar que Melville perdió en clasicismo para dotar de mayor contemporaneidad e urgencia a una historia más visceral de lo que era su costumbre (en especial vista después de “Le samouraï”, que era un poco corrientes cálidas bajo una superficie glacial), pero sospecho que también influyeron las modas visuales del momento, algunas de las cuales no mantuvieron toda su vigencia con el paso de los años.


    Encuentro muy curiosas las concomitancias con “Le doulos”, de la cual hay múltiples ecos, empezando con los veloces “travellings” de seguimiento a un personaje que corre y continuando con la presencia de Serge Reggiani, que aquí tiene una breve pero siginificativa aparición en la que, disipando las mil y un capas de ambigüedad que recubrían a los personajes del film de 1962, su personaje revela pronto estar del lado correcto, y desembocando en la imagen del sombrero caído en el suelo, que en la película anterior marcaba la muerte del enigmático Silien pero aquí es el único rastro de la detención de un resistente.


    Algunos dirán que estas repeticiones son casuales, pero Melville es un director demasiado meticuloso y detallista para eso. Ya dijimos que no quiso que Jef Costello muriera sonriendo para no repetir una situación ya vista en un film anterior de Delon. Reggiani corría por las calles junto a paredes con pintadas a favor de la Argelia libre. El sombrero del confidente era el emblema de su superviviencia en un peligroso baile de máscaras. Va a resultar que mientras Godard daba loas a Mao, Melville es el que hacía un cine más político sin saberlo. De hecho, considero que las películas de Costa-Gavras de estos años, como “La confesión” o “Estado de sitio” son bastante “melvillianas”, con una lentitud y minuciosidad muy similares, y una violencia igual de económica y seca. No olvidemos que el cineasta greco-francés debutó en el cine en 1965 con un “thriller” policiaco, “Los raíles del crimen”.


    Repiten de “Le deuxième souffle” tanto Lino Ventura (con quien se dice que el director no habló directamente en todo el rodaje, transmitiendo sus instrucciones por persona interpuesta) como Paul Meurisse, en este caso con sus personajes en el mismo bando, mientras que Simone Signoret interviene por primera y única vez en una obra del cineasta que nos ocupa, normalmente no muy aficionado a introducir personajes femeninos sustanciales a no ser que provengan de un original literario que está adaptando. También tiene un rol destacado Jean-Pierre Cassel, cuyo posteriormente célebre hijo Vincent ya tenía 3 años cuando se estrenó esta película, y como “asesor para los diálogos internacionales” hay un crédito para Howard Vernon, que al parecer estaría demasiado ocupado rodando “Necronomicón” y “Residencia para espías” de Jesús Franco, y “En el castillo del deseo sangriento” de Adrian Hoven (probablemente las tres al mismo tiempo) para poder compatibilizarlas con el rodaje de Melville.


    La película posee un buen número de secuencias bastante memorables: nunca se me ha borrado de la memoria la ejecución “silenciosa” de un traidor, obligada por la presencia inesperada de vecinos, por un procedimiento similar a nuestro “garrote vil”, de triste tradición, aunque tampoco le van a la zaga, en cuanto a acción o suspense, la audaz fuga de Ventura de la mansión donde la “policía alemana” le retiene, o el intento de sacar al compañero resistente del hospital donde está internado mediante una falsa ambulancia, o la ventaja que los ejecutores nazis dan a los condenados en un túnel antes de fusilarlos con ametralladora.


    En esta última secuencia hay un momento que me ha llamado la atención: Ventura, caminando hacia su muerte, o de espaldas a su muerte, va rememorando a todos sus compañeros mediante planos ya vistos, pero, cuando le llega el turno al profesor Luc Jardie, jefe del grupúsculo resistente, vemos la portada de una de sus obras, en un plano que no ha aparecido hasta el momento, y que parece la típica imagen descontextualizada, pero comprensible por asociaciones, que esperaríamos de un cineasta como Godard. Es rara, pero se entiende.


    Lo curioso es que el plano aparece después cuando el personaje, tras ser salvado de su situación por sus colegas, es escondido en una casa de campo en total aislamiento y con varios libros de Jardie para ayudarle a pasar las largas horas. Uno tiene la tentación de verlo como un “flash forward”, pero creo que sería sobreanalizarlo: creo que Melville buscaba en el montaje un plano que simbolizara a Jardie y eligió el del libro porque veía al personaje como un símbolo del humanismo y las ideas amenazadas por el terror nazi y sus libros le parecían más representativos visualmente que su cara. Pero no deja de ser curioso que en todos los demás personajes se seleccione un plano del pasado y con Luc Jardie se trate de uno del futuro. Será que Melville era serio y riguroso pero también un poquitín heterodoxo.


    Estoy intentando documentarme sobre si esta fue la película que inició en el cine francés la revisión del legado histórico de la Resistencia, y lo cierto es que no me vienen a la mente ejemplos de los años 50 o 60 que traten el tema de un modo frontal y no como un elemento accesorio de la trama. Supongo que era un tema muy espinoso dado que los ex colaboracionistas eran personas aún vivas en su mayoría y que sacar a la luz pública hechos tan recientes que implicaban a gente del entorno inmediato no debía de resultar cómodo. De ahí un poco la vía del thriller, de resaltar la necesidad de matar en tiempos de guerra, de comenzar por los crímenes “necesarios” del bando resistente antes de emprenderla con los del otro (de hecho, Robert Guédiguian tituló su película sobre esta temática, estrenada en 2009, nada menos que “El ejército del crimen”, invocando el espíritu de Kessel y Melville y subiendo un poco la apuesta retórica).


    Las cosas han cambiado hasta el punto de que la resistencia francesa es la que ha tenido mayor exposición en el cine de todos los movimientos nacionales que se rebelaron contra los ocupantes nazis, hasta el punto de que muchas de estas películas (pienso por ejemplo en “Charlotte Gray” con Cate Blanchett, o “Suite francesa”, basada en la novela de Irène Nemirovsky, por no hablar de “Malditos bastardos” del inefable Tarantino) ni siquiera están producidas en Francia.


    Es todo un género, que participa del cine bélico, el de acción, el de espionaje y de muchos otros, frecuentemente aprovechando la malignidad del III Reich como enemigo para postular un universo duro pero más simple moralmente, donde no es difícil encontrar referencias de qué es lo correcto y qué no lo es, algo que muchos tal vez echen de menos en un mundo tan complejo y confuso como el de hoy. Melville, como uno de los iniciadores, si no el iniciador, del género, tuvo la virtud de no romantizar y de que todas las decisiones parecieran tan difíciles como debieron de serlo.

    Última edición por Abuelo Igor; 04/04/2023 a las 02:47
    tomaszapa, mad dog earle y Alex Fletcher han agradecido esto.
    Hellsing - Kenshin, el guerrero samurái - K-ON! - Lost Universe - Neo Ranga

  9. #134
    Gentleman Loser Avatar de Abuelo Igor
    Fecha de ingreso
    26 may, 08
    Mensajes
    2,850
    Agradecido
    4111 veces

    Predeterminado Re: Jean-Pierre Melville: revisando sus películas

    Cita Iniciado por Alex Fletcher Ver mensaje
    hasta el papi de Matthew Kassovitz.
    El papi de Mathieu Kassovitz, Peter Kassovitz, es un director, sobre todo de series y películas televisivas (aunque en 1999 volvió al largometraje de cine con "Ilusiones de un mentiroso", protagonizada por Robin Williams), pero no fue actor, salvando su breve papel en "Vivir su vida" de Godard y apariciones en películas dirigidas por su hijo.

    Sospecho que has asociado a Mathieu con Vincent Cassel, dado que ambos han trabajado juntos en más de una ocasión.
    tomaszapa, mad dog earle y Alex Fletcher han agradecido esto.
    Hellsing - Kenshin, el guerrero samurái - K-ON! - Lost Universe - Neo Ranga

  10. #135
    gurú Avatar de Alex Fletcher
    Fecha de ingreso
    07 dic, 11
    Mensajes
    6,338
    Agradecido
    29051 veces

    Predeterminado Re: Jean-Pierre Melville: revisando sus películas

    Cita Iniciado por Abuelo Igor Ver mensaje
    El papi de Mathieu Kassovitz, Peter Kassovitz, es un director, sobre todo de series y películas televisivas (aunque en 1999 volvió al largometraje de cine con "Ilusiones de un mentiroso", protagonizada por Robin Williams), pero no fue actor, salvando su breve papel en "Vivir su vida" de Godard y apariciones en películas dirigidas por su hijo.

    Sospecho que has asociado a Mathieu con Vincent Cassel, dado que ambos han trabajado juntos en más de una ocasión.
    No, no, lo dije porque se parecían mucho, no era para nada información.
    tomaszapa, mad dog earle y Abuelo Igor han agradecido esto.

  11. #136
    Senior Member Avatar de mad dog earle
    Fecha de ingreso
    04 may, 06
    Ubicación
    Mount Whitney
    Mensajes
    12,360
    Agradecido
    55125 veces

    Predeterminado Re: Jean-Pierre Melville: revisando sus películas

    Cita Iniciado por Abuelo Igor Ver mensaje
    Estoy intentando documentarme sobre si esta fue la película que inició en el cine francés la revisión del legado histórico de la Resistencia, y lo cierto es que no me vienen a la mente ejemplos de los años 50 o 60 que traten el tema de un modo frontal y no como un elemento accesorio de la trama. Supongo que era un tema muy espinoso dado que los ex colaboracionistas eran personas aún vivas en su mayoría y que sacar a la luz pública hechos tan recientes que implicaban a gente del entorno inmediato no debía de resultar cómodo. De ahí un poco la vía del thriller, de resaltar la necesidad de matar en tiempos de guerra, de comenzar por los crímenes “necesarios” del bando resistente antes de emprenderla con los del otro (de hecho, Robert Guédiguian tituló su película sobre esta temática, estrenada en 2009, nada menos que “El ejército del crimen”, invocando el espíritu de Kessel y Melville y subiendo un poco la apuesta retórica).
    A bote pronto me ha venido a la memoria Manon (1949) de Henri-Georges Clouzot. Es cierto que el tema de la Resistencia no es el elemento central, pero no es meramente accesorio, juega un papel importante en el desarrollo de la trama. De hecho, ya implica una clara intencionalidad de tratarlo el que Clouzot traslade la acción del siglo XVIII de la novela del Abbé Prevost a la II Guerra Mundial y los meses posteriores. La comenté aquí.
    tomaszapa, Abuelo Igor y Alex Fletcher han agradecido esto.

  12. #137
    Gentleman Loser Avatar de Abuelo Igor
    Fecha de ingreso
    26 may, 08
    Mensajes
    2,850
    Agradecido
    4111 veces

    Predeterminado Re: Jean-Pierre Melville: revisando sus películas


    Tras la falsa cita del Bushido en “Le samouraï”, Melville inserta al inicio de “Le cercle rouge” otra, sobre la inevitabilidad de algunos encuentros, que atribuye a “Rama Krishna”, sabio hindú a quien muchos consideran un “bodhisattva” o encarnación divina.


    No quiero comprobar si la cita es o no apócrifa, no vaya a terminar defraudado, como le pasó a Roger Ebert con la famosa frase del tigre en la jungla, pero, genuinas o falsas, las palabras iniciales son de nuevo una declaración de intenciones: la depuración del relato obedece a una voluntad de ser “zen”, de comprender directamente la esencia de las cosas sin pasar por filtros intelectuales.


    De ahí, por un lado, la estilización extrema (aquí no vemos los elementos orientales en la decoración presentes en “El silencio…”, pero sí se pasa, degún el decorado, de paisajes tipo impresionista a obras contemporáneas de estética más minimalista); por otro, la ausencia de crédito de guionista, considerando, un poco como la “cineescritura” de Agnès Varda, que para un cineasta escribir y realizar es un poco lo mismo.


    Avancemos desde el principio que alcanzar la perfección tiene sus consecuencias. Esta revisión en clave reducida a lo esencial de muchos de los motivos y temas anteriores de Melville (el preso evadido, el honor entre maleantes, la traición, la fatalidad) por alguna razón resulta tan admirable como desprovista del elemento sorpresa. Poco hay aquí que no hayamos visto antes. Ya sabemos las reglas del juego, ahora toca permutar un poco las cartas, hacer cierta gala de virtuosismo.


    Al igual que en “Le deuxième souffle”, el relato se abre con una evasión.


    Aquí tenemos a Bourvil, el célebre cómico popular, acreditado por única vez con nombre y apellidos quizá para dejar claro que está haciendo algo diferente (aprovecho para reivindicar a Bourvil como actor de comedia, no solamente en las dos que protagonizó con Louis de Funès sino sobre todo en solitario, bajo las órdenes de directores como Léo Joannon, que aguardan todavía que se los rescate de los infiernos donde los cahieristas los enviaron).


    Lleva esposado a Gian Maria Volonté, actor que tiene sus seguidores pero al que tiendo a considerar un tanto excesivo. En esta película, entre la dirección de Melville y la sosez de la que suelen adolecer los doblajes franceses, Volonté consigue estar medio bien, sabiendo sacar su temperamento en uno de los raros protagonistas de Melville que se deja llevar por sus pasiones violentas.


    Por su parte, Delon (con bigote) sale de la cárcel pero un guardián le propone participar en un nuevo robo, y más tarde llegará Yves Montand como un ex policía y tirador de élite, con su vida arruinada por el alcoholismo (esos “habitantes del armario”, en alusión al “delirium tremens”), que buscará una extraña redención recuperando sus habilidades pasadas para ayudar a la comisión de un robo en una joyería de la Place Vendôme.


    El “samurai” de esta historia (equivalente a Jef Costello) será el policía, ese comisario Mattei que solo convive con sus gatos, lo cual hoy por hoy se toma un poco abusivamente como indicio de haber fracasado a la hora de entablar relaciones con el otro sexo (o con alguno de los otros sexos…).


    Los policías aparecen un poco como observadores, en tanto que guardianes, del comportamiento del resto de personas: el superior jerárquico de Mattei le transmitirá una visión pesimista del género humano que en teoría el desenlace de la historia corroboraría, aunque sospecho que muchos espectadores no compartirían ese punto de vista: Volonté pudo haberse ido y no lo hizo, mientras que Montand arrostra las consecuencias de lo que ha hecho hasta el final. Si vives para contar el final, es que no eres un valiente. He de corregir el principio de este párrafo: aquí los samuráis no son los polis, sino los cacos.


    El grado de abstracción de los personajes y de sus actos se transmite también a las peripecias físicas, inaugurándose una tradición que, por la muerte del cineasta tras su siguiente peli, no pudo perpetuarse: la de las grandes “set pieces” de acción sin diálogos.


    El robo en la Place Vendôme es con probabilidad el momento más inspirado de la película, con una duración de unos 20 minutos puramente visuales en los que el ingenio humano burla a los avances tecnológicos en materia de seguridad. La acción no es particularmente difícil de seguir, pero tengo la sospecha de que un cine “más comercial” se las arreglarían para tener a alguien hablando por radio con los ladrones recordándoles paso a paso (a ellos y a los espectadores menos despiertos) todo lo que tenían que hacer para anular la alarma y poder llevarse las joyas.


    Melville tiene la bendita confianza, que deberían tener los cineastas más a menudo, en que los espectadores saben mirar e interpretar lo que están viendo. Su evolución desde “Le deuxième souffle”, que es su película anterior que más me recuerda a esta (salvando las diferencias, como la mayor atención que aquella prestaba a las tácticas policiales poco ortodoxas) para mí es la correcta, y no me cuesta imaginar a un Melville anciano y flipado haciendo una especie de “Le dernier combat” de Besson en la que una banda comete un atraco en un mundo futuro que ha perdido la capacidad de hablar.


    Me llama la atención, dado lo medido y milimétrico del plan, la metáfora del billar a tres bandas (mi padre, a quien apenas conocí, adoraba este juego), que desdeña la espectacularidad de la modalidad americana para centrarse en las evoluciones sobre el tapete de muy pocos elementos a los que unos pocos golpes bien medidos implican en una coreografía hipnótica, elegante e inevitable, adjetivos que bien se podrían aplicar a gran parte de la obra de nuestro realizador.


    No es casual que, al final, cuando Bourvil trae a la mansión a la banda haciéndose pasar por un comprador de material robado, él y Delon pasen frente a una mesa de billar donde hay un teléfono: el plan no es perfecto porque alguien se enteró de él.


    De nuevo Melville hace gala de lo poco que le interesan las mujeres salvo como elemento decorativo o motor accesorio de la trama. No recuerdo si la ex novia de Corey, el personaje de Delon, interpretada por Anna Douking, tiene diálogo o no, pero en la lista del reparto no tiene ni nombre, lo cual no es óbice para que tenga una escenita de desnudo integral de las que hacía tiempo que el señor Grumbach no incluía, entre tanto nazi y tantas parejas que se aman castamente, como hermanos.




    La ex novia traidora de Corey, que fuerza su salida de su antigua banda y le obliga a aceptar el robo de joyas que se le ofreció en la cárcel, es apenas un elemento de narración visualmente depurada debido a que aparece en fotos que el protagonista no quiere llevarse consigo al salir de prisión. Y luego no solo tenemos la obligatoria coreografía de cabaret: ¡tenemos tres diferentes!






    No seré de los que saquen la antorcha y la horca de granjero acusando a nuestro director de machista y misógino, pero sí es cierto que su mundo es de hombres, con la excepción de “Léon Morin” por estar basada en la novela de una escritora, y que sus personajes femeninos, o bien arruinan los planes mejor tramados, o son pasados por alto en aras de “cosas más importantes”.


    Quiero pensar que Melville, ante el poder primordial de las mujeres, se quedaba sin saber qué decir, como Howard Vernon ante el primer plano de Nicole Stéphane en “El silencio del mar”, pero mientras tanto hay que divertirse con la eterna conjetura de que si Melville se centraba tanto en las amistades masculinas es porque era un homosexual armarizado, llegando a escribirse unas cuantas veces (al menos yo le he leído) que Alain Delon era poco menos que su gran amor secreto. Ignoro si existirá algún tipo de evidencia de esto, pero, si me dieran 10 euros por cada vez que alguien ha mencionado el “homoerotismo latente” de Melville, me sacaría un rico sobresueldo para llegar a fin de mes.

    tomaszapa, mad dog earle y Alex Fletcher han agradecido esto.
    Hellsing - Kenshin, el guerrero samurái - K-ON! - Lost Universe - Neo Ranga

  13. #138
    Gentleman Loser Avatar de Abuelo Igor
    Fecha de ingreso
    26 may, 08
    Mensajes
    2,850
    Agradecido
    4111 veces

    Predeterminado Re: Jean-Pierre Melville: revisando sus películas


    La última película de Melville no tiene nada de testamentario, dado que la muerte, por rotura de aneurisma, le sorprendió cuando llevaba un tiempo ya preparando su siguiente obra, “Contre-enquête”, relato de espionaje que iba a protagonizar Yves Montand. Existe no obstante una cierta leyenda alrededor de cómo el fracaso de “Un flic” empeoró el estado de salud del cineasta hasta el punto de propiciar su fin. Esas leyendas siempre me las tomo con el granito de sal que corresponde.


    En todo caso, la última obra en la filmografía de nuestro admirado Grumbach es rara: por un lado es muy continuista, con policías, atracos, amores y amistades en conflicto, dueños de cabarets, coreografías con chicas ligeras de ropa, etcétera; por otro, se la siente un poco descompensada, sin un sentido claro de la dirección que quiere tomar. Aunque el rótulo inicial, supuestamente tomado de las memorias de Vidocq (y digo supuestamente porque Melville mentía como respiraba acerca del origen de sus citas), nos quiera decir que la historia se va a centrar en las reacciones del policía titular ante la porción de la humanidad con quien se tropieza en su trabajo, lo cierto es que el relato pasa muchísimo más tiempo con la banda de atracadores comandada por Richard Crenna.


    Incluso el inicio de la película, después de la introducción con el atraco junto al mar, tiene una voz en off de Delon en plan “Me llamo Coleman y soy un policía”, cuando van patrullando por los Campos Elíseos, y luego hay varias breves escenas con Delon impasible ante varias escenas del crimen o arrestos (recuerdo que fue viendo esta película cuando mi madre introdujo su mítica definición del estilo interpretatico del actor: “hierático”) que hacen pensar que vamos a centrarnos más en lo que significa ser un policía.




    Pero ya llegamos a un club nocturno, hay chicas bailando, hay un triángulo entre Coleman, el jefe de los atracadores y Catherine Deneuve (tan florero como el 90% de los personajes femeninos de Melville, salvo en la escena en que, disfrazada de enfermera, se encarga de deshacerse del atracador herido, que nos recuerda mucho cierto momento de “Kill Bill” de Tarantino) y una vez en terreno familiar ya casi no salimos. Aunque me imagino perfectamente una “versión del director” muchísimo más larga que debió cortarse para que aquello tuviese una duración más manejable, algo raro puesto que al parecer “Le cercle rouge”, con sus 140 minutos, tuvo bastante éxito.


    Yo por mi parte lamento que la película no sea más de policías que de ladrones, pues creo que lo más interesante se apunta ahí, entre ello las únicas tramas de contenido abiertamente homosexual del cine de Melville, si descontamos a la lesbiana de “Dos hombres en Manhattan” y al supuesto encaprichamiento de Vanel con Belmondo en “Ferchaux”, que ya dije que para mí no es tal.


    Por un lado la del hombre víctima de un robo que no quiere denunciar a su amante de 17 años (que desde luego no aparenta) y, sobre todo, el vínculo de Delon con su confidente Gaby, una de las chicas de baile del cabaret, quien más tarde sabremos que es un travesti. La intensidad de los primeros planos del personaje hace sospechar que Gaby ama al comisario, lo cual hace más violenta la escena en que este último se enfada, la deja en evidencia ante todos y ataca frontalmente su estilo de vida, llegando a prohibirle que se vuelva a vestir de mujer. Cuando Gaby se va llorando, podemos suponer que es por expectativas amorosas frustradas, aunque también podría ser por rabia y vergüenza ante lo que hoy se llamaría ataque homófobo o tránsfobo.


    El hecho de que un personaje ficticio encarnado por Delon haga gala de masculinidad ofendida por “los de la otra acera” es sumamente irónico dado que la leyenda sobre el actor vendiendo sus favores a hombres mayores y adinerados en su juventud (sin ir más lejos, su gran valedor en séptimo arte, Luchino Visconti) nunca se ha desmentido. Claro que tampoco sabemos, ni sabremos, su opinión al respecto: por ejemplo, Gérard Blain, el actor de películas de Chabrol como “El bello Sergio” y “Los primos”, se vio durante un tiempo forzado a prostituirse con hombres para sobrevivir, y ello fomentó en él una gran homofobia, al menos según su compañero de reparto en esas dos películas, Jean-Claude Brialy.


    Por cierto, he intentado saber si Valérie Wilson (obvio seudónimo) era travesti o no en la vida real, pero IMDB no tiene información al respecto. Solo hay cuatro títulos en su filmografía, casi todos bastante sórdidos, destacando, amén del film de Melville, su canto del cisne en las pantallas, el thriller “pornográfico” del recientemente fallecido Paul Vecchiali, “Change pas de main” (1975). Puesto que otra de sus películas, “Un ange au paradis”, de Jean-Pierre Blanc, trata (atención que vienen curvas) sobre un empresario de pompas fúnebres, casado con una ex prostituta pero enamorado de una transexual, quizá Valérie Wilson perteneciera al “mundillo” y se la incluyera en el reparto para dar autenticidad a ciertos ambientes. Veo que una web, informando sobre su muerte en 2011, se refiere a ella como “une ‘actrice’ française”, con el entrecomillado en el original…


    Algo de lo que me he dado cuenta a lo largo de este ciclo es cómo el reparto de actores habituales cambia de lado de la ley según la película, en contra del encasillamiento de los intérpretes al que estamos acostumbrados casi desde los inicios del cine como industria y negocio. Périer, a quien vimos como policía en “Le samouraï”, se hizo dueño de club con conexiones mafiosas en “Le cercle rouge”. Ventura era truhán en “Le deuxième souffle” y héroe resistente en “L’armée”.


    De ahí que no sorprende que esta vez Delon se haga policía, aunque Melville esta vez no se ahorra una broma sobre su “multiverso” cuando, en la pared junto a un teléfono, vemos el nombre “Jef Costello” (porque los héroes o antihéroes del cineasta no solo visten a la americana sino que también usan nombres americanos, ya desde “Bob le flambeur”). Se pueden aventurar varias hipótesis sobre los roles cambiantes del reparto habitual: quizá sean ganas de jugar y combinar elementos, quizá sea ironizar sobre cómo el “karma” o el azar pueden colocar a personas muy parecidas en destinos muy diferentes.


    En “Un flic” se ve también, de manera muy palpable, algo que se suele pasar por alto en los análisis y descripciones del cine de Melville (y, digámoslo ya de paso, de la “nouvelle vague”), a saber, su filiación con la serie B, término que en sus orígenes designaba los complementos al programa, más baratos y con actores menos conocidos, que los grandes estudios producían en su división “menor”, pero que con el tiempo ha venido a aplicarse a toda película de bajo presupuesto. Melville, queriendo ajustarse a lo primero, terminó a menudo sin quererlo en lo segundo, y de ahí la extraña decisión de sacar adelante su gran “set piece” de esta película, la del robo en el tren, a base de maquetas que no dan el pego en ningún momento y que, para colmo de males, pretenden plasmar los momentos más espectaculares, a saber, cuando Richard Crenna baja desde un helicóptero hasta un ferrocarril en marcha.


    Había un trucaje parecido en “Le cercle rouge”, cuando veíamos a Bourvil y Volonté en un compartimento de tren y había un movimiento de grúa que mostraba las vías y el expreso en marcha, pero era un momento puntual sin los fallos de escala y la obvia falsedad de las tomas vistas en esta película (que se extiende a la multiplicidad de fondos claramente pintados, que en un momento autoconsciente cortan en “match cut” a un paisaje impresionista colgado en una pared). Yo personalmente, como devoto de mucho cine barato y malo pero entrañable, no me siento irritado por esos planos, pero me extraña que un cineasta tan riguroso y serio como Melville no cayera en la cuenta de que resolverlos así quizá no fuese una buena idea.




    En todo caso, los elementos cutres (que me encantaría ver en pantalla grande, “cantando” todavía más) no deberían hacernos olvidar de que el resto de la secuencia es brillante, con un pulso narrativo y una claridad visual muy notables, aunque, como en el caso de “Le cercle rouge”, la abundancia de este tipo de “set pieces” en el futuro “blockbuster” de aventuras haga olvidar que en su momento se trataba de secuencias originales y novedosas.


    Destacaría igualmente lo muy atmosférico, en más sentidos que uno solo, del atraco inicial junto al mar, con el viento y la inminente tormenta como un personaje más (aunque ignoro si esto estaba previsto o simplemente las condiciones eran así en los días del rodaje), y lo extremadamente abstracto del triángulo amoroso Delon-Deneuve-Crenna, que no gasta prácticamente palabras en establecer la situación y el que es el policía el que rompe las reglas morales en lo privado cuando es el que las impone en lo público, pudiéndose sobreentender (aunque nada está demasiado claro) que es Coleman el “extraño” que se inmiscuye en una relación socialmente conocida y aceptada.


    La cita en la habitación destinada al sexo clandestino (que incluye detalles como el típico espejo en el techo para que las parejas puedan verse a sí mismas copulando) juega también con el morbo sadomasoquista de la detención por parte de un policía y la sumisión a un hombre poderoso que te puede inmovilizar y dejar a su merced con unas esposas. Es una pena que, cuando Melville ya iba dejando salir sus facetas más traviesas, la muerte se lo llevara y dejara esas temáticas en manos de los pillos de siete suelas del “cinéma bis” europeo.

    Última edición por Abuelo Igor; 23/04/2023 a las 03:18
    tomaszapa, mad dog earle, Tripley y 1 usuarios han agradecido esto.
    Hellsing - Kenshin, el guerrero samurái - K-ON! - Lost Universe - Neo Ranga

  14. #139
    Senior Member Avatar de mad dog earle
    Fecha de ingreso
    04 may, 06
    Ubicación
    Mount Whitney
    Mensajes
    12,360
    Agradecido
    55125 veces

    Predeterminado Re: Jean-Pierre Melville: revisando sus películas

    Cita Iniciado por Abuelo Igor Ver mensaje

    Había un trucaje parecido en “Le cercle rouge”, cuando veíamos a Bourvil y Volonté en un compartimento de tren y había un movimiento de grúa que mostraba las vías y el expreso en marcha, pero era un momento puntual sin los fallos de escala y la obvia falsedad de las tomas vistas en esta película (que se extiende a la multiplicidad de fondos claramente pintados, que en un momento autoconsciente cortan en “match cut” a un paisaje impresionista colgado en una pared). Yo personalmente, como devoto de mucho cine barato y malo pero entrañable, no me siento irritado por esos planos, pero me extraña que un cineasta tan riguroso y serio como Melville no cayera en la cuenta de que resolverlos así quizá no fuese una buena idea.
    A mí, por ejemplo, el fondo pintado del plano que insertas no me molesta. Incluso en films de Hitchcock, en producciones de mucha mayor entidad, se recurría a veces a fondos pintados bastante evidentes. Pero lo de las maquetas es demasiado cutre y pobretón. En 1972 no es de recibo en una producción de este tipo una resolución tan pedestre.
    tomaszapa, Tripley, Abuelo Igor y 1 usuarios han agradecido esto.

  15. #140
    Bibliotecario cinéfilo Avatar de Tripley
    Fecha de ingreso
    19 nov, 07
    Ubicación
    Madrid
    Mensajes
    28,354
    Agradecido
    71736 veces

    Predeterminado Re: Jean-Pierre Melville: revisando sus películas

    Acabo de ver hace un rato esta Crónica negra (que en breve se cae del catálogo de Filmnin) y solamente puedo alabar el estudio realizado por Abuelo Igor.

    He visto poco de Melville y a saltos, así qu ahora no tengo presente posibles elementos comunes de su filmografía, pero me ha gustado muchísimo el uso de un montaje casi impresionista que sirve para crear "diálogos" mediante el la sucesión de primeros planos fijos de los ojos o los rostros de los personajes. No se hablan pero vemos que se dicen de todo.

    Por otro lado, sí, la secuencia del tren es un poco, efectivamente, pedestre. Eso sí, todo el segmento ya en ele interior del tren me parecido muy bueno, al presentarse en tiempo real y pautado todo perfectamente por un parsimonioso Crenna.

    Saludos
    Q: "I'm your new quartermaster"
    007: "You must be joking"
    _______________________

    CLAUDIO: "Lady, as you are mine, I am yours"

    _______________________

    EISENSTEIN: "I'm a boxer for the freedom of the cinematic expression" -"I'm a scientific dilettante with encyclopedic interests"

  16. #141
    Gentleman Loser Avatar de Abuelo Igor
    Fecha de ingreso
    26 may, 08
    Mensajes
    2,850
    Agradecido
    4111 veces

    Predeterminado Re: Jean-Pierre Melville: revisando sus películas

    Mejor peli: “Le samouraï”

    Ya lo dije: me da rabia dar la razón al tópico pero en este caso es toda la verdad. No creo que haya una película superior en toda la filmografía, en todo caso hay varias comparables, pero ese carisma de la figura solitaria de Jef, esa narración tan visual, incluso esa luminosidad de la película, que rompe con el tópico de las luces y sombras del “noir”, la sitúan a mi juicio unas cuantas cabezas por encima de las demás.

    Menos buena (peor) peli: “Dos hombres en Manhattan”

    Lo de hacer un thriller inventándoselo sobre la marcha, en plan “nouvelle vague”, creo que no salió muy bien. El lado más descuidado, incluso me atrevería a decir cutre, del director, sale a relucir en muchos momentos pero para mal, pero es que además es una de sus tramas menos interesantes: Años después de ver por priemra vez el DVD de la editora Versus, no retenía ningún detalle de la historia, y no era for mala memoria, sino por falta de memorabilidad. Los planos nocturnos de Nueva York, horriblemente iluminados, y los fondos de los planos en estudio, más falsos que los colmillos de Nosferatu.

    Mejor primer visionado: Me lo pasé muy bien con “Quand tu liras cette lettre”, que vi sin saber nada de ella, ni siquiera que se suponía que era la peor.

    Peor primer visionado: Lo cierto es que solo he visto otras dos por primera vez, pero elijo “Léon Morin” por encima de “Les enfants terribles” porque me parece una película un tanto distante, en lo cual probablemente tendrá que ver con que Melville, por un lado, no entendía a las mujeres y, por otro, no creía en la religión católica.

    Mejora con el segundo visionado: No hay muchas que solo hubiese visto una vez, pero no me cabe duda de que aquí tengo que poner “El silencio del mar”, que me resultó pesada en su momento y ahora veo interesantísima, una aportación atípica que, fiel al tópico del que tanto se abusa ahora, no podría volverse a realizar por miedo a que alguien entendiera que se “blanqueaba” a un nazi. Desde que escribí mi comentario he aprendido que el personaje de Von Ebrennac se basa en la figura real de Ernst Jünger, quien, años antes de convertirse en un renombrado literato y filósofo, participó como militar en la ocupación de Francia.

    Empeora con el segundo visionado: Me ha perdido un poco de gracia “El guardaespaldas”, que creo que quiere abarcar demasiado y no lo consigue, y se pierde en detalles como enseñar la casa natal de Frank Sinatra en Hoboken cuando el conflicto entre los protagonistas no está lo suficientemente bien perfilado.

    Una sorpresa: la cantidad de ideas que hay en las dos primeras películas, con un estilo autoral muy innovador, muy ambicioso y técnicamente algo exhibicionista que luego evolucionó hacia algo mucho más sobrio.

    Una decepción: Que Belmondo desapareciera del cine de Melville tras “Ferchaux”. El proyecto, comentado aquí, de haber hecho “Le cercle rouge” con él y Delon habría llevado la reunión de los dos astros, consumada casualmente el mismo año con “Borsalino” a otro nivel, sin desdoro de Jacques Deray, cineasta con unos cuantos títulos muy valiosos pero que aún aguarda ser reivindicado.

    Mejor chica Melville: Emmanuelle Riva en “Léon Morin prêtre”

    En lo que a sus historias se refiere, Melville podía decir junto a Peret aquello de “A mí las mujeres ni fu ni fa”. Si hay una mujer en su cine que vaya más allá de un cuerpo escultural o de una “femme fatale” traidora, es porque está adaptando una novela. También tiene relieve Simone Signoret en “El ejército de las sombras”, pero el personaje de Riva tiene mucho más calado y además me permite reivindicar a una actriz que encuentro excelente y que no tuvo la aureola que mereció.


    Mejor chico Melville:Alain Delon

    Soy muy fan de Howard Vernon, pero supongo que Delon es el ideal melvilliano de “belleza fría”, al que los otros astros del “polar” que también trabajaron con Melville, como Ventura, Belmondo o Montand, no podían aspirar. A Melville le faltó hacer alguna cosa con Trintignant, creo que era un actor que cuadraba en su mundo.

    Peor chica Melville: Nicole Stéphane en “Les enfants terribles”

    A pesar de que su primer plano en “El silencio del mar” es de los más memorables de toda la filmografía del señor Grumbach, no soporto sus aspavientos teatrales en la adaptación de la novela de Cocteau.

    Peor chico Melville: Uno que hace de periodista con una gabardina en “Dos hombres en Manhattan”. No sé qué le vio el director para darle ese papel.


    A todo el mundo le gusta salvo a mí: “Hasta el último aliento”

    Vamos a ver, no es una mala película ni mucho menos, pero la tengo un poco atravesada. Creo que hay más diálogo solo en esta película que en las tres siguientes que hizo juntas, y lo encuentro todo un poco moroso y sobreexplicado. La pones al lado del “Samurái” y en ese momento sí creo en el tan cacareado “menos es más”. Ya dije que en mi opinión aquí Melville quiso evitar que el público se perdiera, como en “Le doulos”, pero allí tal vez la oscuridad aportaba misterio, mientras que en “Le deuxième souffle” quizá saber un poco menos habría sido mejor. Otra comparación es la que hago con “El círculo rojo”, que dura también dos horas veinte, y subjetivamente me parece la mitad que esta.

    A todo el mundo no le gusta excepto a mí: “Quand tu liras cette lettre”

    Hay una consideración casi unánime de ver aquí la peor película de su director, habiendo un número de razones más o menos válidas como ser un intento fracasado de película comercial al estilo de la época o lo descontento que estaba con ella el propio director (que sin embargo también odiaba su primer corto, muy interesante). Yo ya di en su momento mi punto de vista de que es una película “bisagra” entre dos concepciones del cine francés, añadiendo ahora que conecta con mi gusto por un cine de serie B imprevisible y loco. ¿Una monja que se enamora de un mecánico y “gigoló” que va a casarse con su hermana por haberla violado? ¡Una de las mejores tramas de toda la filmografía! Diría que es una especie de “guilty pleasure” si pensara que un placer cinéfilo puede ser culpable, lo cual no es así: una de mis creencias centrales en cine es que no hay película que considere por debajo de mi interés o que pueda dar por sentado que no me va a gustar o que no me debería gustar.

    Mejor escena: Melville es bastante consistente como narrador, de ahí que piense que es un cine más de conjunto que de momentos puntuales, pero suelo retener lo secos y fríos, y por consiguiente más impresionantes, momentos de violencia, como la paliza a la rubia esposada al radiador de “Le doulos” o la ejecución “silenciosa” del traidor a la resistencia en “El ejército de las sombras”. El atraco a la joyería en “El círculo rojo” es brillantísimo, aunque es algo que ya no es raro de ver ni en los “blockbusters”, amén de que el concepto es un poco de la serie “Misión: Imposible” (que por aquel entonces ya llevaba tres temporadas televisivas). También me gusta el seguimiento en el metro de “Le samouraï”, que es un poco, ya lo dije, el origen de “French Connection”.

    Peor escena: Lo siento, pero no voy a poner el robo en el tren de “Un flic” solo porque lo de las maquetas sea cutre: adoro todo lo que sucede a bordo de trenes en el cine, y quitando los “efectos especiales”, el resto de la acción me parece muy bien llevada. No sé muy bien qué contestar aquí, porque Melville es en conjunto un director muy sólido y no me vienen a la mente escenas especialmente mal resueltas. Lo peor que se me ocurre ahora mismo es cuando le echan leche a la cara a la chica en “Les enfants terribles”. Amén de lo poco que me gusta la actriz en esa peli, la escena en sí, por alguna razón oscura que dejo a la imaginación del lector, me parece un tanto de mal gusto.


    No me hacen mucha gracia las clasificaciones, que de todas maneras no están contempladas en el cuestionario, pero como veo que los demás las han hecho, lo intentaré. Excluyo el corto.
    1 – “Le samouraï”
    2 – “El ejército de las sombras”
    3 – “El círculo rojo”
    4 – “El silencio del mar”
    5 – “Bob el jugador”
    6 – “El confidente”
    7 – “Crónica negra”
    8 – “Hasta el último aliento”
    9 – “El guardaespaldas”
    10 – “Quand tu liras cette lettre”
    11 – “Leon Morin prêtre”
    12 – “Les enfants terribles”
    13 – “Deux hommes dans Manhattan”

    Última edición por Abuelo Igor; 30/04/2023 a las 12:23
    tomaszapa, mad dog earle y Alex Fletcher han agradecido esto.
    Hellsing - Kenshin, el guerrero samurái - K-ON! - Lost Universe - Neo Ranga

  17. #142
    Senior Member Avatar de mad dog earle
    Fecha de ingreso
    04 may, 06
    Ubicación
    Mount Whitney
    Mensajes
    12,360
    Agradecido
    55125 veces

    Predeterminado Re: Jean-Pierre Melville: revisando sus películas

    Cita Iniciado por Alex Fletcher Ver mensaje
    1- Le Samourai
    2- Hasta el último aliento
    3- El confidente
    4- Bob el jugador
    5- Leon Morin, sacerdota
    6- El silencio del mar
    7- Círculo rojo
    8- Dos hombres en Mahnattan
    9- El ejército de las sombras
    10- Cuando leas esta carta
    11- El guardaespaldas
    12- Crónica negra
    13- los chicos terribles
    Cita Iniciado por mad dog earle Ver mensaje
    1. Le Samouraï
    2. Le deuxième souffle
    3. Le cercle rouge
    4. Le doulos
    5. L'armée des ombres
    6. Le silence de la mer
    7. Bob le flambeur
    8. Léon Morin, prêtre
    9. Un flic
    10. L'aîné des Ferchaux
    11. Deux hommes dans Manhattan
    12. Les enfants terribles
    13. Quand tu liras cette lettre...
    Cita Iniciado por Abuelo Igor Ver mensaje
    1 – “Le samouraï”
    2 – “El ejército de las sombras”
    3 – “El círculo rojo”
    4 – “El silencio del mar”
    5 – “Bob el jugador”
    6 – “El confidente”
    7 – “Crónica negra”
    8 – “Hasta el último aliento”
    9 – “El guardaespaldas”
    10 – “Quand tu liras cette lettre”
    11 – “Leon Morin prêtre”
    12 – “Les enfants terribles”
    13 – “Deux hommes dans Manhattan”
    Esto de las clasificaciones nos lo tomamos como un juego, por supuesto. Además, es probable que de aquí a un tiempo cambiemos el orden. Comparando las tres listas, hay unanimidad en la primera posició, Le samouraï (creo que indiscutible, aunque sea alimentar el tópico). También, en la parte negativa, Les enfants terribles. Hay un cierto consenso en valorar a la baja Deux hommes dans Manhattan, aunque con matices. En cambio advierto discrepancias en dos films discutibles, como son Quand tu liras cette lettre y León Morin, prêtre, aunque por lo que se refiere a este último hay una valoración positiva de Emmanuelle Riva, que queda muy por encima de la del film. El resto suben o bajan según los gustos de cada uno, aunque veo una discrepancia notable entre la valoración de Alex y mía y la de Abuelo Igor respecto a Le deuxième souflle.

    Sea como sea, creo recoger el sentimiento de todos al decir que esta revisión ha valido la pena y que Melville es un director que merece ser reivindicado, aunque no deja de tener ilustres admiradores (de Tarantino a Kaurismäki, por decir dos de procediencia y tipo de cine muy diferentes). Cuando acabemos la revisión del finlandés, empezaremos una de otra director francés, Robert Bresson, que no sé si te puede interesar, Abuelo.
    tomaszapa, Abuelo Igor y Alex Fletcher han agradecido esto.

  18. #143
    gurú Avatar de Alex Fletcher
    Fecha de ingreso
    07 dic, 11
    Mensajes
    6,338
    Agradecido
    29051 veces

    Predeterminado Re: Jean-Pierre Melville: revisando sus películas

    Grande Abuelo!!!!! Todavía recuerdo el juego que inventé rollo torneo con sorteo puro sin bolas calientes, entre directores y sobretodo entre películas. Como en nuestros tiempos sin plataformas, siempre esperaba ese día de la semana cuando daban tu serie preferida, pues con el Abuelo Igor lo mismo, salivaba cuando ponía sus comentarios, muy cañeros y sinceros, nada de buenquedismo.
    tomaszapa, mad dog earle y Abuelo Igor han agradecido esto.

  19. #144
    Gentleman Loser Avatar de Abuelo Igor
    Fecha de ingreso
    26 may, 08
    Mensajes
    2,850
    Agradecido
    4111 veces

    Predeterminado Re: Jean-Pierre Melville: revisando sus películas

    Cita Iniciado por mad dog earle Ver mensaje
    Cuando acabemos la revisión del finlandés, empezaremos una de otra director francés, Robert Bresson, que no sé si te puede interesar, Abuelo.
    Tengo todas sus películas y me gusta, aunque me da una gran pereza tragarme otra vez "Les dames du Bois de Boulogne", que casi sin revisarlas todas pondría en la cola del "ranking" sin despeinarme. Seguro que hasta me gusta más su debut, "Los ángeles del pecado", porque, aunque soy un descreído total, todo ese rollito católico, no sé si por llevar la contraria, me hace bastante gracia (en todo caso, creo que muchos hoy en día creen a pies juntillas en ideas igual o más discutibles que las cristianas). Creo recordar haber hecho un comentario aquí sobre "Cuatro noches de un soñador" en el hilo de Visconti, para comparar con otra adaptación de "Noches blancas".

    Pero no sé, me cuesta cierto esfuerzo llevar el ritmo en épocas de trabajo (con Melville he ido con meses de retraso) y quizá preferiría tocar más palos con algún cineasta menos "austero".
    tomaszapa, mad dog earle y Alex Fletcher han agradecido esto.
    Hellsing - Kenshin, el guerrero samurái - K-ON! - Lost Universe - Neo Ranga

+ Responder tema
Página 6 de 6 PrimerPrimer ... 456

Permisos de publicación

  • No puedes crear nuevos temas
  • No puedes responder temas
  • No puedes subir archivos adjuntos
  • No puedes editar tus mensajes
  •  
Powered by vBulletin® Version 4.2.1
Copyright © 2024 vBulletin Solutions, Inc. All rights reserved.
SEO by vBSEO
Image resizer by SevenSkins