Pues pasó que al final no me he vuelto a ver el film de Darabont. Está ahí en la recámara junto con tropecientas películas que he ido comprando y tengo por ver. Pero a ver si me pongo a ello.
Saludos
Versión para imprimir
Nueva propuesta:
https://clyp.it/bu0wwwg1
Saludos
Pues yo no caigo :sudor...
Uy, qué paradillo anda esto...
"La cosa" :D es el maravilloso tema Morning, de la estupenda banda sonora firmada por Marc Shaiman para La Familia Addams. Trabajazo de este poco reconocido compositor :palmas
Y aquí la secuencia a la que pertenece:
Spoiler:
Saludos, por cierto :abrazo
¿Os podéis creer que nunca la he visto entera :sudor..?
Correctísimo, Akákievich. Para, un score muy conseguido que encaja muy bien con los personajes.
Tu turno
Saludos
Pues sinceramente, me cuesta un poco saber que no has visto el film entero. Vale que no será una obra maestra, pero sólo por el tipo de personajes que presenta yo creo que merece la pena. Como se segunda parte, donde al tener los personajes más presentados creo que se puede sacar más juego de éstos y ser, incluso, más vitriólico que en la primera parte.
Saludos
Muchas gracias Tripley :agradable
Pues vamos a continuar, con un tema que suena en un capítulo de una serie de televisión. Puede ser complicado, incluso habiendo visto la serie, iré dando más pistas... :ceja
https://clyp.it/0y3fxkfl
¿Niente?
Pues vamos a ver si reconocemos al ejecutante de este temazo :D
https://clyp.it/rknwj2ib
- Pues vamos con un tema muy explicativo, oportunamente cortado, claro:
https://clyp.it/2nka5cek
Pues me pillas en bragas :sudor...
Yo es que cuando digo que no veo la tele es que realmente no la veo...
Je suis perdu
:cuniao
Saludos
Jaja, me parece que no, no la habéis visto porque con esa canción ya estaría.
Yo soy fatal para las series, requieren una disciplina de la que no soy capaz; Juego de Tronos la dejé por la temporada 4, Boardwalk Empire y Peaky Blinders en sus segundas, y eso que todas las empecé con muchas ganas... Ahora con Netflix veo más, pero también las dejo; excepto Strangers Things que tiene pocos capítulos, Mindhunter, que me enganchó y ahora estoy esperando la segunda con ganas, pero no me muero de impaciencia... He empezado no sé cuántas, y todas las he dejado.
Pero esta es otra cosa, no la vi en su momento, porque entonces sí que pasaba completamente de las series, pero a causa de la insistencia de mi entorno la acabé viendo, cuando ya había terminado, y madre mía... Enganche es poco. Este año se cumplen diez años de su estreno, cinco desde que acabó, y me ha parecido buen momento para revisarla... Me la he tragado en menos de mes y medio, y la he vuelto a disfrutar casi como entonces. Afortunados sois de poder verla por primera vez :agradable
Dejo la música de cabecera, que quizás sí hayáis escuchado alguna vez, y si no, aunque sea preguntad al vecino :D. Por cierto, del compositor ya puse un tema no hace mucho, de una película estrenada a finales de año, sobre un bizarro personaje real, que comenzó sonando mucho en las apuestas para los premios gordos, sobre todo para su principal responsable y protagonista, hasta que aparecieron ciertas acusaciones sobre él y se quedó descompuesto y sin premios (bueno, uno sí se llevó, precisamente la noche en que en Twitter saltó la liebre...).
Bueno, que me enrrollo, aquí dejo el tema principal de la serie:
https://clyp.it/olreuck2
Si me preguntas a mí cuál es la última serie que he visto, no te sé decir :sudor. No sólo es que no vea la tele, es que las series me dan mucha pereza. Que si la cambian de hora, que si la dan a las mil, que si la cancelan...
Edito: por las pistas, creo que puede ser Breaking Bad, que tampoco he visto :sudor... Música de Dave Porter.
Edito: como mañana no sé si me voy a poder conectar, dejo puesto tema para no parar mucho el juego. Si Aki no da por buena mi respuesta, o no os parece bien, borráis el mensaje, o lo borro luego yo :music
Correctísimo Jane! :gano
Como digo, a mí también me dan mucha pereza las series, pero Breaking Bad fue otra cosa, me creó una adicción que aun hoy en día no he terminado de superar :D. Está en Netflix y en Movistar, y seguramente en más plataformas...
Sobre el tema propuesto, a bote pronto ni idea, ¿por cierto, es un bote o una barca lo que suena al final del clip? http://yoursmiles.org/msmile/think/m1703.gif
Es rumor de agua. Y es que el agua tiene un papel importante en la película.
Voy a dar una pista. Es de un ciclo de películas que a mí me gusta mucho, pero del cual, aún no he puesto nada por aquí. Esta en concreto es una rara avis dentro del mismo. Entre otras cosas, porque el compositor de la música no es el que suele ser en estas películas.
Enseguida vuelvo. me ha pasado algo bastante gore :jason y claro, he sufrido las consecuencias.
Spoiler:
Yo también, no sé, algún percance con la batidora o algo así, y nos habías puesto en spoiler el documento gráfico... :fiu ¿No andará Carmelo por ahí haciendo de las suyas? :cuniao
Carmelo es el abrazacaras de peluche que tengo adoptado en mi casa :cuniao
http://www.thinkgeek.com/images/prod...gger_plush.jpg
Saludos
¿Y quién sabe si obedece órdenes de su maestro? :D
A mí me gustan :agradable. Tinen cosas muy graciosas, creo que le gustarían :agradable.
Lástima que no puede escuchar el tema antes, porque yo sí lo hubiese reconocido :agradable. Vi la serie el pasado año y :wtf. Pese a que la temática, al principio, no era de mi interés, también terminé alucinada con la serie. Tiene un guión estupendo y un ritmo maravilloso. Los personajes están perfectamente dibujados y las situaciones se van creando de manera que vas viendo los cambios que atraviesan los personajes poco a poco. Es magnífica :agradable. Y para mí, vale la pena verla en versión original.
:mparto Al entrar en la última página del hilo se ve esta imagen, pero partida (únicamente la parte superior) y pensé que eran unas rosquillas de pan :mparto :chalao :mparto. No veas qué risa al ver lo que era realmente :mparto :mparto :mparto :mparto.
Del tema, ni flowers :rubor :rubor :rubor :rubor.
Yo al principio he pensado que era una tenia :sudor...
Del tema: película de una saga o ciclo de películas muy famosas hechas en los años 60, compartiendo todas ellas temática y director, y casi todas ellas (menos una o dos) actor protagonista. Y productores: uno de ellos fue padre de uno que luego sería un actor muy famoso y celebrado, que dio sus primeros pasos en esta casa (no sale en la cinta que nos ocupa).
Esta, en concreto, se presentó como basada en la obra de un famoso autor americano, cuando lo cierto es que en realidad se basaba en la obra de otro famoso autor americano.
Con estas pistas, ya lo tendríais que saber.
Es obligado verla en V.O., el doblaje de Breaking Bad no existe, ¡no existe! :D
Bueno, pues por las pistas de Jane, creo que puede ser El Palacio de los espíritus (The Haunted Palace), dirigida por Roger Corman sobre el relato de Lovecraft El caso de Charles Dexter Ward, con Vincent Price como el atormentado y atávico protagonista, con el Corman realizaría varias adaptaciones de Allan Poe. La música en esta ocasión no es de Les Baxter, sino de Ronald Stein (que trabajaría con Corman en otras películas como El Terror, o con Coppola, en Dementia 13).
La película no la he visto, pero sí leí años ha el relato de Lovecraft, y pasé mucho miedito... :sudor (como anécdota, una tarde noche mientras leía el libro, en plena congoja escuché un ruido en la habitación de al lado y no había nadie más en la casa... Entré en la habitación a oscuras con más miedo que vergüenza y entonces, una sombra salió de debajo de la cama, con el corazón en la boca descubrí que se trataba de... un gato que se había colado desde la calle y que salió pitando por el hueco de la puerta de la terraza por donde había entrado. Eso sí, en mi defensa diré que era un gato enorme :D).
Correctísimo, Aki.
Recomiendo el visionado de la cinta de Corman, aunque no es de las mejores del ciclo. Los títulos de crédito, como en otras películas de la serie, son una maravilla:
https://www.youtube.com/watch?v=t2tZ1MdnzxY
Esa anécdota que cuentas le pasó tal cual a mi tía hará cosa de treinta años. Una noche de verano volvió sola en su casa, con todas las ventanas abiertas (hacía mucho calor) y se metió en el cuarto de baño. Tenía todas las luces apagadas, porque se veía más o menos con la claridad que entraba por las ventanas, que como queda dicho, estaban todas abiertas. Acababa de ver Alien en el cine. Sale del cuarto de baño y de pronto nota que algo le pasa corriendo sobre los pies y sale escopetado a la terraza :yiek. No le dio un infarto de milagro. Cuando por fin se le pasó el susto, pudo ver que era un gato que se le había metido en casa por la ventana (era un último piso en una zona que estaba llena de ellos).
Cuando quieras.
¡Qué buenas anécdotas los dos! :mparto :mparto :mparto :mparto.
Jajaja, marditos mininos, vaya sustos pegan los jodíos :D
Bueno, pues el siguiente tema en realidad no se aleja demasiado de la anterior propuesta... :ceja
https://clyp.it/r4fqhchv
Campanilla, ¿has visto The Crown? Si no, ya tardas. :abrazo
Mmm... revisa las paredes de tu casa en busca de ruidos extraños, por si acaso.
(...)
Era un enorme gato, tan grande por lo menos como Plutón, e igual a él en todo, menos en una cosa. Plutón no tenía ni un pelo blanco en todo el cuerpo, mientras que éste tenía una salpicadura larga y blanca, de forma indecisa que le cubría casi toda la región del pecho.
No bien lo hube acariciado cuando se levantó súbitamente, prorrumpió en continuado ronquido, se frotó contra mi mano y pareció muy contento de mi atención. Era, pues, el verdadero animal que yo buscaba. Al momento propuse, al dueño de la taberna comprarlo, pero éste no se dio por entendido: yo no lo conocía ni lo había visto nunca antes de aquel momento. Continué acariciándolo y, cuando me preparaba a regresar a mi casa, el animal se mostró dispuesto a acompañarme. Le permití que lo hiciera, agachándome de vez en cuando para acariciarlo durante el camino.
Cuando estuvo en mi casa, se encontró como en la suya, e hízose en seguida gran amigo de mi mujer. Por mi parte, bien pronto sentí nacer antipatía contra él. Era casualmente lo contrario de lo que yo había esperado; no sé cómo ni por qué sucedió esto: su empalagosa ternura me disgustaba, fatigándome casi. Poco a poco, estos sentimientos de disgusto y fastidio convirtiéronse en odio.
Esquivaba su presencia; pero una especie de sensación de bochorno y el recuerdo de mi primer acto de crueldad me impidieron maltratarlo. Durante algunas semanas me abstuve de golpearlo con violencia; llegué a tomarle un indecible horror, y a huir silenciosamente de su odiosa presencia, como de la peste.
Seguramente lo que aumentó mi odio contra el animal fue el descubrimiento que hice en la mañana siguiente de haberlo traído a casa: lo mismo que Plutón, él también había sido privado de uno de sus ojos.
Esta circunstancia hizo que mi mujer le tomase más cariño, pues, como ya he dicho, ella poseía en alto grado esta ternura de sentimientos que había sido mi rasgo característico y el manantial frecuente de mis más sencillos y puros placeres.
No obstante, el cariño del gato hacia mí parecía acrecentarse en razón directa de mi aversión contra él. Con implacable tenacidad, que no podrá explicarse el lector, seguía mis pasos. Cada vez que me sentaba, acurrucábase bajo mi silla o saltaba sobre mis rodillas, cubriéndome con sus repugnantes caricias.
Si me levantaba para andar, se metía entre mis piernas y casi me hacía caer al suelo, o bien introduciendo sus largas y afiladas garras en mis vestidos, trepaba hasta mi pecho.
En tales momentos, aunque hubiera deseado matarlo de un solo golpe, me contenía en parte por el recuerdo de mi primer crimen, pero principalmente debo confesarlo, por el terror que me causaba el animal.
Este terror no era de ningún modo el espanto que produce la perspectiva de un mal físico, pero me sería muy difícil denominarlo de otro modo. Lo confieso abochornado. Sí; aun en este lugar de criminales, casi me avergüenzo al afirmar que el miedo y el horror que me inspiraba el animal se habían aumentado por una de las mayores fantasías que es posible concebir.
Mi mujer habíame hecho notar más de una vez el carácter de la mancha blanca de que he hablado y en la que estribaba la única diferencia aparente entre el nuevo animal y el matado por mí. Seguramente recordará el lector que esta marca, aunque grande, estaba primitivamente indefinida en su forma, pero lentamente, por grados imperceptibles, que mi razón se esforzó largo tiempo en considerar como imaginarios, había llegado a adquirir una rigurosa precisión en sus contornos. Presentaba la forma de un objeto que me estremezco sólo al nombrarlo: y esto era lo que sobre todo me hacía mirar al monstruo con horror y repugnancia, y me habría impulsado a librarme de él, ni me hubiera atrevido: la imagen de una cosa horrible y siniestra, la imagen de la horca. ¡Oh lúgubre y terrible aparato, instrumento del horror y del crimen, de la agonía y de la muerte!
Y heme aquí convertido en un miserable, más allá de la miseria de la humanidad. Un animal inmundo, cuyo hermano yo había con desprecio destruido, una bestia bruta creando para mí -para mí, hombre formado a imagen del Altísimo-, un tan grande e intolerable infortunio. ¡Desde entonces no volví a disfrutar de reposo, ni de día ni de noche! Durante el día el animal no me dejaba ni un momento, y por la noche, a cada instante, cuando despertaba de mi sueño, lleno de angustia inexplicable, sentía el tibio aliento de la alimaña sobre mi rostro, y su enorme peso, encarnación de una pesadilla que no podía sacudir, posado eternamente sobre mi corazón.
Tales tormentos influyeron lo bastante para que lo poco de bueno que quedaba en mí desapareciera. Vinieron a ser mis íntimas preocupaciones los más sombríos y malvados pensamientos. La tristeza de mi carácter habitual se acrecentó hasta odiar todas las cosas y a toda la humanidad; y, no obstante, mi mujer no se quejaba nunca, ¡ay! ella era de ordinario el blanco de mis iras, la más paciente víctima de mis repentinas, frecuentes e indomables explosiones de una cólera a la cual me abandonaba ciegamente.
Ocurrió, que un día que me acompañaba, para un quehacer doméstico, al sótano del viejo edificio donde nuestra pobreza nos obligaba a habitar, el gato me seguía por la pendiente escalera, y, en ese momento, me exasperó hasta la demencia. Enarbolé el hacha, y, olvidando en mi furor el temor pueril que hasta entonces contuviera mi mano, asesté al animal un golpe que habría sido mortal si le hubiese alcanzado como deseaba; pero el golpe fue evitado por la mano de mi mujer. Su intervención me produjo una rabia más que diabólica; desembaracé mi brazo del obstáculo y le hundí el hacha en el cráneo. Y sucumbió instantáneamente, sin exhalar un solo gemido mi desdichada mujer.
Consumado este horrible asesinato, traté de esconder el cuerpo.
Juzgué que no podía hacerlo desaparecer de la casa, ni de día ni de noche, sin correr el riesgo de ser observado por los vecinos. Numerosos proyectos cruzaron por mi mente. Pensé primero en dividir el cadáver en pequeños trozos y destruirlos por medio del fuego. Discurrí luego cavar una fosa en el suelo del sótano. Pensé más tarde arrojarlo al pozo del patio: después meterlo en un cajón, como mercancía, en la forma acostumbrada, y encargar a un mandadero que lo llevase fuera de la casa. Finalmente, me detuve ante una idea que consideré la mejor de todas.
Resolví emparedarlo en el sótano, como se dice que los monjes de la Edad Media emparedaban a sus víctimas. En efecto, el sótano parecía muy adecuado para semejante operación. Los muros estaban construidos muy a la ligera, y recientemente habían sido cubiertos, en toda su extensión de una capa de mezcla, que la humedad había impedido que se endureciese.
Por otra parte, en una de las paredes había un hueco, que era una falsa chimenea, o especie de hogar, que había sido enjabegado como el resto del sótano. Supuse que me sería fácil quitar los ladrillos de este sitio, introducir el cuerpo y colocarlos de nuevo de manera que ningún ojo humano pudiera sospechar lo que allí se ocultaba. No salió fallido mi cálculo. Con ayuda de una palanqueta, quité con bastante facilidad los ladrillos, y habiendo colocado cuidadosamente el cuerpo contra el muro interior, lo sostuve en esta posición hasta que hube reconstituido, sin gran trabajo toda la obra de fábrica. Habiendo adquirido cal y arena con todas las precauciones imaginables, preparé un revoque que no se diferenciaba del antiguo y cubrí con él escrupulosamente el nuevo tabique. El muro no presentaba la más ligera señal de renovación.
Hice desaparecer los escombros con el más prolijo esmero y expurgué el suelo, por decirlo así. Miré triunfalmente en torno mío, y me dije: «Aquí, a lo menos, mi trabajo no ha sido perdido».
Lo primero que acudió a mi pensamiento fue buscar al gato, causa de tan gran desgracia, pues, al fin, había resuelto darle muerte. De haberle encontrado en aquel momento, su destino estaba decidido; pero, alarmado el sagaz animal por la violencia de mi reciente acción, no osaba presentarse ante mí en mi actual estado de ánimo.
Sería tarea imposible describir o imaginar la profunda, la feliz sensación de consuelo que la ausencia del detestable animal produjo en mi corazón. No apareció en toda la noche, y por primera vez desde su entrada en mi casa, logré dormir con un sueño profundo y sosegado: sí, dormí, como un patriarca, no obstante tener el peso del crimen sobre el alma.
Transcurrieron el segundo y el tercer día, sin que volviera mi verdugo. De nuevo respiré como hombre libre. El monstruo en su terror, había abandonado para siempre aquellos lugares. Me parecía que no lo volvería a ver. Mi dicha era inmensa. El remordimiento de mi tenebrosa acción no me inquietaba mucho. Instruyose una especie de sumaria que fue sobreseída al instante. La indagación practicada no dio el menor resultado. Habían pasado cuatro días después del asesinato, cuando una porción de agentes de policía se presentaron inopinadamente en casa, y se procedió de nuevo a una prolija investigación. Como tenía plena confianza en la impermeabilidad del escondrijo, no experimenté zozobra. Los funcionarios me obligaron a acompañarlos en el registro, que fue minucioso en extremo. Por último, y por tercera o cuarta vez, descendieron al sótano. Mi corazón latía regularmente, como el de un hombre que confía en su inocencia. Recorrí de uno a otro extremo el sótano, crucé mis brazos sobre mi pecho y me paseé afectando tranquilidad de un lado para otro.
La justicia estaba plenamente satisfecha, y se preparaba a marchar. Era tanta la alegría de mi corazón, que no podía contenerla. Me abrasaba el deseo de decir algo, aunque no fuese más que una palabra en señal de triunfo, y hacer indubitable la convicción acerca de mi inocencia.
-Señores -dije, al fin, cuando la gente subía la escalera-, estoy satisfecho de haber desvanecido vuestras sospechas. Deseo a todos buena salud y un poco más de cortesía. Y de paso caballeros, vean aquí una casa singularmente bien construida (en mi ardiente deseo de decir alguna cosa, apenas sabía lo que hablaba). Yo puedo asegurar que ésta es una casa admirablemente hecha. Esos muros... ¿Van ustedes a marcharse, señores? Estas paredes están fabricadas sólidamente.
Y entonces, con una audacia frenética, golpeé fuertemente con el bastón que tenía en la mano precisamente sobre la pared de tabique detrás del cual estaba el cadáver de la esposa de mi corazón.
¡Ah! que al menos Dios me proteja y me libre de las garras del demonio. No se había extinguido aún el eco de mis golpes, cuando una voz surgió del fondo de la tumba: un quejido primero, débil y entrecortado como el sollozo de un niño, y que aumentó después de intensidad hasta convertirse en un grito prolongado, sonoro y continuo, anormal y antihumano, un aullido, un alarido a la vez de espanto y de triunfo, como solamente puede salir del infierno, como horrible armonía que brotase a la vez de las gargantas de los condenados en sus torturas y de los demonios regocijándose en sus padecimientos.
Relatar mi estupor sería Insensato. Sentí agotarse mis fuerzas, y caí tambaleándome contra la pared opuesta. Durante un instante, los agentes, que estaban ya en la escalera, quedaron paralizados por el terror. Un momento después, una docena de brazos vigorosos caían demoledores sobre el muro, que vino a tierra en seguida.
El cadáver, ya bastante descompuesto y cubierto de sangre cuajada, apareció rígido ante la vista de los espectadores. Encima de su cabeza, con las rojas fauces dilatadas y el ojo único despidiendo fuego, estaba subida la abominable bestia, cuya malicia me había inducido al asesinato, y cuya voz acusadora me había entregado al verdugo...
Al tiempo mismo de esconder a mi desgraciada víctima, había emparedado al monstruo.
No fastidies B/D! :yiek
Leído por este señor da más miedito...
https://www.youtube.com/watch?v=bb7r2A25cx8
Precisamente, ayer estuve de visita en una casa donde tenían un gatito...