Interesantísima, algo irregular, pero por momentos brillantes. En tu caso, te diría que la tienes que ver de forma ineludible :ceja
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Interesantísima, algo irregular, pero por momentos brillantes. En tu caso, te diría que la tienes que ver de forma ineludible :ceja
Es un poco el tipo de personaje que a mí me gusta :ceja :cuniao. Villanos psicológicamente complejos y con motivaciones para hacer lo que hacen y ser como son. Como el Fantasma de la Ópera, como el Monstruo de Frankenstein, hay un momento en que te dan pena, pero al momento siguiente, ya están volviendo a hacer una de las suyas y ya no te caen tan bien. De todas formas, Shakespeare tiene villanos peores. Casio. El propio Macbeth, que no tiene otro móvil más que la ambición y llega al extremo de matar al rey cuando está dormido y no se puede defender y manipular las pruebas para que les echen la culpa a unos inocentes (Macbeth también tiene lo suyo de historia asustante, con niños no natos, brujas y éso :descolocao...si es que a éstos ingleses les encantan las historias de fantasmas; a lo mejor significa algo el que mi adaptación preferida sea la de Kurosawa). Pero de nuevo tenemos la cobardía y la ambición en los personajes de Casio y del propio Ricardo, que llega al extremo de mandar matar a niños pequeños para quitarse a posibles rivales del camino.
Yo creo que lo que verdaderamente hace un monstruo de Ricardo es que, al contrario que Erik o el Monstruo, no tiene más móvil que la ambición y el ansia de poder, y que al contrario que éstos y al igual que Macbeth, jamás se arrepiente de sus malas acciones o sopesa las consecuencias negativas de éstas para otros. Sólo piensa en él en todo momento. Efectivamente, esta conducta tiene bastante de narcisismo. Aunque sea para complacerse en el mal y en lo feo, al contrario de lo que pasaba con el Narciso de la mitología.
Ya casi se podría cambiar el título de este hilo a Shakespeare en el cine (no sé si había ya alguno por ahí).
Esto es off-topic legal, cómo en el hilo de adivina la banda sonora.
:agradable
Hablando de Ricardo III, Benedict Cumberbatch lo borda en The Hollow Crown de la BBC, cómo de costumbre.
Sobre Enrique , os recomiendo ver Enrique IV y V de esa misma serie, protagonizado por Hiddelston. Es una producción tanto académica formalmente hablando y la dirección de actores es algo acartonada, pero Hiddelston se deja la piel y los actores, pese a lo dicho, están estupendos.
https://www.youtube.com/watch?v=hHia1zu_YNI
Y esto está muy bien:
https://www.youtube.com/watch?v=pjJEXkbeL-o
Aquí bastante más legal :ceja :cuniao
Hombre, es lógico hablar de Shakespeare, de teatro... pero vaya, que es el hilo de Kenneth y así lo dejamos ¿No? :cortina Que aquí hay tela que cortar todavía :aprende
Y otra cosa que decía en el artículo con la que tampoco estoy de acuerdo es con que se ha sobrevalorado "Los amigos de Peter" y "En lo más crudo del crudo invierno". ¿En serio? :blink Pero si no las conoce ni el Tato (nosotros no contamos :cortina, que somos mu' frikis :cuniao). Por cierto, a mí me encantan ambas :rubor Y si me apuras, te puedo decir que le tengo más cariñín a la segunda :rubor
Fernandez Valentí, por cierto, es otro que califica a su Frankenstein de masterpiece. Ya vamos saliendo de debajo de las piedras. Y yo a De Niro lo veo muy contenido y medido, nada pasado, cómo se dijo. Una de sus últimas grandes interpretaciones.
Está escena... CON ESA MÚSICA MARAVILLOSA DE DOYLE, y ese recitado casi Shakespiriano... :encanto
No encuentro la secuencia completa:
https://www.youtube.com/watch?v=-pkAiQctFos
Aquí está el tema de Doyle completo, para que podáis oírlo bien (dime que no te has enamorado aunque sea del tema, Campanilla :
https://www.youtube.com/watch?v=S5iv8dAPEKw
Se va uno una tarde a la jungla conradiana :cuniao y vuelve viendo que hay dos páginas enteras de mensajes enriqueciendo este interresantísimo hilo.
Respecto a Enrique V, versión Brahagh, debo reconocer que tengo que revisarla urgentemente porque no recuerdo gran cosa, salvo la grna escena de la batalla y la preciosa escena de cortejo entre Enrique y Catalina.
Looking for richard la vi hace eones, en los tiempso en que en casa tenámos Canal plus. A mi me pareció un obra muy interesante y bastante divulgativa. Por ejemplo se explicaba de foram sencilla lo que es el famoso pentámetro yámbico (croe que lo hacía la Redgrave nada menos).
Saludos
Branagh/Doyle, ojalá pudiera ver ya alguna de esas dos. He visto En el corazón del mar, a falta de Blanchett o Vikander nos conformaremos con Whishaw o con el nuevo Peter Parker :cuniao
Saludos
Para algunos es la única :sudor. De todas formas, ahora te hacen unos montajes tan feos y tan raros de las obras clásicas que para qué :digno. El otro día fue mi tía a ver El burlador de Sevilla y no quiero ni contar las cosas que vio :sudor, y menos en un hilo tan fino y elegante como éste. Ésa misma semana fue a ver Rigoletto, y tres cuartos de lo mismo :|.
Pero si es que es verdad...Te cogen las obras clásicas y te las dejan que no las reconoce ni la madre que las parió :sudor, para éso es mejor que coja el director de escena de turno y escriba una obra nueva...Recuerdo una Flauta Mágica que vi hace años en el Real, con las servidoras de la Reina de la Noche disfrazadas de Barbarellas y el que hacía de príncipe, como de Tintín... Y no era de lo peor. No entiendo que si el libreto dice que la obra pasa en París en el siglo XIX, tengan que poner la acción en un bar de la carretera de Andalucía en la década de 1970. Una cosa es innovar o dar un punto de vista personal, y otra sacarte de la manga una obra enteramente distinta. La gente no está a ver lo que recita o canta el actor, sino a ver qué rarezas hacen... o qué enseñan :descolocao...Y ya lo decía Bernard Shaw que era muy listo :cafe...
Mujer, sabes que yo no estoy en contra de todo cambio o modificación que quiera hacerse siempre que se respete la esencia, pero entre lo de "no quiero ni contar las cosas que vio", que parece que preludia algo doloroso y horroroso, y lo del "hilo tan fino y elegante cómo este", me ha dado un ataque de risa.
:abrazo
Sí, soy una antigua y una estrecha, qué lo voy a hacer :sudor...Pero, por lo que me contó, aquello ya no era pornográfico...era directamente escatológico. Lo siento, pero creo que el teatro clásico no está para éso, para éso están los sex-shops :digno... Y hasta aquí puedo leer.
Branagh se lleva su Hamlet al siglo XIX, y todo es fastuoso y super colorido. La Flauta Mágica de Mozart suya transcurre en las trincheras de la primera guerra mundial, Mucho Ruido y Pocas en la Toscana Italiana. Trabajos de amor perdidos se convierte en un musical de varios estilos con canciones de los 40/50. Cómo gustéis transcurre en el Japón feudal.
Maravillosas todas ellas, desde mi punto de vista.
Ya estamos. ¿he dicho yo eso? ¡Si a la vez estoy contigo! ¿No me has leído lo de la esencia? Si dices representar, no sé, sueño de una noche de verano, y luego lo único que tiene en común con la obra es que los personajes se llaman igual, pues apaga y vámonos.
Hoy en día no se respeta nada, estoy de acuerdo contigo, sólo que en un sentido distinto al que tú le das a la frase.
:)
Ves, más datos. Ahora si. Una modificación así muy probablemente afecte al agurmento y tono central de la obra, cómo el lumbreras que me dijo que se podría hacer una versión con final feliz del fantasma de la ópera, en la que Christine y este se fuguen juntos y tengan relaciones voraz y apasionadamente.
Evidentemente, no entendió absolutamente nada del mensaje de la misma.
:descolocao
Hombre, pero es que hay obras que se prestan a ello y directores que lo saben hacer. El problema es que hay muchos que no lo saben hacer, y además parece que lo tienen que cambiar todo porque sí, que ahora es la norma cambiarlo todo. Y claro, en el momento en que te lo hacen todos, y no muy bien, pues ya no te hace tanta gracia. El Ricardo III de Ian McKellen (al que le tengo ganas), creo que es un dictador de un país sudamericano o algo así, y dicen que es buenísimo. Y ya queda dicho que mi versión favorita de Macbeth (con permiso de Orson Welles) es la de Akira Kurosawa, que transcurre en el Japón medieval. Y El planeta prohibido (deliciosa), es (ésta sí) una versión muy libre de La tempestad. También mi versión favorita de Frankenstein (o una de las favoritas) es Blade Runner.
Yo sé que lo soy :|. O por lo menos, excesivamente purista.
:descolocao :doh...
El Fantasma se tiene que morir al final, porque es un héroe trágico y es lo que los héroes trágicos hacen. Y no puede tener relaciones con Christine, y mucho menos hijos, porque la suya es una historia de amor cortés y no se basa en la atracción física (¿cómo te va a atraer físicamente un hombre que prácticamente ni siquiera tiene cara :doh?) De todas formas, ya nos la ha metido doblada Federick Forsythe y ALW con El Fantasma de Manhattan/Love Never Dies. Y ya nos adelantó el amigo Schumacher algo con el final de su versión.
Volviendo al tema del hilo (o más bien, del teatro, y quizá ésto sea más una cuestión de gusto personal): creo que las mejores versiones, con frecuencia, son las más escuetas, aunque esto tenga que significar que en muchos casos tengas que tener actores extraordinarios. El Macbeth de Orson Welles era buenísimo, y se rodó en mes y pico en unos decorados de unas películas del oeste. Muchos de los Estudios 1 de los setenta. Una serie como Yo, Claudio (aunque quizá es cierto que esta serie se hubiera benefiaciado mucho más de un presupuesto más holgado y un rodaje menos teatral). Aquellos señores que mencionaba antes, The Proppellers, que eran todos hombres, actuaban en un escenario casi desnudo y con los elementos de atrezzo y caracterización mínimos. ¡Y te lo creías! No te reías en absoluto cuando veías hacer a un señor calvo y cuarentón de reina, y esto sin poner voces raras o gesticular como un poseso, sólo por cosas como la entonación, la manera de moverse, la declamación del papel...Este es otro problema gordo con los actores de ahora, especialmente, con los españoles. Los Estudios 1 estaban llenos de grandes actores, con mucho oficio. Los de ahora tienen un cuerpo espectacular, pero la mayoría no saben ni cómo vocalizar correctamente ¿cómo esperas que encarnen de manera convincente a unos personajes que son casi todo diálogos? Ves una película como El león en invierno, o las pelis de la Hammer, mismamente y aunque no tengas mucha idea de hablar inglés, es una delicia oírlos. "Los entiendo hasta yo", dice mi madre. Yo tengo el B2, y hay películas de ahora que me tengo que poner subtituladas, porque no los entiendo :|.
Bueno, es el día de los off-topics. Perdón otra vez :sudor.
Completamente de acuerdo en todo . Es en lo de hacerlo por norma por esa necesidad patológica de diferenciarse o provocar (que concepto más absurdo me parece este). Si a esto le sumamos que hay muchos directores y adaptadores que no tienen ni idea de dirigir y adaptar, pues se masca la tragedia.
Respecto al tema de las licencias artísiticas, yo creo que si se mantiene la esencia, como ha indicado Banagh/Doyle, al final, para mí no hay problema. Aunque también es verdad que los excesos que indica Jane pueden al final pueden acabar jugando una mala pasada.
Branagh es verdad que cambia épocas y localizaciones, pero sí, siempre con muy buen gusto. E incluso, si de desnudar al personal y ponerse en plan postmoderno va la cosa, al final yo creo que también se puede hacer algo interesante, siempre que, creo yo, haya talento por ahí. A mí me gustó muchísimo el Hamlet que montó Tomaz Pandur hace unos años en el Matadero y ya digo, el decorado era minimalista, al inicio de la obra sale la mitad del elenco desnudo y se van vistiendo en esa primera escena y el entreacto (donde se representó la obra dentro de la obra) parecía una escena de cabaret berlinés de entreguerras. incluso se podría decir que a Hamlet lo representa una actriz, pero bueno, eso ya lo hacía la Sarah Bernhardt hace la tira de años.
Saludos
Dita sea, es un verdad cómo un templo de grande. No sé que problema tenemos en este país últimamente con la disciplina de arte dramático, pero lo de obviar trabajar la entonación, la dicción, la vocalización, y en definitiva, aprender a moldear a voluntad su principal herramienta de trabajo, es algo que nunca entenderé. A no ser que nos importe un pimiento, claro, pero luego vienen los lloros y las quejas.
Yo a tanto no llego, pero sí la encuentro Notable. A ver si la reviso otra vez :cortina
:encanto Me gusta especialmente la dualidad que tiene. De momentos tenebrosos, a momentos melancólicos. Me gusta especialmente el momento 2:50 al 3:15 :encantoCita:
Aquí está el tema de Doyle completo, para que podáis oírlo bien (dime que no te has enamorado aunque sea del tema, Campanilla :
https://www.youtube.com/watch?v=S5iv8dAPEKw
Jajaja, a Conrad estoy leyendo yo ahora mismo :cortina
Pero claro, Branagh es un crack :ceja :cuniao Ayyyyyy, "Trabajos de amor perdidos" :encanto ¡Qué delicatessen! :encanto
Sin duda. Es tristísimo :|
Tragedia Shakesperiana :ceja :cuniao
Si es que lo de los "actores de la calle", el rollo "natural"... está muy bien dependiendo de lo que se quiera contar o hacer. Pero vamos, que me pones a mí a uno de éstos salidos de la nada y sin estudios de interpretación a hacer un Shakespeare y se hunde el barco con toda la tripulación.
Que hay que tener unas bases y un talento, y eso sólo se consigue con esfuerzo o siendo bendecido, no hay más. Estos chicos de ahora que saltan a la fama por el físico o la suerte, no podrán llegar ha hacer algo así salvo alguna digna excepción que tenga la fortuna de codearse con gente que le aporte lo que le falta. El resto... ni soñando. Porque claro que mola ver al hijo de la vecina haciendo de quinqui o de colega del barrio, pero no molará verlo de Enrique V.
Un poco de trasfondo sobre Henry V:
Contaba Branagh que Henry V se hizo con dos duros, y que el 90% de esos dos duros se fueron en el vestuario, y sobretodo, en la contratación de la orquesta y de Sir Simon Rattle para que la dirigiese, considerado uno de los mejores directores de orquesta vivos, y por tanto con un caché elevado .
Muchos actores, lo creaís o no, participaron gratis, bien por formar parte de la compañía teatral de Branagh y ser amigos de este, bien por estar impresionados ante lo ambicioso de la propuesta, bien por ambas cosas (pese a su juventud, Branagh ya tenía por entonces cierto prestigio cómo actor y director teatral, que incluso había creado su propia compañía llevándose a varias grandes figuras consigo)
Pese a tratarse de Shakespeare, y por tanto saber que el diálogo y los personajes eran lo fundamental, tenía claro que debía ser una película muy visual y dinámica para conseguir mantener la atención del espectador, y que la música debía ser grande y tener un carácter eminentemente narrativo, más que servir de mero apoyo.
No tenía ni idea de terminología técnica ni de lo que era un travelling, contrapicado o plano secuencia, así que no paraba de pedir ayuda y documentarse, pero tenía clarísimo lo que quería conseguir, y su entusiasmo y determinación contagiaron al resto del equipo.
Por su parte, Patrick Doyle estaba algo asustado por la envergadura del proyecto, pero el realizador noirlandes confiaba plenamente en su talento, y se le otorgó más tiempo del habitual para la composición de la banda sonora.
Fue Simon Rattle, impresionado por los bosquejos que le iba enseñando el músico escocés, quién le sugirió y le presentó a Lawrence Ashmore, (desgraciadamente falleció en 2013), para que se encargase de las orquestaciones, pues Doyle se veía superado por la magnitud de lo que iba escribiendo. Su trabajo contribuyó sobremanera a dar forma al sonido Doyle (especialmente en lo que a las desgarradoras cuerdas se refiere), y colaboraron juntos en múltiples ocasiones. Eran grandes amigos.
El día que comenzaron las sesiones de grabación a Doyle se le saltaron las lágrimas, y supo que en el cine había encontrado definitivamente su sitio.
:)
Es verdad éso de que la música (no sé si lo decía George Lucas, o quién) es el setenta por ciento de la película.
Y sin embargo, tu y yo sabemos que hay grandísimas películas sin o con poca música. Me fastidia, pero es cierto.
Depende. Siempre depende.
:abrazo
Así, de pronto, se me ocurre Faraón, donde no hay más música que cuando un personaje canta o toca algún instrumento musical:
http://img90.imageshack.us/img90/5571/f2bt2.png
Efectivamente. En este caso, el uso de la música es enteramente diegético.
https://es.wikipedia.org/wiki/Diégesis
PD: :rubor. Perdón, que me animo y me sale la vena docente.
:abrazo
Eso es. Nunca recuerdo el nombre del palabro :sudor.
Me imagino a Campanilla leyendo lo que he puesto sobre Enrique V y emocionándose por momentos.
:cuniao
Imaginas bien :cuniao
Más tarde comentas que te parece, si quieres claro.
El primer discurso en Harfleur, se nota que el decorado es todo cartón piedra del malo , pero lo mejor es que ni te fijas en ese momento, estas completamente metido en la historia.
:cuniao
Hamlet ha sido la única película en toda mi vida que he tenido la oportunidad de ver en 70mm, al estilo roadshow, clásico tal y cómo Branagh la rodó y pretendía que se viese. 4 horas, con su programa en mano que te entregaban, su obertura, su intermedio, su descanso, butacas de lujo y pantallón espectacular.
Shakespeare tratado cómo los grandes espectáculos de antaño. (Lawrence de Arabia, Zhivago, Ben-hur...)... Vivir para ver.
Una cosa Marty, el montaje de 4 horas era el original cinematográfico, autorizando también Branagh un corte de poco más de hora y media por presión de la productora de cara a la taquilla internacional.
No he vuelto a contemplar jamás una película con tal calidad de imagen jamás. Alucinante. Tampoco recuerdo haber pagado nunca tanto dinero por una entrada de cine, pero para mí era un sueño hecho realidad, una de esas cosas que sólo se viven una vez en la vida. Dudo mucho que volvamos a ver una adaptación íntegra de la obra (creo que sigue siendo la única a día de hoy que incluye todo sin cambiar ni una coma), a este nivel, y con tanto talento y cariño por lo que se está contando.
Respecto a la película en sí, obra maestra para mí, aunque coincido con Marty en que algunos tramos están resueltos con inusitada torpeza (el encuentro con el espectro, por ejemplo) lo que afecta al ritmo, y algunas decisiones de puesta en escena /narrativas en escena me resultan del todo incomprensibles (esos horribles ralentizados de postproducción, fuera de lugar dentro de la elegancia general, o esos flashback reiterativos sobre algo que acabamos de ver, ¡al ralentí y con voz en off!).
No obstante, al parecer tuvieron 18 millones de presupuesto (calderilla, Frankenstein tuvo 45), que en gran parte salió de los bolsillos del la productora, el propio Branagh y de Patrick Doyle, quién además renunció a cobrar su salario. Cerca del final de rodaje, se quedaron literalmente sin dinero y hubo que finalizar las secuencias restantes cómo se pudo .
Una anécdota sobre la banda sonora: en un principio Branagh tenía pensado acompañar la película con unas pocas piezas clásicas, en señal de respeto, pero Doyle (quién se sabía el texto de memoria gracias a haberlo interpretado y puesto música durante años) le dijo:
"Es Hamlet. "El maldito Hamlet, cómo nunca se ha hecho antes. Llevo toda mi vida esperando este momento, sé lo que quiero hacer exactamente y cómo lo quiero hacer, así que por favor no me hagas esto. Confía en mí".
Al margen de de los defectos de ritmo e irregularidades antes comentadas , por norma general la dirección de Branagh es una fiesta; entregado al 200% sabe que está cumpliendo su gran sueño y que es su gran oportunidad para pasar a la posteridad, lo cual se not.
Planos secuencia, travellings, picados, contrapicados, circulares, juegos maravillosos con la steadycam... es un no parar, pero lo mejor de todo es que la gran mayoría de ello no es gratuito, y la puesta en escena resulta más o menos sobria dependiendo del estado emocional de los personajes y el devenir de los acontecimientos.
La dirección de actores es prodigiosa (insisto en que creo que este hombre tiene un don para ello), e incluso Robin Williams, Billy Crystal y Gerard Depardieu no desentonan. Toda la terna británica está maravillosa, y la americana nunca llega a estar mal, cómo digo (lo cual en algunos casos resulta todo un cumplido). A la cabeza, Jacobi, (ese monstruo que se los come a todos, incluido al propio Branagh), Julie Christie y Kate Winslet, quienes no habían interpretado a Shakespeare jamás, y con quienes Branagh estuvo ensayando varios fines de semana. Y Heston, claro. Oh, Heston. Que gran e infravalorado actor (que no estrella), era este hombre.
Respecto al propio Branagh, ciertamente se deja la piel, ofrece un recital descomunal y disfruta cómo nunca de cada línea y soliloquio. La excesiva afectación que a veces le acompaña va aquí con el carácter apasionado y emocional de su Hamlet, alejado de lo etéreo del de Olivier, con lo que no podría considerarse sobreactuación.
En definitiva, no es perfecta, pero aún con sus defectos la considero una joya imprescindible tanto para seguidores de Branagh cómo amantes del Bardo.
:)
Me autocito de nuevo:
Nombre: Hamlet
Compositor: Doyle, Patrick
Año: 1996
Editado por: Sony Classical (SK 62857)
La película y su música: Es lógico que, tras el estrepitoso fracaso de la incomprendida “Frankenstein” y lo pequeño de un proyecto como “In the Bleak Midwinter”, Kenneth Branagh decidiera hacer la película que, de una vez, le llevara a lo más grande. Quienes le llamaban “el sucesor de Laurence Olivier” tenían más motivos que nunca al enfrentarse a “Hamlet” y quienes le acusaban de “megalómano” y “ambicioso” podían explayarse a gusto ante las cuatro horas del espectáculo, su reparto multiestelar y lo arriesgado de seguir al dedillo el texto original, en lugar, como hiciese Olivier en 1948, de extraer su esencia y convertir el “teatro filmado” de sus antecesores en auténtico “teatro cinematográfico”.
Branagh no es que no estuviese a la altura (la película, de hecho, renueva el texto original, aporta una nueva dimensión a personajes secundarios de la trama y goza de un brillante lenguaje visual, con elegantes planos-secuencia y “travellings” circulares), pero las gigantescas proporciones del proyecto asustaron al público y a los “académicos”, que la obviaron de las categorías principales en los Oscar de 1996.
Por suerte, la música de Patrick Doyle sí logró una nominación, la segunda (y además consecutiva) para un compositor que abordaba Shakespeare con más complejidad que nunca: su partitura es épica y romántica, poética y espiritual, pero demasiado introvertida y formal para muchos seguidores del “estilo Doyle”, que no entendieron bien este giro tan reflexivo y solemne de su música.
No hay más que haber visto la película para darse cuenta del sentido dramático tan coherente que el compositor (que interpretó el personaje de Osric durante largo tiempo y conocía el texto de memoria) extiende sobre una película con tanto diálogo y tan importante, ya sea para expresar la atormentada personalidad de Hamlet en una bellísima melodía (que recorre toda la partitura adoptando múltiples formas, desde que la canta Plácido Domingo en “In Pace” hasta que un coro masculino la despide en “Go Bid the Soldiers Shoot”), para infundir tristeza al amor de Ophelia (“Oh, What a Noble Mind”, “And Will´A Not Come Again?”, “Sweets to the Sweet-Farewell”) o para aplicar sobre Claudius, como personaje conflictivo de la obra, el leit-motiv más difícil y retorcido (“The Ghost”, “Now Could I Drink Hot Blood”), logrando no destacar por encima del texto y, al mismo tiempo, construir una banda sonora poderosa y fiel a su estilo.
Lo mejor: Lo bien que se adapta la música a la película y lo bien que suena fuera de ella, en parte, como siempre, gracias a la magnífica orquestación de Lawrence Ashmore.
Lo peor: Que el exquisito concepto de la partitura (más clásica e introvertida que un “Much Ado About Nothing” o incluso que un “Sense and Sensibility”) no convenciera a los acostumbrados a un Doyle más ligero.
La duración: 76’27”.
El tema: “Sweets to the Sweet-Farewell”, una pieza a modo de elegía en la que las cuerdas vibran esplendorosamente con los temas de Hamlet y Ophelia, entrelazados tal y como requiere la escena.